ENTREVISTA A VÍCTOR GUÉDEZ
 REDUNIRSE ha entrevistado al profesor en la Maestría de  Responsabilidad Social Corporativa de la Universidad de Barcelona, coordinador  de la Especialización en Responsabilidad Social Empresarial de la Universidad  Metropolitana en Caracas, y consultor académico en Responsabilidad Social  Empresaria.
 ¿Qué entiende usted por Responsabilidad Social  Empresarial?
La pregunta supone que sea posible una definición y  pienso que, más que una definición, lo que se requiere es un marco de  interpretación de la RSE. 
En este sentido, podrían puntualizarse los  siguientes aspectos que caracterizan a  la RSE:
1. Es algo que está más  allá de las imposiciones legales.
2. Cubre los ámbitos internos y externos de  la organización.
3. Va más allá de lo cuantitativo, en tanto que responde a  finalidades que no se agotan en cifras.
4. Atiende las dimensiones humanas,  económicas, sociales y ambientales.
5. Implica acciones reactivas y  proactivas.   
6. Trasciende las relaciones básicas de  convivencia.
7. Se coloca más allá de las declaraciones retóricas.
8. Para  asegurar su sostenibilidad debe estar vinculada al negocio e implicar a todos  los eslabones que componen la cadena de valor.
9. Debe apuntar más hacia su  incorporación estratégica que hacia iniciativas puntuales y  circunstanciales.
10. Favorece valor compartido (económico, social y  ambiental) para que gane la comunidad.
11. Implica un proceso sostenido de  diálogo, concertación y compromiso con los grupos de interés.
12. Responde al  propósito de favorecer la imagen, la reputación, el posicionamiento y la  competitividad de la empresa; pero atiende a la finalidad de respetar los  derechos humanos, fomentar el capital social y asegurar la sostenibilidad.
 Pero, si todavía se insiste en una definición, se podría  recurrir a dos  tipos de definiciones. Una de naturaleza esencial y otra de naturaleza  descriptiva. La primera apunta hacia el foco medular de su alcance, mientras que  la segunda se concentra en una aproximación comprensiva de sus  características.
 Desde la perspectiva esencial, la RSE  podría concebirse de varias  maneras, como por ejemplo:
1. La operacionalización de la sustentabilidad de  la empresa.
2. La puesta en práctica de la ética en las decisiones  empresariales.
3. El puente entre la ética y la competitividad.
4. El  puente entre la competitividad y la sustentabilidad.
5. La expresión ética y  sustentable de la competitividad.
6. El equilibrio necesario entre las  dimensiones éticas y las estratégicas.
 Por su parte, desde una perspectiva descriptiva podría sostenerse que la RSE  admite aproximaciones como las siguientes: 
1. Es la incorporación voluntaria  de las dimensiones humanas, económicas, sociales y ambientales a la gestión del  negocio, con base en la construcción de relaciones con los grupos de interés  internos y externos.
2. Es un sistema integrado de gestión que se orienta a  identificar y atender, así como a anticipar y sobrepasar, las necesidades,  expectativas y potencialidades de los grupos de interés internos y externos, a  fin de asegurar la sustentabilidad de la empresa y de la sociedad.
 ¿Cómo definiría a una empresa socialmente responsable?
La  respuesta a esta pregunta guarda una directa relación con los conceptos  planteados anteriormente. En este sentido, una empresa socialmente responsable  es aquella que es capaz de traducir los enunciados expuestos en gestión, en  resultados, en impactos y en reorientaciones concretas.
 De manera específica es la empresa que, entre otras cosas, logra:
 1. Incorporar la RSE a la misión, visión y valores de la organización, así  como a sus estrategias corporativas fundamentales.
2. Convertirla en cultura  organizacional, es decir, en su manera de pensar, sentir y hacer.
3. Vincular  sus acciones sociales, tanto reactivas como proactivas, a cada uno de los  eslabones que conforman la cadena productiva de su negocio.
4. Aceptar que el  alcance transversal de la RSE implica que ella va desde el insumo hasta el  consumo, llegando hasta el desecho. 
5. Medir sus resultados e impactos con  estándares e indicadores que revelan la triple cuenta de resultados económicos,  sociales y ambientales.
6. Concebir la cuantificación y la medición como  medios para el análisis y la evaluación que permitan atender las verdaderas  finalidades que se asocian con los derechos humanos, el capital social y la  sustentabilidad.
7. Capitalizar en aprendizajes los resultados de los  balances establecidos.
8. Concebir la RSE como una competencia que debe  desarrollarse de manera semejante al resto de las competencias medulares de la  organización.
9. Vincular su reflexión sobre la RSE con el concepto de  empresa y de sociedad que se desean.
10. Aceptar sus responsabilidades dentro  del marco del alcance multidireccional de la RSE. Esto quiere decir, que   debe reclamar que, así como se asumen los compromisos ante la sociedad,  igualmente la sociedad debe ofrecer las condiciones para que la empresa esté en  capacidad de cumplir sus responsabilidades. Específicamente debe existir  seguridad jurídica, estabilidad política, legitimidad institucional,  transparencia y respeto a la libertad. La idea clave es que mal puede infundir  responsabilidad una sociedad o un gobierno irresponsable.
 ¿Por qué la empresa debería implementar políticas de RSE? ¿Cuáles son  sus beneficios?
Podrían establecerse cuatro tipos de razones. Unas  elementales que atienden los motivos obvios de tal compromiso. Las segundas,  estratégicas porque se asocian a la propia sobrevivencia de la empresa. Las  terceras son de naturaleza ética porque rescatan la esencia  del ser humano  y de las organizaciones que él forja para preservar su dignidad. Finalmente,  encontramos las razones prácticas que representan los beneficios directos que la  RSE le reporta a la empresa y a la sociedad.
 Veamos en detalle la desagregación de estas razones:
Razones  elementales:
1. Las organizaciones nacen, crecen y aseguran su futuro a  partir de una determinada sociedad que les proporcionó las condiciones  necesarias.
2. Con base en lo anterior, las organizaciones deben retribuir,  de alguna forma, esas condiciones  que les proporcionó la sociedad para que  ellas pudieran establecerse, desarrollarse y tener una perspectiva de futura  sobrevivencia.
3. También deben contribuir con la sociedad para que se  enriquezcan las posibilidades de un valor compartido. Las empresas necesitan de  sociedades desarrolladas y las sociedades requieren de empresas prósperas.
4.  La empresa, como todas las demás organizaciones que conforman la sociedad, no  sólo es  responsable de lo que hace, de lo que no hace o de lo que deja de  hacer; sino que, igualmente, lo es  de lo que hacen, no hacen o dejan de  hacer las otras entidades con las cuales comparten el mismo tiempo histórico, el  mismo espacio geográfico y los mismos propósitos. La idea de corresponsabilidad  es la expresión suprema de la responsabilidad.
 Razones estratégicas:
1. La RSE asegura la consolidación de la "identidad"  de las empresas. Estas son lo que hacen y lo que sienten. Las personas de una  empresa se identifican mejor con las organizaciones que asumen su compromiso  social.
2. También favorecen la "imagen" en tanto que las percepciones del  público se derivan, entre otras cosas, de los compromisos sociales que  evidencian las empresas.
3. Así mismo, asegura la "reputación", es decir, la  valoración que los grupos de interés desarrollan como consecuencia de comparar  los productos y servicios de una empresa con el de las otras que son análogas.  Esa valoración se vincula explícitamente con el comportamiento social de las  empresas.
4. En ese orden se alcanza también el "posicionamiento" que está  apuntalado por la imagen y la reputación. El público primero valora y aprecia a  una empresa y, luego, selecciona sus productos y servicios. 
 Razones éticas:
1. La RSE es la expresión de una conducta ética que cubre,  al menos cuatro planos, como son: el no hacer daño, el hacer el bien, el hacer  mejor al otro, y el crecer junto al otro.
2. Esos cuatro planos obedecen a  cuatro dimensiones, ya que las actitudes descritas deben desplegarse respecto al  trato con las personas, con los grupos de interés,  con la comunidad,  y  ante el planeta.
3. La disposición ética de la empresa debe favorecer  una secuencia proyectada hacia la consecución de sucesivos estadios. Ellos  pueden comenzar por evitar el castigo o para recibir una determinada  compensación, pero deben prolongarse hacia el respeto a la ley, el compromiso de  conciencia, y la repotenciación de los otros. 
 Razones prácticas:
Las razones prácticas pueden obedecer a dos  ámbitos.
Desde el ámbito de la empresa, la RSE permite:
1. Mejores  condiciones para manejar riesgos y disminuir los conflictos. 
2. Promover  fidelidad y compromiso de clientes y consumidores.
3. Favorecer acceso a  mercados.
4. Generar confianza en los grupos de interés.
5. Motivar un  mejor reclutamiento de profesionales y una retención de talentos.
6.  Estimular el acceso de nuevos inversionistas.
7. Ampliar la capacidad de  adaptación de la empresa.
8. Mejorar el clima organizacional.
 Desde el ámbito de los beneficiarios la RSE, permite:
1. Una   atención a los actores sociales vulnerables y a situaciones adversas.
2.  Anticipar problemas en zonas, poblaciones o sectores.
3. Favorecer la   inclusión.
4. Estimular las concertaciones, los acuerdos y las  alianzas.
5. Fomentar soluciones novedosas.
6. Incentivar la   confianza recíproca.
7. Promover la  preservación ambiental.
8. Crear  condiciones de armonía y creatividad.
 ¿Cuál es su opinión acerca de la integridad en los  negocios?
En el contexto de la RSE le otorgamos varios significados  complementarios al término integridad. Por una parte, está la integración a la  naturaleza del negocio que deben tener las iniciativas de RSE. Por la otra,  encontramos el alcance completo que debe tener la RSE a fin de atender, desde el  insumo hasta el consumo, llegando hasta el desecho. A estos dos alcances se  añade otra significación de carácter ético, en tanto que la integridad sugiere  que el ser humano integre, en todos sus roles, la coherencia de un mismo  compromiso. Finalmente, cabría incluso otra interpretación, como es la que  asocia la integridad de los negocios con la búsqueda de valores compartidos para  que gane toda la sociedad. Aquí, valores compartidos significaría relaciones de  ganar-ganar entre la empresa y los grupos de interés, así como la  complementación entre los valores económicos y los valores sociales de los  impactos empresariales. 
 ¿Cómo cree que se desenvolverá la empresa a futuro? ¿Nos encontramos  ante un cambio cultural?
En la medida de que la RSE concrete un  mayor desarrollo y un arraigo más profundo, se reducirá el espacio de su  discurso. Esto debido a que ya será algo integrado totalmente al negocio, con lo  cual no será necesario su explícita defensa.
En el marco de esa realidad,  tendríamos que pensar en un  sistema capitalista solidario, conciente,  humano, etc. Cualquier calificativo tendrá que estar inspirado en el respeto a  los derechos humanos, en el fomento del capital social y en el favorecimiento de  la sustentabilidad. En definitiva, el futuro de la empresa dependerá de esa  capacidad de incorporara la RSE a la dinámica ordinaria de su negocio.
La  explicación puede abreviarse de la siguiente manera: el socialismo radical y  despótico, propio del siglo XX, no es viable. Pero, si la empresa no es capaz de  incorporar su responsabilidad social, será la propia sociedad la que no será  viable. Esta es la dimensión de los nuevos paradigmas y de los inéditos  desafíos.
 ¿Cómo imagina a Latinoamérica en caso de no masificarse la  implementación de políticas empresariales socialmente responsables a lo largo  del tiempo?
Sería más desigual, más vulnerable y, sobre todo, más  instrumentalizada por los fantasmas propios del radicalismo destructivo. 
 ¿Cuáles son sus perspectivas para América Latina en el ámbito de la  RSE en el mediano y largo plazo?
Las inéditas experiencias que se  desarrollan en América Latina respecto a gobiernos que privilegian las  ideologías por encima de los resultados concretos,  plantea un mediano  plazo colmado de inestabilidades y de conflictos. Si a esto se añaden las  coyunturas críticas en materia económica, podríamos visualizar limitaciones  importantes. Pero las dificultades son las mejores condiciones para reforzar las  convicciones propias de la ética y de la RSE. La adversidad presenta las  bondades propias de la fecundidad, de la sabiduría y de la innovación. Es en las  dificultades donde se ponen de manifiesto las convicciones. Las empresas de  América Latina no podrán separarse de estos compromisos, so pena de ensanchar  más las desigualdades. El impulso que ellas han tomado resulta irreversible y,  cada vez más, entienden que cuando no se invierte a tiempo en RS  se tiene  que gastar a destiempo en planes de contingencia.