 El repentino aumento de los femicidios durante febrero llevó a que, la  semana pasada, relacionáramos este hecho con la disolución del tejido social en  los sectores más desposeídos de nuestro país. Disolución, a su vez, debida a la  vertiginosa baja de los matrimonios celebrados en Chile un tercio menos, los  últimos diez años
 y siguen cayendo; el consiguiente inferior número de niños  nacidos de matrimonio, y aumento de los nacidos fuera de él (62% del total el  año 2007), y el remplazo paulatino, pero incesante y veloz, de los casados por  los convivientes, la "pareja".
El repentino aumento de los femicidios durante febrero llevó a que, la  semana pasada, relacionáramos este hecho con la disolución del tejido social en  los sectores más desposeídos de nuestro país. Disolución, a su vez, debida a la  vertiginosa baja de los matrimonios celebrados en Chile un tercio menos, los  últimos diez años
 y siguen cayendo; el consiguiente inferior número de niños  nacidos de matrimonio, y aumento de los nacidos fuera de él (62% del total el  año 2007), y el remplazo paulatino, pero incesante y veloz, de los casados por  los convivientes, la "pareja".
 No se trata de condenar legal ni moralmente a la "pareja" ésa es  otra historia, y una historia caso a caso, sino de consignar que en ella la  vida marital y postmarital y la relación con los hijos comunes carecen  de reglas
 Más aún, son imposibles de regular, dada la  infinita variedad de combinaciones que pueden darse de estas conductas, su  desarrollo y sus consecuencias.
 Lo comprobamos en algunos de los femicidios que nos han conmocionado (ver  columna anterior).Una de las "parejas" estaba compuesta por una mujer  no menor de treinta años, y un muchacho de diecinueve, adicto a la marihuana,  completando el grupo una hija de la primera, de dieciséis, que el conviviente  asesinó. En otra de las parejas disueltas lo que condujo a que el hombre  ultimara a la mujer, el hechor había tenido una relación anterior, también  terminada. Terminada, sí, pero dejando dos hijos de 12 y 14 años, que vivían con  el padre, y a los cuales éste encerró en la casa común, ocho horas, mientras  allí mismo humillaba y finalmente asesinaba a su segunda mujer.
 Olvidemos los crímenes, y preguntémonos qué reglamentación legal hubiera  podido darse a estas "parejas", y a los hijos o "hijastros"  que dependían de ellas. Obviamente ninguna, en particular por dos hechos  capitales: a) El conviviente carece de cualquier obligación (ni derecho)  respecto a los hijos de su pareja que biológicamente no sean hijos suyos. b) Lo  mismo rige para cualquier conviviente, tocante a los hijos comunes que no haya  reconocido. Y este reconocimiento es enteramente voluntario, salvo sentencia  judicial, cuya rapidez y accesibilidad a los pobres el lector juzgará.
  Sería absurdo sostener (sin una investigación más amplia y profunda,  que naturalmente ninguna escuela de sociología hace) que los femicidios de  febrero los cuales afectaron, en cinco de siete casos, a parejas y no a  matrimonios se debieron a la falta de enlace legal. Pero no parece ilógico  pensar que, tratándose relaciones humanas como éstas, tan profundas y  apasionadas, el hecho de que sean completamente anárquicas, sin ninguna regla  jurídica que intente, siquiera, enmarcarlas, no puede sino favorecer la  violencia física y sicológica
 la "violencia intrafamiliar",de la cual  Carabineros recibe dos mil denuncias semanales (El Mercurio, 16 de febrero).
Sería absurdo sostener (sin una investigación más amplia y profunda,  que naturalmente ninguna escuela de sociología hace) que los femicidios de  febrero los cuales afectaron, en cinco de siete casos, a parejas y no a  matrimonios se debieron a la falta de enlace legal. Pero no parece ilógico  pensar que, tratándose relaciones humanas como éstas, tan profundas y  apasionadas, el hecho de que sean completamente anárquicas, sin ninguna regla  jurídica que intente, siquiera, enmarcarlas, no puede sino favorecer la  violencia física y sicológica
 la "violencia intrafamiliar",de la cual  Carabineros recibe dos mil denuncias semanales (El Mercurio, 16 de febrero).
 Mientras tanto, ¿qué hacen los gobernantes en presencia de crisis tan  formidable?
 Parches. Hay mucha solución de parche, improvisada, quizás  aceptable por la urgencia y de mediano aunque limitado éxito posible, pero que  no va al fondo del tema. Así:
  "Brazaletes electrónicos", eventualmente  monitoreados por satélites seguirían la pista de aquellos imputados de violencia  intrafamiliar que tienen prohibido acercarse a sus víctimas. Proyecto en  trámite. Costo: 6.000 millones de pesos
 al parecer anuales (El Mercurio,16 de  febrero), 200 nuevos funcionarios incluidos.
 Confieso abrigar cierto escepticismo ante la idea de que un satélite que  hasta el momento, en el Transantiago, no logra siempre ubicar dónde está un bus  de itinerario fijo y regular pueda seguir el trayecto imprevisible de un  femicida a la busca de su presa. Pero quizás sea esta incredulidad consecuencia  de mi ignorancia tecnológica.
  El SERNAM piensa que hay menos matrimonios porque el  régimen de sociedad conyugal da demasiadas atribuciones al marido en el manejo  de los bienes comunes. Prepara un proyecto limitándolas.
 Que con esta limitación muchas mujeres (y sobre todo muchos hombres)  preferirán el matrimonio a la simple convivencia es un optimismo y una inocencia  del Servicio. Que Dios le conserve candor semejante.
   Justicia de familia. ¿Será la salida real del  problema? Ingresan arriba de 350.000 causas anuales. Es, todos lo saben, un  modelo de lentitud, ineficacia e incluso trato humillante para quienes la  invocan. Los esfuerzos para mejorarla no han tenido resultados muy visibles. El  último de estos esfuerzos, ya convertido en ley, establece la  "mediación" obligatoria de profesionales especializados, en los juicios de  familia. Con ella, y nuevos jueces (95) y empleados (640), más 18.500 millones  de pesos en infraestructura, "quedará normalizada la oferta de justicia  familiar en el país", dice el ministro del ramo (19 de febrero).
 Justicia de familia. ¿Será la salida real del  problema? Ingresan arriba de 350.000 causas anuales. Es, todos lo saben, un  modelo de lentitud, ineficacia e incluso trato humillante para quienes la  invocan. Los esfuerzos para mejorarla no han tenido resultados muy visibles. El  último de estos esfuerzos, ya convertido en ley, establece la  "mediación" obligatoria de profesionales especializados, en los juicios de  familia. Con ella, y nuevos jueces (95) y empleados (640), más 18.500 millones  de pesos en infraestructura, "quedará normalizada la oferta de justicia  familiar en el país", dice el ministro del ramo (19 de febrero).
 Dios lo escuche. No ha escuchado en seis años está a la vista las promesas  solemnes y públicas de parlamentarios democratacristianos y nacionales,  asegurando que no aceptarían ley de divorcio sin que estuviesen en operación  juzgados de familia suficientes y eficaces.
 Agreguemos que el "mediador" cuya propuesta necesita la aceptación  de ambas partes sólo descargará a la justicia propiamente dicha de una pequeña  proporción de las causas de familia. Es ésa, entiendo, la experiencia  internacional. Y Perogrullo nos dice que si, para uno de los contendores,  responder "no" al mediador significa dilatar el pago de alimentos que  debe hacer, será muy proclive a ese "no".
 "Los temas de familia (dijo el presidente de la Corte Suprema al  promulgarse la ley señalada) no deberían judicializarse, porque agudizan el  conflicto existente" (El Mercurio, 19 de febrero). Pero la mediación
  ¿solucionará esos temas, o devendrá muy mayoritariamente un mero trámite inútil  salvo en cuanto indispensable para abrir la puerta de la batalla judicial?
 EL PROBLEMA DE FONDO. Pero hay más. Ningún mediador ni juez  de familia puede poner orden en relaciones maritales que no son matrimoniales,  ni en los vínculos de la "pareja" conviviente con los niños que viven  bajo ella. Pues como explicamos esas relaciones no tienen ni pueden tener  regulación legal de ninguna eficacia práctica.
 EL ESTADO. El Estado, los gobernantes, no pueden obligar a  las parejas a casarse. Tampoco perseguir o prohibir las convivencias sin  matrimonio. Pero pueden (y no lo hacen):
 1. Beneficiar de alguna o varias maneras sustantivas a  quienes celebran y conservan el matrimonio civil, y tienen hijos dentro de  él.
 Todo el mundo, creyente religioso o no, debiera coincidir en que el  matrimonio civil, y engendrar, criar, formar moralmente y educar hijos dentro de  él son situaciones socialmente beneficiosas. De lo contrario, ¿por qué empeñarse  en su prolija regulación jurídica, como la que hoy existe? Sin embargo, en el  Chile del Siglo XXI, casarse y formar una familia dentro del matrimonio no  acarrea el menor beneficio legal ni administrativo.
  2. Al contrario, perjudica. Ejemplos. A: Un superior de  servicio público puede tener a su "pareja" de jefe de gabinete, pero no puede  emplear de ascensorista a un hijo matrimonial. B. La "pareja" tiene DOS  opciones a subsidio de vivienda: el matrimonio, sólo UNA. C. Los miembros de la  "pareja" declaran separadamente su impuesto anual a la renta. A los  miembros del matrimonio cabe que el Servicio les exija una sola declaración,  sumando los ingresos de ambos, con peligro de aumentar el tributo resultante,  que es progresivo según tramos.
2. Al contrario, perjudica. Ejemplos. A: Un superior de  servicio público puede tener a su "pareja" de jefe de gabinete, pero no puede  emplear de ascensorista a un hijo matrimonial. B. La "pareja" tiene DOS  opciones a subsidio de vivienda: el matrimonio, sólo UNA. C. Los miembros de la  "pareja" declaran separadamente su impuesto anual a la renta. A los  miembros del matrimonio cabe que el Servicio les exija una sola declaración,  sumando los ingresos de ambos, con peligro de aumentar el tributo resultante,  que es progresivo según tramos.
 3. Abstenerse de legislación negativa para  el matrimonio. Los ejemplos recientes de ésta son muchos. V.gr.:
 A. La ley de divorcio (2004), al establecer que el abandono del hogar, sin  motivo alguno, otorga al hechor una causal legítima para disolver  unilateralmente el matrimonio, por divorcio, después de tres años.
 Nadie tiene, pues, matrimonio legalmente seguro sino por ese plazo. ¿A qué  fin casarse, entonces? La simple convivencia ahorra el papeleo del matrimonio
 y  el del divorcio, a los tres años.
 B. La ley que "igualó" a los hijos nacidos dentro o fuera del  matrimonio (1998).Tenía (como muchas de estas disposiciones) un objeto  fundamentalmente propagandístico. Los derechos económicos de los antiguos  "ilegítimos", en la práctica, y por motivos largos de explicar, serían  muy parecidos a los de antes. Y la valoración social de haber nacido dentro o  fuera de matrimonio no depende de nombres ni de leyes. Buena o mala, justa o  injusta, esa valoración la hace y la cambia el sentir de la colectividad .
  Pero, también de hecho, con esta ley, la muerte del padre casado y que  deja cónyuge sobreviviente e hijos de ambas categorías, introduce en la herencia  tal confusión y precariedad, que objetivamente es un disuasivo del matrimonio.  Sobre todo entre los pobres, cuyo único "bien hereditario" de cierta  importancia acostumbra ser el hogar, la casa de subsidio. Objetivamente, a la  mujer que hace vida marital le conviene en este respecto no casarse y tener la  vivienda a su nombre. ¡Otra ventaja de la mera "pareja"!
Pero, también de hecho, con esta ley, la muerte del padre casado y que  deja cónyuge sobreviviente e hijos de ambas categorías, introduce en la herencia  tal confusión y precariedad, que objetivamente es un disuasivo del matrimonio.  Sobre todo entre los pobres, cuyo único "bien hereditario" de cierta  importancia acostumbra ser el hogar, la casa de subsidio. Objetivamente, a la  mujer que hace vida marital le conviene en este respecto no casarse y tener la  vivienda a su nombre. ¡Otra ventaja de la mera "pareja"!
 C. Las normas vigentes sobre esterilización (2000). Con la firma de una  ministra cuyo nombre he olvidado, dicen caso único en el mundo, creo que una  mujer casada, que no ha tenido hijos, de dieciocho años, analfabeta, puede  exigir a los Servicios de Salud que la esterilicen, sin invocar ninguna causa y  sin que lo consienta, ni siquiera lo sepa su marido. ¿Qué mejor manera de decir  que casarse es solamente un papeleo aburrido?
 Resumen: si no se revaloriza y fomenta, desde todos los  puntos de vista, el matrimonio y la familia legales, no habrá solución operante  para los problemas de la convivencia marital y de los hijos que nacen de ella.  "Judicializar" el funcionamiento de instituciones que por su naturaleza misma no  tienen ley es querer cuadrar el círculo
 una pérdida de tiempo, esfuerzo y  dinero.
 Nota: El artículo original fue publicado por La Segunda,  el 24 de febrero de 2009.