Desaladora de Antofagasta al Borde de la  Quiebra
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 ¿Se  está gestando un nuevo Transantiago con las desaladoras? Para la ciudad de Arica  resulta muy esclarecedor conocer la experiencia de Antofagasta con el negocio de  la desalacion de agua de mar. Por  Alejandro Pávez W.
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  Escrito  por Alejandro  Pávez Wellmann
 Escrito  por Alejandro  Pávez Wellmann
 
 
El  presidente Ricardo Lagos dio inicio en septiembre del 2001 a la construcción de  la planta desaladora DESALANT de  Antofagasta, merced a un contrato de construcción y operación por 20 años entre  la sanitaria ESSAN y  el consorcio español OHL - INIMA. 
El  diseño de la planta involucró una inversión de US$ 54 millones y consideraba  cuatro fases de ampliación a desarrollarse sucesivamente hasta el año 2010,  hasta llegar a 600 litros/segundo de capacidad de acuerdo a proyección de la  demanda, un tamaño equivalente a la que pretende instalarse en  Arica. 
Las  primeras etapas de la desaladora consideraron abastecer de agua potable al  sector norte de Antofagasta, mezclando las aguas desaladas del mar con las  provenientes de las captaciones superficiales de la cordillera en Toconce,  Lequena, Quinchamale y Puente Negro, a más de 3.000 metros de altitud y a 300  kilómetros de distancia. 
Así,  el objetivo inicial de la sanitaria regional de Antofagasta fue destinar así el  recurso hídrico natural proveniente de la cordillera, con el que abastece  actualmente a la población de Antofagasta, para el uso industrial y minero,  solucionando significativamente uno de los mayores problemas que tiene la  actividad minera de la región. Canjeando así las fuentes de suministro, pero con  lo cual el abastecimiento de agua potable a la comunidad de Antofagasta pasaría  a depender crecientemente de la empresa desaladora controlada por este poderoso  consorcio español. 
En  Arica se busca exactamente el mismo objetivo, es decir "canjear" las actuales  fuentes de suministro de agua potable desde las actuales y futuras fuentes de  agua subterránea que circulan bajo la ciudad, por agua de mar desalinizada;  destinando los derechos de aprovechamiento de aguas a la agricultura de Azapa  mediante subasta. Lo cual, en la práctica, implica dejar de bombear agua desde  los actuales pozos existentes en la ciudad -y de paso impedir toda nueva  extracción- para que todo  el abastecimiento de agua potable en Arica pase a depender de una única empresa  desaladora. 
Las  proyecciones de desarrollo de DESALANT se vieron modificadas al concesionarse la  distribución de agua potable a la empresa Aguas de Antofagasta, vinculada al  grupo Luksic a través de Antofagasta Minerals el año 2003. El contrato de  suministro de agua desalada pasó de un volumen mínimo establecido, a un  suministro variable en base al consumo real de la población, por lo cual a  partir del 2004 Aguas de Antofagasta priorizó el abastecimiento desde sus  fuentes de menor costo de operación, dejando a DESALANT como proveedor  secundario y solo para los meses de mayor demanda. Asimismo, la demanda de agua  en la ciudad se ha estancado gracias a un mayor control del consumo de agua  potable. 
Un  segundo hecho relevante ha sido el alza constante de los insumos requeridos para  desalinizar el agua de mar, como los costos de energía eléctrica que se  triplicaron entre 2006 y 2008, sin que estos costos hayan sido traspasados a las  cuentas del agua potable que Aguas de Antofagasta le cobra a la población. Ambas  empresas se enfrentan desde el 2007 en una disputa legal por cláusulas del  contrato de suministro de agua. 
Desaladoras:  ¿Un nuevo Transantiago? 
En  este escenario de demanda inferior a la prevista y costos en aumento explosivo,  DESALANT ha comunicado su situación de incumplimiento de deudas frente a las  entidades financieras. Un  escenario en el cual el poderoso consorcio español OHL-INIMA busca sensibilizar  a la opinión pública en un servicio básico y vital como es el suministro de agua  potable, procurando obtener beneficios del Estado a fin de asegurar la  continuidad de sus operaciones en Antofagasta y a la vez dar cumplimiento al  compromiso presidencial de instalación de la planta desaladora de agua de mar en  Arica. 
¿Se  buscará resolver (sanear) la situación financiera de DESALANT y la disputa legal  vía la modificación de contratos de suministro de agua, incorporando la figura  del subsidio al agua potable desalinizada a fin de evitar el impacto del alza de  tarifas en los usuarios? Vienen dos años electorales, y para ello se puede  invocar como precedente el subsidio permanente que se ha pretendido aplicar al  Transantiago, tratándose de servicios básicos a los que se les debe asegurar la  continuidad de suministro. 
De  ser así, en la práctica será el gobierno de Chile, -que no olvidemos ha sido el  principal impulsor de esta iniciativa de desalación, sin mayor participación  ciudadana, como bien lo sabemos en Arica- quien asuma los riesgos de un negocio  privado,simplemente  como una forma de traspaso de ingentes recursos publicos del Estado a un  consorcio internacional que además posee una notable capacidad de imponerle sus  condiciones al fisco.  Ya el MOP debió "indemnizar" por US$ 60 millones al consorcio OHL por las obras  del nuevo Centro de Justicia de Santiago, y en Arica somos testigos como la  desaladora DESALARI-del  mismo consorcio- entrega agua "potable" con los contenidos de boro más altos en  el mundo, ante la ausencia de normas de contenido máximo de este elemento en el  agua potable. 
  
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