Con ello, la iniciativa que posibilita que Chile ratifique  a futuro el Tratado de Roma que crea dicho Tribunal, quedó en condiciones de  cumplir su segundo trámite constitucional en la Cámara de Diputados.
  Después de siete años en búsqueda de un consenso que permitiera  alcanzar el alto quórum que se requiere para aprobar una reforma constitucional,  la Sala del Senado materializó el acuerdo logrado entre el Oficialismo y la  Alianza y entregó un contundente respaldo a la enmienda constitucional que  reconoce la jurisdicción de la Corte Penal Internacional (CPI).
  
 La iniciativa, que quedó en condiciones de cumplir su segundo trámite en la  Cámara de Diputados, fue aprobada con 34 votos a favor, 1 en contra del senador  Jorge Arancibia y una abstención del senador Juan Antonio Coloma.
  
 En el debate intervinieron los senadores Alberto Espina, Sergio Romero,  Carlos Cantero, Jorge Arancibia, Carlos Ominami, Hernán Larraín, Jaime Gazmuri,  Andrés Chadwick, Jaime Naranjo, Juan Antonio Coloma, Alejandro Navarro,  Guillermo Vásquez, Hosaín Sabag, Juan Pablo Letelier y Ricardo Núñez.
  
 Esta enmienda constitucional es el paso previo que había exigido el Tribunal  Constitucional, para que Chile pudiera ratificar el Tratado de Roma que crea  dicho Tribunal Internacional.
  
 En lo fundamental, señala que "El Estado de Chile podrá reconocer la  jurisdicción de la Corte Penal Internacional en los términos previstos en el  tratado aprobado en la ciudad de Roma, el 17 de julio de 1998, por la  Conferencia Diplomática de Plenipotenciarios de las Naciones Unidas sobre el  establecimiento de dicha Corte".
  
 Agrega que al efectuar ese reconocimiento "Chile reafirma su facultad  preferente para ejercer su jurisdicción penal en relación a la jurisdicción de  la Corte. Ésta última será subsidiaria a la primera en los términos previstos en  el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional".
  
 Asimismo, sostiene que "la cooperación y asistencia entre las autoridades  nacionales competentes y la Corte Penal Internacional, así como los  procedimientos judiciales y administrativos a que pudieren dar lugar, se  sujetará a lo que disponga la ley chilena".
  
 Finalmente agrega que "la jurisdicción de la Corte Penal Internacional, en  los términos previstos en su Estatuto, sólo podrá ejercerse respecto de los  crímenes de su competencia cuyo principio de ejecución sea posterior a la  entrada en vigor para Chile del Estatuto de Roma".
  
 LARGO CAMINO
  
 El primero en hacer uso de la palabra fue el senador Espina quien precisó que  esta reforma, que es necesaria para que Chile pueda avanzar en la ratificación  del Estatuto de Roma, es un gran avance en la defensa de los Derechos Humanos y  valoró el amplio consenso que existe en nuestro país y en el mundo respecto de  que delitos tan graves como el genocidio, delitos de lesa humanidad y crímenes  de guerra no queden impunes y puedan ser juzgados. Aclaró que la Corte Penal  Internacional sólo opera subsidiariamente en el caso que los tribunales chilenos  no actúen.
 En tanto, el senador Romero recordó que esta reforma ha debido seguir un  largo, pero necesario camino para ver la luz. Junto con señalar que siempre ha  apoyado la ratificación por parte de Chile, del Estatuto de Roma, precisó que  era fundamental hacerlo bien y aprobar primero la enmienda a la Carta  Fundamental. En tal sentido destacó el rol que cumplió la Comisión de Relaciones  Exteriores en el trámite, señalando que en esa instancia se adoptó el acuerdo  para avanzar en este tema.
  
 A su turno el senador Cantero manifestó que la aprobación de este proyecto es  positiva en la lucha por el cumplimiento de los derechos más primordiales e  importantes de las personas como son su integridad física, moral y psicológica,  donde favorablemente se ha encontrado el respaldo de todos los sectores,  estableciendo lo que será un preámbulo y base para ratificar el Tratado de  Roma.
  
 En tanto, el senador Arancibia valoró la no retroactividad de esta enmienda  constitucional, pero manifestó sus aprensiones argumentando que con este acuerdo  Chile está cediendo parte de la soberanía de nuestros tribunales a una instancia  internacional. Asimismo, criticó la falta de igualdad de los estados frente a  este tribunal, pues las 5 potencias que integran el Consejo de Seguridad de  Naciones Unidas pueden suspender una investigación de ese tribunal.
  
 El senador Ominami coincidió en criticar que las grandes potencias se hayan  sustraído al Tratado, poniéndose en una condición distinta del resto de los  países, pero destacó que es importante que Chile avance en esta línea, pues en  un mundo en que todo se globaliza es lógico que exista una legislación  internacional para perseguir los delitos de derechos humanos. No obstante, el  legislador advirtió sus aprensiones respecto de que haya sido el Tribunal  Constitucional el que haya establecido al Congreso que se debía aprobar una  reforma antes de ratificar el Tratado de Roma, pues ello iría en desmedro de la  soberanía del Parlamento.
  
 ASIMETRÍA
 En tanto el senador Larraín, si bien coincidió con las opiniones  transversales respecto de que se produce cierta asimetría entre las grandes  potencias y los países más pequeños, pues los primeros se pueden oponer a que  los investiguen, enfatizó que es fundamental avanzar en esta línea. Asimismo,  precisó que bajo ninguna circunstancia Chile está haciendo una cesión indebida  de su soberanía, pues el Tribunal opera subsidiariamente sólo cuando los  tribunales chilenos no lo han hecho.
  
 El senador Gazmuri manifestó que con la aprobación de la reforma Chile está  saldando una antigua deuda, pues fue uno de los primero países en suscribir el  Tratado de Roma, pero uno de los últimos en poder ratificarlo. Asimismo, señaló  que este acuerdo demuestra que estamos construyendo una cultura de Derechos  Humanos que debiera ser una de las bases más consensuadas posibles de nuestra  vida nacional.
  
 Por su parte el senador Chadwick manifestó que la reforma se basa en el  principio de  respeto de la dignidad de los derechos humanos y el tener una  instancia de jurisdicción internacional que tienda a buscar aquello corresponde  a una visión de la sociedad que el comparte plenamente. No obstante, también  lamentó que las naciones más poderosas tengan el privilegio de suspender la  aplicación del Tratado sin siquiera suscribirlo.
  
 En tanto el senador Naranjo destacó el paso que dio el Senado con esta  reforma, argumentando que somos unos de los pocos de Sudamérica que aún no  ratificamos el Estatuto de Roma, lo que se contradice con los avances que ha  tenido Chile en materia de perseguir a los responsables de las violaciones de  los Derechos Humanos.
 El senador Coloma dijo que esto constituye un avance en el derecho  internacional, pero señaló que tal como está construido el Estatuto de Roma, le  resulta contradictorio con la igualdad de los derechos humanos. Esto, pues no  existe igualdad soberana de los Estados, ya que el Tratado consagra un sistema  que discrimina a favor de las grandes potencias y en contra de los más  pequeños.
  
 En tanto, el senador Navarro valoró la aprobación de esta reforma, pues  permitirá que se persiguen responsabilidades por graves crímenes en casos en que  no funcione la institucionalidad chilena. Sin embargo señaló que en Chile aún  existe un vacío que solucionar relacionado con la existencia de los tribunales  militares.
  
 Los senadores Vásquez y Sabag también destacaron la importancia de esta  reforma para el fortalecimiento del sistema democrático del país, al mismo  tiempo que valoraron la trascendencia y el acuerdo prácticamente unánime en  torno a la materia.
  
 Finalmente los senadores Letelier y Núñez respaldaron la enmienda  constitucional, aunque el primero señaló que sólo habría bastado un solo párrafo  para reconocer la jurisdicción de la CPI. Mientras el senador Núñez destacó que  dicho tribunal va a ser un eslabón fundamental en el objetivo de perseguir  cualquier crimen a los derechos fundamentales.