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jueves, abril 16, 2009

Género y Clase: Algunas posturas

Género y Clase: Algunas posturas

Si pudiéramos entender que la lucha de las mujeres es un asunto a resolver hoy, no cuando triunfemos y lleguemos al socialismo, que es condición imprescindible para vencer...
Estrella Vidal | Mujeres Rojas | 15-4-2009 | 136 lecturas
www.kaosenlared.net/noticia/genero-clase-algunas-posturas
Si en algún momento pudiéramos aprender del pasado y asumir una lucha distinta. Si en algún momento pudiéramos mujeres y hombres llegar a un acuerdo en el terreno de nuestras propias trincheras. Desde aquellos sitios colectivos y unitarios en que pensamos un mundo totalmente diferente del que día a día estamos obligados a soportar. Si pudiéramos entender que la lucha de las mujeres es un asunto a resolver hoy, no mañana, no sólo cuando triunfemos y lleguemos al socialismo, sino en cada uno de los días en que intentamos acercarnos consecuentemente a un mundo nuevo y que es condición imprescindible para vencer. Seguramente nuestra lucha sería más real, más concreta, más definitiva, y tendría la fuerza que necesita para triunfar. Ésta alianza sugerida, viene de la observación de aquellas posturas que incólumes al tiempo siguen imprimiéndose en algunas páginas, olvidando muchas cosas, olvidando y pasando por alto la opresión y las responsabilidades del colectivo masculino.

Es imposible pensar que señalar como principal opresor al patriarcado, nos inducirá a dividirnos en la lucha en contra del capitalismo y que generará divergencias demasiado duras que desfavorecerán la unidad entre trabajadoras y trabajadores en una lucha común y de clase. Esta idea se desprende de un artículo publicado en fechas cercanas a la conmemoración del día internacional de la mujer de 2009. El cual menciona aspectos que han sido perpetuamente estudiados por mujeres y hombres en el seno de las organizaciones políticas del mundo, sobre todo en organizaciones revolucionarias mixtas, donde "la cuestión de la mujer" ha tenido una especial controversia en todos los planos. La mal avenida relación entre feminismo y marxismo. No podemos dejar de mirar con rigurosidad. No sólo porque es la base de identificar un "cómo" enfrentar la lucha por la liberación de la mujer y la sociedad, sino por romper con tópicos que nos conducen a la confusión y que no colaboran con posturas igualitarias y de real re configuración de la realidad que vivimos.

El debate se centra en varios aspectos. Uno de ellos es "la dudosa existencia del patriarcado"; estructura transversal de opresión que divide la sociedad en función del sexo de las personas. Una división común a todas las clases sociales, aunque concretada de manera muy distinta en cada una de ellas. Prácticas hegemónicas y estrategias de su ejercicio que reconfiguran las relaciones entre las personas. Negar ésta relación de poder por sobre las mujeres en alianza estratégica con el capitalismo, y con estados sus expresiones brutales como el neoliberalismo es simplemente carecer de buena vista. En éste articulo no menciona, ni cita las fuentes a las que se remite cuando dice que "algunos sectores del movimiento feminista que defienden la teoría del patriarcado, afirman que hombres y mujeres constituyen dos clases diferentes. Y que mantienen una relación de explotación entre sí" No sabemos que sectores le adjudican la categoría de clase, pero sí sabemos que la explotación es real, ya que el patriarcado no existe al margen de la economía, sino que opera en dialéctica relación con el capitalismo. Establece una alianza que puede ser re negociada en función de las fuerzas productivas. Propone al modo de producción una organización previa y esa es la división sexual del trabajo. No sólo es una súper estructura sino que constituye además una forma de explotación del género femenino por el masculino. Toda vez que las mujeres realizan trabajos en el ámbito familiar o privado del que se apropia no sólo el capital sino también el colectivo masculino. "la mujer le resuelve al modo de producción la cuestión de la reproducción de la especie y de la clase obrera y le permite una mayor explotación de la parte masculina" Entonces aquellas tareas de reproducción y de cuidados de la vida, afectiva y sexual de la sociedad en general en la que los varones se apropian de una cantidad mayor de la que ofrecen ¿No constituye esto, en su esencia acaso una extracción de la fuerza de trabajo, elemento esencial de las relaciones de producción? Las trabajadoras realizan unos trabajos específicos para los trabajadores que no son pagados en su totalidad, sino que una parte de ese trabajo es invertida en acrecentar el valor de una mercancía: la fuerza de trabajo masculina. Podríamos decir entonces que a pesar de saber que el poder es del capital y de sus superestructuras, la responsabilidad como género es tan evidente y clara como que hay ciertos comportamientos destinados a ser parte de cánones sustentados en un género masculino que a su vez son parte del patriarcado. Menciono así que fragmentos del artículo citado nos dicen que los hombres no constituyen una categoría de análisis. A eso podemos decir que desde que ejercen hegemonía por sobre las mujeres y son parte de la misma clase, ya son analizables como colectivo. Porque a pesar de ser seres humanos explotados y oprimidos por el capitalismo no dejan de tener responsabilidades personales en la vida diaria. Así como la tienen para la conformación del hombre nuevo al emprender el socialismo. Al respecto hay teorías que mencionan la re configuración de la clase, que no es inalterable. "La clase es una circunstancia objetiva en la cual los sujetos se insertan. Por el contrario, es una forma visible de manifestación político-cultural de los trabajadores y trabajadoras en determinadas circunstancias sociales y que implica, simultáneamente, la propia autoconciencia de una realidad determinante pero también posible de ser reconstruida" Por tanto somos susceptibles de cambiar nuestras propias formas y hacernos cargo de esta opresión. Atribuir todo a la opresión de clase, es dejar de lado las cuestiones fundamentales que la historia nos ha dejado como enseñanzas. Ya lo decía Alejandra Kollontay cuando mencionaba. "No basta con la abolición de la propiedad privada y con que la mujer se incorpore a la producción; es necesaria una revolución de la vida cotidiana y de las costumbres..." En su teoría no tiene sentido hablar de un aplazamiento de liberación de la mujer hasta que el socialismo se encargue de erradicar las acciones concretas que se sustentan en el patriarcado; como son la subyugación, la violencia y sus micro violencias, los micro machismos, la expoliación del pensamiento de la mujer, y las conductas segregacionistas , prepotentes y arbitrarias de hombres dentro de la propia clase obrera y de los partidos políticos de izquierda a través de la historia. Situaciones que no han terminado con las nuevas relaciones de producción, y que son perpetuadas. La clase obrera está compuesta por individuos concretos que, por tener experiencias en común, se reconocen como miembros de una clase. "la formación de la clase trabajadora es inseparable del enfrentamiento político de sujetos antagónicos: la lucha entre intereses opuestos y la articulación de individuos que se reconocen por experiencias comunes antecede y otorga la naturaleza política de las relaciones sociales" Por tanto debemos ejercer un cambio que no sólo contemplen la independencia económica de las mujeres incorporadas a la producción, o por la socialización de los servicios entregados por el estado para resolver las tareas de cuidado de la población. A esto dicho artículo hace referencia sobre la situación de las mujeres en la Unión Soviética, quienes gozaban del derecho al aborto, y divorcio. O que tenían los mismos derechos que los hombres. Habría que preguntárselo a alguna veterana que seguramente ya no existe. Probablemente fue muy cercano a la realidad, pero las relaciones de poder por sobre las mujeres no desaparecieron, y menos que la gran mayoría de ellas tuviera que dedicarse a triples jornadas; hogar, militancia y trabajo. Siendo los hombres " no personas egoístas o vagas", al no dedicarse igualitariamente a los cuidados de la vida, sino personas que no estaban exentas del patriarcado. A pesar de haber roto con la propiedad privada. Por lo tanto esperar que se creen las condiciones o "se sienten las bases" para el término de la opresión de los hombres por sobre las mujeres, es antojadizo, carente de responsabilidad y visión de cambio. Y menos riguroso es decir que los hombres no se benefician con la absorción de la que es víctima la mujer. Ellos disfrutan de buena parte del tiempo, que han sacado a costa de la mujer, incluso cuando ellos no son los principales proveedores del hogar. Dedicándose a sus aficiones y ocios. Y siendo libres para avanzar en el pensamiento, en su desarrollo, y en la erudición de la que muchos hacen gala. La explotación de la mujer en el hogar no responde a una simple división de tareas para solucionarlo, sino que debe ser como se mencionaba antes una revolución que nos permita satisfacer las necesidades humanas. Si nos remitimos a alimentación, vivienda, abrigo, afecto, relaciones sociales, libertad, autonomía. Todas aquellos elementos y actividades que realizamos habitualmente para nuestra sostenibilidad y que son innumerables. Los cuidados son en definitiva lo que se considera como trabajo doméstico, que es casi mecánico. Pero no está constituido sólo por eso, se añade un componente afectivo y relacional. Para que una persona llegue a convertirse en un individuo adulto y desarrolle sus capacidades relacionales debe ser cuidado, potenciado y esa es labor habitual de las mujeres trabajadoras y en parte por mujeres burguesas. Cuando estas tareas diarias se llevan a cabo se hacen parte de la realidad aquellas personas que son dependientes como son niñas, niños, discapacitados y mayores. Pero se hace más patente que hay otro tipo de discapacitados sociales, mayoritariamente hombres.

Volviendo a las responsabilidades individuales, es evidente que primordialmente son colectivas, como seguramente para el empresario no es una responsabilidad individual la explotación de trabajadorxs de su pequeña fábrica, pero el beneficio del género masculino como estructura, como conjunto es tan real como el beneficio particular que los hombres obtienen de su desentendimiento en tareas comunes y que dejan en manos de las mujeres. Y esta estructura no es otra que el patriarcado, nunca paralelo al capitalismo, ni a cualquier modo de producción, sino, transversal a todas las clases sociales. ¿ O a caso pretendemos decir que aquellas mujeres burguesas no son oprimidas? "Las palizas, las agresiones sexuales o el acoso se dan entre hombres y mujeres de cualquier clase social y no únicamente por parte del obrero alienado, frustrado, bebido que golpea a su compañera. Y en cualquier caso, lo que hay que preguntarse es porque ese obrero considera a la mujer como una propiedad; porque el obrero, el campesino, el intelectual o el burgués (o el señor y el siervo) tienen derecho a la propiedad sobre las mujeres y sobre los trabajos que éstas realizan. Y porque la crianza, socialización y educación de los hijos e hijas del obrero, del campesino, del intelectual o del burgués son asunto de sus esposas". Por otro lado es muy es necesario destacar que las nuevas formas a las que hago alusión, esta revolución de la vida cotidiana y los cambios que esperamos se produzcan, si han llegado a acercarse a la realidad, sin duda han sido en aquellos países que han llegado al socialismo. No podemos obviar que la Unión soviética fue el más avanzado en materia de la decisión de la mujer sobre su cuerpo, el divorcio, tanto su incorporación a la producción. Pero la situación fue enfrentada también creando comedores escolares y guarderías que se ocuparan de las tareas y del cuidado de los niños y niñas, y no de un real cambio de conciencia. Un cambio que tiene directa relación con asumir las tareas de la vida de las personas entre todas y todos, como motor fundamental de los cambios y de un verdadero socialismo. En éste sentido está claro que el hecho de que el sistema capitalista privilegie un género sobre otro no es consecuencia de un orden natural, todo lo contrario, está absolutamente fijado en función de los principales intereses del capital, es por esto que a penas el patriarcado deje de servir al mercado, será transformado por otro que se ajuste a las formas que requiera para seguir explotando. Y es la forma más evidente de que las mujeres tenemos en nuestra vida diaria un responsable que sin duda es el patriarcado. Existe sorpresa al saber que viejos reductos teóricos, enuncien que dado el mecanismo de explotación capitalista , la lucha de las mujeres en contra del patriarcado sea una estrategia más del capitalismo para dividir a la clase obrera. Eso es no entender nada de lo que ha pasado en la historia de la humanidad. Las mujeres sin duda no son una clase social, sino que pertenecen a ellas, pero como se mencionaba antes sí son víctimas de esta opresión transversal que es imposible de esconder. Las mujeres burguesas son mujeres oprimidas, de otra forma claramente. Porque es real que grandes masas de población femenina del sur del mundo vienen a suplir la caída de los estados de bienestar que en algunas décadas propiciaron que los organismos públicos se ocuparan de las tareas de cuidado. Estas mujeres trabajadoras que vienen dada la precaria situación a las que se ven sometidas en sus neoliberales países de origen. Por lo tanto esas mujeres burguesas si se benefician de aquellas que vienen a cuidar de sus hijos, esas mujeres ricas tienen una vida profesional y laboral en la cual se les permita desarrollarse a costa de otras. Esas que dejan al cuidado de otras mujeres lo que los hombres del mundo se niegan a compartir. Hombres de todas las clases sociales. El feminismo liberal, el anticapitalista, el materialista, el marxista o el autónomo. Todos y cada uno de ellos ha contribuido a la lucha de las mujeres, ha generado debate, ha hecho remover conciencias, y lo más importante ha desarrollado espacios de divergencia históricos, que se han trasformado luego en una lucha común de las mujeres. Ha logrado avance en las conciencias de las mujeres del mundo. Las mujeres hemos avanzado en espacios de poder, con mucho sacrificio, pero hemos avanzado.

Las teorías han dado la batalla contra una forma de ver el mundo totalmente androcéntrica, y eso es un logro del que no podemos renegar. Todos los pasos dados por las mujeres en el seno de las organizaciones, son logros de la lucha por nuestra representación, e incluso aquellos espacios que han dado lugar a las reformas en la legislación han contribuido. No queremos una parte, lo queremos todo, queremos que se nos trate de forma igualitaria en nuestras propias organizaciones mixtas. Y si en el camino necesitamos cambios, modificaciones legislativas y medidas de presión para ser representadas en diversos organismos y espacios de poder y de discusión mejor. Porque no podemos esperar a que se sienten las bases, mientras millones de mujeres en el mundo siguen siendo asesinadas, mientras somos víctimas primeras de las guerras, de la miseria, el hambre, la ignorancia y el abandono. O mientras seguimos siendo avasalladas por los hombres que pretenden cambiar el mundo y que con sus formas nos hacen retroceder. No queremos un poco, lo queremos todo. Y si eso implica un cambio de conciencia similar y paralelo a la conciencia de clase, es primordial saberlo para que todas y todos podamos adquirirlo. Ojala pudiéramos hacer entender a aquellas que aún no saben que sí son explotadas por el hecho de ser mujeres y trabajadoras. Ojala pudiéramos levantar la voz y ser escuchadas por estos críticos compañeros de revoluciones. Ojala no fuera nunca más mencionado que luchar en contra del patriarcado, disminuye nuestro potencial revolucionario como clase, y menos enunciado por una compañera, que es ahí donde está la lucha más real y necesaria y que es objetivo de éstas humildes ideas expresadas.

El mundo pertenece a mujeres y hombres y es nuestro deber reformular las ideas y la práctica de lo ya conocido para avanzar, de lo contrario nuestro objetivo se alejará en función del avance nuestros pasos. " Cuando varones y mujeres lleguen a ser verdaderos compañeros y la solidaridad sea el auténtico motor, cuando desaparezca la fría soledad moral y afectiva que rodea a los seres humanos en el capitalismo, sólo entonces será posible una auténtica revolución comunista."

"Dejad que un sentimiento alegre de servir a la causa común de la clase trabajadora y de luchar simultáneamente por la emancipación femenina inspire a las trabajadoras a unirse. "

Alejandra Kollontay.

 
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Rodrigo González Fernández
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