Las Habilidades Directivas y el Género: Ideas y  Reflexiones
  | María Luisa de Miguel | 
    Podríamos empezar por preguntarnos por qué hay  que formar en Habilidades Directivas a las mujeres, ¿no las tienen? ¿no las  conocen? , ¿no las desarrollan?, ¿es esa la razón por la que las mujeres no  están ascendiendo a los puesto de poder?.
 Rotundamente no. 
 ¿Existen entonces habilidades directivas  masculinas frente a las femeninas?
 
SOLEDAD MURILLO en su  libro "El mito de la vida privada" (Siglo XXI-2006) no hay competencias  femeninas y masculinas sino valores que favorecen el desarrollo de unas  competencias concretas.
  Las mujeres al igual que los hombres tenemos una serie de capacidades, que no  dependen del género, si no de la persona, pero esas capacidades no sirven de  nada si no se conocen y se desarrollan, y la forma en las que las desarrollamos  depende de nuestros valores personales, que son la causa más profunda de nuestro  comportamiento.
 Los valores se van formando a lo largo de la vida, a través  de la educación, las experiencias, y del entorno o contexto social en el que nos  movemos. Desde luego que las experiencias dependen en gran medida de las  oportunidades o entornos en los que estamos, y que a distintas oportunidades,  distintas experiencias.
 Podemos estar dotadas de una gran capacidad de comunicación,  pero si nos hemos educado y hemos vivido en un entorno poco comunicativo  difícilmente habremos desarrollado esa capacidad.
 En definitiva todo ello condiciona nuestro aprendizaje, nuestros patrones de  conducta, y por tanto el desarrollo de nuestras capacidades.
 Ya Daniel  Goleman estableció que las competencias emocionales, que son la base para el  desarrollo de las habilidades directivas, no están determinadas genéticamente si  no que se van adquiriendo, desarrollando, adaptándose a lo largo de la vida.  
 La única diferencia hasta la fecha, desde mi punto de vista, entre hombres y  mujeres en este aspecto es que el hombre ha ido a lo largo de su evolución  aplicando sus capacidades al entorno en el que se movía, el mundo económico,  productivo y ha moldeado ese mundo a su forma, respondido a las situaciones,  conflictos, relaciones en la forma que ha considerado oportuna y utilizando como  ha creído sus capacidades desarrollando un estilo de dirección que no ha sido  cuestionado hasta la fecha porque no había otro.
 Las mujeres sin embargo, relegadas al mundo doméstico han  desplegado sus competencias personales y desarrollado sus habilidades de una  forma diferente, o unas más que otras respondiendo a las necesidades del entorno  en el que se movían. 
 Las reglas del mundo productivo y del mundo doméstico son  distintas, así como las relaciones que se generan y los valores que se  priman y es por eso que el desarrollo de habilidades ha sido distinto, pues  quisiera que me respondierais si en el mundo de la familia, la casa, los amigos,  no es necesario utilizar:
    - Organización    
- Toma de decisiones    
- Trabajo en equipo: liderazgo, delegación    
- Comunicación: escucha activa, empatía, asertividad    
- Gestión de conflictos    
- Negociación    
- Gestión del tiempo 
¿Hay algún rincón, sector del mundo, de la humanidad donde no haya que  gestionar personas, dinero y tiempo? Lo que difiere es la forma en que se hace,  y la forma depende de los resultados que hay que obtener, los objetivos que se  persiguen o las reglas y valores que imperan.
 Por verlo de una manera más gráfica; son numerosas las  referencias en artículos, entrevistas y estudios a la mayor capacidad de  organización y gestión del tiempo de la mujer. Esta habilidad no es femenina,  simplemente es una habilidad que la mujer ha tenido que desarrollar de una forma  más intensa: en la gestión de una casa no hay personal para delegar con lo que  todas las tareas las tenía que desarrollar la mujer, cuando se incorpora al  mundo laboral, la necesidad de conciliar le exige desarrollar al máximo de nuevo  la organización y la gestión del tiempo para poder llegar a todo.
 PILAR  GOMEZ ACEBO en una entrevista apunta ''Las mujeres prestan mucha atención al  detalle, a atender el gesto, a captar el timbre de voz o la mirada, y lo hacen  de una forma que a la mayoría de los hombres se les escapa''.
 Creo que se está refiriendo a la intuición femenina. ¿Cómo  sabe la madre cuando el niño llora por hambre, por dolor de dientes, por dolor  de estomago, por cansancio? A base de sacar conclusiones de la observación de  los detalles en el comportamiento del niño/a. 
 
 No son pues distintas las habilidades que se requieren en la  empresa, de las que se requieren para la llevanza de una casa o en la  formación de una familia, lo que son distintos son los modos en que esa  habilidades se despliegan, el uso de unas u otras habilidades con mayor  intensidad, la mayor o menor complejidad de desarrollo de las mismas.
 Yo a esto lo llamo el CURRICULUM OCULTO de la mujer no en la  acepción extendida, que se refiere a la exigencia de condiciones, cualidades,  capacidades que no están escritas. Si no en el sentido de que poseen habilidades  que se les han ocultado a los ojos.
 Por tanto las mujeres estamos dotadas de capacidades para ejercer la  dirección de grupos y organizaciones, y hemos desarrollado esas capacidades si  bien en una forma distinta a los hombres, debido a que el entorno y el contexto  social en el que lo hemos hecho estaba dominado por valores distintos a los  imperantes en el campo de acción masculino.
 Saquemos a la luz nuestro currículum sin miedo, sin vergüenza, pongámonos en  valor y démosles un giro, adaptémoslos a las necesidades del nuevo entorno.
 Algunas de las causas que impiden el acceso al poder de las mujeres
 No conocer y desarrollar esas habilidades suponen un freno en el acceso a los  puestos de dirección, pero ese freno es el más fácil de traspasar, hay otros más  complejos o quizás sutiles porque están pero no se ven en toda su dimensión, nos  referimos al tan citado techo de cristal: Junto con la compatibilización de la  vida personal y profesional, la CULTURA ORGANIZACIONAL conforman los dos pilares  que sustentan ese techo de Cristal.
 Cultura empresarial-organizacional 
 Todo grupo crea una identidad común, que dirige la forma en  que las personas que forman parte del mismo se relacionan entre sí, creando  reglas, estableciendo barreras de entrada, de movimiento en el grupo y redes  sociales que mantienen la cohesión de sus miembros de una forma similar a lo que  ocurre dentro de una familia.
 Esa identidad común se crea a lo largo de los años por el mantenimiento de  unos valores y reglas que crean y transmiten los líderes de ese grupo, así  funcionan y perviven. Esas reglas y valores no forman parte del conocimiento  explícito, se transmiten de forma oral y diría conductal.
 Cada empresa tiene su propia cultura, y el mundo empresarial  en general tiene una cultura propia construida por los valores y reglas  masculinos que son los únicos existentes hasta no hace mucho más de 25 años y  que siguen imperando porque en las cúpulas de dirección hay un altísimo % de  hombres dirigiendo a cada vez un número más grande de mujeres, sin que este  aumento en la base se traduzca proporcionalmente en la cúspide.
 El peso que desempeña la cultura empresarial obstaculizando  la promoción de mujeres en puestos de alta dirección ha sido recientemente  destacado en el informe Oportunidad 2000, iniciativa promovida por diversas  empresas británicas y diseñada específicamente para aumentar la representación  de mujeres en puestos directivos (Mill., Blackman, Headlam-Wells, Laws y Matfin,  1998
 Parece claro que si esa cultura está formada por reglas como:
    - jornadas laborales interminables    
- disponibilidad full time    
- jerarquía vertical    
- interconexión vida personal y laboral    
- reuniones de trabajo durante comidas o cenas, en las que se tratan asuntos    no laborales    
- relaciones sociales excesivas como forma de crear relaciones laborales    
- distintos sistemas de comunicación    
- ejercicio del poder    
- los temas de conversación    
- el acento en la cantidad y no en la cualidad o calidad. 
Los hombres consideran que las mujeres no actuamos según estas reglas por lo  que no somos válidas dentro de la empresa porque solo en base a estas reglas las  cosas funcionan y se obtienen los resultados. 
 Las opciones parecen claras, te adaptas a las reglas o te  quedas fuera, adaptarse puede suponer renunciar a exponer nuestras formas de  hacer, pero lo que es peor puede suponer un desgaste personal que no se si  merecerá la pena.
 Mercé  Pániker, empresaria y consultora de la ONU dice que tiene dos posibilidades:  o hacer lo que hacen los hombres directivos, lo que se enseña por hombres en las  escuelas de negocios, o actuar según su propia identidad. Creo que a muchas les  falta seguridad y confianza para saber que tienen un estilo propio. Entonces  imitan al hombre, que es lo fácil. Ni extraen sus facultades femeninas  ni aceptan el riesgo que supone hacerlo.
 Existen números estudios en materia de liderazgo que  revelan, siguiendo a Sánchez Apellániz, que la manera de pensar, sentir y actuar  de las mujeres es diferente y que por ello puede hablarse de un estilo de  dirección diferente que se caracteriza por:
    - énfasis en las personas y los procesos    
- liderazgo como responsabilidad de todos    
- constitución de estructuras menos burocratizadas, priorizando las    relaciones sociales y el sentido de comunidad    
- "dejar hacer" potenciando profesionalmente a los colectivos a través de    sus propios conocimientos e ideas    
- participación y diálogo como procesos educativos    
- clara preferencia por los enfoques cooperativos y consultivos    
- estilo colaborativo, compartido y no competitivo    
- énfasis en los procesos democráticos    
- desarrollo de políticas del cuidado y apoyo mutuo. 
Con estas premisas el choque está asegurado. Además debemos  tener en cuenta que estamos irrumpiendo en un mundo construido por otros en el  que los que están se sienten cómodos con lo que hay, y las nuevas inquilinas  llegan y hay cosas que no comparten y quieren cambiar y aquí se genera el miedo  al cambio que es uno de los 5 MIEDOS que acechan al ser humano según PILAR  JERICO y el del cambio aglutina como base todas las motivaciones de los otros  cuatro (poder-influencia, logro, necesidades básicas, afiliación). 
 Creo que este miedo a los cambios que la incorporación de la mujer a la  dirección de las organizaciones puede suponer es una de las razones más  importantes que están impidiendo la misma.
 Pero nosotras estamos aquí para cambiar las cosas, las que no nos parecen  adecuadas, justas, conformes con nuestra visión del mundo, somos una parte de  ese mundo y tenemos derecho a construirlo aportando nuestro material. Lo que si  tenemos es que saber cuándo y cómo cambiarlas.
 LA CULTURA EMPRESARIAL U ORGANIZACIONAL construida sobre la base de valores y  estilos masculinos es una de las principales causas del no acceso de estas, por  ello es tan importante construir otra o matizar la existente, aportar la visión  femenina (conciliación: familia, vida personal, gestión del tiempo; desarrollo  de la carrera; satisfacción personal; comunicación; relaciones  interpersonales).
 Estrategias para el cambio
 Voy a apuntar algunas de las ESTRATEGIAS que a mi modo de ver deben desplegar  las mujeres para posibilitar no sólo el acceso de la mujer a puestos directivos  si no su visibilidad, su puesta en valor, y lo que es más importante un cambio  cultural que lleve a los hombres a ver el mundo con ojos y corazón de mujer.
  Creación de Redes de Networking
 Creación de redes, formales, informales, presenciales, virtuales y gestionar  los contactos (Networking). Me estoy refiriendo a la creación de Asociaciones de  Directivas y Profesionales, Asociaciones de Empresarias, Clubs de antiguas  alumnas de Escuelas de Negocios, Redes Virtuales, Portales de  empresarias.
 
  Sus socias establecen redes de colaboración entre sí, comparten contactos,  asisten a conferencias, imparten y reciben cursos de formación y editan  publicaciones. Se trata de crecer profesionalmente, con el apoyo mutuo de otras  féminas, y de no estar sola en la cima.
 Se promueve la participación pública de la mujer en su  condición de empresaria, profesional, directiva, así como el contacto entre las  socias para crear negocios, colaboraciones.
 Introducirte en una de estas redes te permite compartir tus problemas y tus  experiencias, aprender de otras, servirte del trabajo realizado por otras.
 Reduce el aislamiento y la angustia de la soledad, así mismo  te permite un mayor desarrollo a nivel profesional (formativo y experimental).En  estas redes existen multitud de mujeres que han pasado por lo que tu o que  tienen tus mismos objetivos, hay referencias y modelos a los que puedes acudir  para pedir consejo para que te abran puertas.
 El poseer unos objetivos comunes y una manera de hacer común permite luchar  con más fuerza y hacerla visible hacia el exterior. 
 Las redes cuando alcanzan un número de miembros considerable  y una relevancia social por las actividades que desarrollan se convierten en  grupos de presión, comienzan a tener representatividad, y empiezan a ser  atractivas para el mundo de los negocios pues hay que tenerlas en cuenta. Esto  es quizás lo que más debe aprovecharse, el ser necesarias, aunque sólo sea por  ser mujeres y ser número, una vez dentro de nosotras depende plantear  batalla.
 La participación en estas redes y la participación de las  mismas en proyectos o actividades dirigidas por cúpulas masculinas no deben  hacernos perder de vista varias cosas:
    - Saber cuando eres necesaria y te puedes permitir el lujo de ser incómoda    porque no pueden prescindir de ti.    
- No olvidarse de vistas porque estamos y para que estamos    
- Si te limitas a estar en puestos de dirección para ejercer el poder en la    forma en que lo ejercen el resto ( hombres normalmente) y no para introducir    cambios, cuestionamientos, estamos perdiendo una gran oportunidad 
Las redes son una manifestación de la forma de ejercer el poder de las  mujeres : la mujer tiende a expresar el poder en el dominio de las relaciones  colaboradoras, construyendo redes informales, propiciando la cohesión y los  vínculos entre los miembros, alentando a otras y otros a compartir los  recursos.
 Mentoring y Programas de Mentorado
 
  Los modelos, el apoyo, la guía, los programas de mentorado  son sin duda una de las mejores armas para reforzar la posición de la mujer en  el mundo de los negocios y la alta dirección, contar con una mujer directiva que  te guíe, aconseje y apoyo en el desarrollo de tu carrera y en la consecución de  tus objetivos, acceder a puesto de dirección o crecer como empresaria es una de  las herramientas que llevan desarrollándose en EEUU desde hace más de 30 años  para romper el techo de  cristal. 
 Saber como moverte en un mundo de hombres no es tarea fácil,  y si puedes contar con la experiencia de una igual que ya ha pasado por ello,  seguro que el éxito es más fácil, y el camino mucho menos espinoso.
 ¿Por qué hacer difícil algo que puede ser más fácil?
 Una mentora puede proporcionarte:
    - El conocimiento de esa cultura empresarial u organizacional que    desconoces, esas reglas no escritas, saber quién es quién dentro de la    organización, no tanto el poder formal si no la capacidad de influencias, con    quien no hablar y con quién si, cuando y cómo, o sobre qué    
- Puede aconsejarte en la toma de decisiones y en el desarrollo de tu    carrera, porque ella ya ha pasado por ello y conoce el entorno en el que te    mueves    
- Te abre puertas, te presenta personas y te transmite el conocimiento    tácito sobre las mismas, te proporciona contactos, te transfiere su    experiencia compartiendo contigo sus aciertos y sus errores.    
- Te entrena para situaciones difíciles, te da apoyo, te ayudará a gestionar    tu tiempo, establecer prioridades e incluso a conciliar vida personal y    profesional.    
- Reforzará tu confianza, tu motivación, tu seguridad, tu autoestima  
En definitiva con el mentoring para directivas y empresarias:
    - Se facilita a las mujeres un asesoramiento práctico en gestión empresarial    y habilidades de dirección    
- Se visualiza lo que hacen las directivas y los directivos, comparando    causas y resultados, y proporcionando feedback EXTERNO.    
- Se aporta la experiencia práctica de una igual que actúa como guía, modelo    y consejera.    
- Se desarrollan estrategias de aprendizaje individualizado. 
Para triunfar en mundos masculinos hace falta, como bien expresan varias  mujeres empresarias entrevistadas en la revista Emprendedores por ejercer su  trabajo en mundos predominantemente masculinos:
    - MANO IZQUIERDA para manejarse ante los recelos iniciales y hacerse oír    
- MANO DERECHA para actuar con firmeza y ejercer el dominio si hace falta.    
- Perseverancia, confianza, empatía, flexibilidad y fortaleza 
Los Programas de Mentorado proporcionan modelos a seguir, y  no debemos perder de vista la importancia de los modelos, y de su visibilidad.  Cuando se habla de los rasgos de un directivo se han señalado rasgos asociados  al comportamiento masculino porque en la dirección no había más que modelos  masculinos sobre los que construir una teoría, si hubiera habido mujeres y  hombres proporcionalmente al hablar de los rasgos de un directivo se hubieran  señalado características predominantes en ambos y a lo mejor habría matices  sobre el concepto de directivo.
 Uno de los factores que inciden en el predominio de valores masculinos en el  mundo laboral es la escasez de modelos referenciales femeninos, aspecto que  conlleva, según sociólogos, una falta de identidad socio laboral de las  mujeres.
 El mentorado es una plasmación de la forma de ejercer el  poder por las mujeres, Dunlap y Goldman (1991), ampliaron el concepto de  "facilitador del poder" en el liderazgo de las mujeres, en el sentido de  desarrollar la habilidad para ayudar a otras personas a llevar a cabo sus fines,  por sí mismas, y para poder compartirlos, negociarlos o complementarlos.
 Liderazgo  transformacional
 Orientado a la persona, incide en la motivación, fomenta la participación de  los miembros del grupo, implica a las personas, elevando su autoestima, su  sensación de pertenencia a.
 Partiendo de esta definición y de la posibilidad que nos proporciona este  tipo de liderazgo, creo que el cambio y el acceso al poder, entendido como  influencia y no como autoridad, creo que las mujeres debemos liderar un cambio  en las formas de hacer, introduciendo nuestros valores, poniendo en valor  nuestras capacidades para ir transformando la cultura empresarial y  organizacional, y eso no necesariamente se hace o se consigue sólo desde la  cúpula.
 Podemos ser lideres transformacionales hacia abajo (con  nuestros subordinados/empleados), hacia los lados (con nuestros colaboradores y  compañeros, clientes, proveedores), y por supuesto hacia arriba (con la  dirección, los accionistas, la Administración.)
 Para ello sin duda dominar las habilidades directivas nos va a ser de gran  ayuda, sobre todo: gestión de conflictos, comunicación, empatía, negociación,  delegación, trabajo en equipo.
Estaríamos pues ejerciendo una autoridad  informal, basada en recursos emocionales y espirituales, frente al poder o  autoridad institucional que representa la dirección basada y apoyada en lo  atributos que proporciona el cargo, en los recursos físicos y materiales y que  se orienta más a la administración y gestión. 
 La dirección trata de afrontar la complejidad de una  organización, mientras que el liderazgo afronta el cambio. Así, la dirección  como tarea de gestión hace frente a la complejidad planificando, creando una  organización dotada de personal, así como controlando y resolviendo los  problemas. Por otra parte, el liderazgo hace frente a la necesidad de cambio  proyectando una visión y estableciendo estrategias, desarrollando equipos de  trabajo, así como motivando y apoyando. 
 El objetivo de un liderazgo en la línea que apuntamos tendría tres objetivos  básicos:
    - Desarrollar una amplia participación    
- Desarrollar una Visión    
- Asistir a los miembros del grupo para que superen los    obstáculos en su esfuerzo por conseguir los objetivos de la misión.    Incrementar su capacidad para superar los diferentes obstáculos que se vayan    presentando. 
Este tipo de liderazgo es el que denominamos liderazgo  transformacional, que implica el incremento de las capacidades de los miembros  de la organización para resolver individual o colectivamente los diferentes  problemas y lo que entiendo como toma de decisiones. El liderazgo  transformacional es pues la cultura del cambio, el agente transformacional de su  cultura organizativa.
 Puedo indicar los factores ya clásicos que se incluyen en el liderazgo  transformacional (Bass, 1985):
    - a) Carisma: capacidad de entusiasmar, de transmitir    confianza y respeto.    
- b) Consideración individual: presta atención personal a    cada miembro, trata individualmente a cada subordinado, da formación aconseja.     
- c) Estimulación intelectual: favorecer nuevos enfoques    para viejos problemas, hacer hincapié en la inteligencia, racionalidad y    solución de problemas.    
- d) Inspiración: aumenta el optimismo y el entusiasmo.    
- e) Tolerancia psicológica: usar el sentido del humor para    indicar equivocaciones, para resolver conflictos, para manejar momentos duros    
- f) El líder transformacional considera que desempeña un    rol simbólico de autoridad que le permite ser el "representante institucional"    de la organización y, como tal, debe dar ejemplo de trabajo duro,    disponibilidad y honestidad en sus actuaciones, que deben ser coherentes con    la visión, misión y valores de la organización 
Todo podemos ser líderes en nuestro entorno o ámbito para ello no necesitamos  que nadie nos nombre como tales, simplemente debemos poseer un deseo de cambiar  las cosas, energía, entusiasmo, confianza y seguridad para hacerlo e ir  desarrollando una serie de habilidades que nos permitirán aglutinar mejor  intereses personales hacia una misión común y hacer crecer a todas las personas  que trabajan con nosotros y pueden contribuir a ese cambio.