 
       Con        vela en mano, los manifestantes paralizaron Seúl el sábado.
Corea del Sur quiere que Estados Unidos acepte        una prohibición voluntaria de exportar carne de reses mayores de 30 meses,        por temores de que esté infectada con el mal de las vacas locas.
       Pero        también para acallar la que ya se califica como la crisis política más        grande de la historia reciente.
              
                             |   ¿Cómo              una disputa agrícola se tradujo en        esto? | 
Las manifestaciones que produjo        el anuncio del levantamiento de restricciones no han cesado y llegaron a        su clímax en una masiva marcha el sábado, cuando Seúl quedó  paralizada.       
Poco        después, se paralizó también el levantamiento de las restricciones.
       La        aparentemente mundana disputa agrícola desató una reacción tal que ha        reducido a niveles humillantes la abrumadora popularidad que llevó al        presidente al poder hace tan sólo 100 días.
       El        ministro de Comercio surcoreano, Kim Jong-hoon, planea viajar a Estados        Unidos el viernes para discutir la prohibición voluntaria.
       Pero        sus perspectivas no son muy buenas: Washington ya dijo que no renegociará        su acuerdo.
       De larga data
       El        problema que enfrenta el gobierno del flamante presidente Lee Myung-bak        tiene sus orígenes en 2003, cuando el comercio de carne con Estados        Unidos, valorado en US$850 millones anuales, fue interrumpido tras el        anuncio de un caso del mal de las vacas locas o Encefalopatía Espongiforme        Bovina.
              
                             |   Muchos              creen que el presidente está capitulando ante          EE.UU. | 
Aunque la prohibición fue        relajada en 2006, las restricciones se mantuvieron para el ganado de más        de 30 meses, así como a huesos y otras partes que pudieran portar la        enfermedad.       
En        abril de este año, Corea del Sur acordó suavizar las restricciones de        importaciones de carne bovina estadounidense, apostándole a que ello        allanaría el camino para la ratificación en Washington de un tratado        comercial entre los dos países.
       Según        el corresponsal de la BBC en Seúl, John Sudworth, muchos se preguntan cómo        se llegó a esto.
       ¿Y qué pasó?
       "La        esencia de las protestas es un rechazo a Estados Unidos", opina Keun Park,        presidente de la Sociedad de amistad de Corea y EE.UU.
              
                             |   El              titular de Comercio tiene la esperanza de convencer a              Washington. | 
"Los medios izquierdistas        han instigado la sensación de que hay buenas razones para temerle a la        carne estadounidense"       
Y        es que es difícil comprobar algunos de los reclamos, señala Sudworth.
       Si        bien es cierto que en EE.UU. el 18% del ganado sacrificado para el consumo        humano es mayor, y a veces mucho mayor, de 30 meses, según la Asociación        nacional de ganaderos estadounidense mucha de esa carne se consume en        casa.
       "La        investigación demuestra que antes de que se suspendieran las exportaciones        en 2003, menos del 2% del total de la carne que enviamos a Corea del Sur        era de ganado mayor de 30 meses".
       Hamburguesas
       Sin        embargo, en medio de la histeria, los temores de muchos surcoreanos son        genuinos.
       Después        de todo, en Estados Unidos hay -tanto entre productores como consumidores-        quienes insisten en que debería haber más salvaguardas en la industria        para garantizar que la carne no esté contaminada.
              
                             |   Hay              quienes opinan que los temores son          infundados. | 
Hahm Sung-deuk, profesor        de estudios presidenciales de la Universidad de Corea, no concuerda con        que las marchas estén motivadas por animosidad contra EE.UU.       
"Gradualmente        la gente se ha desilusionado del presidente Lee, ha cometido una serie de        errores", señala.
       Uno        de los peores, añade, es dar la impresión de que está capitulando ante los        intereses políticos estadounidenses.
       Entre        tanto, en Washington amenazan con hundir el tratado de libre comercio con        Seúl a menos de que les devuelva su tercer mercado de carne bovina.
       Y        se muestran renuentes a limitar las importaciones a carne de ganado menor        de 30 meses.
       Aunque,        como nuestro corresponsal en Seúl, hay quienes se preguntan por qué esa        renuncia, si EE.UU. dice que exporta muy poca carne de las vacas más        viejas, ya que la mayoría la consumen en hamburguesas.