ANDREA BARROS I.
Lamentablemente, las cifras no engañan. Hoy, en Chile, existe una disminución en el número de matrimonios que se celebran cada año; hay un divorcio por cada tres matrimonios; 75% de quienes se vuelven a casar se separan nuevamente; 62% de los niños nacen fuera del matrimonio. Esto refleja una destrucción no sólo de las familias, sino que de la sociedad.
Es muy difícil que en un país existan lazos sólidos y personas responsables de sus actos y del resto cuando nos enfrentamos a una realidad como la que se describe. Y, lo peor, es que nadie se hace responsable y toma medidas. Nuestra Constitución pone a la persona en el centro del ordenamiento jurídico y designa a la familia como la base de la sociedad, consagrándola como su "núcleo fundamental". Lo anterior se explica porque la familia es la sociedad necesaria donde las personas inician y aprenden su relación con otros, para enfrentar un futuro de relaciones más complejas y numerosas. Más aún, la misma norma establece como deber fundamental del Estado "dar protección a la población y a la familia" y "promover el fortalecimiento de ésta".
Pese a la importancia y trascendencia para la vida del país, es muy poco lo que hace el Estado en relación con la familia desde un punto de vista de acción meditada, integral y programada. En general, se trata siempre de medidas destinadas a cada uno de los individuos que conforman la familia, pero vistos de forma independiente o, bien, sólo relacionadas con quienes están en riesgo social. Además, son medidas que reaccionan ante problemas: se ataca el consumo de drogas más que la prevención; se guía a las víctimas de violencia intrafamiliar más que enseñar el respeto y valor de las personas desde la infancia; se promueve que los resultados de nuestros actos no deben ser asumidos, sino desechados: elijo mala pareja, me divorcio; me molesta el hijo que espero, entonces aborto.
Entonces, ¿de qué tipo de familias estamos hablando? Dependiendo de la concepción que se tenga de la persona, los conceptos de familia van a ser más o menos amplios. Sin embargo, el ideal de familia es lo que la tradición occidental ha entendido como aquel grupo que está compuesto por un padre y una madre, unidos en matrimonio, y sus hijos.
Lo anterior es sin perjuicio de reconocer otros tipos de relaciones, cuyos integrantes también requieren protección y ayuda, pero que el Estado no está llamado a fomentar ni fortalecer, sino sólo a apoyar. Esto es muy importante. No se trata de desconocer las distintas realidades, sino de cumplir el mandato constitucional fortaleciendo la familia tradicional, pero con preocupación por todos los integrantes de la sociedad, de modo que cada vez más familias se identifiquen con dicho modelo.
Dada la amplitud de los temas que se relacionan con la familia, muchos organismos y servicios del Estado se vinculan de forma directa o indirecta con ella. Por eso no se puede hablar de desprotección en materia de vivienda, justicia o salud, pero una vez más no se trata de un problema abordado de modo integral sino que, exclusivamente, desde un único enfoque.
Como forma de solucionar lo anterior, pareciera razonable generar una institucionalidad que se encargue especialmente de coordinar las políticas sociales relacionadas con la familia. La solución más adecuada es la creación de un Ministerio de la Familia, encargado de elaborar políticas, planes y programas, coordinados con el resto de los ministerios, y del cual dependan ciertos organismos muy ligados a la familia (Sename, Sernam, Senama, entre otros).
Sin duda, se trata de una gran reforma y de un cambio en el modo de enfrentar las políticas públicas en nuestro país, pero el Estado no puede desconocer el mandato de la Constitución y dejar de llevar a cabo todas las medidas que sean necesarias para protegerla y fortalecerla. Sólo en la medida en que nuestro país tenga una sólida base familiar y que todos los entes del Estado encaminen su actuar hacia su fortalecimiento, la sociedad se desarrollará de forma más sana y completa, pudiendo estar en mejor pie para superar el sinnúmero de dificultades a las que actualmente se ve enfrentada.
CONSULTEN, OPINEN , ESCRIBAN LIBREMENTE
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en RSE de la ONU
www.consultajuridicachile.blogspot.com
www.el-observatorio-politico.blogspot.com
www.lobbyingchile.blogspot.com
www.biocombustibles.blogspot.com
www.calentamientoglobalchile.blogspot.com
oficina: Renato Sánchez 3586 of. 10
Teléfono: OF .02- 8854223- CEL: 76850061
e-mail: rogofe47@mi.cl
Santiago- Chile
Soliciten nuestros cursos de capacitación y consultoría en LIDERAZGO - RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL LOBBY BIOCOMBUSTIBLES , y asesorías a nivel internacional y están disponibles para OTEC Y OTIC en Chile
No hay comentarios.:
Publicar un comentario