La Responsabilidad Social Empresaria y su dimensión laboral
no lleguemos tarde
Frecuentemente los medios de comunicación nos informan sobre distintas prácticas laborales ilegales llevadas a cabo por firmas proveedoras y contratistas de importantes empresas que fabrican y comercializan productos cuyas marcas gozan de un reconocido prestigio en el mercado. Por alguna razón, estas empresas emplean en su cadena de valor proveedores que no cumplen con las mínimas exigencias de la legislación laboral, local e internacional.
Muchas veces se trata de compañías con recursos económicos y tecnológicos, que integran a su estrategia y gestión, valores y códigos de conducta resaltando la necesidad de brindar condiciones de trabajo dignas y la importancia del capital humano y el cumplimiento de las normas laborales y de la seguridad social. Sin embargo, contratan proveedores y contratistas que emplean trabajadores sin considerar las condiciones mínimas y requisitos básicos de una relación laboral.
La extensión de la responsabilidad solidaria que, en la Argentina, está prevista en el artículo 30 y otras disposiciones de la Ley de Contrato de Trabajo (LCT), hace que las empresas no deban limitar su consideración y preocupación a las relaciones con sus trabajadores directos. Con ellos negocian niveles salariales y condiciones de trabajo, se ocupan de su formación y capacitación y generan planes de desarrollo. Pero por otro lado, establecen relaciones con proveedores y contratistas cuyos trabajadores no gozan, en algunos casos, de la mínima protección que disponen las leyes nacionales e internacionales. Esto se convierte en una fuerte incongruencia, que suele resultar costosa.
En nuestra opinión, los socios, directivos y gerentes de una organización deben velar por el cumplimiento de las normas laborales y de la seguridad social "puertas adentro" y "puertas afuera" del establecimiento; más aún si se trata de organizaciones que han decidido integrar los principios de la responsabilidad social a su estrategia y gestión.
Más allá del aspecto ético y legal, es también conveniente, desde el punto de vista económico y del negocio, cuidar y asegurarse que, en la cadena de valor, los trabajadores que se desempeñan bajo una relación laboral con otra empresa, estén protegidos por las normas laborales y las de la seguridad social vigentes. Reitero, suele ser muy costoso a las empresas advertir tardíamente que, en su cadena de valor, han contratado un proveedor o contratista en cuya organización se desenvuelven trabajadores infantiles o trabajadores que desarrollan tareas durante gran cantidad de horas diarias o semanales, sin el mínimo respeto a descansos y pausas que las normas exigen, o sin la menor protección frente a la posibilidad de un accidente de trabajo. Los costos económicos, el daño emergente, el lucro cesante, como el daño moral, pueden ser muy elevados.
En el mercado y economía globalizada que vivimos, las empresas desarrollan actividades, o partes de ella, segmentando sus procesos por razones de eficiencia productiva, búsqueda de mejores niveles de calidad o menores costos. Las mismas deben actuar, desde el inicio de la relación con el proveedor, en la prevención de las contingencias, tanto en el caso que el proveedor o contratista trabaje en nuestro país, como si lo hace en cualquier otro lugar del mundo.
Es una realidad que empresas de prestigio y reconocidas en el mercado no atienden con la suficiente responsabilidad y diligencia su cadena de valor. Hay casos en los que puede haber negligencia, pero, en otros, pareciera no evaluarse suficientemente la dimensión de los riesgos, sus costos y las ventajas de un cambio paradigmático.
Es necesario que las empresas verifiquen y controlen los aspectos relacionados con las condiciones de trabajo, salarios, seguridad y salubridad de los trabajadores de sus proveedores y contratistas con la diligencia que, generalmente, actúan cuando se trata de su propio capital humano.
Hay herramientas, tecnología y conocimientos para implementar un sistema de gestión de la prevención que permite reducir las contingencias laborales en forma significativa, pero que también contribuirá a un mejor conocimiento y relación con el proveedor. Así como se le exige una determinada calidad del producto o servicio, hoy debemos acordar y controlar con el mismo el cumplimiento de las normas laborales y de la seguridad social, compartiendo valores y objetivos en la búsqueda de una relación más beneficiosa y sustentable. Las ventajas de este enfoque superan con creces los eventuales mayores costos de corto plazo, recordando también que los "menores costos actuales" provienen de situaciones irregulares, asociadas al incumplimiento de las normas.
Modificando la actual conducta hacia un sistema integral de gestión de la prevención, estaremos facilitando el camino para lograr objetivos de mejor productividad, calidad y competitividad para la empresa, mejores productos y servicios a los clientes, mejor clima en la organización, con reducción de conflictos y menor tasa de rotación del personal, fuerte reducción de contingencias y riesgos y mayor tasa de retorno para satisfacción de accionistas e inversores en general.
Se propone un modelo que atienda los intereses y derechos de todos los grupos a los que la actividad de una organización puede afectar, apreciando el trabajo en la empresa como un espacio comunitario, destinado a producir bienes y servicios de calidad para la satisfacción de la comunidad y cuidando los intereses de los participantes para generar la sustentabilidad de la organización y la sociedad en la que se desenvuelve.
Dr. Alberto Eduardo Fantini
Gerente General
Couper - Gestión de Relaciones Laborales Múltiples
Frecuentemente los medios de comunicación nos informan sobre distintas prácticas laborales ilegales llevadas a cabo por firmas proveedoras y contratistas de importantes empresas que fabrican y comercializan productos cuyas marcas gozan de un reconocido prestigio en el mercado. Por alguna razón, estas empresas emplean en su cadena de valor proveedores que no cumplen con las mínimas exigencias de la legislación laboral, local e internacional.
Muchas veces se trata de compañías con recursos económicos y tecnológicos, que integran a su estrategia y gestión, valores y códigos de conducta resaltando la necesidad de brindar condiciones de trabajo dignas y la importancia del capital humano y el cumplimiento de las normas laborales y de la seguridad social. Sin embargo, contratan proveedores y contratistas que emplean trabajadores sin considerar las condiciones mínimas y requisitos básicos de una relación laboral.
La extensión de la responsabilidad solidaria que, en la Argentina, está prevista en el artículo 30 y otras disposiciones de la Ley de Contrato de Trabajo (LCT), hace que las empresas no deban limitar su consideración y preocupación a las relaciones con sus trabajadores directos. Con ellos negocian niveles salariales y condiciones de trabajo, se ocupan de su formación y capacitación y generan planes de desarrollo. Pero por otro lado, establecen relaciones con proveedores y contratistas cuyos trabajadores no gozan, en algunos casos, de la mínima protección que disponen las leyes nacionales e internacionales. Esto se convierte en una fuerte incongruencia, que suele resultar costosa.
En nuestra opinión, los socios, directivos y gerentes de una organización deben velar por el cumplimiento de las normas laborales y de la seguridad social "puertas adentro" y "puertas afuera" del establecimiento; más aún si se trata de organizaciones que han decidido integrar los principios de la responsabilidad social a su estrategia y gestión.
Más allá del aspecto ético y legal, es también conveniente, desde el punto de vista económico y del negocio, cuidar y asegurarse que, en la cadena de valor, los trabajadores que se desempeñan bajo una relación laboral con otra empresa, estén protegidos por las normas laborales y las de la seguridad social vigentes. Reitero, suele ser muy costoso a las empresas advertir tardíamente que, en su cadena de valor, han contratado un proveedor o contratista en cuya organización se desenvuelven trabajadores infantiles o trabajadores que desarrollan tareas durante gran cantidad de horas diarias o semanales, sin el mínimo respeto a descansos y pausas que las normas exigen, o sin la menor protección frente a la posibilidad de un accidente de trabajo. Los costos económicos, el daño emergente, el lucro cesante, como el daño moral, pueden ser muy elevados.
En el mercado y economía globalizada que vivimos, las empresas desarrollan actividades, o partes de ella, segmentando sus procesos por razones de eficiencia productiva, búsqueda de mejores niveles de calidad o menores costos. Las mismas deben actuar, desde el inicio de la relación con el proveedor, en la prevención de las contingencias, tanto en el caso que el proveedor o contratista trabaje en nuestro país, como si lo hace en cualquier otro lugar del mundo.
Es una realidad que empresas de prestigio y reconocidas en el mercado no atienden con la suficiente responsabilidad y diligencia su cadena de valor. Hay casos en los que puede haber negligencia, pero, en otros, pareciera no evaluarse suficientemente la dimensión de los riesgos, sus costos y las ventajas de un cambio paradigmático.
Es necesario que las empresas verifiquen y controlen los aspectos relacionados con las condiciones de trabajo, salarios, seguridad y salubridad de los trabajadores de sus proveedores y contratistas con la diligencia que, generalmente, actúan cuando se trata de su propio capital humano.
Hay herramientas, tecnología y conocimientos para implementar un sistema de gestión de la prevención que permite reducir las contingencias laborales en forma significativa, pero que también contribuirá a un mejor conocimiento y relación con el proveedor. Así como se le exige una determinada calidad del producto o servicio, hoy debemos acordar y controlar con el mismo el cumplimiento de las normas laborales y de la seguridad social, compartiendo valores y objetivos en la búsqueda de una relación más beneficiosa y sustentable. Las ventajas de este enfoque superan con creces los eventuales mayores costos de corto plazo, recordando también que los "menores costos actuales" provienen de situaciones irregulares, asociadas al incumplimiento de las normas.
Modificando la actual conducta hacia un sistema integral de gestión de la prevención, estaremos facilitando el camino para lograr objetivos de mejor productividad, calidad y competitividad para la empresa, mejores productos y servicios a los clientes, mejor clima en la organización, con reducción de conflictos y menor tasa de rotación del personal, fuerte reducción de contingencias y riesgos y mayor tasa de retorno para satisfacción de accionistas e inversores en general.
Se propone un modelo que atienda los intereses y derechos de todos los grupos a los que la actividad de una organización puede afectar, apreciando el trabajo en la empresa como un espacio comunitario, destinado a producir bienes y servicios de calidad para la satisfacción de la comunidad y cuidando los intereses de los participantes para generar la sustentabilidad de la organización y la sociedad en la que se desenvuelve.
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Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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Renato Sánchez 3586
teléfono: 5839786
e-mail rogofe47@mi.cl
Santiago-Chile
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