APRENDAMOS CON GARY BECKER ...CHICAGO A NUESTRAS MANOS
Gobierno, Capital Humano, y crecimiento económico
Gary S. Becker
Premio Nobel de Economía 1992.
 
1.Introducción
 
Ningún factor tiene mayor significado para  las relaciones entre las naciones, el tema de estos encuentros, que las tasas de  crecimiento del ingreso por habitante. Los países que experimentan un  crecimiento importante durante varias décadas llegan a jugar un papel importante  en los asuntos internacionales económicos y políticos, mientras que las naciones  que se estancan [en las que el crecimiento económico se estanca] llegan a perder  mucha de la influencia que un día tuvieron.
 
El rápido crecimiento de Taiwán, una  pequeña isla que ha sido ostracizada políticamente por mucho del mundo, le  permite ejercer una influencia considerable en los asuntos económicos de varios  países, incluyendo la China. Por el contrario, la Unión Soviética, todavía una  potencia militar de primera magnitud, ha visto casi toda su influencia disminuir  a causa de su desastroso desempeño económico.
 
La enorme variabilidad de las tasas de  crecimiento es instructiva, porque provee buenos y malos ejemplos de enfoques  del crecimiento. De 1960 a 1985, la tasa de crecimiento del PIB [Producto  Interno Bruto, valor de toda la producción de un país] per cápita para más de  100 países superó el 2.0 porciento, que es extremadamente alto para los  estándares históricos. Sin embargo las tasas variaron desde -3% para el Chad  hasta más de 6% para Corea, Singapur y Taiwán: El 25% superior [ el cuartil  superior, la parte de la muestra formada por un número de países que son la  cuarta parte de la muestra, y que además son los que tienen el crecimiento más  alto de la muestra] de los países con mayor crecimiento [en el período  1960-1985] tuvieron un crecimiento superior al 3.3%, mientras que el 25%  inferior [el cuartil inferior, los de menos crecimiento ] crecieron menos de  0.75% por año.
 
Es natural observar a las naciones de  crecimiento más rápido para obtener lecciones sobre qué se necesita para lograr  rápido crecimiento. Los países difieren en varios aspectos, así que no es  sorprendente que muchas consideraciones, a menudo contradictorias, se enfatizan  en la literatura académica y popular  Pero   argumentaré que dos consideraciones dominan sobre las demás. Con  seguridad que no es una sorpresa para esta audiencia que la primera tiene que  ver con el papel del gobierno. Y para aquellos que conocen mi trabajo tampoco  será una sorpresa oír que la segunda tiene que ver con el capital humano.
 
2. Interferencia del  gobierno.
 
A mediados de los 1970s, la vasta mayoría  de los economistas, y ni que decir otros académicos, no estaban convencidos de  que el gobierno grande dañaba al crecimiento económico y a la prosperidad.  Después de todo, la Unión Soviética y otros países comunistas parecían crecer  más rápidamente que el resto del mundo. Algunos expertos en la economía  soviética inclusive creían a Krushev cuando presumió, al final de los 1950s, de  que la economía soviética iba a sobrepasar a la de los EUA.
 
Además, el gasto del gobierno era en  Suecia una fracción del ingreso mucho mayor que en otros países occidentales, y  sin embargo la economía sueca parecía estar desempeñándose muy bien. Y  comparaciones de la productividad de las empresas del gobierno y privadas  operando en la misma industria no mostraban sin ambiguedad que las empresas del  gobierno eran menos eficientes.
 
Toda esta evidencia cambió radicalmente en  los últimos quince años. El buen desempeño de los regímenes comunistas era un  espejismo, hoy es muy claro que dichas economías se desempeñaron muy mal desde  alrededor de 1965.  Los contribuyentes germano-occidentales  descubrieron para su pesar, que la mayoría de las fábricas de Alemania Oriental  no valían nada en el mundo económico moderno.
 
Una valiosa lección para la investigación  es que hasta diligentes y objetivos estudiosos (scholars), con la mejor de las  intenciones sobrestiman grandemente el valor para los consumidores y los  productores de la producción de una economía que no tiene un sistema de precios  que funcione y que mida el verdadero valor económico de lo producido.
 
Los Tigres Asiáticos basándose en general  en economías libres subieron a la prominencia en los últimos 20 años. Y Chile  mostró que una reforma radical hacia una economía libre podía funcionar en  América del Sur también, a pesar de que la experiencia chilena no fue apreciada  al principio porque fue promovida por un régimen militar dictatorial que era  anatemizado por la prensa mundial. Los defensores de una presencia extensiva del  gobierno dejaron de citar a Suecia, porque ese país se tropezó seriamente  durante los 1980s --el ejemplo sueco de una "vía intermedia" resultó muy  defectuoso-.
 
Diferencias entre el historial de  crecimiento de los tigres, Chile, el bloque comunista, Suecia y otros, tuvieron  mucho más efecto en la percepción popular que innumerables discusiones teóricas  sobre los efectos de los malos incentivos [que creaba el gobierno extensivo].  Pero Friedman, Hayek, Stigler y otros miembros de nuestra sociedad fueron de  crucial importancia en explicar por qué estos fracasos y éxitos no eran hechos  fortuitos , sino que eran intrínsecas al tipo de  sistema económico.
 
La evidencia resultante de comparaciones  cuidadosas entre empresas estatales y privadas también se inclinó decisivamente  a favor de la empresa privada. Por ejemplo, un estudio recente del Banco Mundial  sobre una docena de privatizaciones en varios países encuentra que dichas  privatizaciones casi siempre llevan a mayor eficiencia, aún cuando como firmas  privados retenían un considerable poder monopólico.
 
Algunos estudios estadísticos encuentran  una relación negativa entre la fracción del ingreso gastada por el gobierno y el  desempeño económico del país, pero, desafortunadamente, las relaciones no son  robustas. Sin embargo se puede mejorar un poco el asunto al distinguir entre  consumo del gobierno y las contribuciones del gobierno a la infraestructura (ver  Barro ). Pero aún esta distinción no incorpora la influencia perniciosa de  innumerables regulaciones gubernamentales obstructivas.
 
Sin embargo, los varios tipos de evidencia  que nos han llegado durante los últimos 20 años muestran convincentemente que  por lo menos después de cierto punto, la intervención del gobierno en la  economía retarda grandemente el crecimiento económico.
 
Sin embargo, el gasto del gobierno y las  regulaciones se extendieron rápidamente en las mayoría de los países después de  1970 [Nótese que en 1967 se empezó a instaurar el IVA en Europa] : El gasto del  gobierno central más el de los gobiernos locales en cincuenta países no  comunistas aumentó de un promedio de 32 % del PIB en 1972 a un 36% en 1980 y a  un 40% en 1985. Creo que esto contribuyó a la fuerte caída en el crecimiento en  las décadas de 1970s y 80s en comparación con las décdas previas. ¿Es un  accidente el que los tigres [asiáticos] tengan gobiernos que consumen fracciones  [del ingreso] relativamente bajas, y que los países europeos --como Suecia y  Holanda-- tengan fracciones relativamente altas?. La fracción del gasto [del  gobierno] de los EUA, con un 37% en 1985, estaba un poco bajo el promedio porque  dicha fracción [de gasto del gobierno] creció más lentamente durante la  administración Reagan en los EUA que en los otros países [se refiere a los 50  países no comunistas] 
 
3. Capital Humano.
 
Sin embargo, el gasto del gobierno y la  regulación, a pesar de su importancia, no son los únicos determinantes del  desempeño económico. Inversiones sustanciales en la calidad y en cantidad del  capital humano también aparecen como cruciales. La evidencia que soporta esta  afirmación es robusta y diversa, y es precisamente tan fuerte como la evidencia  de los efectos negativos de una interferencia gubernamental muy extensiva.
 
Incluyo dentro del comcepto de capital  humano el conocimiento y las habilidades que tienen las personas, su salud, y la  calidad de los hábitos de trabajo que se construyen a lo largo del tiempo a  través de la experiencia. El capital humano es importante porque la  productividad en las economías modernas está basada en la creación, diseminación  y utilización del conocimiento.  El conocimiento es creado en  las compañías, en los laboratorios y universidades y es diseminado en las  escuelas y en el trabajo, y es usado por las compañías para producir bienes y  servicios. Creo que cerca del 20% de los recursos de una economía en rápido  crecimiento están siendo dedicados a inversiones en estos diferentes tipos de  capital humano.
 
Estudios sobre el desempeño de países  específicos generalmente encuentran que el crecimiento en la educación y en  conocimiento nuevo a través de gastos en investigación y desarrollo contribuyen  significativamente al crecimiento. Por ejemplo, todos los tigres [asiáticos]  tienen fuerzas laborales relativamente bien educadas, bien entrenadas y que  trabajan duro (hard working), y han sido efectivos al utilizar las tecnologías  más avanzadas desarrolladas en otros países. 
 
Estadísticas sobre los años de escolaridad  es la única información sobre entrenamiento [para el trabajo] disponible para  varios países. Los países que en 1960 tenían más altas tasas de matrícula  escolar y una mayor incidencia de educación secundaria entre su población  tendieron a tener un crecimiento más rápido durante los 25 años  siguientes.  De hecho, la escolaridad primaria (schooling)  tiene un mayor impacto que otras variables que se han considerado (ver Barro).  Un estudio incluso encuentra que la educación escolar y secundaria de las  mujeres es más importante que la de los hombres, a pesar de que en muchos países  es mucho menos frecuente que las mujeres formen parte de la fuerza laboral. Una  explicación plausible es que las mujeres contribuyen no solamente cuando  trabajan, pero también a través del efecto de la enseñanza a los niños de los  valores y las habilidades de la próxima generación (ver Gill y Bhalla  1992).
 
Se ha reconocido por casi cuarenta años --  desde que la contribución del capital humano a la vida económica empezó a ser  apreciada-- que inversiones extensivas en capital humano son necesarias para el  crecimiento económico (ver e.g. Schultz y Harbison). Esto explica, entre otras  cosas, los temores en Occidente acerca del ----   -aparententemente- muy importante compromiso de los Soviéticos con la  educación matemática y científica de sus jóvenes. Se creía que ese compromiso  daría a esa nación una considerable ventaja económica en el futuro, y a una  ventaja militar también.
 
4. Los gobiernos y el  capital humano.
 
Pero no era suficientemente apreciado por  los economistas que escribían sobre capital humano -- me incluyo entre los  culpables -- que inversiones extensivas en capital humano no son suficientes  para producir un desempeño económico robusto. Porque el incentivo para acumular  capital humano efectivo depende estrechamente de la extensión de la  interferencia del gobierno en la economía. En particular, hay una evidencia  creciente de que la contribución al crecimiento económico de la educación  extensiva y del entrenamiento se reducen drásticamente cuando el gobierno  interfiere demasiado.
 
A pesar de que los países comunistas  generalmente se han clasificado alto en cuanto a asistencia a la educación  secundaria -- Cuba todavía lo hace -- la interferencia del gobierno en las  economías de estos países distorsiona los incentivos de tal manera que la  escolaridad usalmente no se dedica a un buen uso. Uno puede terminar con  demasiados ingenieros civiles y economistas, o con demasiado pocos programadores  de computadoras e ingenieros electrónicos, porque no se permite que bajen las  remuneraciones en la primera gama de ocupaciones, y las de las segunda gama son  demasiado bajas.
 
En los países no comunistas, altas tasas  impositivas al ingreso, subsidios extensivos y regulaciones intrusivas tienen efectos distorsionadores de primer orden. Yo  experimenté un vivo ejemplo de esto hace unos pocos años cuando estuve en un  comité consultor para una institución sueca de enseñanza superior. En el curso  de las investigaciones les preguntamos a algunos estudiantes de doctorado en  economía por qué tomaban tanto tiempo en terminar sus estudios de posgrado. Al  principio ellos achacaron el atraso a la vieja y obsoleta tradición sueca de que  una disertación es una Magnus Opus.
 
Pero al ir más lejos resultó claro que los  incentivos para  terminar eran insignificantes, en cambio, las  ventajas tangibles de continuar como estudiantes de posgrado eran considerables.  Puesto que los estudiantes recibían un importante estipendio del gobierno que  requería poco trabajo aparte de estar escribiendo, o fingir estar escribiendo,  una disertación. Y las muy altas tasas marginales de impuesto [altas tasas  máximas de impuesto sobre la renta, supongo] en esa época implicaban que los  ingresos después de impuestos aumentaban solamente un poco cuando un estudiante  tomaba un trabajo de tiempo completo después de obtener un doctorado.
 
Socialismo y el estado de bienestar además  debilitan a la familia, especialmente las relaciones entre padres e hijos, lo  que afecta los incentivos para invertir en capital humano. El apoyo financiero  del gobierno a los mayores, a los cuidados médicos, a los desempleados, a los  estudiantes universitarios, y así sucesivamente, hace que muchas familias  pierdan interés en invertir mucho en los valores y en el entrenamiento de sus  hijos, porque padres e hijos ya no dependen tanto uno de otro. En particular,  los padres no pueden esperar una recompensa tangible por lo que hagan por sus  hijos, y los hijos tienen menos que ganar al cuidar (heeding) a sus padres.  Después de todo, el Estado paga por su educación y los ayuda a salir de  dificultades.
 
Los efectos perversos del socialismo y del  estado de bienestar en los hábitos de trabajo están entre los más dañinos. Esto  está expresado en una queja muy conocida del comunismo: "Nosotros fingimos  trabajar y ellos fingen pagarnos".
 
En una economía de mercado, los  trabajadores aprenden cómo les aventaja llegar a trabajar a tiempo y hacer un  día de trabajo honesto. Ese tipo de comportamiento gradualmente se convierte en  una costumbre, porque el trabajo diligente feeds on  itself [¿se retroalimenta? ¿crea un círculo virtuoso¿]e incrementa  la  posibilidad de que existan buenos hábitos de trabajo en el  futuro. Y para preparar a sus hijos para una vida de trabajo productiva, los  padres tratan de instarurar estos hábitos a través de sus enseñanzas en  casa.
 
Un régimen comunista o un estado de  bienestar impuesto sobre una economía con buenos hábitos de trabajo puede vivir  de estos hábitos durante un cierto tiempo. Porque los trabajadores que han sido  conscienzudos por muchos años no responden rápidamente a altas tasas de  impuestos y otros contraincentivos al trabajo. Ellos continúan trabajando fuerte  por algún tiempo, lo que permite a los regímenes intervencionistas recién  instalados desempeñarse temporalmente a altos niveles. Puede inclusive parecer  que los incentivos individuales no son tan importantes para generar esfuerzo en  el trabajo. Joseph Schumpeter, quien no era precisamente un amigo del  socialismo, dijo a principios de los 1940s que "el orden socialista posiblemente  logrará la lealtad (allegiance) que le está siendo negada cada vez más al  capitalismo". [1944, pag 41] y "es posible que haya más auto disciplina en la  sociedad socialista".
 
Pero a fin de cuentas, incluso poderosos  hábitos [de trabajo] responden a los incentivos de precios y salarios. De hecho,  las investigaciones que yo he llevado a cabo con algunos asociados indican que  los hábitos y adicciones fuertes responden más en el largo plazo [durante el  largo plazo] a esos incentivos [los de precios y salarios] que el comportamiento  que no es habitual o débilmente habitual. Es posible que los  trabajadores  más viejos no aprendan nuevos trucos, pero los  más jóvenes encuentran como "burlar" el sistema. Para los niños que crecen bajo  el socialismo y otros régimenes altamente intervencionistas, las actitudes de  sus padres hacia el trabajo duro parecen obsoletas. ¡Y la dolorosa verdad es que  tienen razón!
 
El buen desempeño de las economías  intervencionistas se eroisona con el tiempo en parte a causa del deterioro de  los buenos hábitos de trabajo. La caída gradual de ambos explica por qué tomó  mucho tiempo antes de que la mayoría de los líderes de la profesión económica se  convencieran de que los regímenes comunistas y otros con intervenciones  gubernamentales extensivas no podían mantener el paso de las economías de  mercado. Paul Samuelson reflejaba la visión hasta entonces generalmente aceptada  entre economistas en 1985 cuando se preguntaba en su libro de texto  "best-seller" si realmente "las ganancias económicas valían" la represión  política Soviética, una pregunta que según dijo, "es uno de los dilemas más  profundos de la sociedad humana".
 
Y el proceso, por supuesto, también  funciona a la inversa. Un régimen orientado al mercado que reemplaza a uno  comunista o a otro gobierno intervencionista debe lidiar inicialmente con malas  actitudes y hábitos de los trabajadores. Cuánto más tiempo los gobiernos previos  hayan estado bajo semejantes regímenes, tanto más mala será la actitud hacia el  trabajo diligente y confiable. To be sure, los  buenos hábitos reviven y eventualmente florecen si los trabajadores deben  responder a incentivos de mercado. Pero toma un tiempo depreciar los malos  hábitos y desarrollar los buenos.
 
Tal vez nos daremos cuenta durante la  primera sesión mañana si los hábitos y las actitudes de los trabajadores son  importantes para entender los procesos dinámicos involucrados en la transición  que aleja de los regímenes comunistas.
 
Por supuesto, no será sorprendente para  los miembros de nuestra sociedad que la efectividad del gasto en capital humano,  y el tipo de hábitos de trabajo y actitudes que se instauran [en la transición  de alejamiento de los regímenes comunistas] , dependen íntimamente de los  incentivos que provee el sistema económico. Porque, después de todo, ¿qué es la  economía de mercado sino un sistema que empuja a la gente a usar y desarrollar  su potencial? Pero lograr eso requiere tener la oportunidad de encontrar el  "nicho" adecuado en la división económica del trabajo, requiere acumular hábitos  de trabajo útiles, y adquirir valores básicos acerca de la manera correcta de  vivir. Demasiado involucramiento del gobierno puede crear obstáculos  insuperables en ese camino. 
 
Por supuesto, no estoy afirmando que el  Estado no tiene papel que jugar en una economía productiva, sin duda lo tiene.  Ni siquiera debe dejar [el Estado] la acumulación de capital humano enteramente  a la iniciativa privada de los individuos y las empresas. Pero su papel  apropiado overall en la economía es mucho más  abajo que el que hoy tiene, dicho lugar se refleja imperfectamente en el más de  40 porciento del ingreso que típicamente gastan los gobiernos. Y su contribución  adecuada a la acumulación de capital humano es considerablemente más pequeña y  diferente de lo que es hoy.
 
No tengo tiempo, y este no es el lugar,  para discutir completamente lo que el Estado debe hacer para ir más allá en el  capital humano, así que únicamente esbozaré algunas conclusiones, los detalles  pueden encontrarse en otros lugares [ver Becker [1992]).
 
Ya expresé mi creencia de que una economía  de mercado en buen funcionamiento promueve el desarrollo de buenos hábitos de  trabajo -- no de la noche a la mañana, pero eventualmente. El principal  objectivo de los gobiernos en la formación de hábitos debe ser evitar incentivos  perversos a través de regulaciones excesivas e impuestos.  
 
El entrenamiento en el lugar de trabajo  (on-thejob training) es una de las fuentes más importantes de capital humano  productivo, a pesar de que invariablemente es tratado con gran negligencia en comparación con la atención que presta a la  escolaridad quienes analizan en estos temas. Al igual que los buenos hábitos, el  entrenamiento laboral (on the job training)  también requiere muy poca participación del gobierno: Una economía de mercado  provee a los trabajadores incentivos fuertes y robustos para adquirir el  entrenamiento apropiado para diferentes tareas.
 
Un área en la que se necesita la ayuda del  gobierno es en financiar la educación de los niños hasta la secundaria. No  necesito enfatizar a esta audiencia la importancia de distinguir entre el  financiamiento gubernamental de la escolaridad, como en un sistema de cupones  [bonos, dinero que se entrega a los padres para que envíen a sus hijos a la  escuela que dichos padres escojan] y la operación de escuelas por parte del  gobierno. La evidencia es ahora abrumadora, de que privatizar nuestro sistema de  enseñanza [se refiera a los EUA] haría maravillas para la productividad en el  sector educativo, de igual manera que la privatización ha mejorado grandemente  la productividad en otras industrias.
 
Pero no es deseable que el gobierno  financie la educación de todos los niños, como esencialmente hoy hace en todas  las naciones. No tiene sentido, y tiene malos efectos por los incentivos que  establece, el cobrar impuestos a los padres para después devolver esos impuestos  como subisdios para que los padres paguen por la escolaridad de sus hijos. Más  bien, la mayoría de los padres deberían llevar el costo de educar a sus propios  hijos.
 
Por lo tanto, para ayudar a mejorar la  eficiencia e ayudar a la igualdad de oportunidades, creo que el Estado debe  proveer cupones [bonos] educativos únicamente para algo así como la quinta parte  de las familias pobres que o bien carecen de los medios para cubrir los costos  ellas mismas, o cuyo deseo de sacrificarse por sus hijos fue destruido por el  estado de bienestar y por otras causas del derrumbe en la vida familiar  [recuérdese que el autor habla de los EUA, que tiene un generoso sistema de  entrega de dinero a las familias más pobres]. No sería caro financiar  generosamente la escolaridad y el entrenamiento laboral hasta la edad de 19 años  de todos los niños de dichas familias.
 
Estimo que en los EUA esto requeriría  menos del 1 porciento del Producto Nacional Bruto  [PNB, valor  de la producción del país que queda en manos de ciudadanos y  residentes]  que es sólo una fracción del 6  porciento  [del PNB] que los gobiernos usualmente gastan en  educación en los EUA y en la mayoría de los países ricos. El sistema actual  requiere mucho más ingresos tributarios porque los impuestos financian la  escolaridad de prácticamente todos los niños en las escuelas, incluyendo las  universidades.
 
Los gobiernos deben ayudar también al  financiamiento del descubrimiento de nuevo conocimiento porque los nuevos  descubrimientos a menudo se diseminan sin aportar mucho beneficio financiero a  los descubridores. El gobierno de los EUA gasta un poca más del 1 porciento del  PNB en investigación básica y desarrollo, y se encuentran porcentajes  comparables [¿similares?] en Alemania, Japón, Francia, Gran Bretaña, Canadá y  otras naciones que hacen mucho en esta área. Por lo tanto no es necesario que el  gobierno haga un gran esfuerzo para llenar sus obligaciones en la creación de  nuevo conocimiento.
 
Los números que he dado indican que el  Estado puede proveer su papel de financiar las escolaridad y de promover el  crecimiento del conocimiento gastando menos del 3 porciento del PNB, que es  cerca de un 7 porciento de lo que usualmente gastan actualmente los gobiernos, y  que probablemente no es ni siquiera la octava parte de las inversiones privadas  en conocimiento y otro capital humano.
 
Un gran sector gubernamental   retrasa el crecimiento no solamente directamente, pero también al  impedirle al Estado que haga las tareas que debería estar haciendo. Actividades  adecuadas, esenciales inclusive, como la escolaridad y la preocupación por los  niños, tienen que competir con actividades inapropiadas para obtener el dinero y  la energía de los funcionarios públicos capaces. En particular, los gobiernos  llenarían mejor sus responsabilidades en el área del capital humano si su  atención no fuera distraida hacia subsidiar industrias, hacia escoger los  [futuros] ganadores tecnológicos, hacia operar las escuelas y compañías de salud  y seguros, hacia overseeing advertising claims  [??] y por involucarse en incontables actividades unwarranted.
 
5 Conclusión.
 
En conclusión, permitánme resumir el  mensaje de esta charla. La evidencia durante la pasada mitad de siglo muestra  que una intervención muy extensiva del gobierno en la economía retrasa el  crecimiento económico, pero uno podría discutir sobre el significado de muy  extensivo. Un tema accesorio [ancillary] es que inversiones apreciables en  capital humano son necesarias en el mundo moderno porque las economías modernas  se basan en el uso eficaz del conocimiento y de las habilidades.  
 
Estos temas se interrelacionan. Una  participación excesiva del gobierno en la economía reduce la acumulación del  capital humano eficaz,  se encuentre este capital bajo la  forma de buenos hábitos de trabajo, habilidades productivas, o nuevo  conocimiento. Y se necesita que el Estado esté involucrado únicamente en  financiar una pequeña fracción de la gran inversión total en capital  humano.
 
En una economía de mercado que funciona  adecuadamente, la basta mayoría de las inversiones en capital humano sería la  responsabilidad de individuos y organizaciones: Padres que invierten en sus  hijos, adultos que adquieren entrenamiento adicional, y compañías y  universidades que proveen entrenamiento, investigan, y desarrollan tecnologías  comercializables.
 
Para mí, estas son las principales  lecciones de la evidencia que nos da el crecimiento económico de los diversos  países. Cuán bien el mundo incorpora estas lecciones influirá decisivamente las  relaciones económicas y políticas entre las naciones en las décadas a  venir.
 
    
Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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teléfono: 5839786
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Santiago-Chile
 
 

 La criminalidad dispara los costes de operación de las  empresas. Las compañías han de afrontar grandes inversiones en  seguridad para proteger tanto a sus empleados como sus instalaciones y equipos.  Además, la multiplicación de los actos criminales hace que aumente el número de  personas que prefieren ir en su propio vehículo al trabajo o a hacer compras  antes que caminar o emplear el transporte público, lo cual tiene por  consecuencia unos mayores niveles de saturación del tráfico rodado, lo que a su  vez conlleva un incremento de los tiempos de desplazamiento del hogar al centro  de trabajo. (Por cierto, quienes se atreven a caminar por las calles de Caracas,  Ciudad de México o Río de Janeiro suelen dejarse los relojes y demás objetos de  valor en casa, y llevan poco dinero encima).
La criminalidad dispara los costes de operación de las  empresas. Las compañías han de afrontar grandes inversiones en  seguridad para proteger tanto a sus empleados como sus instalaciones y equipos.  Además, la multiplicación de los actos criminales hace que aumente el número de  personas que prefieren ir en su propio vehículo al trabajo o a hacer compras  antes que caminar o emplear el transporte público, lo cual tiene por  consecuencia unos mayores niveles de saturación del tráfico rodado, lo que a su  vez conlleva un incremento de los tiempos de desplazamiento del hogar al centro  de trabajo. (Por cierto, quienes se atreven a caminar por las calles de Caracas,  Ciudad de México o Río de Janeiro suelen dejarse los relojes y demás objetos de  valor en casa, y llevan poco dinero encima).








 
   
 
