| Por Alejandro Fainé y René        González 
 "Es una persona capaz de asumir responsabilidades y        responder por ellas". Así describió a Claudio Carreño la empresa de head        hunter Alta Decisión, quien con estos atributos lideró la lista de        postulantes al cargo de gerente de Administración de la Empresa de        Ferrocarriles del Estado (EFE) en 2004.
 
 Frase traicionera, si se        considera que ahora es sindicado tanto por el Ministerio Público,        Investigaciones, Contraloría e informes internos de la estatal como pieza        clave en las millonarias irregularidades contra la empresa. No sólo se        vinculó directamente en acciones anómalas, sino que además supervigilaba        la actuación del hoy también formalizado jefe de la Unidad de Consumos        Básicos, Guido Olavarría.
 
 Ambos se mantuvieron durante un año y        medio, lapso en el que se habría producido un perjuicio contra EFE de $230        millones, según pericias contenidas en la investigación del fiscal José        Manuel Ramírez. La Segunda tuvo acceso exclusivo al archivo del Ministerio        Público sobre el caso, el que aclara cómo operó este grupo; las        asignaciones a dedo a amistades y parientes; un irritante detalle de        mejoras en estaciones que sólo quedaron en el papel y los tiempos que se        tomó el Consejo de Defensa del Estado para decidir hacerse parte.
 
 Los trabajos de "la prima"
 
 131 trabajos sin        respaldo presupuestario previo realizaron para la Empresa de Ferrocarriles        del Estado (EFE) tres contratistas, los mismos que en forma casi        exclusiva fueron considerados por la Unidad de Consumos Básicos para hacer        de todo, aunque en general no hicieron, o cuando lo hicieron        fue poco, mal y cobraron mucho.
 
 Anastasio Cerda        González, Jéssica Castro Alvarez (ambos ya formalizados en el caso) y        Enrique Márquez Blanco acapararon los trabajos solicitados por el jefe de        esa unidad, Guido Olavarría. Más de la mitad del total invertido se        canalizó a través de la mujer, según el informe técnico contable del        perito de la Corte Suprema Sergio Rivero Castro.
 
 En él se        señala que ella "presenta una relación familiar" con Olavarría.        El fiscal de EFE, Jean Pierre Warnier la especificó: prima        política.
 
 ¿Y cómo operaba este jefe de la        Unidad de Consumos Básicos? Su departamento debía realizar        pequeños, pero vitales gastos para mantener el servicio de trenes andando.        Tenía que pagar las cuentas de luz, agua, teléfono y gas, además de        realizar reparaciones menores de urgencia.
 
 Sin embargo, "dispuso de        reparaciones de urgencia que no eran de urgencia o menores... y cuyos        montos fueron deliberadamente fraccionados para ser aceptados como        consumos básicos", señala la querella de EFE, a raíz de distintos informes        periciales que concuerdan en ello.
 
 Antes de su gestión, su unidad        solía utilizar anualmente unos $4 millones. En 2005, bajo su        mando, el monto se empinó a casi $100 millones y entre enero y abril del        año pasado gastó $79 millones.
 
 Carreño sobre Olavarría: Es        honorable
 
 Ello encendió luces        rojas en la estatal, y fue así como en mayo de 2006 Guido        Olavarría tuvo que responder a los cuestionamientos de la auditora interna        Laura Valenzuela Bahamondes.
 
 Ella le pidió los presupuestos de las        obras. Sólo obtuvo los de empresas "como eléctricas y aguas", pero le dijo        que del resto no tenía nada porque "eran trabajos de        urgencia".
 
 Pero la auditora sabía que él había concentrado en los        contratistas Cerda, Márquez y Jéssica Castro la totalidad de las        obras.
 
 Así el jefe de Consumos Básicos le confidenció que la        mayoría de las tareas eran para O&C porque se había comprometido a        "asignarle todos los trabajos a cambio de que ellos realizaran un        diagnóstico de las necesidades de mantención que requerían las estaciones        y recintos".
 
 Laura Valenzuela le preguntó si Jéssica        Castro (su prima) tenía alguna relación con O&C y él respondió que...        no la conocía.
 
 En su declaración judicial, la        auditora señaló también que "Carreño (el gerente de Administración) estaba        muy interesado en el avance de la auditoría y sus resultados, argumentando        que conocía de bastante tiempo al jefe de Consumos Básicos y que era una        persona honorable".
 
 Valenzuela tenía más bajo la manga. Le dijo a        los detectives que "la mayoría de los jefes de estaciones y        recintos indicaron que ninguno de ellos habían solicitado los supuestos        trabajos".
 
 Y comienzan los trabajos fantasmas
 
 Los        efectivos entonces realizaron un barrido en terreno, verificando lo que        les contó la mujer. Conversaron así con el encargado de supervisión y        manutención de Estación Central, Sergio Lantadilla Tobar, quien dijo que        "el 24 de marzo me percaté de que en el pasillo del segundo piso, andén 6,        se estaban desarrollando trabajos eléctricos..., los cuales nunca fueron        solicitados por nuestra subgerencia".
 
 El funcionario solicitó a los        encargados de la contratista O&C documentos de respaldo de las obras.        Nunca llegaron, "lo que originó la paralización definitiva de la        obra".
 
 Continuando con su barrido, los detectives indagaron        reparaciones supuestamente realizadas por orden de la Unidad de Consumos        Básicos la Maestranza San Eugenio de EFE.
 
 Pero la policía se topó        con que las obras supuestamente pagadas por la estatal habían sido de        costo de la empresa vecina de la maestranza, Temoinsa, cuyo gerente        general, Amador Rodríguez Penin, declaró: "No es efectivo que estos        trabajos fueron realizados por la contratista Jéssica Castro, como figura        en las facturas que en fotocopia se me exhiben".
 
 Irregularidades        de contratistas por $159 millones
 
 Con antecedentes similares,        el perito Sergio Rivero llegó a la conclusión de que los tres contratistas        manejaron irregularmente trabajos cobrados en exceso, no ejecutados o        parcialmente realizados, por $ 159.172.262.
 
 Agrega que ello fue        posible gracias a que "el jefe de la Unidad de Consumos Básicos, Guido        Olavarría, autorizó trabajos sin realizar previamente un proceso de        calificación y selección de prestadores de servicios... (y las obras) no        contaban con un presupuesto detallado".
 
 Así habla de que Jéssica        Castro facturó 76 obras desde Estación Central hasta Temuco por $ 127        millones, generando un perjuicio a EFE por $ 92 millones.
 
 En este        punto, y concordando con posteriores conclusiones de la policía, cita al        ex gerente de Administración, Carlos Carreño, jefe de Olavarría, quien        aparece firmando facturas, por lo que "estaba en conocimiento" de las        irregularidades.
 
 La quiosquera que arregló los        baños
 
 Respecto del contratista Anastasio Cerda, el perito        sostiene que los 42 trabajos que le fueron asignados implicaron un        perjuicio para la estatal de $49 millones.
 
 Con el fin de asentar la        veracidad de las irregularidades, EFE contrató los servicios de la        consultora RAE, la que revisó en terreno obras y las valorizó. En el        informe final figuran numerosas anomalías, supuestamente cometidas desde        Santiago a Talca por este contratista.
 
 Una de ellas es la que        sufrió Rosa Martínez, quien desde hace cinco años es concesionaria del        quiosco que está en el hall de la estación San Bernardo. La Unidad de        Servicios Básicos, destinó $1.178.100 para arreglar sus baños sin costo        para ella. Algo que la microempresaria desmiente: "Mi concesión incluye la        operación y mantención de los baños", y por lo mismo de su bolsillo le        pagó a un maestro, con quien además quedó disconforme por la calidad del        trabajo.
 
 Sobre el tercer contratista, Enrique Márquez Blanco, los        15 contratos terminaron por perjudicar a EFE en $17 millones, según el        informe de RAE. Este además acusa que éste cobró un sobreprecio promedio        de 250% y ejecutó labores de baja calidad.
 
 Una de las consecuencias        la vive a diario el movilizador de Itahue, Mauricio Paredes, a quien se le        construyó una caseta de baño de 2x2 metros, por $2.677.500. Claro que la        puerta no es de intemperie, así es que está humedecida, la ventana no está        instalada y le llegan malos olores, porque la ventilación del        alcantarillado se instaló muy cerca.
 
 Según el informe, incluso        considerando ganancias y gastos generales de un 30%, por las obras se        debió cobrar menos de la mitad del monto total.
 
 Este catastro de        irregularidades, más las anomaláis detectadas en los trabajos realziados        por Luis Briceño (ver nota asociada), llevan al perito a una lapidaria        conclusión: "Producto de las irregularidades cometidas por el Gerente de        Administración don Claudio Carreño Rosales y el Jefe de Unidad de Consumos        Básicos dependiente de esa misma gerencia, don Guido Olavarría        Ortiz, la Empresa de Ferrocarriles del Estado ha sufrido un perjuicio        económico ascendente a $230.280.267".
 
 Fallas de las otras        gerencias
 
 El informe "confidencial" de la contraloría        interna de EFE de mayo de 2006, a parte de detectar las irregularidades        asociadas al grupo del ex gerente de Administración Carlos Carreño, "tira        las orejas" a otras jefaturas:
 
 Gerencia de        Finanzas: "No se tomaron acciones correctivas a las desviaciones        presupuestarias de los períodos en análisis (2005 y 2006)", lo que genera        un riesgo a la empresa de pérdida financiera por la asignación de trabajos        de reparaciones no autorizadas e innecesarias; las facturas liberadas "no        contaban con las autorizaciones mínimas que una buena administración de        los fondos públicos exige", y que "los cheques girados (a contratistas        cuestionados) no cumplen con la normativa tributaria", entre        otras.
 
 Gerencia de Recursos Humanos: "No se        verificaron (por no ser práctica habitual), previo a la contratación,        antecedentes familiares (conflictos de intereses), penales, financieros"        del gerente de Administración y del jefe de Consumos Básicos ("pueden        originar riesgos de fraude, obtención de beneficio personal y riesgo legal        por compromisos... en nombre de la empresa").
 
 CDE supo hace        siete meses: se querelló el miércoles
 
 El miércoles, el        Consejo de Defensa del Estado (CDE) presentó una querella por fraude y        estafa al fisco por prácticamente los mismos antecedentes que se entregan        en esta edición.
 
 La entidad, que en su misión tiene la        tarea de "defender, representar y asesorar jurídicamente al Estado de        Chile en sus intereses patrimoniales y no patrimoniales" -según se expresa        en su sitio web-, tuvo acceso mucho antes a la información que manejaba el        Ministerio Público, con declaraciones e informes claros que mostraban el        nivel de las anomalías al interior de la firma estatal.
 
 Fue el        propio fiscal José Manuel Ramírez el que -en un memo de fecha 26 de        octubre de 2006, pero que tiene timbre del 2 de noviembre de ese año- le        informa al abogado procurador fiscal de Santiago de la entidad que "se ha        iniciado una investigación en contra de Guido Olavarría Ortiz, ex jefe de        la unidad de consumos básicos de la gerencia de administración de la        empresa de Ferrocarriles del Estado (...) por supuestos delitos cometidos        en perjuicio de la Empresa de Ferrocarriles del Estado. Se hace presente        que la investigación se encuentra en etapa preliminar y desformalizada.        (Se agradecerá) a Ud. comunicar la decisión que adopte ese organismo, en        el caso que resuelva no querellarse".
 
 El 7 de noviembre del año        pasado acudió un procurador del CDE, quien -como se deja constancia-        "revisa la carpeta y toma fotografías"... 232 días después, el        CDE se querelló, y sólo tras recibir una petición de parlamentarios de        oposición para que se hiciera parte.
 
 Las        investigaciones en curso
 
 CONTRALORIA: Auditorías realizadas        desde 2001 detectaron variados problemas en la administración de EFE. La        polémica compra de trenes a España, los que rápidamente se estropearon;        contrataciones falsas, así como sobreevaloradas, e increíbles casos de        falta de control -como talonarios de cobro botados en pasillos- pusieron        un serio manto de dudas sobre el buen uso de las millonarias inversiones        de la firma estatal.
 
 JUSTICIA DEL CRIMEN: En el sistema penal        antiguo, la Alianza entregó las irregularidades detectadas por Contraloría        previas a junio de 2005 (fecha en que se inició la reforma procesal penal        en Santiago). Partió en el Cuarto del Crimen, pero la reducción de los        juzgados trasladó la causa al 32.o del Crimen. Ahora la oposición pidió a        la Corte Suprema designar un ministro en visita para estos        casos.
 
 COMISION INVESTIGADORA: Las revelaciones de la Contraloría        gatillaron la creación de esta instancia en la Cámara de Diputados, que        lleva semanas interrogando al ex presidente Luis Ajenjo. Los        parlamentarios van tras las responsabilidades políticas de un cuestionado        plan de inversiones por sobre US$1.100 millones, que hoy tiene sin        funcionamiento el tren a Temuco y el tramo Victoria-Puerto Montt, así como        un severo déficit operacional y las pérdidas más altas de su historia.        Se cuestiona a Ajenjo por aparecer como economista o ingeniero no        siéndolo, y cobrando dieta en varios directorios, lo que para la oposición        sería ilegal.
 
 
 
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