ANALFABETISMO TECNOLÓGICO, BRECHA DIGITAL Y SOCIEDAD DE
Enrique Dans, nos presenta este problema que en Chile debe ser similar a España o más profunda la brecha aun.
Dentro de un rato, a las 12:30, estoy citado para hablar en una mesa redonda sobre "Analfabetismo tecnológico, brecha digital y sociedad de la información" que se celebra dentro del Congreso Internacional de Blogs y Periodismo en la Red, en
La primera consideración, para mí, es la naturaleza de la brecha digital. En España hablamos de unos 17 millones de usuarios de Internet, menos de un 40% de la población. La razón fundamental aducida para la no conexión del 60% restante no es de tipo económico, sino de falta de interés, con un 68.5% de los casos en 2005. Además, debemos considerar la existencia de una doble brecha digital, ya no entre conectados y desconectados, sino entre conectados con banda ancha y conectados "de segunda", a través de conexiones dial-up, que obtienen una experiencia de Internet notablemente inferior en calidad a la de los primeros, un fenómeno en claro retroceso pero que en 2005 afecta aún a un cuarto de los hogares que afirman tener acceso a Internet.
¿Qué hace que a un porcentaje amplio de la población española Internet, simplemente, no les interese? Un primer planteamiento aludiría a la conocida pirámide de Maslow. ¿Sobre qué tipo de necesidades debemos plantearnos que actúa Internet? Obviamente, no sobre las fisiológicas ni sobre las de seguridad, estratos inferiores de la pirámide. Como mucho, sobre el tercero, la aceptación social, y tendiendo más a posiciones más elevadas y relacionadas con la autoestima (prestigio, etc.) y la autorrealización (particularmente en lo tocante a acceso a la cultura). La incentivación de un servicio que cumple ese tipo de necesidades no es, ni mucho menos, sencilla.
¿Con qué tipo de problemas se encuentra el usuario para obtener una motivación para el uso de la red? En primer lugar, con el desarrollo de una cultura alarmista o amarilla en los medios de comunicación. La primera aproximación a Internet para el usuario medio siempre va acompañada de palabras como pederastia, pornografía, robo, delito y similares, llegando al punto de que todo un responsable de delitos informáticos llegue a decir que Internet hace que las personas acaben cayendo en el aburrimiento y se entreguen a vicios malsanos. Ese tipo de actitudes se complementan con una marcada hostilidad por parte del poder político y, en particular, de las sociedades de gestión de derechos, que criminalizan gratuitamente a los internautas y llegan al punto de utilizar a la policía para intentar crear la sensación de que existen delitos donde no los hay. En esas condiciones, con un montón de actores gritándote que "eso de Internet es de sinvergüenzas y ladrones", que el delito acecha, y amenazando con entrar en tu domicilio con una patada en la puerta, a ver quien es el guapo que se interesa por algo como Internet.
¿Ofrece ventajas Internet? Desde mi punto de vista, indudables. De hecho, el uso de Internet sí está muy extendido en escalones de la sociedad como el mundo universitario, lo que indica que el problema, en cierto sentido, es meramente coyuntural o generacional. Internet aporta una valoración superior y resulta casi imprescindible para optar a determinados puestos de trabajo, llegando a veces a ser considerado un auténtico qualifier. Por tanto, la necesidad de acceso a Internet surge ya a lo largo de determinados estadios del proceso educativo, tendiendo a afectar más cuanto más tempranamente se abandone el mismo. Aún así, cabe pensar que dicho acceso a Internet es, en muchos casos, fruto de la proactividad del propio alumno, y no se observa habitualmente una incentivación directa por parte de profesores o indirecta a través de los contenidos de los planes de estudio. En estadios anteriores del proceso, Internet está prácticamente ausente, y desde mi punto de vista ello se debe a una falta de claridad acerca de la idoneidad de Internet para el público infantil. Existe un elevado porcentaje de personas que ven Internet como un lugar del que "mantener alejados a los niños", ante la imposibilidad de protegerles contra la aparición de contenidos inadecuados, una actitud con la que siempre me he manifestado crítico. La mejor forma de proteger a nuestros menores es, desde mi punto de vista, precisamente la contraria: enseñarles que existen determinados contenidos a los que no deben acceder, que deben ignorar, pero que están ahí, existen y son parte del escenario.
Internet se incentiva usándolo, usándolo en todas partes. Los blogs aportan al proceso una simplicidad de manejo proverbial, y una facilidad de integración en muchísimos aspectos de la vida cotidiana, particularmente en los ligados al proceso educativo. Es ahí donde posiblemente se puedan plantear acciones de incentivación y estimulación del interés que lleven a una más elevada penetración del ordenador y de Internet a nivel de hogares, particularmente en hogares con niños. Aunque lógicamente eso debe acompañarse de la adecuada formación de los docentes y de la dotación de medios necesaria para ello. Otras medidas de incentivación, como el que el Estado proporcione ventajas e incentivos para los que se relacionan con sus instituciones a través de Internet (Ministerio de Hacienda, particularmente) han probado ser enormemente eficaces, y están además plenamente justificadas por el ahorro en que se incurre derivado de este tipo de interacción.
¿A dónde vamos? En una sociedad en la que Internet aporta cada vez más ventajas y donde la generación que viene presenta unas pautas de uso socialmente arraigadas ("Generación MySpace" o, en España, "Generación Messenger"), la brecha digital acabará desapareciendo por sí sola. ¿Quiere decir eso que debemos dejarla pasar, ignorarla y esperar a que pase cual sarampión social? No lo creo. La pérdida de valor implicada en tal decisión me parece notable. Es preciso trabajar y ser enormemente imaginativo en la incentivación del uso de Internet a todos los niveles, y tratar de reducir la hostilidad imperante por parte de determinados actores. Sólo con ese tipo de medidas podrá España pensar en figurar en puestos razonables en las estadísticas internacionales de ingreso en
Desde el blog de Enrique Dans, Rodrigo González Fernández, consultajuridica.blogspot.com
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