
 Amigas y Amigos:
 En este mismo salón de honor del Congreso Nacional, en 215 días más,  el 11 de marzo de 2010, comenzaremos a cambiar Chile y a escribir las páginas  más hermosas de nuestra historia.
 Nuestra meta es grande, noble, ambiciosa y factible. Ser el primer  país de America Latina que con mucho orgullo y mucha humildad pueda decir "hemos  derrotado el subdesarrollo, hemos derrotado la pobreza y lo hemos hecho en  democracia, con unidad y en paz". Sé que el desafío es grande y noble, pero nada  une, motiva y compromete tanto a un pueblo como un proyecto ambicioso pero  factible, en que todos tengamos un espacio para aportar y todos podamos  beneficiarnos de los logros obtenidos.
 Juntos vamos a crear un millón de nuevos empleos, para que todos los chilenos  tengamos acceso a un trabajo digno, con una remuneración justa, que nos permita  desarrollarnos como persona y sacar adelante a nuestras familias.
 Es triste saber que hoy en Chile hay 780.000 chilenas y chilenos sin trabajo.  La cifra más alta en nuestra historia. Son 780.000 hombres y mujeres que todas  las mañanas salen a buscar trabajo y vuelven en las tardes con las manos  vacías.
 Juntos vamos a devolverles a las familias chilenas su derecho a vivir en paz  y tranquilidad, que los delincuentes hace mucho nos han robado. No podemos  aceptar ni mucho menos acostumbrarnos a vivir en un mundo al revés. Un mundo en  que la gente honesta vive prácticamente enjaulada, prisionera y con temor en sus  propios hogares, mientras los delincuentes se pasean como Pedro por su casa por  las calles, parques y plazas de nuestro país. Créanme, no podemos seguir  permitiendo que un puñado de delincuentes tenga de rodillas a todo un país.
 Juntos vamos a terminar con 20 años de estancamiento en la calidad de la  educación de nuestros hijos, para hacer posible que se cumpla el anhelo de toda  madre y padre: que a nuestros hijos les vaya mejor que a nosotros y que todos  tengan la oportunidad de ser profesionales.
 Juntos vamos a aplicarle cirugía mayor a la salud pública y mejorar el  sistema de Isapres. No seguiremos tolerando las colas interminables en los  consultorios o los escándalos de hospitales como el de Talca, el Félix Bulnes o  inauguraciones de hospitales fantasmas como el de Curepto.
 Juntos vamos a parar en seco a la corrupción que se ha enquistado en sectores  del aparato del estado, a través de un ejército de operadores políticos, que dan  la impresión de que andan por la vida buscando dónde volver a enchufar el cordón  umbilical. Esto operadores político le hacen un grave daño a la gente y a los  verdaderos funcionarios públicos, como lo fue mi padre toda su vida, que son  gente honesta y que hace un trabajo valioso y eficaz, que yo siempre he  admirado.
 Juntos vamos a construir una sociedad que dé seguridades a todos,  fortaleciendo la red de protección social para que llegue mejor a la gente  humilde y ampliándola a la sufrida clase media que también la necesita.
 Pero también vamos a construir una sociedad de oportunidades, donde el  trabajo y el mérito permitan a todos alcanzar las más altas metas de progreso  personal y familiar.
 En dos palabras, garantizarle a todos un piso digno con su condición de ser  humano y no negarle a nadie un mundo de oportunidades. Vamos a lograr finalmente  que Chile dé el gran salto al futuro para que, el 2018, cuando celebremos el  verdadero bicentenario, Chile sea el primer país de América Latina en derrotar  el subdesarrollo y la pobreza y en proyectarse al futuro, a la sociedad moderna,  la sociedad del conocimiento, la sociedad de la información, con seguridades,  oportunidades y justicia para todos. En dos palabras, se viene el país de las  oportunidades.
 CHILE Y LAS RIQUEZAS DEL FUTURO
 Muchas veces he dicho que Chile es un país maravilloso y una tierra bendita  por Dios. Siempre hemos tenido riquezas naturales: primero el salitre y luego el  cobre. Pero ahora tenemos las riquezas del futuro: energía, agua, naturaleza y  principalmente nuestra gente.
 Pensemos en la energía: Chile fue pobre en las energías del siglo pasado,  basadas en combustibles fósiles: petróleo, carbón y gas. Pero somos inmensamente  ricos en las energías del futuro: las energías limpias y renovables.
 Nuestros desiertos tienen la más alta radiación solar del mundo. Nuestros  volcanes guardan los mayores potenciales geotérmicos del planeta. Nuestras  montañas dan vida a ríos torrentosos que bien aprovechados pueden ser fuente de  energía limpia. Nuestra larga costa nos coloca en una posición privilegiada para  utilizar la tecnología mareomotriz cuando ella alcance su madurez. Nuestros  territorios, hoy semidesérticos, adquirirán un valor gigantesco, porque los  vientos intensos y constantes que los cruzan desde el mar los harán fuente de  riquezas insospechadas.
 Chile es un país rico en agua. Tenemos una de las mayores reservas de agua  dulce del planeta. Y todos sabemos que el agua es vida. Y lo será cada día más  en un mundo que se enfrenta al fenómeno del calentamiento global.
 Esto significa una tremenda oportunidad para nuestra sufrida agricultura.  Para transformar a Chile en una verdadera potencia Agroalimentaria, capaz de  exportar los productos de nuestra tierra a los mercados más exigentes del  mundo.
 Tenemos una naturaleza con una diversidad de riquezas y una belleza  inigualable. Esto significa una formidable oportunidad para la industria del  turismo.
 Y tenemos también un pueblo honesto, trabajador y emprendedor.
 Sin embargo, más allá de nuestras riquezas naturales y el carácter de nuestro  pueblo, templado en la adversidad, aislado del mundo por desiertos, montañas y  mares y forjado en los rigores de una naturaleza maravillosa pero también  hostil, el desarrollo nunca ha ido a la par de nuestro potencial como país.
 ¿POR QUÉ RAZÓN? ¿QUÉ ATAJA EL PODEROSO VUELO DE NUESTRO PAÍS?
 Hace más de 100 años, cuando Chile se aprontaba a celebrar su primer  Centenario, desde las tribunas del Ateneo de Santiago, Enrique Mac Iver  pronunció un discurso que quedó grabado a fuego en nuestra historia. Mac Iver  denunciaba: "Me parece que no somos felices"; y agregaba: "La holgura se ha  trocado en estrechez; la energía en laxitud; la confianza en temor; las  expectativas en decepciones". Y se preguntaba ¿Por qué nos detenemos? ¿Qué ataja  el poderoso vuelo que había tomado la República?
 Confieso una preocupación con el Centenario, y que espero no se repita en el  Bicentenario, es lo que ocurrió con los Presidentes. En efecto, el Presidente  Pedro Montt murió en Europa en agosto de 1910. El Presidente que lo sucedió,  Elías Fernández, no duró ni un mes en el cargo. Murió en septiembre del mismo  año. Finalmente fue Emiliano Figueroa, el tercer Presidente en ese año, quien  celebró el Centenario.
 Poco más de 100 años después, muchos nos hacemos la misma pregunta. ¿Qué pasó  con la promesa de llegar al Bicentenario como un país desarrollado y sin  pobreza? ¿Dónde está el crecimiento sólido y esa férrea voluntad de innovación y  emprendimiento? ¿Cuándo los delincuentes atemorizaron a los chilenos y nos  arrebataron las plazas y los parques? ¿Dónde está nuestra admirada tradición de  eficiencia y probidad en el servicio público? ¿Cuándo las envenenó la  incompetencia y la corrupción? ¿Cuándo y por qué Chile perdió el liderazgo?
 LA CONCERTACIÓN SE AGOTÓ
 Después de 20 años en el poder la respuesta es una sola. La Concertación se  agotó. Perdió las ideas y la voluntad. La Concertación de hoy no es la de ayer.  La Concertación de ayer tenía una misión, tenía ideales, principios, proyectos y  unidad. Era una opción válida y sin duda cumplió un rol importante. Sin embargo,  a pesar de la letra del tango -"
que 20 años no es nada, que febril la mirada
"-  da la impresión que los 20 años en el poder le arrugaron el rostro y el alma.  Donde había una misión, hoy sólo queda la voluntad de aferrarse al poder. Donde  había proyectos, hoy campea la improvisación. Donde había principios, hoy  prevalece el oportunismo.
 Por estas razones, son millones las chilenas y chilenos que se han cansado de  un Gobierno con fatiga de material y están optando por un cambio. Y al inicio de  esta campaña quiero decirles a todos y cada uno de esos chilenos y chilenas que  los esperamos y recibimos con los brazos, las mentes y los corazones  abiertos.
 Tenemos muchas razones para agradecer a la Concertación lo que hizo por Chile  en el pasado, pero ahora los chilenos le agradeceríamos que nos dejaran  encargarnos del futuro.
 LOS PILARES DEL DESARROLLO
 Chile no ha alcanzado el desarrollo porque durante demasiado tiempo nos  apartamos e incluso nos divorciamos de los verdaderos pilares del desarrollo  sustentable. ¿Y cuáles son esos pilares?. Básicamente ocho:
    - Unidad nacional y ausencia de conflictos desgarradores.
- Calidad del capital humano: educación y capacitación.
- Innovación y emprendimiento
- Ciencia y Tecnología
- Flexibilidad y agilidad
- Modernización del Estado
- Calidad de la política
- Construir una sociedad de valores: vida, familia, solidaridad,    medioambiente
Tenemos que reencontrarnos con estos 8 pilares que en los últimos tiempos se  han ido debilitando progresivamente
 Nos proponemos gobernar Chile, sin ningún complejo, para seguir la senda de  las obras buenas que han hecho los gobiernos de la Concertación. Con férrea  voluntad para corregir los graves errores y con coraje para llenar los enormes  vacíos que su gestión ha dejado al descubierto
 Hay quienes creen que todo en Chile está mal. Yo no lo creo. La Concertación  hizo cosas importantes y buenas para el país y siempre lo he reconocido. Pero su  tiempo ya pasó y hoy no ofrece nada para el futuro.¡Es una coalición gastada,  sin ideas y a la que hace rato se le acabó la bencina y se le está fundiendo el  motor!
 Amigas y Amigos:
 El sentido profundo de la próxima elección está claro. Chile debe optar entre  el pasado y el futuro. Chile debe optar entre mantener las aguas estancadas o  abrir de par en par las puertas y ventanas para que entre el aire fresco a  ventilar y la luz del sol a iluminar.
 Si Chile opta por los mismos de siempre tendrá más de lo mismo. Ya lo dijo  Einstein, "No pretendamos que las cosas cambien si seguimos haciendo lo mismo" y  más de lo mismo significa: más desempleo, más delincuencia, más corrupción, más  estancamiento. En dos palabras: más frustraciones. Si Chile opta por el cambio,  tendremos un mejor futuro y una mayor esperanza.
 En los últimos 20 años Chile ha enfrentado dos transiciones. Una que ya es  vieja, la transición de un gobierno autoritario a un gobierno democrático. Esa  transición fue exitosa. La hicimos con sabiduría, tolerancia y prudencia. Pero  ya pertenece al pasado. La segunda transición: la nueva, la jóven, pertenece al  futuro. Evolucionar del país de hoy a un Chile desarrollado y sin pobreza. A las  puertas del Bicentenario aún no lo hemos logrado. Ese es el gran desafío de  nuestra generación y se lo debemos a nuestros hijos y a los hijos de nuestros  hijos.
 Estoy más convencido que nunca que, en 1988, tras 17 años de Gobierno  Militar, el cambio era necesario para abrir las puertas a la Democracia. Estoy  igualmente convencido que hoy el cambio es necesario para abrir las puertas a  una coalición por el cambio, a una nueva mayoría que se comprometa con cosas tan  simples y profundas como reestablecer en el Gobierno la cultura de hacer las  cosas bien. La cultura de hacer las cosas en forma honesta. La cultura de hacer  las cosas pensando en la gente. La cultura de hacer las cosas con un sentido de  urgencia.
Hablemos fuerte y claro. Hace mucho tiempo que Chile perdió el  rumbo y el ritmo. La crisis financiera lleva meses, pero el estancamiento  económico lleva años. 12 años para ser exactos. Desde 1998, cuando Frei no  advirtió y enfrentó en muy mala forma la Crisis Asiática, Chile se estancó y se  durmió en sus laureles. Llevamos ya 12 largos y agobiantes años de vacas flacas.  Durante estos años crecemos a la mitad y creamos la mitad de empleos que durante  los 12 años anteriores. Estamos perdiendo por paliza la batalla contra la  delincuencia. Muchas veces los delincuentes salen de la cárcel antes que su  víctima del hospital. La corrupción crece. La calidad de la salud y la  educación, más allá de los discursos, promesas y aumentos de gasto, es muy mala,  desigual y sigue estancada.
 UNA NUEVA FORMA DE GOBERNAR
 Por eso Chile necesita un cambio. Y mucho más que eso. Chile necesita un  verdadero renacimiento que nos libere de este estado de letargo, que desate las  fuerzas de la libertad, la innovación, la creatividad y el emprendimiento, y nos  ponga nuevamente en la ruta del crecimiento y la prosperidad.
 El cambio al que aspiramos va mucho más allá de que un grupo reemplace a otro  grupo en el Gobierno y todo, como en el gatopardo, siga igual. Chile no sólo  necesita un nuevo gobierno, sino una nueva forma de gobernar.
 ¿En qué consiste tal cambio?. En primer lugar, en la forma de ejercer la  Presidencia de la República. Los problemas y desafíos de hoy exigen un  Presidente todo terreno, un Presidente 24 por 7, es decir 24 horas por 7 días a  la semana, que se arremangue las mangas, se haga cargo de los problemas y lidere  las soluciones. Por ejemplo, en nuestro gobierno la responsabilidad de ganarle  la batalla a la delincuencia no va a ser delegada en un subsecretario, sino que  será mi responsabilidad como Presidente de la República. Y que nadie se engañe.  Y que lo escuchen bien los delincuentes: No voy a ser neutral en este combate.  Estaré siempre del lado de las víctimas: de las niñas abusadas y asesinadas  cruelmente como fue el caso de Panchita Silva, de las mujeres maltratadas, de  los que viven con temor en sus propias casas o negocios y se deben recoger  apenas se pone el sol. Aplicaremos todo el rigor de la ley a quienes hasta hoy,  en forma casi siempre impune, se pasean como Pedro por su casa, por las calles,  plazas y parques y actúan sin Dios ni Ley.
En segundo lugar, en nuestro  gobierno no habrá cuoteo político, el Estado no será un botín de guerra ni será  capturado por los operadores políticos. Los cargos serán asignados por capacidad  y experiencia y no por favores o protección de un cacique o padrino político.  Respetaremos, valoraremos y promoveremos a los cientos de miles de eficientes y  abnegados verdaderos servidores públicos, como lo fue mi padre durante toda su  vida, sirviendo con seis Presidentes.
 En tercer lugar, nunca voy a deslindar mis responsabilidades y mucho menos  voy a aplicar la doctrina de la actual Concertación por la cual el hilo se corta  por lo más delgado. Uds. lo han visto: ¡Los Ministros o no saben nada o nunca  responden por nada! Pierden millones y millones de dólares en el Transantiago,  pero la culpa la tienen los técnicos; fracasan en el Sename y después de 20  años, cuando les quedan seis meses de gobierno, descubren que hay que  reemplazarlo; transforman en práctica habitual el pago de coimas en las compras  de armamentos, pero dicen que no tienen como controlar la corrupción en las  dependencias a su cargo, conviven tranquilamente con un record histórico de  desempleo, no se indignan con 20 años de estancamiento en la calidad de la  educación, ni con una salud colapsada, ni siquiera con una delincuencia fuera de  control.
 En cuarto lugar, nuestro gobierno será un Gobierno de unidad nacional. A  nadie se le pedirá su carné de militante, pero a todos se les exigirá un  currículum de excelencia, honestidad y vocación de servicio público.  Gobernaremos con los mejores. Con una verdadera selección nacional y la regla  será muy simple: el que mete los pies para su casa, el que mete las manos a la  justicia. Y quiero reiterar ese compromiso frente a Uds. militantes de  Renovación Nacional.
 ¡Desde el 11 de marzo del 2010 se llega al gobierno por capacidad, no para  llenar la cuota que le toca a cada partido político!
 Voy a decirlo fuerte y claro: ¡En nuestro gobierno el carnet de militante de  Renovación Nacional o de cualquier otro partido de la Coalición del Cambio no  significará ningún privilegio, ninguna ventaja, ningún "pituto"! Sí significará  un mayor compromiso y una mayor entrega. Les voy a pedir que sean ejemplo de  responsabilidad, modelo del trabajo bien hecho y arquetipo de servicio abnegado  a los demás.
 En quinto lugar, reimplantaremos la cultura de hacer las cosas bien para la  gente y no para la galería, como sucedió con la inauguración del hospital de  Curepto.
En sexto lugar, impondremos el sentido de la urgencia. Si hay un  lugar donde no se puede perder el tiempo, es en el Gobierno. A mí me importa el  tiempo y mucho. Me importa porque cada día que se pierde es un día más de  cesantía y dolor para casi 600 mil chilenos y sus familias. Me importa el  tiempo, porque cada día que se pierde hay cientos de chilenos más en listas de  espera en los hospitales. Me importa porque cada día que pasa millones de  jóvenes chilenos siguen recibiendo educación de mala calidad. Me importa el  tiempo porque en cada día perdido más de 10 mil chilenos son víctimas de la  delincuencia. Me importa el tiempo porque cada día son más los niños y jóvenes  chilenos que ven destruidas sus vidas en las garras de la droga. Me importa  porque cada día miles de mujeres chilenas son víctimas de la violencia  intrafamiliar. Me importa el tiempo porque cada día perdido es un día que se fue  y no volverá. Me importa hacer las cosas bien y con un sentido de urgencia,  porque en un Chile con tantos y angustiantes problemas, lo contrario no es sólo  un problema político, es un problema moral.
 LA TRAYECTORIA DE RENOVACION NACIONAL.
 Amigas y amigos:
 Me siento orgulloso de ser el candidato presidencial de Renovación Nacional.  Me siento orgulloso de integrar un partido que, en sus cortos 22 años de vida,  tanto bien le ha hecho a Chile. Me siento orgulloso de ser parte de un partido  que con tanta generosidad ha contribuido a formar la Coalición del Cambio, que es la plataforma que le  dará sustento a nuestro futuro gobierno.
 En 1987, un grupo de destacados dirigentes   Francisco Bulnes, Pedro Ibáñez, Fernando Maturana, Juan Luis Ossa, Alberto  Espina, y tantos otros, que liderados por Andrés Allamand, convocaron a formar  este gran partido, con la misión de facilitar la transición desde el gobierno  militar hacia un gobierno democrático y generar una centroderecha democrática y  moderna y, cuando llegara el momento, asumir el desafío de darle a Chile un gran  gobierno.
 El primer Presidente de RN fue Ricardo Rivadeneira, quien hoy está aquí con  nosotros. Le debemos mucho a Ricardo. El le inculcó a nuestro partido, entre  muchos otros principios, la importancia de velar por el respeto a los derechos  humanos sin excusas, sin defender lo indefendible y hablando siempre con la  verdad
 Mas adelante vinieron como presidentes, Sergio Onofre Jarpa, Andres Allamand,  Alberto Espina, Alberto Cardemil, el que habla, Sergio Diez y ahora Carlos  Larrain. Los nombro a todos porque a través de ellos nombro a nuestros casi cien  mil militantes que hoy vibran con nuestra misión en todos los rincones de  Chile.
 Quisiera destacar también a nuestros dirigentes territoriales, a nuestros  concejales y alcaldes, a nuestros diputados y senadores, y en especial a Sergio  Romero y Sergio Diez, que tuvieron el privilegio de presidir el Senado.
 Quiero dedicarle unas palabras a Carlos Larrain: valoro su entrega al  servicio público desde la época en que era un joven universitario, le agradezco  su enorme dedicación y trabajo, el éxito en afirmar la institucionalidad interna  y su aporte a la unidad de la centro derecha, que hoy día ha expandido sus  fronteras en la Coalición del Cambio.
 NUESTRO COMPROMISO CON CHILE
 Conozco las propuestas programáticas que han formulado en el día de hoy.  Desde ya me comprometo a dar esos 15 saltos al futuro que Uds. han  propuesto.
 Sin embargo, me quiero detener en el concepto que quizás los agrupa y resume  todas aquellas propuestas: derrotar la pobreza y apoyar una clase media  emprendedora y con firmes valores, que es el corazón y alma de nuestra sociedad.  También, y recordando ese viejo proverbio chino que dice que el grado de  civilización de una sociedad se mide por la forma como trata a sus niños y a sus  ancianos, el compromiso con recuperar de la droga, el alcohol, la violencia  intrafamiliar a tantos niños que ven hoy cerrados todos los caminos de la vida.  Esos niños están al principio y no al final de sus vidas. No merecen el  abandono. Merecen el cariño y una nueva vida que nunca han recibido.
 También Chile ha sido ingrato con nuestros adultos mayores. Ellos han dejado  de trabajar pero no de vivir. Y merecen mejores pensiones, una salud digna y  reintegrarse en plenitud a nuestra sociedad. Tienen tanto que enseñarnos y  nosotros tanto que aprender de ellos.
 LOS DESAFIOS DEL FUTURO
 Amigas y amigos:
 La tarea que tenemos por delante no es para que la asuma una sola persona. Ni  siquiera para que la emprenda un partido, por fuerte que sea. La tarea que  tenemos por delante no es de una Coalición ni siquiera de una generación. ¡Es de  un país entero!
 Por eso que agradezco la presencia aquí de Juan Antonio Coloma y los  representantes de la UDI. De ChilePrimero liderado por Fernando Flores, Jorge  Schaulsohn y Alberto Precht. De Roberto Mayorga en representación del Movimiento  Humanista Cristiano. De Cristina Bitar. De Carlos Cantero, cuya casa será  siempre la nuestra y de tantos otros que a lo largo de Chile han cruzado las  fronteras de sus antiguas agrupaciones y se han volcado a la Coalición del  Cambio.
 La Coalición por el Cambio no nació para construir muros que nos dividan.  Todo lo contrario. Nació para construir puentes que nos unan. Por eso acepto,  con alegría, entusiasmo y humildad la responsabilidad de liderar a nuestra  Coalición en este gran desafío con Chile y su futuro.
 Los chilenos saben que si asumiré esta responsabilidad con toda la fuerza,  capacidad y entusiasmo que Dios me ha dado, y que he puesto en cada desafío que  he enfrentado, para que todos puedan progresar, para que todos tenga la  oportunidad  como yo la he tenido- de transformar sus sueños en proyectos y sus  proyectos en realidades. En último término, para que todos tengan una vida mejor  y puedan ser más felices.
    - Yo se que cuento con Renovación Nacional.
- Yo se que cuento con la Coalición por el Cambio.
- Yo se que cuento con miles y miles de independientes.
- Yo se que cuento con miles de antiguos miembros de la Concertación que hoy    nos acompañan y serán un inmenso aporte en el futuro gobierno.
Cuento además con quien me ha acompañado y ayudado sin jamás quejarse, ni  siquiera en los momentos más duros de nuestras vidas. Quien siempre ha sido mi  refugio de amor y paz. Quien me ha dado consejos a veces duros, pero siempre  sabios y generosos. Y quien me ha dado cuatro hijos que son mi mayor orgullo y  fuente de gratitud a Dios: Magdalena, Cecilia, Sebastián y Cristóbal. Es  la persona a quien más quiero en el mundo: mi mujer Cecilia Morel.
 INVITACION A CONSTRUIR EL CHILE DEL FUTURO
 Sin embargo, para la gran tarea que tenemos por delante todo ello es aún  insuficiente.
 Por eso quiero terminar mis palabras convocando a todos los chilenos.
 A los que les importa más el futuro que el pasado.
 A los que entienden que a uno no le puede ir bien si al país le va mal.
 A los que quieren que la alegría nunca se jubile.
 A los que saben que la vida no se agota en el mundo estrecho e individual de  cada uno sino en el mundo amplio y compartido que es Chile.
 A los que quieren que se venga el país de las oportunidades.
 ¡A todos ellos los convocamos desde lo más profundo de nuestros  corazones!
 Iniciemos juntos el camino hacia el Chile que queremos.
 Un Chile libre y grande.
 Un Chile con justicia para todos.
 Un Chile con seguridades y oportunidades para todos
 El Chile unido, fraterno y generoso.
 Le pido a Dios que me de la fuerza y sabiduría para liderar esta gran  misión.
 Muchas gracias.