LA AGROENERGIA Y EL SECTOR  AGROPECUARIO
  
 Un interesante trabajo de los Ing. Agr.  Gonzalo Souto Ing. Agr. María Methol  quienes nos señalan en forma muy clara la situación de la agroenergia actual y  como las ventajas de la agroenergía frente  al uso de los combustibles fósiles son los motores de su crecimiento: que llevan  a la instalación de Plantas de biodiesel  por la firma Green Fuel -Chile y  Green Fuel- Argentina  en ambos paises contribuyendo al desarrollo  tecnologico y agrícola de ambos países.
  
 La agroenergía refiere a la generación de energía a partir de la  producción agropecuaria e integra el conjunto de las energías  renovables.
 En los últimos años, se constata a nivel global un fuerte crecimiento de  las fuentes renovables y un creciente desarrollo de innovaciones tecnológicas  para el aprovechamiento de la agroenergía. Esta tendencia, observada de largo  tiempo atrás frente a la perspectiva del agotamiento de las fuentes  convencionales, ha venido acentuándose progresivamente ante el aumento de la  conciencia y preocupación social por el ambiente y el desarrollo sostenible. En  los últimos años ha recibido un formidable impulso como consecuencia del alza de  los precios del petróleo y de los compromisos asumidos por los países  signatarios de la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático,  particularmente al haber entrado en vigor el Protocolo de Kyoto en febrero de  2005.
 Las ventajas de la agroenergía frente al uso de los combustibles fósiles  son los motores de su crecimiento: obviamente, las ambientales (menos  contaminantes y menor impacto en el cambio climático), diversificación de las  fuentes de energía con recursos locales y generación de empleo por mayor demanda  de mano de obra para su producción.
 El sector agropecuario  tiene un amplio potencial como proveedor de materias primas para la generación  de energía a partir de productos y de residuos resultantes de la actividad  sectorial. Esto involucra la producción de combustibles sólidos (como leña,  carbón vegetal o residuos de diversos procesos agroindustriales), gaseosos  (biogás) o líquidos (como etanol o  biodiesel).
 Existe en el país una importante experiencia en el aprovechamiento de la  madera y residuos de biomasa como fuente directa de energía. La información  oficial indica que estas fuentes, en conjunto, atienden casi la quinta parte del  consumo final energético nacional1 . En cambio, el peso relativo de los otros  tipos de combustibles originados en la biomasa (ya sean líquidos o gaseosos) es  prácticamente nulo.
 Asimismo, en nuestro país los combustibles líquidos ocupan 53% de la  matriz energética, pese a no contar al menos hasta el momento con producción  ni
 En el quinquenio 2000-2004 un 17% del consumo fue atendido con leña y  carbón vegetal y un 2% con residuos de la biomasa como cáscara de girasol, de  arroz, aserrín y viruta de
 madera, etc. (DNETN, MIEM). reservas propias de petróleo. En el caso  específico de los combustibles utilizados en vehículos y maquinarias el peso  relativo en el consumo total de energía fue en el 2004, de 28% en gasoil y 10%  en nafta, participación que marca un amplio potencial para su sustitución por  combustibles derivados de la biomasa, como el bioetanol (adecuado para sustituir  naftas en motores ciclo Otto) y el biodiesel (apto para sustituir gasoil en  motores ciclo Diesel).
 Las tecnologías para la elaboración de estos combustibles son  relativamente conocidas y difundidas, encontrándose experiencias de producción y  consumo en varios países, especialmente en EEUU, Canadá y la UE. En el ámbito  regional se destaca Brasil, país que definió un programa de desarrollo de la  producción de etanol asociado a la de azúcar de  caña hace tres décadas y en la actualidad  continúa el crecimiento de la producción de este  biocombustible.
 Además de las fuentes tradicionales para la producción de etanol (caña de  azúcar, grano de cereales), en los últimos años se han desarrollado  investigaciones para producir etanol mediante procesos químicos y enzimáticos a  partir de residuos de cosecha de cereales (paja) y de la industrialización de la  madera.
 No obstante su alto crecimiento relativo, tanto los biocombustibles como  otras fuentes de energía renovable, como la eólica, siguen ocupando aún una  proporción reducida en el consumo global de energía. ¿A qué factores atribuir su  baja participación en el mercado energético? ¿Por qué no se han impuesto más  rápidamente si sus ventajas y virtudes son conocidas? Son varias las causas  que
 pueden señalarse. Una muy relevante, es que muchas de estas fuentes  producen energía no firme
 En el caso de los biocombustibles, su oferta está asociada a una  disponibilidad de materias primas sometidas a fuertes variaciones por su origen  agropecuario. Otra, es el mayor costo de estos combustibles frente a los  derivados del petróleo, para las relaciones de precios vigentes en los mercados  mundiales. Es por este motivo, que su producción ha sido impulsada en muchos  países, en particular en los más desarrollados, a través de políticas activas  (subsidios, reservas de mercado, impuestos, etc.) orientadas a internalizar los  costos ambientales de las distintas fuentes de energía o para compensar a las  renovables por sus beneficios, aspectos que no son recogidos en los precios del  mercado.
 La creciente valoración de los servicios y bienes ambientales, manifiesta  a través de la  mayor disposición a  pagar de los consumidores por combustibles más "amigables" así como por la  imposición de tasas ambientales, la creación del mercado de créditos de carbono  y por otro lado, la fuerte alza del precio del petróleo ocurrida en los últimos  meses, son factores que están acelerando, ya a El concepto de energía firme,  refiere a la seguridad de abastecimiento dada por la  disponibilidad de la potencia  demandada.
 Ver en esta publicación el artículo "Créditos de carbono y crisis del  petróleo: ¿la hora de la
 agroenergía? A nivel global, procesos de adopción de políticas que  fomenten el uso de fuentes de energía renovables y la eficiencia  energética.
 En este sentido, la actual administración ha iniciado algunas acciones  tendientes a identificar y promover alternativas de producción de  biocombustibles en el país a partir de distintas  fuentes.
  
 1. LA PERSPECTIVA  SECTORIAL
  
 La actividad del sector agropecuario nacional es generadora, actual o  potencial, de materias primas aptas para la producción de biocombustibles. Estas  materias primas pueden ser obtenidas del procesamiento de productos  agropecuarios (como aceites vegetales y sebo vacuno para elaborar biodiesel;  jugo de caña de azúcar para obtención de etanol) y también de los residuos  resultantes de los procesos productivos (por ejemplo, paja de cereales o  residuos de la industria forestal para la elaboración de  etanol).
 La alternativa de uso de residuos representa una oportunidad para agregar  valor y en algunos casos tiene, además, la ventaja adicional de reducir el  problema que la propia acumulación de residuos genera (típicamente de la  agroindustria forestal y de la de arroz). Existen desarrollos de producción de  etanol a partir de paja de cereales en América del Norte y Europa, destacándose  el caso de Canadá. En nuestro país se ha estado analizando la posibilidad de  instrumentar la idea, utilizando como residuo la paja del cultivo del arroz, con  resultados preliminares promisorios
 En la utilización de productos agropecuarios, varias son las  posibilidades existentes. La producción de caña de azúcar, objeto de especial  atención por parte de las políticas públicas en el marco de la actual  administración, tiene como orientación explícita la búsqueda de la  complementación entre la producción de azúcar y alcohol (un enfoque  "sucroalcoholero"), lo que implicaría una pronta incorporación del etanol en la  matriz energética.
 Por otro lado, el país es productor eficiente de materias primas  precursoras del biodiesel: granos oleaginosos de soja y girasol de los que se  obtienen aceites crudos y ganado gordo de cuya faena resulta el sebo o grasa  vacuna.
 El sebo tiene como principal destino el mercado exterior, exportándose  entre 80% y 85% de la producción nacional. En el trienio 2002/04 las  exportaciones alcanzaron un volumen medio de 36.500 toneladas anuales. Esto  otorga la Dr. Alex Berlin (Forest Products Biotecnology, Universidad de British  Columbia, Vancouver, Canadá), Prof. Roberto Horta (Decano de la Facultad de  Ciencias Empresariales, Universidad Católica, Uruguay) y otros. Seminario  "Biorefinería de residuos arroceros: una alternativa uruguaya para  biocombustibles renovables. Montevideo, 10 de  noviembre de  2005.
  
 Ver en esta misma publicación el artículo "Política sucroalcoholera".  posibilidad de disponer de esa materia prima a precios competitivos  internacionalmente, orientados por la paridad de  exportación.
 Los granos oleaginosos son también exportados sostenidamente. En el año  2004  lasexportaciones de girasol  fueron 135.000 toneladas y las de soja  350.000
 toneladas (76% y 92% de la producción doméstica, respectivamente). El  acceso al mercado exterior se verifica sin que ocurran medidas de estímulo  derivadas del marco de políticas públicas (incluso con ausencia de las  devoluciones de impuestos indirectos que rigen para otros productos de la  canasta agroexportadora), resultando en una formación de precios también  orientada por la paridad de exportación.
 Sin embargo, pese a la abundante oferta nacional de granos oleaginosos a  precios competitivos, los aceites vegetales (materia prima básica del biodiesel)  resultan escasos. La demanda doméstica de aceites se abastece en una amplia  proporción (de 40% a 60%) con productos importados, alcanzándose en 2004 un  volumen de importaciones de 18.500 toneladas entre aceite crudo y refinado,  frente a un consumo interno del orden de 30.000 toneladas. De ello resulta un  mercado doméstico de aceite con precios orientados por la paridad de importación  y, por tanto, una materia prima cara para la producción de  biodiesel.
 Este escenario evidencia  dificultades competitivas en la fase industrial de la cadena oleaginosa. Algunas  tienen origen en las políticas públicas, en particular, en las asimetrías que  derivan del tratamiento tributario vigente en Argentina, que favorece a los  elaboradores de aceite de ese país, debido al mayor impuesto a la exportación de  granos oleaginosos que a los productos industriales (aceites y harinas). También  ocupa un papel importante entre las razones de la posición desventajosa de la  industria local, su reducida dimensión en una actividad industrial que presenta  fuertes economías de escala
 En consecuencia, mientras el sector primario produce los precursores del  biodiesel (granos oleaginosos y ganado gordo) en condiciones competitivas, en la  etapa industrial existen dificultades  competitivas.
 En el contexto descrito ¿qué aportaría, específicamente al sector  agropecuario, la
 incorporación del biodiesel en la matriz energética  nacional?
 Esta es la causa del "sendero tecnológico" recorrido por esta rama  industrial, orientado
 hacia el fuerte aumento de los tamaños medios de planta. Las  consecuencias locales han sido una situación de recesión en la industria  aceitera nacional, que mantiene prácticamente una única planta en actividad (con  permanente amenaza para sostener su participación en el mercado local, frente a  los proveedores argentinos) y los altos precios de los derivados en el mercado  interno (los aceites y las harinas oleaginosas orientan sus cotizaciones por la  paridad de importación), con el consiguiente perjuicio sobre los consumidores  locales de estos productos.
 Desde una perspectiva sectorial, los impactos favorables de mayor  relevancia pueden esperarse de las ganancias sistémicas de competitividad que  podrían originarse por la mejora de la eficiencia en la fase industrial de la  cadena oleaginosa. La posibilidad de ampliar el mercado doméstico de los aceites  permitiría alcanzar mayores niveles de ocupación de la capacidad instalada y,  eventualmente, la ampliación de las escalas de planta, que puedan dar origen a  reducciones de costos. Adicionalmente, la ampliación del nivel de molienda  oleaginosa también derivaría en un aumento de la oferta local de las harinas  proteicas, lo que presionaría a la baja los precios (usualmente "de escasez")  favoreciendo el desempeño competitivo de las agroindustrias de productos de  origen animal (aves, cerdos, leche, carne).
  
 Pueden esperarse también otros impactos en el sector, tales como la  expansión de la actividad a nivel primario y el aumento del empleo en el medio  rural, aunque probablemente de forma poco  significativa8
 2. LAS ACCIONES DEL GOBIERNO
 Durante el año 2005 se creó la Comisión Interministerial de  Biocarburantes con el cometido de asesorar a las autoridades acerca del marco de  políticas públicas relativas a la producción y uso de biocombustibles. A su vez,  se crearon dos Grupos de Trabajo, uno de Biodiesel y otro de Alcohol Carburante,  con el objetivo de generar insumos técnicos que sirvan de apoyo a los trabajos  de esa Comisión.
 En ambos grupos de trabajo -constituidos por técnicos de la Dirección  Nacional de Energía y Tecnología Nuclear (DNETN  MIEM), de OPYPA como  representante del MGAP, de las instituciones de investigación INIA y las  Facultades de Agronomía, Química e Ingeniería de la Universidad de la República  y de ANCAPse analizaron las alternativas de uso de materias primas para la  producción de La inclusión de biodiesel en mezclas de 5% en el gasoil  representaría una ampliación de unas 40.000 toneladas adicionales de aceite  crudo en la demanda anual de aceites, hoy situada en unas 30.000 toneladas al  año.
 La dinámica de la producción ganadera (en extensión e intensidad) no  parece depender en forma significativa de la ampliación del mercado de sebo  vacuno. En el caso de los cultivos oleaginosos la oferta actual es ampliamente  excedentaria, aún en caso de ampliarse el consumo de aceites para elaborar  biodiesel. Dado que es poco probable que la elaboración de biodiesel a partir de  aceites vegetales sea un destino productivo que incremente el precio del grano  oleaginoso (tal como indican los estudios disponibles, nacionales y  extranjeros), no podría asociarse a esta opción aumentos significativos de la  superficie agrícola.
 Tampoco podrían esperarse impactos favorables específicos sobre la  pequeña producción,
 ya que estas actividades (engorde de ganado y producción oleaginosa)  tienden a asentarse en empresas de medio a gran porte (de carácter  "capitalista"). Del mismo modo, los impactos sobre el empleo rural no serían  significativos.
 Integrada por representantes de los Ministerios de Economía y Finanzas;  Industria y Energía; Ganadería, Agricultura y Pesca; Vivienda, Ordenamiento  Territorial y Medio Ambiente; de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto de  Presidencia y de ANCAP. alcohol (caña de azúcar, sorgo azucarado, residuos de la  industrialización de la madera, etc.) o de biodiesel (soja, girasol, canola,  grasa vacuna, aceites reciclados, etc.).
 El análisis del potencial de las materias primas de origen agropecuario  para la producción de alcohol, incluye la realización de investigación aplicada  por parte del INIA y la Facultad de Agronomía para evaluar el desempeño de  distinta especies y variedades (de sorgo azucarado, caña de azúcar) en las  regiones del país más aptas para esos  cultivos.
 La Comisión de Biocarburantes elaboró y presentó para la consideración de  las autoridades un informe conteniendo una evaluación económica de la producción  de biodiesel en el país.
 Respecto al etanol, sin perjuicio de la dinámica esperada que surgirá de  la implementación de la política sucro alcoholera asociada al cultivo de caña  azúcar en Bella Unión, aún están en proceso las actividades de investigación  aplicada y básica (en las Facultades de Química e Ingeniería) que permitirán  generar información de las posibilidades de producción de alcohol a partir de  distintas materias primas, así como de los procesos industriales.  
 NOTA DE LA REDACCIÓN
 Como consecuencia de la expansión  internacional de la empresa transnacional Green Fuel en busca de nuevos mercados  que dispongan de suficiente materia prima de calidad estos dos paises Chile y  Argentina, por el monento, aparecen como uno de los puntos de mayor  interés.Chile añade además un reconocimiento a nivel internacional de su nivel  profesional en la producción de semillas basicas para la producción de  biodiesel.Además de la decisión de los gobiernos de impulsar las energias  renovables y por reducir su dependencia energetica en el corto y mediano plazo,  hacen que el momento sea idóneo para llevar adelante un proyecto de biodiesel  como los diseñados por Green Fuel 
 En Chile, ha señalado Jose Luis del  Val, ejecutivo máximo  de Green Fuel ,  ha encontrado una especial ,  oportuna y eficiente acogida en las autoridades del sector , cuestión muy  importante para acelerar los estudios  y toma de decisiones importantes  .PRONTO ESTAREMOS EN CONVERSACIONES CON LOS AGRICULTORES.