McCain, Obama: ¿Cuál favorecerá a  Latinoamérica?
 LIZA  GROSS
 The  Miami Herald
    AP
 McCain  y Obama se saludan en el Capitolio, en Washington.
   ENCUESTA ¿Cuál  es su candidato favorito? 
   El  probable candidato presidencial republicano John McCain parece tener ventaja en  cuestiones latinoamericanas, especialmente el comercio, según prominentes  intelectuales y políticos de América Latina que han estado siguiendo el curso de  las elecciones de EEUU.
 No  obstante, el carisma y el historial de presunto candidato demócrata Barack Obama  han despertado entusiasmo en la región.
 Aunque  no se han hecho encuestas en la región sobre las elecciones presidenciales de  Estados Unidos, los analistas pueden citar opiniones compartidas por el público  en general y los líderes políticos acerca de las mismas.
 En  lo que no se ponen de acuerdo es en cuál de los dos candidatos podría manejar  mejor los asuntos del área que debían estar entre las prioridades del próximo  presidente.
 La  simpatía despertada por Obama en Latinoamérica, según los observadores, tiene  que ver más con su raza y con lo que él representa que con sus posiciones en  asuntos latinoamericanos.
 "Puede  que la gente no entienda los detalles, pero muchos simpatizan con Obama, con su  visión, la cual. . . es menos unilateral y ofrece la posibilidad de retirarse de  Irak, y también porque él es miembro de una minoría'', afirmó Farid Kahhat,  profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Católica de Lima.
 "Obama  se parece más en su aspecto al resto del mundo, y eso produce mucha más  afinidad'', dijo Leopoldo López, el popular alcalde del municipio venezolano de  Chacao que critica abiertamente al presidente Hugo Chávez.
 Miguel  Henrique Otero, presidente y editor del diario caraqueño El  Nacional, dijo que las expectativas de los venezolanos de que Obama actúe a  favor de América Latina debido a su procedencia racial son una respuesta  emocional, pero él duda que el hecho de su raza se traduzca en cambios radicales  en la política de EEUU.
 "La  gente tiene grandes expectativas de cambio ante un presidente negro. Alguien que  triunfó sobre la discriminación'', declaró. "¿Cómo se comporta un presidente  negro? Pero, a nivel de gobierno, no creo que este hecho tendrá connotaciones  radicalmente diferentes en el futuro''.
 Obama  podría estarse beneficiando, además, de la falta de popularidad del presidente  Bush en la mayor parte de la región, que ve a McCain como un continuador de la  política de Bush, aunque en algunos países sus credenciales republicanas se  consideren una ventaja, afirmaron Otero y otros.
 "Nadie  en Venezuela quiere a Bush. El es una figura que rechazamos'', dijo Otero.  "McCain es, un poco, la continuación de Bush. El representa lo viejo. El no  atrae la atención de Latinoamérica'', añadió.
 No  toda Latinoamérica comparte este punto de vista --McCain tiene su atractivo para  México y Colombia.
 En  México, tanto el pueblo como el gobierno se mantienen cautelosos, de acuerdo con  el sociólogo Raúl Trejo, profesor de la Universidad Nacional Autónoma de  México.
 El  presidente Felipe Calderón se reunió recientemente con McCain en México, pero  "México no quiere mostrarse favorable a un candidato u otro'', afirmó Trejo,  quien ha escrito 15 libros acerca de los medios de prensa.
 Aunque  la personalidad de Obama despierta entusiasmo, su crítica del libre comercio va  en contra de los intereses de México, según los analistas. "Nos sorprendió la  ascensión meteórica de la carrera de Obama, su capacidad para generar esperanzas  y su uso innovador de las nuevas tecnologías'', afirma Trejo. "Pero hay que  reconocer que a los gobiernos mexicanos les ha ido mejor. . . con los  republicanos''.
 Los  demócratas han sido considerados tradicionalmente en México como más  proteccionistas.
 Obama  ya ha afirmado oficialmente que desea renegociar el Acuerdo de Libre Comercio de  Norteamérica, o NAFTA.
 La  posición de McCain a favor del libre comercio le ha ganado partidarios en  Colombia, así como en México --donde también impera un gobierno de tendencia  derechista. El objetivo de McCain al visitar estos dos países fue el de realzar  su imagen frente a los hispanos en Estados Unidos, pero aprovechó la ocasión  para asegurarles que él imnpulsará el libre comercio y usará la fuerza militar  para ayudar a combatir el tráfico de drogas.
 Ambos  mensajes placen al presidente colombiano Alvaro Uribe. Por un golpe de suerte,  McCain salió de Colombia escasas horas antes del rescate de la ex candidata  presidencial Ingrid Betancourt, tres contratistas estadounidenses y otros 11  rehenes de las FARC. Este suceso fortaleció la creencia de que una táctica  agresiva, que McCain apoya enfáticamente, es la estrategia más efectiva contra  el terrorismo y el tráfico de drogas, que en Colombia son conceptos  intercambiables.
 Para  conseguir la continuidad política del Plan Colombia, la iniciativa financiada  por EEUU y dirigida a frenar el comercio ilegal de drogas mediante el apoyo  militar y la erradicación de la coca, "un gobierno republicano sería más  ventajoso'', opinó Sandra Borda, profesora adjunta de Ciencias Políticas en la  Universidad de Los Andes en Bogotá. Colombia es en estos momentos el mayor  cultivador de coca del mundo.
 Por  añadidura, expresó, los comentarios de Obama en relación con el libre comercio  "hacen a McCain más compatible'' con los intereses de Colombia.
 "Barack  ha dicho definitivamente que él no firmará [el tratado de libre comercio con  Colombia], que el asunto debe ser revisado'', agregó. "La propuesta de McCain  pide su aprobación automática''.
 Los  mexicanos están a favor del libre comercio, pero dudan en apoyar la agresiva  política de EEUU en cuanto a las drogas. Muchos mexicanos afirman que Estados  Unidos no ha admitido su propio papel en atizar el comercio ilegal.
 Perú,  que en estos momentos genera cerca del 60 por ciento de la producción mundial de  coca, cediendo únicamente ante Colombia, comparte el malestar de los  mexicanos.
 "El  gobierno [peruano] no expresa esto abiertamente, pero existen dudas en cuanto a  la estrategia seguida por EEUU de prohibición y erradicación de las cosechas'',  señaló Kahhat. Sin embargo, añadió: "en tanto el gobierno reciba ayuda, prefiere  no crear problemas''.
 Además  del libre comercio y la lucha contra las drogas y el terrorismo, muchos  latinoamericanos ven la immigración como una prioridad para el próximo  presidente estadounidense.
 Por  ejemplo, la oposición indignada del ex mandatario mexicano Vicente Fox a la  construcción de la cerca de alta seguridad en la frontera condujo a fuertes  fricciones.
 "La  inmigración se debe reconocer como un hecho, y no se debe convertir en un  demonio'', expresó Trejo. "La relación con México es una realidad geopolítica  que el nuevo presidente va a heredar, y un asunto que tendrá que encarar''.
 Los  peruanos tienen opiniones parecidas.
 Del  millón de peruanos que se calcula hay en Estados Unidos, "más de la mitad  [están] en una situación irregular'', dijo Kahhat. "El nuevo presidente debería  ocuparse de la reforma migratoria. Los 12 millones de inmigrantes  [indocumentados] están aquí para quedarse''.
 Los  colombianos son la excepción. La inmigración no es una prioridad para ellos en  las relaciones bilaterales, de acuerdo con los observadores.
 "Yo  no creo que el gobierno siquiera tenga política alguna en relación con este  asunto'', dijo Borda.
 Más  allá de asuntos particulares, los latinoamericanos insisten en la necesidad de  que EEUU sostenga relaciones más intensas con la región.
 El  venezolano López aboga por un regreso al espíritu de la década de 1960 que  originó la Alianza para el Progreso, la iniciativa del presidente John F.  Kennedy de fortalecer la cooperación económica entre Norteamérica y América  Latina para ayudar a elevar el estándar de vid a y fomentar la libertad política  en la región.
 Otero  hace un llamado a una "lucha inteligente'' en la interacción con Latinoamérica  del próximo gobierno estadounidense.
 "Una  lucha inteligente tiene que ver con la defensa de la democracia, con el rechazo  activo a los ataques contra la democracia. Pero tiene que ser una lucha sin  portaaviones, sin ejércitos'', aseguró Otero. "Tal vez las intervenciones  norteamericanas no han sido muy inteligentes hasta el momento. Si EEUU quiere  ayudar, debería hacerlo inteligentemente''.
 lgross@MiamiHerald.com