Laurence Golborne renunció a Cencosud porque su relación con el dueño de la  firma, Horst Paulmann, estaba desgastada. Llevaba ocho años en  la gerencia general corporativa del grupo cuando hace un par de meses tomó la  decisión de alejarse, la que se hizo pública el jueves pasado.
 Las diferencias de estilo y personalidades llevaron a que el ingeniero civil  y el empresario de origen alemán no pudieran conciliar. "Ambos son muy  diferentes. Por un tiempo pudieron trabajar así, pero eso no puede ser para  siempre", comenta un cercano a Cencosud, que agrega que, mientras  Golborne es "racional y organizado", Paulmann es "intuitivo e improvisador".
 Por varios años, el mix dio resultado. Paulmann y Golborne se convirtieron en  una de las parejas empresariales más brillantes del mercado. En ocho años la  firma aumentó sus ventas en más de nueve veces, pasando de US$ 1.400 millones a  cerca de US$ 10.500 millones que se estiman para este año. Se abrió a la Bolsa y  se convirtió en un jugador regional de peso. El empresario ponía su empuje y  reconocido buen olfato, mientras que el gerente general aportaba con su  habilidad para conducir un grupo cada vez más grande.
 Pero lo que los unió, también los separó. Tras el anuncio de  dimisión de Golborne, las acciones del holding bajaron y partieron las  especulaciones: que había peleado con el controlador de la compañía o que el  ingreso de su hijo, Manfred, lo había molestado.
 Quienes han conversado con el ejecutivo desmienten estas versiones. Hace un  par de meses, Golborne le planteó al empresario su voluntad de alejarse. Tenía  otras inquietudes: sus proyectos ahora estaban fuera de Cencosud y era momento  de terminar el ciclo. Paulmann lo entendió y le pidió que esperara hasta que  terminara el año.  Luego de su renuncia, el ejecutivo ha comentado  a sus cercanos que está apenado, y que si bien Cencosud es sumamente importante  para él, "no es suyo, ni es su vida".
 COSTANERA, LA OBSESIÓN
Pero Golborne no ha sido el primer  ejecutivo del grupo en considerar el genio de Paulmann como una variable  importante para determinar su permanencia dentro de la firma. Ya antes, varios  ex gerentes de distintas áreas decidieron marcharse, no sólo por atractivas  ofertas laborales, sino que también en busca de mejores relaciones con sus  jefes. El controlador del holding que agrupa las marcas Jumbo, Easy, Paris y  varios malls es un trabajador incansable de una personalidad fuerte, apasionada  y, para algunos, avasalladora y "autoritaria", como lo define un ex gerente.
 "Su problema es que no deja el timón. Se involucra en todos los  detalles de la compañía y muchas veces pasa por sobre los ejecutivos",  critica un ex colaborador.
 El caso más emblemático es Costanera Center. Golborne no estaba de acuerdo  con hacer todo el proyecto de una sola vez, que consideraba un mall, varios  edificios y la torre más alta del hemisferio sur. El gerente general corporativo  estimaba que no se trataba de un buen negocio. "Cualquier persona sabe que si en  Chile se venden 70 mil metros de oficinas al año y tú estás construyendo 200 mil  en un año, es absurdo", comenta un experto inmobiliario. Sin embargo, Paulmann  ha defendido su proyecto estrella con ahínco, pese a que aceptó hacerle algunas  modificaciones, producto de la crisis.
 En el mercado se dice que varias de las grandes decisiones de inversión de  los últimos años -como el ingreso a Brasil- han sido empujadas por él, pese a  que no han contado con la anuencia de todos los directores.
 Paulmann y su familia poseen más del 60% de la sociedad. Los  otros mayores accionistas son Banchile y los peruanos Wong. Sin embargo, los  inversionistas aún confían en la buena estrella del empresario, a quien se le  reconoce un gran conocimiento del negocio.
 ÉXODO DE EJECUTIVOS
En los últimos años varios altos  ejecutivos se han alejado del grupo. En 2004, Fernando Prat -gerente  inmobiliario- dejó la empresa para emprender su propio negocio con Distribuidora  del Pacífico. Lo mismo hizo Enrique Elsaca, quien ocupaba la gerencia de  desarrollo inmobiliario y que actualmente se desempeña como vicepresidente de  planificación estratégica de Lan.
 En 2006 Gonzalo Castro -también gerente de desarrollo inmobiliario- renunció  para asumir la dirección de inversiones de Kimco Chile. Lo siguió Álvaro Valdés  -gerente inmobiliario de Paris- que en 2006 se fue para trabajar como brazo  derecho del dueño de Mall Sport, Jorge Gálmez.
 En octubre de 2007, Fernando Felbol - gerente de marketing de shopping  center- partió a Hites. Actualmente trabaja en Parque Arauco. Ese mismo año,  Andrés Solari -ex gerente de perecibles- dejó Cencosud para irse a trabajar con  el ex controlador de Santa Isabel, Eduardo Elberg, en su holding Algeciras.  Javier Vergara, su sucesor, acaba de emigrar rumbo a Supermercados del Sur,  ligado al fondo de inversiones Southern Cross.
 Fernando Santos -ex gerente de sistemas- se fue a fines de 2007 a ocupar el  mismo cargo en Unimarc. Lo mismo hizo José Luis Villarino -ex gerente de  distribución de Paris-, quien llegó a la gerencia logística de la cadena de  supermercados del grupo Saieh-Rendic.
 En marzo de 2008, el gerente corporativo de administración y finanzas, Andrés  Osorio, dejó la empresa para asumir como gerente general en Indumotora, de los  Avayú. Lo mismo pasó con Thomas Keller en septiembre pasado. Luego de un año y  medio a cargo del área de supermercados de la firma, el ex presidente ejecutivo  de Minera Doña Inés de Collahuasi se alejó para integrarse como socio de la  canadiense Brookfield.
 La salida de Keller habría sido un coletazo directo de la renuncia de  Golborne. Según cercanos al ejecutivo, a Keller se le había dado a  entender que era el reemplazante natural del gerente general, en caso de que  éste decidiera irse. Pero hace unos meses, cuando Golborne anunció privadamente  dentro del grupo que estaba por partir, Paulmann no lo consideró y comenzó a  buscar un nuevo gerente general corporativo. Ello habría motivado su  partida.
 Quienes han presenciado estas salidas, coinciden en que no se trata de  casualidades. Dicen que el genio de Paulmann es un ingrediente importante y que  uno de los grandes méritos de Golborne fue lograr manejar al empresario. "Y eso  no es pequeño, ni simple", subraya un cercano al ex gerente general.
 La primera y no concretada renuncia de Golborne a Cencosud, en 2001 -cuando  apenas llevaba cuatro meses en la compañía-, tuvo su origen en una diferencia  por la personalidad de su jefe. "Estaban discutiendo sobre un tema del área de  proyectos. No lograban llegar a acuerdo. Paulmann comenzó a subir el tono, hasta  que Golborne se cansó y le dijo: Mejor no conversamos así, se paró y se fue a su  casa. Al rato, Paulmann lo llamó, le pidió disculpas y volvieron a trabajar  juntos", cuenta un testigo del episodio.
 Eso sentó las bases de la relación entre ambos y se establecieron los  límites. Formalmente. Como, por ejemplo, que Golborne sería el único ejecutivo  del grupo al que el empresario no lo llamaría jamás por teléfono los fines de  semana.
 Ese mismo carácter impulsivo llevó a que incluso una vez le regalara a  Golborne un auto BMW, como premio por una negociación exitosa.
 EL CARÁCTER DE HP
Conocido como HP dentro de Cencosud -en  alusión a la firma que estampa en los e-mails-, Paulmann ha marcado con sus  códigos al grupo. Recordados son episodios como el reto a todo el equipo de  panadería delante de la clienta que no encontraba el producto que andaba  buscando. O cuando le pidió a uno de sus ejecutivos que pintara una pared y éste  le envió un e-mail explicándole que no era necesario hacerlo porque se  realizarían obras y que lo mejor era dejar la pintura para el final. Ante eso,  Paulmann contestó: "Calla la boca. Pinta la pared".
 "Como todos los líderes, él tiene una idea, una visión y es  perseverante para que pasen las cosas que él quiere que pasen. Escucha todas las  opiniones, pero al final del día es la decisión del empresario la que se hace",  dice Claudio Haase, ex gerente de supermercados de Cencosud, quien se  retiró de la empresa en 2006, después de 30 años en la firma.
 Un ex colaborador cuenta que una vez lo retó como "cabro chico" porque no le  contestó el teléfono un día domingo y que después lo invitó a tomar un café para  pasar el mal rato. El mismo Golborne ha reconocido a sus cercanos que una de las  razones que lo mantuvieron en Cencosud por tanto tiempo es la capacidad de  Paulmann para pedir disculpas si se equivoca. Aunque otros ejecutivos afirman  que lo hace por táctica: "Prefiere pedir disculpas para no entrar en polémicas,  pero sigue con su posición hasta el final".
 Yves Besancon, el arquitecto que trabaja con Paulmann en su proyecto  Costanera Center, cuenta que aunque al empresario se le ve como una persona  autoritaria, "es un hombre respetuoso, que escucha y toma en cuenta lo que le  dices. A veces se enoja conmigo y me reta, pero a los 20 minutos me dice: ´No se  enoje, yo me pongo así a veces´ y reconoce cuando se equivoca".
 PASIÓN INMOBILIARIA
El 2000, Horst Paulmann decidió que  era tiempo de profesionalizar su compañía. Quería preparar la apertura a Bolsa  de su grupo y para eso necesitaba contar con un equipo de primera. Fue así como  el 2001 llegó Golborne a ocupar la gerencia general y Bruno Philippi al  directorio. Quienes vivieron ese proceso, reconocen que Paulmann fue dejando  poco a poco las riendas de Cencosud en manos del nuevo gerente. Salvo por un  área: la inmobiliaria, su gran pasión.
 Horst, un arquitecto frustrado según reconocen varios asesores, fue gerente  inmobiliario del grupo hasta el 2006, cargo desde el cual le reportaba al propio  Golborne. Esta situación, a juicio de ex colaboradores, generaba ruidos y muchas  veces conflictos en la relación entre ambos.
 La situación cambió cuando se integró Víctor Ide a la empresa. La búsqueda de  este ejecutivo tardó dos años. Paulmann los rechazaba a todos. Pero Ide cumplía  los requisitos. El ejecutivo, que venía de la gerencia de mantención de LAN, es  hijo del médico del mismo nombre, uno de los pocos amigos de Paulmann y ambos se  conocían de toda la vida. En mayo de este año, el grupo anunció que Paulmann  asumía nuevamente como gerente inmobiliario. Pero, en septiembre pasado, se  separaron las áreas de administración de centros comerciales, que quedó a cargo  del alemán Olaf Hantel, y el área de proyectos que recayó en Ide.
 La reticencia del empresario por dejar el área inmobiliaria también se fue  traspasando al resto de la empresa. "Durante los primeros años le entregó harta  manija a Laurence, pero a fines de 2007, cuando comenzó el crecimiento explosivo  de Cencosud en Latinoamérica, empezó a involucrarse en todo", dice un asesor de  la firma.
 VITALIDAD A TODA PRUEBA
En Cencosud, Paulmann hace y  deshace. Pero, pese a las críticas, nadie desconoce sus méritos. Incluso hay  algunos que dicen que sin ese carácter, Cencosud no sería el imperio que es hoy.  No por nada el empresario logró transformar el restaurante Las Brisas en Temuco  -que fundó a fines de los 50- en uno de los mayores holdings chilenos, con un  patrimonio bursátil de US$ 2.931,86 millones.
 Hoy Cencosud tiene presencia en Colombia, Perú, Chile, Brasil y Argentina. Es  la segunda mayor compañía de retail en ventas en Latinoamérica, después de  Walmex.
 "Es increíble que una persona a esa edad, haya hecho lo que hizo Paulmann.  Mientras sus pares se jubilaban, él aumentaba el tamaño de su empresa. Tiene el  discurso de que el que cree, puede. Tiene una ambición de poder de ser el más  grande", comenta un ex colaborador.
 Varios han escuchado de su boca que lamenta no haber nacido en Estados  Unidos. "Habría sido Sam Walton, el dueño de Walmart. Y si Sam Walton hubiera  sido chileno, habría sido Horst Paulmann".
 La vitalidad a toda prueba es otra de las características que provocan  admiración. "Es increíble su energía. Me acuerdo de haber estado de viaje con  él, visitando compañías, y era impresionante como no paraba desde las siete de  la mañana hasta las 10 de la noche", recuerda un ex gerente. Es justamente ese  empuje, lo que él pide a sus trabajadores. Nada menos. Por eso para muchos es  difícil acostumbrarse y seguirle el ritmo.
 Fe de ello dan sus primeras negociaciones con los arquitectos de Alemparte y  Barreda, con quienes construye Costanera Center. "El 24 diciembre de 1988, Horst  Paulmann llamó a Sergio Alemparte para ofrecerle trabajar en un gran proyecto.  Él respondió que sí y el empresario le dijo: ´Bueno, véngase mañana a mi casa y  vamos a trabajar en el terreno. Así partió Costanera Center, un 25 de diciembre,  el día de Navidad, hace 20 años", rememora Besancon.
 Otro que lo recuerda con admiración es el ex gerente de supermercados de  Cencosud. "Es un líder sumamente positivo, empujador hacia delante, con una  energía increíble y un humor a toda prueba. Yo llevo casi tres años fuera de la  empresa y todavía me llama para mis cumpleaños", cuenta Haase.
 Oscar Andwanter, ex gerente general de Jumbo, lo describe como "una persona  preocupada de tener el control de su negocio siempre. Está encima de todas las  cosas y le gusta estar absolutamente informado. Son pocos los momentos y días de  descanso, porque siempre está creando e inventando negocios nuevos".
 UN HOMBRE SOLITARIO
Paulmann exige a sus ejecutivos lo  mismo que él da en la empresa. En las Navidades no es descabellado verlo vestido  de verde en el estacionamiento del Alto Las Condes, dirigiendo el tránsito.  Además, suele pedir a los trabajadores de todas las áreas que destinen horas  extras al empaque de regalos y apoyo en las tiendas. Por muchos años su  secretaria trabajaba hasta las 10 de la noche  y su obsesión por el cliente  llegó a tal punto que incluso, fue él mismo quien, por un largo período, se hizo  cargo de contestar los emails de los consumidores.
 Esta fijación por el trabajo lo ha transformado en un hombre solitario. Pese  a su extroversión y su afición por los elefantes, su vida privada es  extremadamente hermética. Cuando viaja se registra en los hoteles con el nombre  de "Horacio Palma" -versión traducida de Horst Paulmann- para que nadie sospeche  de su presencia.
 En público siempre se muestra dispuesto a todo, como cuando subió a manejar  un tractor para la colocación de la primera piedra de Costanera Center, en marzo  del 2006. Pero como jefe es más serio, desconfiado y en su vida personal es un  hombre de pocos amigos.
 Es un empresario que se mantiene más bien alejado de los grandes centros de  poder, pero cultiva buenas relaciones con todo el mundo. Ha sido premiado varias  veces y entre sus amistades figura el ex presidente de la Sofofa, Bruno  Philippi, con quien han pasado Navidades juntos.
 Pero su círculo más cercano es la colonia alemana. Está suscrito al diario  germano El Cóndor y con frecuencia va a las reuniones de la Liga Chileno Alemana  de Cultura. Hace dos meses, asistió a la última asamblea anual que se realizó en  el Colegio Alemán de Temuco, establecimiento donde estudió.
 Sus tres hijos -Manfred, Heike y Peter- forman parte del directorio de  Cencosud. El primero, asumió como vicepresidente del holding, tras la  reestructuración motivada por la partida de Golborne. La idea es que participe  más activamente en las decisiones de la empresa, lo que fue interpretado por el  mercado como una señal de que la firma cuenta con un plan de sucesión.
 Eso, porque desde hace algún tiempo que los agentes del mercado se venían  preguntando qué pasará cuando no esté Paulmann. De hecho, cuando Cencosud se  abrió a la Bolsa en 2004, una de las preguntas del road show con inversionistas  fue: ¿qué pasaría con la empresa si atropellaran a Horst Paulmann? La respuesta  del empresario fue que la compañía no era él, que estaba profesionalizada y que  contaba con un directorio.
 De eso han pasado más de cuatro años. Y el excesivo protagonismo de Paulmann  y su reticencia a dejar el timón siguen siendo las mayores inquietudes de los  inversionistas.