ESTO ES LA UNIVERSIDAD DE CHILE HOY ¿CASA DEL  DELITO?
 Los autocontratos que tienen en la mira a la Facultad de  Economía de la U. de Chile
  
 Hace  cinco años, la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Chile se vio  envuelta en el caso MOP-CIADE, que en su arista administrativa terminó con la  destitución del director del Centro de Investigación Aplicada para el Desarrollo  de la Empresa (Ciade), Nassir Sapag. Fue acusado de autorizar pagos a empresas  propias y de su esposa, entre otras cosas. A pesar de esto, el modelo de  negocios se volvió a implementar de manera muy similar, aunque esta vez sin  involucrar al MOP. La facultad creó una fundación homónima dirigida por sus  propios directivos. Los mismos que fueron contratados para hacer asesorías y  consultorías pagadas a sociedades constituidas con sus esposas. La Contraloría  se instaló en la facultad a investigar y ya existe una denuncia ante el  Ministerio Público.
 Por  Juan Pablo Figueroa Lasch, CIPER
 Suena  el teléfono en la oficina de Juan Carlos González, director ejecutivo de la  Fundación Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile. Es  miércoles 14 de mayo. La llamada es para solicitarle copia de algunos de los 69  convenios que entre 2005 y 2007 suscribió la facultad con la fundación para  agilizar los procesos operativos de diplomados y cursos, y realizar distintas  asesorías y consultorías tanto para la planificación estratégica interna de los  departamentos como para clientes externos. Levanta el auricular y contesta.
 -Esta  semana nos cayó la Contraloría General. Así que te voy a pedir por favor que no  me molestes más. El tema me tiene realmente chato dice González antes de  colgar.
 Desde  que en 1981 las universidades estatales sufrieron una reforma que les impuso un  régimen de autofinanciamiento, los recursos fiscales destinados a ellas se  redujeron drásticamente. Si antes el 100% de su presupuesto provenía del Estado,  el aporte en la Universidad de Chile se redujo sólo a un 20%. Por lo mismo, para  competir con las universidades privadas, se otorgó a las estatales la facultad  de crear centros, institutos y fundaciones que les sirvieran de apoyo en su  gestión. Y la Universidad de Chile lo aprovechó.
 Actualmente,  las principales facultades de la universidad cuentan con fundaciones. Las hay en  Medicina, Derecho, Ingeniería y, desde el 28 de noviembre de 2003, cuando el  Ministerio de Justicia emitió un decreto exento que la autorizaba, también en  Economía.
 -En  estricto rigor, la fundación es una persona jurídica independiente de la  universidad, pero por sus objetivos, está demasiado relacionada. Está  transparentemente creada para ayudarle a funcionar a la facultad decía Juan  Carlos González en una entrevista días antes de que le "cayera" encima la  Contraloría.
 Cuando  la fundación no existía, la parte operativa de la ex Facultad de Ciencias  Económicas y Administrativas en 2006 cambió el nombre a Facultad de Economía y  Negocios (FEN) tenía procesos bastante engorrosos, pues como todos los  procedimientos de la universidad, debían tener la firma del rector. Con la  formación de una fundación de derecho privado y sin fines de lucro, todo se  agilizaría, ya que podrían actuar a través de un organismo con personalidad  jurídica independiente. Pero se debía proceder con cautela.
 Sólo  unos meses antes, la FEN se había visto involucrada en el caso MOP mediante unos  contratos entre ese ministerio y su Centro de Investigación Aplicada para el  Desarrollo de la Empresa (Ciade), dirigida por el ex decano interino Nassir  Sapag. La investigación derivó en un proceso judicial que en primera instancia  lo condenó a 541 días de presidio menor en su grado medio y a la inhabilitación  permanente para ejercer cargos públicos. Desde hace un año la causa se encuentra  en acuerdo.
 Pero  lo que realmente provocó el descalabró en la FEN, fue el sumario administrativo  que realizó la Contraloría (ver recuadro 1). A  raíz del informe, a varios empleados de la facultad se les aplicaron medidas  disciplinarias. Uno de ellos fue Sapag: fue destituido de su cargo por autorizar  pagos a empresas de su propiedad y su cónyuge, contratar a su hermano y su  sobrino, consentir indemnizaciones a funcionarios que se acogieron a retiro sin  existir normas que lo permitieran y pagar por proyectos convenidos con la  facultad sin que se hubieran realizado.
 -Después  de la mala experiencia que significó para la facultad todo el tema del MOP, se  dijo "empecemos de nuevo y tratemos de ser lo más cautos posible" dice Joseph  Ramos, entonces decano de la FEN.
 La  fundación ya se había constituido. Su directorio estaría conformado por los  directivos de la facultad en función de sus cargos: el decano, el vicedecano,  los directores de los tres departamentos (de Administración, de Sistemas de  Información y Auditoría, y de Economía), el director de la Escuela de Postgrados  y tres consejeros electos por el Consejo de Facultad. Sus fines, según sus  estatutos, serían "la investigación, el estudio, el fomento, la difusión y la  ejecución de toda clase de actividades relacionadas con las ciencias económicas  y administrativas, incluyendo la auditoría y los sistemas de información a nivel  nacional e internacional". Y aunque la cautela que menciona Ramos llevó a que la  fundación sólo entrara en actividad en 2005, al parecer no fue suficiente.
 Desde  hace un tiempo los movimientos de la fundación han estado bajo la lupa tanto de  la Fiscalía Centro Norte como de la Contraloría, a raíz de dos convenios que,  lejos de ser casos excepcionales, son una muestra del modelo de negocios que ha  realizado la FEN a través de ella.
 A  fines de enero de 2007, Miguel Mendoza, un académico de la facultad, puso una  querella en el 7º Juzgado de Garantía de Santiago denunciando "la exacción  indebida e ilegal de recursos de la FEN de la Universidad de Chile" por parte de  Carlos Maquieira, actual director de la Escuela de Postgrados. Un año y tres  meses después, Mendoza haría lo mismo en Contraloría.
 Los  contratos del triministro
 La  acusación de Mendoza se enfoca en dos estudios que solicitó la FEN a la  fundación en diciembre de 2005 y enero de 2006, respectivamente. En ese  entonces, Carlos Maquieira tenía un nivel de poder dentro de la facultad que lo  llevaba a autodenominarse como el "triministro": era director del Departamento  de Administración, vicedecano interino y director de Postgrados. El primero de  esos cargos es de elección popular entre los académicos de la facultad; los  otros dos, de designación directa del decano. Y los tres le daban derecho a un  puesto en el directorio de la fundación.
  El 1º  de noviembre de 2005, la facultad y la fundación firmaron un contrato de  prestación de servicios para obtener el estudio "Asesoría para la gestión  estratégica de programas de postgrado", por la suma de $8.700.000. El estudio lo  había solicitado Maquieira desde el Departamento de Administración. El  documento, que el 5 de diciembre fue aprobado por decreto exento de la facultad,  fue firmado por el decano Joseph Ramos, en representación de la FEN, y Fernando  León, por la fundación. Este último era director de Extensión del Departamento  de Administración y, por lo tanto, subalterno directo de Maquieira, su director.  La firma que León puso fue por instrucción directa suya. No sería la última.
El 1º  de noviembre de 2005, la facultad y la fundación firmaron un contrato de  prestación de servicios para obtener el estudio "Asesoría para la gestión  estratégica de programas de postgrado", por la suma de $8.700.000. El estudio lo  había solicitado Maquieira desde el Departamento de Administración. El  documento, que el 5 de diciembre fue aprobado por decreto exento de la facultad,  fue firmado por el decano Joseph Ramos, en representación de la FEN, y Fernando  León, por la fundación. Este último era director de Extensión del Departamento  de Administración y, por lo tanto, subalterno directo de Maquieira, su director.  La firma que León puso fue por instrucción directa suya. No sería la última.
 -Carlos  (Maquieira) no me lo propuso; me dijo que tenía que hacerlo. Tuve que firmar  como representante de la fundación, porque como funcionario de la facultad y el  cargo que tenía, podía hacerlo. Cuando tu jefe, que además tiene tres cargos  dentro de la estructura, te dice que el decano le pidió que hiciéramos esto,  esto y esto otro, no te lo cuestionas mucho. Así que firmé. Pájaro. La fundación  funcionaba como una sociedad de papel, pero te das cuenta del cuadro general  cuando lo miras desde afuera cuenta León, quien dejó el cargo en la FEN en  diciembre de 2006.
 Un  mes después, Maquieira solicitó otro estudio de similares características y por  el mismo monto. Al igual que el convenio anterior, después de pasar por  Contraloría Interna, fue aprobado en decreto exento de la FEN. Pero el contralor  sólo aprobó el contrato entre la facultad y la fundación. Lo que viene después  queda fuera de sus atribuciones.
 Para  realizar esos estudios, la fundación subcontrató a la sociedad Inversiones  Maquieira y Caro Ltda., perteneciente a Maquieira y su mujer, Lorena Caro. Los  montos que se comprometió a pagarle la fundación corresponden al total del  precio estimado en un principio y provendrían del centro de costo 0101 de la  facultad, correspondiente al departamento administrado por Maquieira. La firma  en representación de la fundación nuevamente la puso Fernando León, según él por  orden expresa de su superior. Recién ahí apareció la firma de Maquieira, aunque  no como funcionario de la universidad ni director de la fundación, sino como  representante de la sociedad de inversiones. Ningún porcentaje del total fue a  parar a la fundación. Los $17.400.000 que sumaban ambos estudios fueron  depositados directamente en la cuenta de la sociedad de inversiones del  "triministro", quien para ese entonces recibía un sueldo mensual cercano a los  nueve millones de pesos. (ver recuadro  2)
 Los  decretos de la facultad estipulaban que los pagos se efectuarían dentro los 10  días hábiles siguientes a la recepción en conformidad de los estudios  solicitados por Maquieira a través de la fundación a Inversiones Maquieira y  Caro. Sin embargo, en una revisión de cuentas hecha en mayo de 2006 por el  profesor asociado de la facultad, Fernando Bravo, se señala que los pagos se  hicieron sin que existieran los informes pertinentes y que los que existían,  eran muy breves. A los pocos días, aparecieron ambos informes, los que según  León, llegaron simultáneamente a la orden de pago que él mismo despachó.
 -No  fueron antes, pero sí en paralelo. Cuando mandamos la solicitud de pago a la  unidad administrativa de la FEN, se enviaba junto con el informe. Lo normal es  que se manden a posteriori: que primero se haga entrega del informe y luego  vendrían los pagos. Acá se hizo en paralelo. Carlos me dijo "acá está el  informe, mándese a pagar". Pero en rigor, era el mismo Carlos el que los  aprobaba relata León.
 Por  otro lado, León asegura que la definición de la planificación estratégica de  cada departamento es responsabilidad directa de su director, como parte de las  funciones regulares del cargo. Ambos estudios tenían por objeto esa tarea.
 -No  tiene mucha lógica que por hacer una pega que le corresponde, y que por otra  parte ya estaba remunerada dentro de sus ingresos regulares por esos cargos  fijos, finalmente se le paguen montos aparte por tareas que debe cumplir en su  horario normal de oficina agrega el ex director de Extensión del departamento  de Maquieira, Fernando León.
 Sobre  lo mismo, Joseph Ramos asegura que "ellos (los directores de departamento)  definen adónde se quiere ir, dónde va a haber más profesores, en qué áreas, cómo  se reclutan, cómo se consiguen los fondos", es decir, por su propio cargo  definen la planificación estratégica. Pero agrega que en el modelo aplicado "no  hay nada raro. Todas las facultades funcionan con estos mecanismos y típicamente  se contrata a los profesores, que son quienes se consiguen las asesorías o  proyectos afuera".
 Las  dudas tras los informes
 Desde  que los estudios de asesoría para la gestión estratégica solicitados,  realizados, entregados, aprobados y pagados por Carlos Maquieira llegaron a la  FEN, se ha puesto en cuestionamiento el monto que por ellos se canceló.
  -Haciendo un  análisis económico frío, en el caso de que Maquieira hiciera una consultoría de  este tipo para otro lado, como independiente, él ganaría como 5 UF la hora. Eso  ganan todos estos tipos reputados de la Adolfo Ibáñez, la Chile o la Católica. Y  la destinación de tiempo para hacer uno de estos informes es alta. Deben tener  ayudantes y todo el cuento, pero eso es lo que cuestan. Si se hace un cálculo  matemático simple, aproximando el costo alternativo de Maquieira a 100 mil pesos  la hora, es como si hubiera dedicado 87 horas para el informe
 tal vez es mucho.  Quizás en 20 horas de dedicación exclusiva se saca un informe como este.  Probablemente no valen los 8,7 millones, sino que deben estar en el orden de los  dos o 2,5 millones cada uno explica Fernando León.
-Haciendo un  análisis económico frío, en el caso de que Maquieira hiciera una consultoría de  este tipo para otro lado, como independiente, él ganaría como 5 UF la hora. Eso  ganan todos estos tipos reputados de la Adolfo Ibáñez, la Chile o la Católica. Y  la destinación de tiempo para hacer uno de estos informes es alta. Deben tener  ayudantes y todo el cuento, pero eso es lo que cuestan. Si se hace un cálculo  matemático simple, aproximando el costo alternativo de Maquieira a 100 mil pesos  la hora, es como si hubiera dedicado 87 horas para el informe
 tal vez es mucho.  Quizás en 20 horas de dedicación exclusiva se saca un informe como este.  Probablemente no valen los 8,7 millones, sino que deben estar en el orden de los  dos o 2,5 millones cada uno explica Fernando León.
 El  director del magíster de Recursos Humanos de la Facultad de Administración y  Economía de la Universidad de Santiago, Carlos Gómez, le solicitó hace unos  meses a su asistente la realización de un estudio similar al primero de los  presentados por Maquieira. El informe lleva por título 'Estudios sobre  composición de mallas curriculares en programas de MBA'. La confección del  estudio no demoró más de 20 días, ya que, al igual que Fernando León, asegura  que "toda la información está disponible en línea y lo que no, se consigue vía  telefónica". Pagó por él $100 mil.
 Por  encargo de CIPER, Gómez revisó los informes realizados por Maquieira.
 Sobre  el primero, Gómez dice que es "de una pobreza franciscana. Es  pura información de catálogo. Además, no es uniforme: no se utilizan los mismos  criterios para todos los casos. Por otro lado, las conclusiones son  insuficientes. Quizás agrega algo, pero no dicen nada. Y no tiene antecedentes  que lo respalden. Además, las conclusiones son irrelevantes, propias de un  adolescente. Por un estudio de estas características, a un alumno de pregrado le  pago 100 mil pesos y se va feliz".
 En  relación al segundo, Gómez comenta que "son conclusiones obvias. Además,  están mal redactadas, ya que dice: 'De acuerdo a las características expuestas,  creemos que aún existe una gran posibilidad de ganar participación de mercado a  las universidades seguidoras ofreciendo un producto carente de innovación  científica y creación de nuevos conocimientos'. Eso es un barbarismo. Es  inaceptable. Además, muchas de las cosas presentes en el informe no tienen  fundamento. Por ejemplo, en uno de los ranking de universidades que utiliza como  fuente, donde además pone cifras, es sólo una 'estimación basada en el criterio  del experto Fernando León'. Eso es realmente inaceptable, porque es una opinión.  Más allá del contenido de este estudio, las fuentes son inaceptables para  alguien que trabaja en la universidad. Es de mala calidad; como si se hubiera  entregado sólo para cumplir".
 De  todas formas, tanto León como Joseph Ramos defienden los estudios. Ambos  concuerdan en que sirvieron para mejorar los programas de postgrados de la FEN,  ya que mediante ellos se pudieron dar cuenta de que los que la facultad ofrecía  eran considerablemente más caros y largos que en el resto del mercado. Además, a  partir de ellos se modificaron los criterios de entrada al MBA.
 -Justamente  lo que tiene la Universidad de Chile es el prestigio académico, entonces si  empezamos a aguar eso es muy difícil repuntar. De ahí que preferimos limitarnos  sólo a nuestros diplomados; todo a partir de esos trabajos cuenta Joseph  Ramos.
 En  el segundo de los estudios elaborados por Maquieira y Caro Ltda., uno de los  parámetros que se mencionan como de relevancia es el ranking de MBA que publica  anualmente la revista América Economía. En la versión 2007 de este ranking, la  escuela de postgrados de la FEN descendió del puesto 6 al 14.
 Pero  los estudios cuestionados y denunciados no son casos aislados. El modelo  aplicado en ellos fue, por lo menos entre 2005 y 2006, la regla de las  relaciones FEN-fundación.
 La  continuidad del modelo
 Entre  septiembre de 2005 y agosto de 2007, la FEN suscribió 69 convenios con la  fundación. De ellos, el 74% corresponde a diplomados y cursos solicitados por el  ex Departamento de Sistemas de Información y Auditoría (SIA) actual  Departamento de Control de Gestión y Sistemas de Información dirigido por Mario  Morales Parragué, quien además era director de Extensión del mismo departamento.  En ese lapso, existen otros cuatro convenios firmados con el SIA: dos de ellos  tienen mucha similitud con los solicitados por Maquieira.
  Los  estudios pedidos por el departamento de Morales, que al igual que Maquieira era  miembro del directorio de la fundación, fueron suscritos en diciembre de 2005 y  marzo de 2006. Éstos también se referían a la planificación estratégica, pero  para el SIA ("Asesoría para la gestión estratégica en programas de educación  continua"), y funcionaron bajo el mismo modelo: las facturas por las  consultorías eran a nombre de Profesionales Morales y Gálvez Ltda., la sociedad  de inversiones perteneciente a Mario Morales y su esposa, Loreto Gálvez.
Los  estudios pedidos por el departamento de Morales, que al igual que Maquieira era  miembro del directorio de la fundación, fueron suscritos en diciembre de 2005 y  marzo de 2006. Éstos también se referían a la planificación estratégica, pero  para el SIA ("Asesoría para la gestión estratégica en programas de educación  continua"), y funcionaron bajo el mismo modelo: las facturas por las  consultorías eran a nombre de Profesionales Morales y Gálvez Ltda., la sociedad  de inversiones perteneciente a Mario Morales y su esposa, Loreto Gálvez.
 En  los dos decretos exentos de la Facultad que autorizan los estudios solicitados  por el departamento de Morales, la representación de la fundación recayó en  Claudio Müller, un símil de Fernando León en los primeros contratos. Entre 2005  y 2006, Müller fue director comercial del SIA, el departamento que dirigía Mario  Morales, quien por lo tanto era su jefe. Y al igual que León, dice haber firmado  por orden expresa de su superior.
 El  primero de los decretos fue emitido el 12 de diciembre de 2005, sólo 19 días  antes de que venciera el plazo para la entrega del informe final. El segundo fue  aprobado el 13 de marzo y el plazo de entrega vencía el 28 del mismo mes. El  monto total de ambos estudios fue de $10.000.000.
 A  pesar de que sólo existen dos convenios de ese tipo, según Müller estos estudios  se realizaban mensualmente. De hecho, durante la entrevista que CIPER le realizó  en su oficina, mostró por lo menos nueve solicitudes de pago que aún guarda en  su computador. Todas eran de 2006 y estaban destinadas a la sociedad de Morales.  En ellas no aparecen los montos pero recuerda que, por cada uno, los pagos no  eran inferiores a los $2,5 millones.
 -En  el fondo, era una remuneración a la asesoría que hacía Mario (Morales) por ser  director de Extensión. Él percibía un sueldo como director de departamento, y  más de una vez me comentó que no recibía un sueldo adicional de la universidad  por su cargo en Extensión. Y todo lo que era asesoría lo veía él. El sueldo de  director de Extensión se lo hacía a través de estas asesorías de gestión  estratégica. Lo que a mí me parecía razonable. Nunca desconfié ni pensé en eso  dice Müller, quien hoy dirige el Centro de Formación para Ejecutivos de la  Facultad de Economía de la Universidad del Desarrollo.
 Asesorías  para terceros
 El  período más cuestionado de los movimientos que realizó la fundación fue entre  septiembre de 2005 y junio de 2006. Joseph Ramos, Fernando León y Juan Carlos  González lo reconocen como "de marcha blanca". Y en ese lapso la FEN suscribió a  lo menos otros cuatro convenios que siguieron el mismo esquema, aunque  encargados por externos.
 Según  González, en esos convenios los directivos "adoptaron modalidades distintas a  las que se utilizan actualmente". (ver recuadro  3)
 -Distribuían  hacia la fundación trabajos que podía hacer fácilmente la facultad. Se dijo que  como se estaba probando el sistema de la fundación, se hicieran por esa vía. El  directorio decía que se haría una consultoría y se la pedía a tal persona. Pero  ellos, a mi gusto, no entendían el concepto de la fundación porque no tenían  personal propio de ella. Las personas que trabajaban para la fundación eran las  mismas que lo hacían para la FEN asegura González.
 La  primera actividad de la fundación, en septiembre de 2005, fue una consultoría  sobre el manejo de flujos para el Hospital Clínico de la Universidad de Chile,  por $21 millones. Ese es otro de los contratos que acogió el departamento del  SIA, dirigido por Morales.
 En  el decreto exento de la FEN, él y Müller aparecen como representantes de la  fundación. En marzo de 2006 volvería a realizarse otro convenio entre la  facultad y el Hospital Clínico y en consecuencia, entre la facultad y la  fundación: una consultoría para el rediseño de los procesos hospitalarios, por  $27 millones. En esta ocasión, el nombre de Mario Morales no aparece en el  decreto, pero sí en el informe. Los trabajos los realizaba junto a su ayudante,  Mario Nuche, y María José Morales, su hermana. Las facturas eran nuevamente a  nombre de la sociedad que Morales tenía con su mujer.
 En  enero de 2006, la Facultad suscribió un convenio con la Central de  Abastecimiento para el Sistema Nacional de Servicios de Salud (Cenabast). A  través de él, se pretendía obtener "un estudio destinado a determinar los  fundamentos económicos asociados a la compra centralizada a través del rol  intermediador de Cenabast, versus la compra desagregada por cada establecimiento  de salud y una evaluación del cumplimiento de los objetivos mencionados a través  de un análisis de rentabilidad". El monto de este convenio fue de $24.618.000,  los que la facultad pagaría a la fundación en tres pagos: el 30% después del  primer informe de avance, otro 30% después del segundo y el 40% restante "al  momento de la entrega conforme, por parte de la Facultad, del informe  final".
 El  departamento de Administración, dirigido por Carlos Maquieira, se hizo cargo de  esta consultoría, la que había sido gestionada por el ex superintendente de  Valores y Seguros, Álvaro Clarke. El plazo de conclusión era de 30 días. La FEN  traspasó el convenio hacia la fundación. El trabajo lo realizaron tres  consultoras: la de Maquieira, la de Clarke y la de Mario Morales. Este es el  único caso en que Maquieira aparece representando a la fundación, aunque en el  decreto firma como vicedecano.
 -Aquí  y en los otros casos, la fundación funciona como vehículo: Cenabast, que recibía  la consultoría, contrataba a la facultad, la que subcontrataba a la fundación  para realizar el trabajo. De ahí surgía una especie de "contratos nietos" que  eran entre la fundación y las consultoras de los funcionarios respectivos. No  recuerdo que ninguno lo haya hecho como persona natural. Ellos ejecutaron las  consultorías, pero a través de sus sociedades recuerda León.
 En  abril del mismo año, la facultad suscribió un contrato con la Asociación de AFP  por $4.860.000. El proyecto solicitado se titulaba: "Rentabilidad de las AFP:  ¿Es aplicable la Contabilidad Regulatoria en el Sector?". Como con todos los  anteriores, el contrato se traspasó a la fundación aunque, "por una  inadvertencia administrativa", el convenio no se suscribió sino hasta después de  haber entregado el informe preparado por las consultoras de Maquieira y Claudio  Bonilla, quien en ese entonces era director de investigación del departamento de  Sistemas de Información y Auditoría, dirigido por Morales. Actualmente, Bonilla  es vicedecano de Postgrados en la Universidad del Desarrollo.
 -Ellos  hicieron la consultoría con este mismo modelo asegura León, quien nuevamente  firmó a nombre de la fundación.
 Según  González, "la puesta en marcha de la fundación fue una cosa un poco  exploratoria. No la desarrollaron muy bien en términos de que los proyectos que  se hacían tenían la estructura de gastos que a la fundación no le dejaba ni una  ganancia. Eso era como trabajar bajo el esquema de la facultad, la que genera  varios proyectos que no dejan ingresos. Incluso a veces presentan pérdidas".
 Durante  el período de "marcha blanca" de la fundación, los convenios firmados por  conceptos de asesorías y consultorías tanto internas como externas entre  septiembre de 2005 y junio de 2006, suman un total cercano a los $127.378.900.  Si bien a fines de 2006 la fundación se reformó y durante 2007 sus ingresos  fueron cercanos a los $700 millones, de las platas obtenidas a través de esos  convenios nada fue a parar a sus arcas. Todo fue cobrado por facturas  pertenecientes a las sociedades de los distintos académicos, entre los que  destacan Maquieira y Morales. Ninguno de los dos accedió a hablar con CIPER.
 -Creo  que, a fin de cuentas, fue una concepción errónea. Coincido en que se ve raro,  pero no tiene sentido ilícito, sino que es algo más como un error estético  asegura González sobre un modelo de negocios muy similar al que en 2003 sumió a  la FEN en una de sus peores crisis.
  Del  Ciade a la Fundación FEN
 Los  últimos días han sido difíciles para la investigación que lleva Contraloría con  respecto a los estudios realizados por el director de postgrados de la FEN,  Carlos Maquieira. Desde hace unas semanas sus fiscalizadores estaban instalados  en la Universidad de Chile, pero las tomas por parte de los estudiantes en  rechazo de la nueva Ley General de Educación, han hecho imposible que las  pesquisas continúen. Algunos días los funcionarios de Contraloría simplemente no  pueden entrar.
 La  indagación que está realizando el ente fiscalizador se asemeja bastante a la que  llevó a cabo en el marco del caso MOP-Ciade. En esa ocasión, la Contraloría  realizó un sumario administrativo en la FEN que culminó con la destitución de su  director económico y administrativo, la ex jefa de contabilidad, un funcionario  y el director del Ciade, Nassir Sapag. El caso de este último es el que más  relaciona con el modelo que se aplicó desde 2005 a través de la fundación.
  En medio  de los contratos firmados con el MOP, Sapag participó directamente como director  académico de proyectos. Las facturas las realizó a través de las empresas  Necul-Hual S.A. y Nassir Sapag y Asociados Ltda., ambas en sociedad con su  mujer, Cristina Bonilla. A diferencia de la situación actual, él mismo propuso y  aprobó con su firma esos pagos. Sólo por el proyecto "aguas lluvias", convenido  con la Dirección de Obras Hidráulicas del MOP, entre 2001 y 2002 percibió  $15.811.576 en concepto de honorarios. Esto, aun cuando por ser funcionario  público, como dice en el sumario administrativo, su deber era "abstenerse de  intervenir o participar en actos que puedan reportarle a él o a familiares  alguna ventaja".
En medio  de los contratos firmados con el MOP, Sapag participó directamente como director  académico de proyectos. Las facturas las realizó a través de las empresas  Necul-Hual S.A. y Nassir Sapag y Asociados Ltda., ambas en sociedad con su  mujer, Cristina Bonilla. A diferencia de la situación actual, él mismo propuso y  aprobó con su firma esos pagos. Sólo por el proyecto "aguas lluvias", convenido  con la Dirección de Obras Hidráulicas del MOP, entre 2001 y 2002 percibió  $15.811.576 en concepto de honorarios. Esto, aun cuando por ser funcionario  público, como dice en el sumario administrativo, su deber era "abstenerse de  intervenir o participar en actos que puedan reportarle a él o a familiares  alguna ventaja".
 Dos  años después del escándalo que significó el caso, las prácticas se siguieron  realizando. A través de la fundación, los directivos contrataron en reiteradas  ocasiones empresas de su propiedad para realizar consultorías y asesorías. Y  aunque formalmente el proceso es distinto, el resultado terminó siendo el  mismo.
 A  diferencia de la fundación (que legalmente es de derecho privado), el Ciade no  tenía personalidad jurídica independiente a la Universidad de Chile. Por lo  mismo, a primera vista los convenios realizados entre la fundación y las  empresas de los directivos, serían entre privados. Pero las atribuciones de la  Contraloría sobre ella son las mismas.
 Lo  anterior se sustenta en que la Contraloría considera que la fundación, al tener  un directorio compuesto por los directores de la FEN en razón de sus cargos que  por estatuto universitario corresponden a la calidad de "funcionarios  públicos", actúa en función de la universidad que es un ente estatal. Además,  todas sus actividades son en función de ésta.
   Los  altos sueldos de los directivos
 Entre  2005 y 2006, con tres cargos directivos importantes dentro de la facultad,  Maquieira ganaba entre ocho y nueve millones de pesos mensuales, muy por sobre  el promedio de dos y tres del resto de los académicos de la FEN. Mario Morales,  con dos cargos de importancia dentro del Departamento de Sistemas de Información  y Auditoría, también.
 -Cuando  llegué al decanato cuenta Joseph Ramos no conocía a Maquieira, pero en la  búsqueda de profesores para mantener el buen nivel de las escuelas el comité de  búsqueda me recomendó que lo trajera de vuelta de la Adolfo Ibáñez. Si se trata  de convencer a alguien de que se venga, es muy difícil hacerlo ofreciéndole  mucho menos de lo que gana allá. Por consiguiente, la negociación no se podía  hacer por un tercio menos. Quizás sí por el 10% o 15%, pero no más que eso. Y  ese fue el caso del reclutamiento de Maquieira. Cuando entró, la escuela de  graduados estaba en rojo y él lo dio vuelta. Una cosa como de $200 millones al  año, o algo por el estilo.
 En  julio de 2006 salió un reportaje en El Mercurio que hace mención a esos sueldos.  Al poco tiempo Maquieira dejaría de ser "triministro": seguiría siendo sólo  director de la escuela de postgrados.
 En  ese reportaje, Ramos explicó que lo elevado de sus sueldos se debía a que "estos  cargos directivos tienen un plus porque requieren otro tipo de talento,  dedicación, y ellos probablemente no estarán escribiendo papers y no podrían  recibir bonos por publicaciones". Pero según el currículum de Maquieira, entre  2004 y 2006 publicó estudios en a lo menos dos revistas internacionales (Revista  Mexicana de Economía y Finanzas e International Finance Review) y realizó tres  papers. Y recibió los respectivos bonos: alrededor de un millón de pesos por  publicación.
   La  nueva fórmula de la Fundación
 En  julio de 2006 la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile  sufrió varios cambios. Después de haber puesto en marcha a la FEN luego del  descalabro que significó el caso MOP-Ciade que no sólo había terminado con la  destitución de Sapag, sino que también había dejado a la FEN sin Consejo de  Facultad, Joseph Ramos dejó el decanato y no quiso repostular. En su lugar fue  electo el actual decano, Felipe Morandé. A partir de ahí, se hizo una evaluación  total de la facultad. En el proceso, se descubrió que se llevaban dos sistemas  contables distintos que, si bien decían lo mismo, enredaban todo el proceso de  contabilidad. Se tuvo que eliminar uno.
 Al  mismo tiempo, Morandé solicitó una revisión de la fundación. El informe  determinó que ésta estaba mal conceptuada: estaba funcionando como centro de  costos de la FEN.
 Hasta  ese momento, la fundación había operado sólo virtualmente. No contaba con una  estructura propia. Su personal estaba compuesto solamente por el directorio.  Aunque según recuerda Ramos, también "había una secretaria y
 creo que eso es  todo".
 -Se  dijo entonces dice Juan Carlos González, director ejecutivo de la fundación:  hay que evitar los conflictos de intereses, hay que tener una estructura propia  y hay que tener financiamiento. Entonces se hace la reforma de estatutos para  evitar lo primero, me nombran como gerente para arreglar lo segundo, y para lo  tercero, del financiamiento, es que se creó esta política de overhead para que la fundación pagara sus  gastos y generara negocios propios. Básicamente, se ha ordenado todo. Pero de  todas formas, creo que no hubo conciencia de que hubiera algo raro, sino más  bien fue una operación mal hecha.
 El  25 de junio de 2007, el Ministerio de Justicia aprobó la modificación de los estatutos de la fundación. La más  importante de las reformas fue que, "a fin de evitar confusiones de atribuciones  o conflictos de intereses", se agrega la posibilidad de que los miembros del  directorio otorguen mandato a terceros. Así, se evitaría llevar todos los  proyectos al directorio y que la decisión de llevarlos a cabo dependiera  exclusivamente de ellos: los delegados o representantes podrían actuar  independientemente con el mismo poder que el otorgante posea, actuando como  presidente, tesorero o cualquier otro cargo.
 Por  otro lado, la facultad abrió un centro de auditoría interna que cada cierto  tiempo audita los proyectos o sus partes que son de la FEN. Y para pagar los  gastos propios de las operaciones, se aplicó a la fundación un política de overhead,  la que consiste en un porcentaje que se aplica sobre el precio de venta del  proyecto y que actúa como una especie de impuesto para "compensar" a la  institución de los costos asociados al mismo.
  Ver  documentos:
Denuncia del académico Miguel Mendoza a la  Contraloría
Primer estudio confeccionado por Carlos Maquieira
Segundo estudio confeccionado por Carlos Maquieira
Nuevos estatutos de la Fundiación  FEN