Harald Beyer y el lucro: "Voy a hacer cumplir la ley"
    El ministro dice que la agenda del gobierno en educación y su   decisión de enfrentar los debates y levantar temas han contribuido a bajar la   intensidad del movimiento estudiantil. Lo que la gente espera, asegura, son   acuerdos. Si no los hay, seguirá castigando a los políticos. Se reconoce   partidario de reformar el binominal, pero también de la unidad del oficialismo.   
   por Texto: Cony Stipicic H. - Fotografía: Ximena Navarro
    Ampliar     
  Lleva casi seis meses en el   gabinete en el que tanto se ha sufrido durante este gobierno. Dos antecesores y   las calles llenas de estudiantes y sus familiares demandando gratuidad y calidad   recibieron a Harald Beyer, hasta entonces, referente en cualquier debate sobre   educación en el país. En este corto tiempo ha visto reducirse el tamaño de las   manifestaciones y aumentar su popularidad en las encuestas.
  Esta semana irrumpió nuevamente en la agenda el lucro, luego que la comisión   investigadora de la Cámara de Diputados acusara a siete universidades de obtener   ganancias. Beyer insiste en considerar insuficiente el trabajo, "porque recoge   información que ya era pública y que todos conocíamos", y apunta a que el tema   es cómo demostrar que se infringió la ley. "Si es efectivo, tengo que cancelar   la personalidad jurídica y revocar el reconocimiento oficial de las   instituciones. Eso es lo que obliga a ser muy prudente en esto, porque en las   instituciones mencionadas hay 130 mil estudiantes, o sea, más del 10% de la   matrícula de educación superior en Chile", señala.
  La ley que prohibe el lucro existe desde 1981. ¿Por qué no se hizo nada   antes?
  Yo en esto quiero ser muy responsable. No ha habido las atribuciones   suficientes, y nadie estimó necesario tener una regulación distinta. Hoy, la   legislación dice: cuando hay fallas hay que iniciar un proceso de revocación del   reconocimiento oficial. La ley no me da atribuciones para hacer cumplir esa   disposición legal, no me da ningún instrumento. Cuando uno mira históricamente,   yo creo que no hubo voluntad política para hacerlo. 
  ¿Por qué? 
  No se vio como un problema. El mundo político reacciona mucho frente al   problema y no hubo uno mayor en esto, y estábamos todos contentos con el aumento   de la cobertura. Se pensaba que el acceso a la educación superior era el camino   para corregir la desigualdad. Los aumentos de cobertura fueron muy bienvenidos y   yo creo que no hubo una prioridad en favor de la educación superior. 
  ¿Y cuándo pasa a ser un problema? 
  A mediados de la década pasada, por el financiamiento y también la   regulación. Por ejemplo, el crecimiento de los programas de Pedagogía. El año   2000 había más de 320 programas, a fines del 2010 hubo más de 900. Eso no es   razonable. La primera reacción del sistema fue crear la acreditación para   garantizar calidad, pero al poco tiempo, nos dimos cuenta de que era un sistema   relativamente débil e insuficiente, que no había suficiente transparencia, que   el Ministerio era débil en atribuciones. 
  ¿Qué va a hacer el gobierno con el lucro?
  La postura del gobierno es clara: hacer cumplir la ley. Y para hacerlo bien,   necesitamos más atribuciones. En el Congreso está el proyecto de   superintendencia y queremos 'cabalgar' rápido en eso.
  ¿Qué se hará con las llamadas sociedades espejo? El ministro Joaquín Lavín   ganó dinero al vender su participación en la inmobiliaria propietaria de los   inmuebles de la UDD.
  Yo quiero rebatir eso: de la existencia de transacciones entre empresas   relacionadas, no se desprende necesariamente que haya una infracción a la   ley.
  Pero está la sospecha. 
  Bueno, pero lo que corresponde a un gobierno serio es demostrarlo y, si se   hace, revocar el reconocimiento oficial. Estamos disponibles para hacerlo, pero   primero se tiene que comprobar. Ahora, el proyecto de la superintendencia se   ocupa de este tema. Primero, permite -como ocurre hoy día- que haya   transacciones entre empresas relacionadas, pero obliga a fiscalizar y ver si   efectivamente se hace a precios de mercado. Si lo son, no hay lucro. Al mismo   tiempo, establece que la junta directiva debe tener directores independientes. Y   se les aplican las mismas reglas de las sociedades anónimas: tienen que velar   porque estas acciones sean correctas y que las instituciones cumplan con sus   estatutos. Si no, pueden ser afectados en su patrimonio. Es una regulación bien   fuerte y, además, la superintendencia va a tener mucha más capacidad para   "meterse adentro" de la institución y velar por las transacciones precisas. 
  Desde el punto de vista de los principios, ¿al ministro de Educación le   parece aceptable o no el lucro en la educación superior?
  Bueno, hoy día existe, se permite en los centros de formación técnica e   institutos profesionales; éstos pueden organizarse como sociedades comerciales y   obtener excedentes. En el caso de las universidades, se prohibe. Más allá de   cuál sea mi postura, el gobierno ya tomó la suya: hacer cumplir la ley. Y yo lo   voy a hacer. 
  ¿La legislación en trámite le parece suficiente para velar por la calidad de   la educación superior y el cumplimiento de la ley respecto del lucro?
  Nosotros creemos que sí. Tenemos un sistema heterogéneo, desde instituciones   complejas hasta otras que sólo son docentes. Y creo que hay espacio para todas.   Hay que recordar que los estudiantes de las universidades estatales representan   el 17%; de las privadas tradicionales y no tradicionales, el 45%, y 38% los   institutos profesionales y CFT. Lo que nosotros tenemos que asegurar es:   transparencia, cumplimiento de la ley y calidades razonables en toda la oferta.   Para eso son el sistema de aseguramiento de la calidad y la superintendencia, y   yo noto en el Congreso ánimo de tener un buen resultado en esta línea y avanzar.   
  ¿Cómo está su relación con los estudiantes? Usted no se ha reunido con ellos.   ¿No lo considera necesario? 
  La verdad nos hemos juntado, informalmente, en varias ocasiones. Pero no, no   está dentro de mis prioridades, porque cuando lo planteé -de muy buena fe- ellos   no aceptaron. Pusieron cuatro condiciones que yo no tenía autoridad para   satisfacer. Así que decidí que si se produce la oportunidad, encantado, pero no   está en mi agenda. Hay siete proyectos en el Congreso que resuelven muchas de   sus demandas. Mi esfuerzo está concentrado hoy día en llevarlos adelante.
  ¿Cuánto influye en su evaluación la baja en la intensidad del movimiento?
  El país está pidiendo diálogo y nosotros hemos demostrado con hechos que   estamos disponibles. Es una combinación de factores. Ha disminuido y eso era   esperable. No he visto en ninguna parte del mundo que un movimiento pueda   mantenerse con la misma intensidad de un año a otro. Hubiese sido muy raro.
  ¿Hay algo que lo haya debilitado en particular o es el desgaste lógico?
  Es una mezcla de factores. Nosotros tenemos una agenda que uno puede   cuestionar o criticar, pero es potente.
  ¿Y usted cree que la gente que acompañó a los estudiantes en la calle así lo   está percibiendo?
  La gente finalmente entiende que esto se tiene que resolver por la vía de las   instituciones. Insistir en imponer una agenda tomándose la calle no es la forma   correcta de operar en democracia. 
  ¿Cómo entra en este juego el aumento de de 30% a 42% en su aprobación como   ministro?
  No sé, no tengo una explicación…
  Pero usted sabe de encuestas...
  Mi interpretación es que tenemos, por una parte, una agenda válida, legítima,   con fuerza. Lo segundo es que yo he enfrentado el debate. He sostenido -por   ejemplo- por qué no creo en la gratuidad, y lo he hecho con transparencia.
  Camila Vallejo dice que sólo con argumentos técnicos…
  Siempre es legítimo usar argumentos técnicos. No he eludido ninguno de los   temas. Puedo tener aproximaciones distintas a otras personas, pero he tratado de   enfrentarlos de la mejor forma posible. Y he puesto temas que me parecen   relevantes para la gente; siento que tengo poco tiempo para hacerlo y tal vez no   voy a poder concretarlos todos, pero sí dejar una discusión sobre lo que tenemos   que enfrentar: clasificar a las universidades, buscar una nueva forma de   entregarles financiamiento, apoyar a las que producen más bienes públicos. No   busco que la gente esté conmigo, pero sí reconozco en todas las encuestas que la   gente es sensata. Y cuando uno le transmite lo que está haciendo, dice 'puede   ser, le doy el beneficio de la duda'.
  ¿La gente le está dando al gobierno ahora el beneficio de la duda en   educación?
  Así es.
  El gobierno y la Concertación no se ponen de acuerdo respecto del diálogo y   la búsqueda de consensos. ¿Qué tan necesarios resultan éstos en educación?
  Son tremendamente importantes. El país tiene que construir aquí una agenda   permanente, amplia y compartida. Si uno mira los grandes números, el nuestro   sigue siendo un país donde hay dos grandes coaliciones, que van a coexistir   durante mucho tiempo. Yo no comparto que haya un problema de representatividad,   porque finalmente, en las encuestas la gente se identifica con las dos   coaliciones. La gente es ideologizada, y lo que hay es una demanda por   soluciones y por acuerdos. Es muy parecido a lo que está pasando en Europa. El   europeo promedio está castigando a sus líderes porque no ser capaces de ponerse   de acuerdo. Acá en los últimos años el mundo político está castigado por lo   mismo. La señal de la gente es 'pónganse de acuerdo y avancemos'.
  ¿Quién no lo está entendiendo, entonces, el gobierno o la Concertación? 
  No veo que el gobierno le haya dado un portazo a los acuerdos. Por lo menos   en mi área estamos abiertos a lograrlos. El 2011 generó mucha desorientación en   el mundo político, y se nota todavía en las discusiones, como que el político   tiene temor de no estar representando bien a la ciudadanía. Esa desorientación   se está comenzando a superar y vamos a ir avanzando en más acuerdos. Creo que el   alza en la aprobación del gobierno tiene que ver un poco con eso.
  ¿Con la percepción de una mayor disposición a llegar a acuerdos?
  Claro. La población quiere eso: pónganse de acuerdo, avancen, resuelvan los   problemas en la medida de sus posibilidades. En esto la gente es sensata y   quiere avances, aunque sean parciales y aunque las cosas no sean perfectas.
  ¿Es inaceptable que se condicione el diálogo al debate sobre el   binominal?
  Poner condiciones no responde a una voluntad de diálogo. Lo que pasa es que   la Concertación tiene un problema de cómo enfrenta estratégicamente los dos años   que quedan. Y esto se mezcla con la voluntad de diálogo. Sentémonos y veamos   cómo encontrar acuerdos.
  Usted es partidario de reformar el binominal y pasar a un uninominal   corregido, así lo escribió antes de llegar al ministerio. ¿Cómo recibe que la   UDI se oponga como lo ha hecho?
  No me siento cómodo comentando cuál es el sistema electoral más adecuado,   pero creo que la coalición requiere también de unidad. Los gobiernos la   necesitan. Hay que reflexionar sobre este tema y, sin abandonar la prioridad,   alejar la presión. Si tú me dices "vamos a discutir el sistema electoral del   2017", mucha de la ansiedad disminuye. La discusión se evita, porque la   Concertación está un poquito cerrada en torno al proporcional, que, claro, es el   sistema que históricamente rigió en Chile, pero que combinado con un sistema   presidencialista como el nuestro provoca fraccionamientos y mucha dificultad   para gobernar. 
  ¿Esta una reforma relevante para el país?
  O sea, me gustaría un sistema electoral distinto. Pero eso lo digo como   ciudadano, no como ministro.
Fuente:
  
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
  Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
  Diplomado en Gerencia en Administracion Publica ONU
  Diplomado en Coaching Ejecutivo ONU( 
           
       
   
 CEL: 93934521 
Santiago- Chile
Soliciten nuestros cursos de capacitación  y consultoría en GERENCIA ADMINISTRACION PUBLICA -LIDERAZGO -  GESTION DEL CONOCIMIENTO - RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL – LOBBY – COACHING EMPRESARIAL-ENERGIAS RENOVABLES   ,  asesorías a nivel nacional e  internacional y están disponibles  para OTEC Y OTIC en Chile