el crecimiento económico)  
Por Jaroslaw Anders
Redactor del Servicio  Noticioso desde Washington
Washington - La corrupción endémica de los  sistemas judiciales no sólo
niega a los ciudadanos sus derechos humanos  básicos, sino que retrasa
también el desarrollo económico y a veces impulsa a  las poblaciones
afectadas a la violencia, según un informe  reciente.
El Informe global de la corrupción 2007: Corrupción en sistemas  judiciales,
indica que a pesar de los esfuerzos internacionales, hay  distintas formas
de corrupción judicial que continúan afectando a muchos  lugares del mundo.
El informe fue publicado a finales de mayo por  Transparencia Internacional,
una organización internacional no gubernamental  de anticorrupción.
"Estamos hablando no sólo de soborno hecho  abiertamente, sino de
interferencia o favoritismo político, de la influencia  del dinero, que
puede tener un profundo impacto en todos nosotros y minar  nuestra confianza
en las instituciones públicas y su capacidad de producir  resultados justos
e imparciales" dijo Nancy Boswell, presidenta de  Transparencia
Internacional en Estados Unidos, el 6 de junio en un acto en la  Institución
Brookings, una organización de investigación con sede en  Washington.
Según el informe, hay una clara conexión entre altos niveles  de corrupción
judicial y bajos niveles de crecimiento económico. Según el  informe, ello
no es una sorpresa, puesto que "la expectativa de que los  contratos se
cumplirán y las diferencias se resolverán justamente es esencial  para los
inversores, y ello es la base de un desarrollo empresarial adecuado  y del
crecimiento".
En el mismo acto, Aryeh Neier, dijo que la amplia  desconfianza en las
instituciones de justicia también es un factor que  empuja  los ciudadanos a
resolver sus problemas por medio de la fuerza,  lo que lleva al desorden
social y a la violencia. Neier es la presidenta del  Instituto Open Society,
un grupo privado que promueve la gobernabilidad  democrática, los derechos
humanos y la reforma económica, legal y  social.
Según Transparencia Internacional, la mayoría de las personas en  siete de
los ocho países africanos que se sondearon, dijeron que sus  sistemas
jurídicos son corruptos y una de cada diez de aquellas personas que  habían
tenido tratos con los tribunales admitieron haber pagado sobornos.  Otro
aspecto de la corrupción judicial, la influencia política sobre los  jueces,
es especialmente seria en Níger, Nigeria, Zambia y Zimbabwe, indicó  la
organización. Además, cita a Kenia y a Lesoto como países con un alto  nivel
de tolerancia social hacia las prácticas corruptas.
En América  Latina, el 80 por ciento o más de los que respondieron a la
encuesta en  Bolivia, México, Paraguay y Perú perciben sus sistemas
judiciales como  corruptos.
Los gobiernos en muchos países de bajos ingresos en Asia,  entre ellos
Bangladesh, Camboya, Indonesia, Laos, Nepal, Pakistán, Filipinas,  Tailandia
y Vietnam, no están proporcionando el apoyo adecuado a sus  tribunales y a
los funcionarios judiciales, "lo que promueve la impunidad y  menoscaba el
estado de derecho", indica el informe.
En Europa y en el  centro de Asia, el informe indica que existe lo que
considera una influencia  indebida del poder ejecutivo en los nombramientos
del poder judicial en  países tales como Azerbaiyán, Croacia y Turquía. El
informe también concluye  que Rusia y Georgia han retrocedido en la
aplicación de normas  internacionales de independencia judicial.
El informe también observa con  ojos críticos a Estados Unidos, citando una
encuesta de 2004 que revela que  más del 70 por ciento de los encuestados
que respondieron en Estados Unidos  cree que las contribuciones a las
campañas judiciales en Estados Unidos  influyen en las decisiones judiciales
en los estados en que los jueces son  elegidos a sus cargos mediante
elecciones.
El informe destaca que la  corrupción judicial y política tienden a
reforzarse mutuamente. Un sistema  judicial corrupto probablemente no
sancionará a las personas que sobornan y  amenazan a los políticos. Como
resultado de ello, "candidatos honrados y  libres" con frecuencia se ven
impedidos de participar en la política o de  tener éxito en la vida pública.
Sin embargo Susan Rose-Ackerman,  profesora de derecho en la Universidad de
Yale y una de las autoras de este  informe, advirtió que la independencia
del poder judicial no es suficiente  para garantizar una justicia imparcial.
"Ciertamente se puede tener jueces  independientes que actúan con impunidad,
que son perezosos, corruptos y  completamente independientes: pueden hacer
lo que quieren porque nadie les  puede controlar", dijo.
El informe aboga por un delicado equilibrio entre  la independencia judicial
y la rendición de cuentas. Por una parte, los  mecanismos constitucionales y
legales deben proteger a los jueces de la  presión política, por otra, no se
debe permitir a los funcionarios judiciales  "que se refugien en
disposiciones de inmunidad anticuadas, leyes de desacato  excesivamente
severas o nociones de colegialidad" indica el  documento.
El texto completo del informe está disponible, en inglés, en  el sitio
electrónico de Transparencia Internacional (
http://www.transparency.org/publications/publications/gcr_2007 ).  Un
resumen ejecutivo en español ( 
http://www.transparencia.org.es/INFORMEGLOBAL 2007/Comunicado de  Prensa GCR 2007.pdf )  y un comunicado de prensa
( 
http://www.transparencia.org.es/INFORME GLOBAL 2007/Comunicado de  Prensa
GCR 2007.pdf ) que recoge los aspectos más destacados están  disponibles en
formato electrónico.
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Programas de Información  Internacional del Departamento de Estado de
Estados Unidos. Sitio en la Web:  
http://usinfo.state.gov/esp)
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