 
  Gracias a su amplia difusión, el concepto de Responsabilidad Social  Empresarial fue estigmatizándose con "frases hechas" que fueron variando su  sentido, y que es bueno revisar para evitar reduccionismos y alcanzar una mejor  conceptualización. 
Baltazar Ojea
  
  
 
Por Baltazar  Ojea1
baltazarojea@yahoo.com.ar
Son estas frases las que permiten  que a menudo se hable de esta temática con mucha soltura, creyendo saber y  entender lo que se dice. Son muy conocidas por los consultores, académicos y  elaboradores de informes sociales :
 
    1.      "la empresa debe rendirle cuentas a todos los  grupos de interés y no sólo a sus accionistas"
    2.      "La responsabilidad social empresaria va más  allá de la ley"
   3.      "La RSE no es  filantropía"
A continuación se reflexionará sobre los  significados que encierran estas frases, en algunos casos partiendo de ellas, y  en otros llegando a ellas.
1) El poder de las expectativas y los  "stakeholders"
En la película Mentes Peligrosas, Michelle  Pfeiffer encarna a una profesora de escuela secundaria, que desembarca en un  colegio de algún barrio turbio de California en el cual se le asigna un curso de  alumnos problemáticos. Con el objetivo de generar compromiso y mejorar la  conducta de los alumnos, esta profesora califica a todos ellos con la nota más  alta. Los alumnos deberían entonces, mantener esa calificación, cuidar su nueva  reputación. ¡Por fin alguien deposita en ellos esperanza,  expectativas!
Todos esperan del buen alumno, que se comporte como  buen alumno; todos esperan del buen ciudadano, que se comporte como buen  ciudadano. Aquel que es considerado bueno y no se comporta como tal, será  castigado no sólo por su mal comportamiento, sino por decepcionar a quienes  esperaban de él una buena conducta (su conducta esperable).
Pero ¿qué  pasa con el que siempre se porta mal? Si yo siempre obtuve un uno, probablemente  se espere de mí un uno. Esto se traduce en una exigencia nula o casi nula por  parte de quienes me miran y posiblemente en el auto convencimiento de que no  puedo obtener más que ese uno (profecía auto cumplida). Esta falta de exigencia  permite que yo me sienta bien y sea felicitado cuando obtengo un cuatro. Sin  implicar que ese cuatro cumpla con los estándares de aprobación.
En  cambio, si yo siempre obtengo un diez, cuando obtenga un cuatro seré castigado  con la desilusión o el descontento propio y de quienes me  miran.
¿Expectativas? ¿Qué tiene que ver eso con  RSE?
Supongamos que los habitantes de un país A creyeran que los  empresarios son todos corruptos. Todos los empresarios tienen un uno.  Probablemente la noticia de un hecho de corrupción empresarial no tendría mayor  condena que la establecida por la ley (si existiese). El habitante de aquel país  no cambiaría su concepción de esa empresa, ya que no esperaba otra conducta de  los empresarios.
Cabe aclarar que la percepción de los habitantes de  este país sobre las empresas, no implica el mal comportamiento de las mismas;  pero sí una mirada indiferente ante comportamientos no deseados.
Por  el contrario, supongamos que los habitantes de un país B creyeran en los  empresarios. A partir de este momento, todos los empresarios tienen un "muy  bien, diez, felicitado". Un hecho de corrupción empresarial, probablemente, no  sólo sería juzgado por la ley, sino por quienes miran a su alrededor, ahora,  desilusionados o descontentos.
Cabe destacar que la percepción de los  habitantes de este país sobre las empresas, no implica el buen comportamiento de  las mismas; pero sí una mirada negativa en caso de conocerse un mal  comportamiento.
Siguiendo la línea del ejemplo separaremos en grupos  a los habitantes de un país para facilitar o complejizar la comprensión.  Diremos, entonces, que los habitantes se encuentran agrupados de la siguiente  manera: empresas (empresarios y funcionarios privados), accionistas,  proveedores, consumidores, Estado (funcionarios públicos de los distintos  poderes), sindicatos (trabajadores y dirigentes) y otras agrupaciones de la  sociedad civil (medioambientalistas, etc). Estos grupos son los, así denominados  por las ciencias administrativas, stakeholders (o grupos de  interés).
En el caso del país A un hecho de corrupción empresarial,  como se advirtió unos párrafos atrás, no modificaría la concepción de la empresa  en ninguno de los grupos de interés. Así, los accionistas seguirán invirtiendo  en esa empresa, los consumidores seguirán comprando productos de esa empresa,  etc. En este mismo país, recibirán premios las empresas que no cometan delitos o  las empresas a la que no se le conozcan delitos.
En el caso del país  B, en cambio, el mismo hecho, provocaría un repudio por parte de todos los  grupos de interés. Será entonces un hecho que desalienta las inversiones de los  accionistas en esa empresa, que disminuye el consumo de sus productos, que  provoca la movilización de los sindicatos y otras organizaciones de la sociedad  civil, etc.
La Responsabilidad Social Empresarial propone un modelo  de empresa que pueda convivir en sociedades comprometidas (participativas), como  la planteada en el ejemplo de País B. Se trata de una tendencia que se está  dando en algunos países y que apunta a un modelo de capitalismo sano; que sea  inclusivo, que no perjudique a las generaciones futuras, etc.
No se  puede hablar de Responsabilidad Social Empresarial y referirse sólo a la  empresa. Es una propuesta de cosmovisión de la empresa, dentro de una propuesta  de cosmovisión del mundo.
Es por el grado de aceptación de los  distintos actores que miran a la empresa que se postula que la empresa debe  rendirle cuentas a todos los grupos de interés y no sólo a sus  accionistas.
2) La RSE va más allá de las leyes. ¿Y  esto
?
En cientos de conferencias y de informes sociales se dice  que "la RSE va más allá de la ley". Es probable que muchos empresarios no hayan  puesto real atención en esa sentencia, y tal vez tampoco lo hayan hecho una  cantidad importante de académicos y consultores especializados.
La  confusión más común está dada por la creencia de que una empresa socialmente  responsable debe otorgar mayores beneficios que los que exige la ley; que se  puede hablar de responsabilidad social una vez cumplido el marco legal. Sin  embargo, esto no es así...
Como se dijo anteriormente, la RSE es la  vedette en medio de una propuesta de cambio que incluye a otros actores. Es un  nuevo modelo el que se plantea. Esto quiere decir que existe un modelo actual  que se quiere cambiar. Ese modelo actual, viene avalado desde hace muchos años  por las empresas, las universidades, los gobiernos, los sindicatos, las  leyes.
Probablemente, la responsabilidad social de una empresa, en la  actualidad, tenga más que ver con espíritu de cambio que con cumplir con el  statu quo. Es necesario entonces que existan nuevas leyes que acompañen esta  nueva propuesta de modelo.
Las leyes son (o deberían ser) una  expresión escrita de la voluntad de una sociedad, vinculada al concepto  imperante del valor Justicia (y a toda la cosmovisión de esa sociedad). Por  ello, la misión de un Parlamento es contribuir a la consolidación de una  sociedad Justa, a través de la generación de leyes. Esto pone en evidencia que  el valor Justicia orienta (o debería hacerlo) el quehacer  parlamentario.
Con la RSE sucede algo similar. Se trata de un  conglomerado de valores positivos (incluido el de Justicia) que atraviesan todo  el quehacer empresarial.
La Responsabilidad Social va más allá de la  ley, del mismo modo que la Justicia va más allá de la norma escrita; y su  concepto acabado implica una sociedad que comparte ciertos valores y que se  compromete con ellos en todas sus actividades, independientemente de la  existencia de una ley.
Pongamos un ejemplo
Supongamos que  un padre de familia está buscando trabajo y una organización le ofrece contratar  sus "servicios" en condición de monotributista. Supongamos también que este  padre de familia no ha alcanzado un título universitario, y vive en la Ciudad de  Buenos Aires.
Este padre de familia acepta el trabajo y acuerda con  la organización un importe mensual de entre $1.000 y $2.000, tomando el caso  intermedio, diremos que el importe es de $1.500. Este buen hombre deberá pagar  mensualmente de impuestos $111 en concepto de monotributo y $30 en concepto de  Ingresos Brutos.
Queda claro que en su calidad de monotributista, no  cuenta con aguinaldo ni con vacaciones pagas. Este hombre percibe por su trabajo  $1359. Supongamos ahora que ese dinero no le alcanza para asegurar el bienestar  de su familia y decide no pagar las cargas mencionadas y así obtener los $1.500  en total.
¿Se trata de una persona socialmente responsable? ¿Es  socialmente irresponsable por no cumplir con el marco legal? ¿Se trata de un  sistema que opone la responsabilidad social frente la responsabilidad legal? ¿La  organización que contrató a esta persona es responsable de esta situación? Cada  lector podrá tomar alguna postura al respecto.
Situaciones similares  se repiten en el "45,1% del total de ocupados en la Capital Federal y el Gran  Buenos Aires" (Clarín, 21 de Agosto de 2007). Si se pretende cambiar este tipo  de realidades en pos de una sociedad más justa, se requiere de la activa  participación de todos los actores sociales.
El caso de las  PyMES
Las PyMES representan más del 70% de las fuentes de trabajo  de todo el país y, luego de la crisis de 2001/2002, fueron la principal causa de  la baja del desempleo, afianzando su preponderante papel en la generación de  trabajo.
Buena parte del 40% de la fuerza laboral que trabaja en la  informalidad y precariedad en el país, pertenece a este tipo de  empresas.
Muchas empresas PyMES (incluidas las Micro) deben  enfrentarse al dilema planteado en el punto anterior. Hacen las veces de padre  de familia que sale a buscar trabajo, y el mismo mercado les "exige" cierto  grado de informalidad para alcanzar la supervivencia. No se trata de quienes no  quieren pagar los impuestos, sino de quienes hacerlo les cuesta su  supervivencia.
Es conveniente volver a preguntarse ¿Se trata de una  empresa socialmente responsable? ¿Es socialmente irresponsable por no cumplir  con el marco legal? ¿Se trata de un sistema que opone la responsabilidad social  frente la responsabilidad legal? El lector tendrá su postura al  respecto.
La Responsabilidad Social Empresarial viene a proponer un  modelo diferente al implantado en la Argentina desde los 70`s. Durante todos  esos años la sociedad misma ha impulsado y aceptado un marco normativo acorde a  ese modelo que hoy se propone cambiar. De este modo, la RSE también cuestiona  las normas y "va más allá de la ley", diciéndonos que parte de nuestra  responsabilidad es involucrarnos; participar con espíritu de cambio
 incluso de  cambio de las leyes.
3) ¿Qué es la Filantropía?
La  palabra Filantropía encuentra sus raíces en el griego, que son "philos" y  "antropos". La primera de ellas se traduce como "amor" (ej.: filosofía  amor  por la sabiduría  filarmónica  amante de la armonía, etc.) y la segunda como  "hombre" (ej.: antropología  estudio del hombre). Entonces este término  encierra el significado de amor por el hombre.
Sin embargo, en el  uso, el significado de esta palabra se refiere a donaciones, a dar fondos o  bienes, generalmente a organizaciones no gubernamentales o para obras  caritativas. Es un concepto muy vinculado al asistencialismo.
¿Por  qué la RSE no es filantropía? Porque la filantropía está básicamente en la  dimensión de las acciones, y como se viene planteando en este artículo, la RSE  es un concepto que nace en el ámbito de los valores. La responsabilidad social  no es una acción, pero son todas las acciones estén orientadas por los valores  que ella engloba.
Otra razón por la que se intenta alejar este  concepto del de Responsabilidad Social es que la filantropía ha adquirido en los  últimos años una fama que la desmerece y la devalúa, que la convierte en una  herramienta para lavar la conciencia. Ya a principios del siglo pasado, Ambrose  Bierce en su Diccionario del Diablo donde esboza definiciones grotescas e  irónicas, define al filántropo de la siguiente manera: "s. Anciano caballero,  rico y generalmente calvo, que ha aprendido a sonreír mientras su conciencia le  roba los bolsillos".
Eduardo Galeano, en su último libro Espejos,  también hace una referencia a la filantropía, a modo de denuncia. Cuenta la  masiva publicidad que a fines de los años 20 difundía la gasolina con plomo  agregado. En la década del 80, Estados Unidos prohibió esa gasolina porque causó  daños severos y muerte a miles de personas. Galeano culmina la anécdota diciendo  "Los principales autores del crimen fueron dos ejecutivos de la General Motors,  Charles Kettering y Alfred Sloan. Ellos han pasado a la historia como  benefactores de la humanidad, porque fundaron un gran hospital."
La  Filantropía no es mala, pero es una acción cuyos valores pueden no coincidir con  los del resto del accionar. En cambio, la responsabilidad social empresaria se  mide a través de todas las acciones de la empresa. Por ello, puede afirmarse que  la Responsabilidad Social Empresarial no es filantropía.
Para  finalizar
Las "frases hechas" deshacen conceptos, por ende siempre  es bueno volver sobre ellas para dilucidar sus significados. Muchas veces  (probablemente producto de la educación bancaria de la que hablaba Paulo Freire)  estos supuestos ayudan a no reflexionar y se toman como verdades absolutas. Se  posicionan como axiomas naturales de la teoría, sin ser lo suficientemente  claras.
La Responsabilidad Social Empresarial tiene que ver con los  valores, con la Misión de la Empresa; constituye una buena excusa conceptual que  propone un cambio cultural que fomente la alteridad en lugar de la apatía, la  solidaridad en lugar del individualismo, la participación en lugar de la  indiferencia, la convivencia con el medioambiente en lugar de su esclavización,  etc.
Este concepto viene acompañado de un contexto en el que también  se exige un cambio en los roles del Estado, de los Sindicatos, de la Sociedad  Civil, y de otros actores. No existirán empresas responsables en sociedades que  no lo exijan, en sociedades individualistas, ni en sociedades donde el marco  normativo no aliente las conductas responsables.
Según la encuesta  del Latinbarómetro 2007 (encuesta de opinión pública desarrollada en 18 países  de América Latina), en la Argentina sólo el 46% de la población opina que la  empresa privada es indispensable para el desarrollo del país. Ubicándose así  entre los países que menos creen que la empresa privada sea indispensable para  el desarrollo. Esto habla mucho de las expectativas que tenemos los argentinos  sobre nuestros empresarios; bajas expectativas sobre las empresas también son  bajos niveles de exigencia. Para poder exigirle a las empresas también debemos  confiar en ellas, y esta confianza se construye y la exigencia está en  mantenerla.
Responsabilidad Social Empresarial no es una acción, son  todas. Es el mensaje oculto en cada una de las acciones; las comunicadas y las  no comunicadas. Es la brújula, es el faro que nos orienta. Se trata de un  concepto que intenta volver a descubrir un camino que, durante un tiempo, estuvo  cubierto. El camino que las ciencias gerenciales olvidaron señalar.
 1 Coordinador Técnico del Centro Nacional de Responsabilidad  Social Empresarial y Capital Social de la Facultad de Ciencias Económicas de la  UBA. Responsable de Relaciones Internacionales de la Red Iberoamericana de  Universidades por la RSE (www.redunirse.org)