Los privilegiados, felices escarbando en el basurero social
Los privilegiados chilenos vivimos felices de nosotros mismos y de nuestro país, pero con los pies en un basural.
Algunos privilegiados lo somos inmemorialmente. Otros han adquirido esta calidad con esfuerzo, en las profesiones, las letras, las artes, la docencia, los negocios, la administración pública, el Congreso o la política. Sólo tenuemente percibimos ser privilegiados, y es en cambio muy fuerte nuestra conciencia justificada o no de que merecemos lo que tenemos. No nos preguntamos sino rara vez por qué ganamos tanto y los pobres tan poco, viajamos en automóvil y no en el Transantiago, atiende nuestra salud una ISAPRE y no FONASA, llevamos nuestros hijos a un colegio caro y no a una escuela pública o liceo (salvo a alguno también "privilegiado"). Y cuando, rara vez, respondemos a interrogante tan molesta, nos apresuramos a decir (y creer) que merecemos esas ventajas por el esfuerzo que gastamos para adquirirlas. Y quizás sea cierto.
Así vivimos los privilegiados chilenos, tranquilos, satisfechos.
Lo malo es que vivimos sobre un basural... el basural social de los pobres, de los antiguos pobres "extremos", a quienes hemos quitado esta última calificación dejándolos en "pobres" a secas que nos molestaba, nos hacía sentirnos incómodos. Aquel basural no es culpa de los pobres, es culpa de "la sociedad", vale decir, del Chile privilegiado, que no les ha dado la oportunidad y la posibilidad de una existencia mínimamente digna. Ellos, según la última CASEN, ganan por familia de cuatro personas promedio 67.364 pesos, en el primer diez por ciento de los hogares chilenos, y promedio 165.432 pesos, en el segundo diez por ciento. A ellos, a los pobres "ex extremos" (!), corresponde la cesantía de tasas varias veces superior a la media; los consultorios atiborrados y los hospitales de garrapatas; las 400 mil viviendas inhumanas; la educación nula; las mujeres abandonadas, "jefas del hogar", y sus hijos sin padre; los porcentajes pavorosos de ilegitimidades (perdón... de "ausencia de filiación matrimonial") y de madres adolescentes; la delincuencia infantil, y el reino de los criminales adultos y de los narcos sobre las poblaciones; la trata de blancas impune por la cual acaban de denunciarnos las Naciones Unidas, etc., etc.
Este es el basural social a nuestros pies, a los pies de los privilegiados.
Si nos lo critican, nos agachamos y escarbando en los desperdicios encontramos algún trozo de vidrio de colores, alguna piedrecita brillante, alguna lentejuela, que nos consuele, que nos autoengañe, que nos permita decir que las cosas "no son tan malas", que "se exagera", que "progresamos, quizás no tan rápido como quisiéramos pero...", etc., etc. El viento se lleva estas palabras vacías. Por ejemplo:
1. "La prueba PISA 2007 nos muestra líderes de comprensión lectora en América Latina".
Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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Renato Sánchez 3586
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Santiago-Chile



Los pueblos del siglo XXI de todo el orbe serán testigos de enormes transformaciones sociales, culturales, políticas y económicas; transformaciones que probablemente marcarán el fin de una época en cuanto a la forma de vida y reproducción que la humanidad acostumbró todo el siglo pasado. [Un artículo de








Muchos recordarán que el 22 de enero del 2005 el semanario británico
La conversión viene acompañada de una encuesta del Economist Intelligence Unit, efectuada entre noviembre y diciembre del 2007, que reporta que el 35% de los ejecutivos encuestados hace tres años decían que le daban una alta o muy alta prioridad a la RSE, pero que ahora lo hacen el 56% y en tres años pronostican que lo harán el 70%. Sólo el 4% respondió que la RSE es una pérdida de tiempo y dinero (
Sólo uno de los artículos da pie para discusión y es aquél que alega que las prácticas responsables no se reflejan en los precios de las acciones en la bolsa. Este artículo toma un punto de vista, en mi opinión, cortoplacista. Las prácticas responsables son buenas para el negocio, pero no se reflejan "inmediatamente" en el precio de la acción en bolsa. Todos sabemos que los precios de las acciones tienen una visión relativamente cortoplacista y las prácticas responsables tienen sus rendimientos en el mediano o largo plazo y a veces de forma intangible. Aún así, el supuesto "subrendimiento" promedio de las empresas responsables, comparadas con el mercado global es relativamente modesto. Los múltiples estudios econométricos todavía no han dilucidado el tema, en gran parte porque se trata de una profecía que se auto-cumple. Los precios reflejarán las prácticas responsables en la medida que los compradores de esas acciones crean que beneficia a las empresa, no porque la beneficie o lo deje de hacer. No todos lo creen
todavía. La información disponible no es completa ni fluye aún como debería.