 
  En Colombia es un fenómeno reciente la proliferación de lugares  para tomarse un buen café.
  Decir que los colombianos, que se precian de producir el café  más suave del mundo, no saben preparar esa bebida, puede sonar ofensivo y poco  creíble a primera vista.
 No obstante la buena fama del grano colombiano y que éste se ha convertido en  un símbolo de Colombia, muchos extranjeros que llegan al país andino se  encuentran en dificultades cuando quieren tomarse un buen café en la calle, en  los hoteles o incluso en una casa de familia.
 Y eso que poco a poco comienzan a verse más locales de cafés especiales en  las ciudades colombianas, donde el grano es de muy buena calidad y, además, está  recién molido y tostado.
 Esas tres condiciones, además de las adecuadas mezclas de agua y café, son la  clave para hacer una buena bebida, dicen los expertos consultados por BBC  Mundo.
 Esta semana hubo un alud de comentarios en la página web de un diario de  Bogotá a raíz de la crítica del chef francés Paul Bocuse a la calidad del café  que se prepara en los hoteles de Colombia.
      Durante muchos años la principal preocupación de la industria torrefactora    era tostar y vender, y sólo desde hace una década se empezó a preocupar por    enseñarles a los consumidores a preparar un buen café
 Eva Celeita, directora de calidad de  Procafecol
   Bocuse, quien participó en un congreso gastronómico en la ciudad colonial de  Popayán, 557 kilómetros al sur de Bogotá, no dudó en afirmar que el café negro,  o "tinto" como lo llaman aquí, es como "agua sucia".
 "En Colombia no saben preparar un buen café", sentenció Bocuse, quien lleva  40 años en su oficio.
 Con algunos matices, dos expertos colombianos consultados por BBC Mundo no  están lejos de las apreciaciones de Bocuse.
 Sin rodeos, Parmenio Angarita, de la Escuela Colombiana del Café, sostiene  que "un gran porcentaje de los colombianos toma mal café y solo una élite bebe  buen café".
 "El café bueno es costoso"
 Según Angarita, el problema es de tipo económico, porque el mejor café es más  costoso y también obedece a que durante muchos años Colombia exportó su mejor  grano y dejó el de menor calidad para el consumo interno.
   
  Parmenio Angarita, de la Escuela Colombiana de Café, reconoce  que un buen procentaje de colombianos toma mal café.
  Pero, también, hay otra dificultad: la forma como se prepara el café.
 "Durante muchos años la principal preocupación de la industria torrefactora  era tostar y vender, y sólo desde hace una década se empezó a preocupar por  enseñarles a los consumidores a preparar un buen café", reconoce Eva Celeita,  directora de calidad de Procafecol, la firma propietaria de la marca Juan  Valdez.
 En Colombia ya hay tiendas Juan Valdez en casi las 32 capitales  departamentales, que, sin embargo, son pocas para un país con casi 45 millones  de habitantes.
 Y también hay, aunque no muchos, viejos y nuevos cafés que usan máquinas  italianas para lucirse con la bebida que sirven.
 La Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, que agrupa a los  productores, impulsó durante más de 15 años un programa de entrenamiento para  preparar un mejor café, que concluyó a comienzos de esta década y por el cual  pasaron miles de personas.
 Sin embargo, muchos colombianos siguen incurriendo en prácticas no  recomendadas en la preparación del café en sus casas o lugares de trabajo.
 Lo no recomendado
 Angarita y Celeita dicen que no se deben preparar grandes cantidades de café  para un solo día, porque eso obliga a calentar la bebida una y otra vez, y esto  atenta contra su buen sabor.
 "Lo mejor es preparar el café que uno se va a tomar en el momento",  recomienda Celeita.
   
  Argenides Causil apela a la famosa cafetera greca para  sobrellevar su trabajo.
  Los dos expertos critican el uso de máquinas de café filtrado, llamadas  grecas en Colombia, donde la bebida se mantiene caliente durante varias horas,  pero pierde su frescura y su sabor original.
 "Yo preparo tres veces café en la greca de la oficina donde trabajo y procuro  cambiar el filtro de tela cada dos semanas", explica Argenides Causil, empleada  de una empresa en Bogotá, donde trabaja un centenar de personas. Ella sabe que  su greca no prepara el mejor café, pero aclara que "esa es la máquina que tengo  para prepararlo".
 Angarita y Celeita le dijeron a BBC Mundo que tampoco es recomendable usar  como base para preparar café agua endulzada con un derivado de la caña de  azúcar, llamado panela.
 María Antonia Duque, una comunicadora de la ciudad de Manizales, en el famoso  eje cafetero del occidente de Colombia, declara a BBC Mundo que ella aprendió a  preparar café desde cuando tenía diez años de edad.
 "Nosotros en mi casa siempre usamos agua de panela para hacer el café", dice,  pero advierte que nunca "recalientan" la bebida.
 Endulzar el café con panela es una práctica muy extendida en Colombia. Efraín  Ceballos, presidente de una asociación de cultivadores de café en el  suroccidente del país, declara a BBC Mundo que en su casa preparan el café y lo  conservan en termos.
 Aunque Celeita advierte que después de 45 minutos de ser preparado el café  cambia considerablemente de sabor, Ceballos dice que en su casa "ya estamos  acostumbrados".
 En esas condiciones, todos coinciden en que tomará tiempo lograr que la  preparación de café sea la más adecuada en Colombia y que encontrar uno bien  hecho no sea una misión difícil.