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viernes, enero 13, 2006

SISTEMA BINOMINAL Y DEMOCRACIA TUTELADA

 

Por senador Jaime Gazmuri, región del Maule, un interesante artículo que hay que leer con detención.Es una posición respetable y no la única en estas materias.  Jaime, fue compañero  de Colegio en el Verbo Divino y era muy bueno para el Fútbol.

 

El proyecto que pretende reponer el Presidente Lagos y su Gobierno, sobre reforma electoral es, en mi concepto, de la mayor importancia para nuestro ordenamiento democrático. Las reformas indispensables al sistema electoral son el tema de fondo y efectivamente significan una discusión política en un período electoral.

 

Somos la representación de la soberanía de la nación; somos el órgano legislativo; somos quienes establecemos las normas sobre las cuales la sociedad se construye. ¡Eso es la política!. Y cuando hay que hablar más de política -no menos- es en periodo de elecciones.

 

Sin embargo, cada vez que se plantean cuestiones políticas de fondo sobre las cuales hay controversia, la Derecha las elude. En algunas estamos de acuerdo; pero existen otras, reales y de fondo, en que no lo estamos, por ejemplo, respecto de nuestros regímenes político, electoral y laboral. Considero un escándalo para una sociedad moderna algunas prácticas laborales que se están empleando con los trabajadores de Chile.

 

Y si hay problemas de corrupción, los momentos electorales son grandes ocasiones para plantearlos. Pero esta tendencia sistemática a eludir el debate de las cuestiones políticas controversiales es lo que me preocupa.

 

Pero, ¿por qué esta insistencia tan permanente por mantener el sistema binominal? ¡Llevamos 16 años discutiendo este asunto!. Esta reforma la planteamos los partidos de la Concertación desde el momento mismo en que fue impuesta al país la Constitución de 1980. Estuvo siempre en todos los estudios de nuestros constitucionalistas durante el período de lucha contra la dictadura, y se ha reiterado en los tres programas de los Gobiernos de la Concertación, que han tenido mayoría en el país.

 

 

O sea, no puede decirse que estamos haciendo una discusión de última hora, o improvisado, como si al Presidente Lagos se le hubiera ocurrido esto en una noche de insomnio . ¡Llevamos 20 años planteándolo!.

 

¿Por qué tanta resistencia? Porque el sistema binominal es uno de los últimos elementos que formaron la arquitectura de la Constitución original de 1980. Más bien el penúltimo, porque el otro punto es el debate de fondo, que no hemos tenido, sobre este curioso sistema de quórum que estableció la Ley Fundamental de 1980. Esa discusión no se ha abierto aún y contradice toda la experiencia constitucional chilena anterior.

 

Entonces, cuando hablamos de modificar el sistema binominal, lo que estamos haciendo es sacar el último elemento constitutivo de una Carta -lo dijeron sus propios autores- que pretendió imponer al país lo que llamaban una “democracia protegida”, una “democracia tutelada”.

 

 

 

¿Protegida de qué? Protegida básicamente de las mayorías, protegida básicamente de los otros, protegida básicamente de los que no eran del núcleo central del poder sobre el cual se constituyó la dictadura.  Por eso había un artículo 9º, producto del cual toda la Izquierda quedaba fuera del marco constitucional. Por eso los quórums. Por eso un Senado casi en su mitad designado por el Presidente de la República.

 

Por eso toda la arquitectura del tutelaje militar sobre el sistema político.

Todo ello, con el acuerdo del Congreso  se ha venido desmontando. Ésa fue la reforma que concordamos el año pasado. Se desmontaron todos los sistemas de tutela militar sobre el ordenamiento político chileno. Pero todavía subsiste un sistema electoral, que puede ser discutido como todos los sistemas electorales del mundo (hay un debate universal sobre el punto), pues no existe uno perfecto.

 

Todo sistema electoral debe establecer un equilibrio entre dos principios. El primero dice relación a cómo se fortalece la formación de mayorías. Por ese motivo, en los regímenes parlamentarios se premia a la primera minoría. Cuando se dice: “Espectacular triunfo de Tony Blair y de los laboristas británicos: 42 por ciento en la urna, 60 por ciento en el Parlamento” es, precisamente, para fortalecer la formación de mayorías, que es un principio de buen Gobierno. Y el segundo principio que se debe establecer se refiere a cómo incluir la representación de las minorías, que no es fácil de equilibrar.

 

El sistema italiano era proporcionalmente perfecto y permitía la expresión casi aritmética de las minorías: un partido que lograba el 1,8 por ciento de la votación electoral, en un parlamento compuesto por 600 diputados, obtenía 1,8 por ciento de los escaños. Sin embargo, presentaba un problema: era muy difícil construir mayorías y los partidos pequeños podían convertirse en el eje del sistema político.

 

El sistema político chileno es el único en el mundo que dificulta la construcción de mayorías y excluye a las minorías significativas. Es un escándalo lo ocurrido en la última elección general: el 7 por ciento de los chilenos, en una Cámara Baja integrada por 120 Diputados, no tiene un solo Parlamentario.

 

Se le llama “izquierda extraparlamentaria”. Pero ésta no es de aquellas izquierdas extraparlamentarias europeas de los años 70, que no estaban en el Parlamento porque creían que había que destruirlo y colocarle bombas, como acontecía con los extremistas alemanes y los italianos. ¡No! Ésta es una izquierda extraparlamentaria que desea estar en él.

 

¿Qué sabiduría tiene un sistema político que excluye la representación de sectores importantes de la sociedad y determina que un 60 por ciento sea igual al 30 por ciento? .

 

Entonces, ¿por qué ese temor a modificar el sistema?. Por el atavismo conservador y autoritario, que es el temor histórico de las clases dominantes de nuestro país a la expresión de las mayorías. Esto es lo que más me preocupa en el debate, pues no se trata sólo de una discusión de técnicas constitucionales.

 

 Permanentemente hay algo en la constitución de nuestras clases dominantes que hace que la mayoría siempre sea sospechosa. La expresión democrática plena constituye una amenaza todo el tiempo. Las nuevas fuerzas sociales y políticas que se han incorporado a nuestro país siempre han sido vistas como un peligro, desde el "León de Tarapacá", en 1920.

Siempre ha existido ese temor atávico a la manifestación de la democracia. Y, a mi juicio, eso es lo que tiene que romper esta sociedad. Porque en una democracia madura todos debemos sentir que podemos ser mayoría alguna vez y que es posible contar con un sistema que la refleje.

Me parece que nuestra sociedad ha crecido lo suficiente como para vivir en una democracia madura. Y una democracia lo es cuando no teme ni a los grandes acuerdos, que son indispensables para construir un gran país, ni tampoco al hecho de dirimir los desacuerdos por la vía democrática.

Considero que ése es el debate central que interesa al país, que es pertinente realizarlo en una coyuntura electoral, en lugar de hacer cierta disquisición -muy interesante, pero alejada del tema de fondo, real- vinculada básicamente con aspectos procedimentales.

Desde el Senado, el Senador Jaime Gazmuri, en un muy interesante artículo que hay que leer con detención.

Saludos Rodrigo González Fernández, parpolitic.blogspot.com

 

3 comentarios:

  1. Interesante el articulo del Senador Gazmuri. Pero me gustaria dar otra respuesta a la pregunta que el hace: ¿porque hemos demorado tantos años en modificar el sistema binominal, aun sin consegurirlo?

    El sistema binominal es una aleternativa diseñada para dar gobernabilidad a un sistema presidencialista. Quienes idearon el sistema binominal dieron por hecho que el presidencialismo era inmodificable e idearon un sistema electoral no proporcional que diera estabilidad al pais. Ese sistema, que tampoco es mayoritario, pues no premia a las mayorias (es cosa de verlo), es el binominal.

    En Chile hay arraigado un profundo antiparlamentarismo. No esta ni en la mentalidad de los politicos y aun menos de los militares el concebir siquiera un Chile parlamentarista. Este sistema es mal mirado y quienes lo proponen son tachados de poco pragmaticos. Se cree erroneamente que el presidencialismo es la solucion "obvia" y "adecuada a la realidad del pais". El presidencialismo seria el sistema "facil": Se equivocan rotundamente. El presidencialismo es el camino dificil, la forma de hacer las cosas dificiles pues es un sistema que requiere aun mas disciplina que el parlamentario. No por casualidad la gran mayoria de las democracias del mundo son parlamentarias o semipresidenciales. Porque es un sistema mas facil de operar y que da mas gobernabilidad que uno presidencial. Un sistema presidencial requiere de un diseño tan delicado y tan equilibrado que es practicamente imposible de lograr. En casi 200 años, solo EEUU ha logrado ese equilibrio. Es mas facil para Chile hacer una buena constitucion parlamentarista que una buena presidencial. Es mas alcanzable lo primero que lo segundo. Esta opinion contradice el sentido comun de los politicos, pero la verdad esta percepcion del parlamentarismo como una solucion utopica tiene mas de mito que de realidad. Es simplemente una de esas afirmaciones que de tanto repetirse se dan por sentadas.

    El tope donde llegan todas las discusiones acerca de cambiar el binominal es el sistema presidencial. Veamos: la concertacion siempre ha propuesto el sistema proporcional como alternativa. La discusion llega siempre al punto que se considera que el sistema proporcional no es compatible con una democracia presidencial. En este punto, ocurre una vuelta atras: en vez de avanzar los politicos retroceden en el tiempo y se volcan otra vez al sistema binominal como la unica salvacion. ¿Por que no cambiar el sistema presidencialista entonces? Porque los politicos chilenos tienen prejuicios sobre el sistema parlamentarista. Y porque los politicos chilenos tienen tambien prejuicios acerca de los proparlamentaristas. Y los prejuicios nacen del desconocimiento.

    Veamos algunos de esos prejuicios:

    - "En Chile el parlamentarismo fracaso": en rigor, en Chile nunca hubo parlamentarismo de derecho sino de hecho, es decir que no hubo un parlamentarismo regulado, con los resguardos obvios que tiene todo sistema parlamentario que se precie de tal (una sola camara politica, facultad de disolver la camara politica, cierre de debate)
    - "El parlamentarismo genera gobiernos debiles": Tatcher en Inglaterra, Felipe Gonzalez en España, Helmut Kohl en Alemania, todos ellos gobernaron alrededor de diez o 12 años. ¿Es eso un gobierno debil? Gobiernos que dieron gran estabilidad a sus paises y generaron politicas continuas basadas en el consenso, gobiernos democraticos, de mas esta decir.
    - "el parlamentarismo es poco realista y es inadecuado a la realidad chilena y latinoamericana". Falso. El parlamentarismo no es la solucion dificil sino el camino obvio y el mas practico y facil para un pais como Chile. El presidencialismo es un sistema dificil. Aqui hay una confusion en cuanto a conceptos: el presidencialismo es mas simple en su mecanismo y mas facil de comprender, asi como el parlamentarismo tiene mecanismos mas complejos y mas dificil de entender: pero eso no implica que operar el primero sea facil y el segundo dificil, como tampoco es mas facil de operar un camion sin direccion hidraulica que uno con direccion hidraulica, aunque el primero sea mas simple y mas rudimentario. El presidencialismo no obliga a las coaliciones a tener gobiernos de mayoria, por tanto requiere de un grado de cultura civica y de disciplina realmente elevado. El presidencialismo es la opcion dificil, no la sencilla.
    - "el parlamentarismo es propio de monarquias". Bueno, este es un prejuicio que no se basa en nada mas que en simple apariencia, seria como decir que latinoamerica es similar a EEUU porque somos democracias presidenciales. Este prejuicio es comun tanto a la derecha como a la izquierda: para la izquierda, el parlamentarismo es "burgues" y falso. Para la derecha, es de gente que no tiene orden y pasa solo discutiendo sin hacer nada...prejucios, sin embargo muy extendidos.

    Todos estos prejuicios hacen que la discusion acerca de cambiar el binominal llegue hasta ahi. Es un ciclo que siempre termina en un intento desesperado por salvar el presidencialismo: ¿por donde van estos intentos? por inventar soluciones electorales sui generis, generalmente poco practicas, o instituciones del estado que regulen ciertos aspectos de la gobernabilidad. Lo que se trata de revivir es un sistema que ya esta muerto y agotado mediante soluciones muy creativas pero al mismo tiempo muy rebuscadas.

    Como simple ciudadano, modestamente les propongo a los politicos lo siguiente: vayan un poco mas alla del presidencialismo. Porque llegan hasta cierto punto y se devuelven. ¿Por que no simplemente adoptar una democracia parlamentaria? ¿Por que ese temor al parlamentarismo? Y de adoptar el sistema parlamentario, ¿por que no hacerlo con honestidad, sin tratar de disfrazar esta reforma politica de envergadura? Los politicos de derecha mencionan a menudo que todos los grandes sistemas electorales del mundo son mayoritarios. Sin mencionar que el binominalismo no es mayoritario, tampoco mencionan que de todas esas grandes democracias, todas menos una sola son parlamentarias. El parlamentarismo es el sistema de este mundo, estamos rodeados de el, el parlamentarismo no es la rareza. No es por casualidad.

    Saludos

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  2. Gracias Paolo. muy bueno e informado tu artículo, un abrazxo, Rodrigo González

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  3. Gracias Rodrigo por la oportunidad que nos brindas, a mi de expresar esta opinion. Un saludo afectuoso.

    Paolo

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