Maza: "En Venezuela  ahora hay más pobres que antes de Chávez"
 Joaquim Ibarz | 23/02/2008 - 07:06  horas 
  Entrevista a Domingo Maza Zavala, ex director del Banco Central de  Venezuela
  Domingo Maza Zabala, que fue director del Banco Central de  Venezuela entre 1994 y 2007, en el despacho de su  casa
  
      Joaquim Ibarz Domingo Maza  Zabala, que fue director del Banco Central de Venezuela entre 1994 y 2007, en el  despacho de su casa
    
  "Venezuela vive una situación  crítica por la prolongada escasez de alimentos. En este país nunca habíamos  pasado una situación tan grave por falta de productos indispensables, como  leche, aceite, huevos... Ya empezaron los saqueos y comenzó el racionamiento de  alimentos, algo inimaginable en un país con tantos ingresos, con el petróleo a  cien dólares barril", afirma Domingo Maza Zavala, quien fue director del Banco  Central de Venezuela (BCV) desde 1994 hasta hace unos meses.
Considerado como la voz económica más autorizada de Venezuela, el  ex director del banco emisor afirma que la carestía de alimentos no se resolverá  a corto plazo porque el desabastecimiento no es de carácter estacional, ni  obedece a la acción de especuladores, sino que es un problema  estructural.
Prestigioso economista, director del Banco Central de  Venezuela durante 13 años, Domingo Maza Zavala puso un poco de cordura en la  conducción económica de un país acostumbrado durante décadas al despilfarro y a  la improvisación. Su probidad ejemplar es perceptible al recibir al enviado de  'La Vanguardia' en un piso de clase media del barrio Los Caobos, en el que ha  vivido gran parte de su vida. Su residencia puede parecer modesta tratándose de  un profesional que ha ostentado tan altas responsabilidades en la dirección de  la política económica de Venezuela. 
Maza Zavala nació en Barcelona  (estado de Anzoátegui) el 4 de noviembre de 1922. Licenciado en 1949 en Ciencias  Económicas y Sociales por la Universidad Central de Venezuela (UCV), obtuvo el  título de doctor en 1962. Profesor de Economía en la UCV, director del Instituto  de Investigaciones Económicas y Sociales (1963-68), decano de la Facultad de  Ciencias Económicas y Sociales (1972-75). Profesor de Dinámica Económica en la  Universidad Católica Andrés Bello y en la Universidad Santa María, coordinador  de Cursos de Postgrado en la Universidad Santa María (1984). Fuera del mundo  universitario, ha sido presidente de la Academia Nacional de Ciencias Económicas  (1986-88), diputado al Congreso en dos períodos, miembro de la Comisión  Presidencial para la Nacionalización Petrolera (1974-75), presidente del  Colegios de Economistas (1969-71), director del diario "El Venezolano", (1963),  columnista del diario "El Nacional".
-¿Cómo Venezuela ha llegado a  esta situación crítica de escasez, con saqueos de supermercados y racionamiento  de alimentos?
-Existe un control de cambio que muchas veces obliga al  agricultor o al empresario industrial a vender por debajo del precio de costo,  lo cual desincentiva la producción. Nadie quiere producir para perder dinero.  Además, el gobierno de Chávez ha mantenido un discurso de acoso a las empresas y  a los empresarios, con amenazas permanentes de expropiación. Así no hay quien  invierta. La invasión de fincas y los secuestros de agricultores ha terminado  por hundir la producción agrícola y ganadera. Al aumentar la inseguridad, nadie  se siente seguro. Y eso pesa en cualquier actividad. Falta un clima de  confianza, de estabilidad de la actividad económica. ¿Quién va a invertir con  inseguridad jurídica y personal? ¿Quién se va a arriesgar a una inversión de  mediano o largo plazo sabiendo que es de dudosa recuperación y de difícil  proyección al futuro?
-¿Chávez es consciente de que se ha hundido la  producción o se cree su discurso que la escasez es provocada por malvados  especuladores?
-No es muy consciente de lo que pasa en el país. El  presidente Chávez es estatista, quiere que el Estado crezca aún más y que tenga  más influencia en el ámbito económico. Ha querido crear un llamado sector social  de la economía, a base de comunidades, grupo de trabajadores, cooperativas
 Con  ese fin permite y auspicia que fincas y empresas industriales que estaban en  plena producción hayan pasado a manos del gobierno por una vía arbitraria, que  no es de expropiación ni de confiscación. Es una ocupación de hecho. Con el  agravante de que esas fincas y empresas dejan de producir al pasar a manos de  invasores. Los campos ocupados no tardan en quedar yermos.
-Chávez  dice que la escasez de alimentos la provocan especuladores, empresarios  acaparadores y campañas mediáticas.
-No es así, y el Gobierno lo  sabe. La realidad no puede ser tergiversada. Es el Gobierno el que no cumple al  no lograr atender la demanda. El gobierno amenaza con expropiar a agricultores y  a empresas que comercializan alimentos. No son medidas eficaces. Todo  establecimiento de producción o intermediación que se cierra es un elemento  menos que surte al mercado. Toda empresa, toda finca, todo establecimiento  económico, que se expropia, se confisca o cae en manos del Gobierno, deja de  producir. Las expropiaciones agravan la escasez. Confiscar o expropiar fuentes  de producción espanta la inversión, acentúa la falta de alimentos y provoca  subida de precios. La política del gobierno es contraria a lo que recomienda el  buen juicio. El desabastecimiento no se va a corregir en el corto plazo, no es  un problema de índole estacional o coyuntural, sino estructural. Hay escasez por  el colapso de la producción, lo cual acentúa que no se pueda atender la demanda  creciente de una población con mayor ingreso gracias a los subsidios, no a un  trabajo remunerado.
-Chávez se vanagloria de haber creado miles de  cooperativas. ¿Cuál es el balance de sustituir la producción privada por  cooperativas?
-Ese movimiento cooperativo fomentado por el Gobierno  es ficticio. Las cooperativas se forman con gentes que no tienen organización ni  la menor voluntad de trabajo. Las cooperativas agrícolas no se forman con  campesinos sin tierra. Pese a su inoperancia, reciben cuantiosos subsidios que  los gastan sin provecho un grupito de aprovechados. Así han fracasado miles de  cooperativas. El movimiento cooperativista creado por Chávez es una falacia.  Tenemos el caso de una fábrica procesadora de tomate en el estado de Barinas, en  la tierra del propio presidente. Se ocupó esa fábrica para estatizarla. Chávez  fue a inaugurar la ampliación. Le presentaron un montón de productos. En  realidad, lo que le mostraron no eran fabricados allí, se compraron en otras  partes. Hasta ahora no se produjo nada. Y la fábrica de tomates se dedicó a  construir viviendas. Este caso se ha repetido por todas partes.  
-¿Cómo enfrenta el Gobierno la escasez de alimentos?
-Se  intenta paliar con la importación. Pero, ¿qué haremos cuando escaseen las  divisas? Por otra parte, importar alimentos y materias primas se ha hecho más  caro y cada vez es más difícil. La demanda internacional de alimentos aumentó  enormemente porque hay una nueva realidad en el mundo. Es difícil importar en  esas condiciones. Estamos en el peor de los mundos posibles Cuando la  importación se hace cada vez más difícil, y cuando escasean las divisas  petroleras. Aumentará el descontento si faltan los productos necesarios para  alimentar a la población.
-¿Se puede producir un estallido social por  escasez de alimentos y por la brutal subida de precios?
-No creo que  a corto plazo pueda ocurrir un estallido social, pero si la escasez se prolonga,  se acentúa, como todo parece indicar, la defensa natural del ciudadano, por mera  subsistencia, puede provocar un estallido. Lo hemos visto con el saqueo de un  almacén de alimentos en Sabaneta, la tierra natal del presidente Chávez. Puede  ocurrir que la gente, incluidos los propios seguidores del presidente Chávez, se  eche a la calle para conseguir alimentos. Recuperar la capacidad de producción  no se consigue de la noche a la mañana. El propio ministro de Agricultura ha  dicho que para que haya un equilibrio alimentario se requieren siete u ocho  años.
-¿La gente puede aguantar siete años con escasez?
-En  siete años se mueren los niños y los ancianos. 
-¿El Estado podrá  mantener tantos subsidios?
-Mientras el precio del petróleo siga con  precios muy altos. Si el crudo llegara a 70 dólares barril, un precio razonable  y posible, no podría sostenerse el Estado. Y la política de subsidios de Chávez  tampoco podría continuar en las mismas condiciones. El crecimiento del gasto  público es insostenible. Al comienzo del mandato de Chávez era de unos 15.000  millones de dólares, ahora llega a unos 80.000 millones de dólares. Si  tuviéramos una capacidad de producción de más de 3.400.000 barriles de petróleo  al día, como en el pasado, podríamos estabilizar la economía. Pero no la  poseemos. El paro general de diciembre de 2002 y enero de 2003 causó mucho daño  a la compañía estatal petrolera PDVSA en instalaciones y pozos, que se agravó  con el despido del 40 por ciento del personal más cualificado, técnicamente más  preparado y con mayor experiencia. Además, a la industria petrolera se la ha  cargado con tareas que no le corresponden: proyectos sociales y económicos,  compra y venta de alimentos, servicios de salud. PDVSA financia la  nacionalización de empresas. Todas esas funciones que asume PDVSA ponen de  relieve la incapacidad administrativa del gobierno. Esas tareas corresponden a  organismos del gobierno, no a una petrolera. El gobierno no es competente para  gestionar. Cree que PDVSA es capaz de resolverlo todo, lo cual es un grave  error. PDVSA debe encargarse de producir y vender petróleo en buenas  condiciones, lo que no está ocurriendo.
-¿Cuánto petróleo exporta  PDVSA?
-Aunque el gobierno dice que sigue produciendo por encima de  los 3.300.000 barriles al día, según cifras de la OPEP y de la Comisión  Internacional de la Energía, la capacidad de producción de PDVSA es de unos  2.500.000 barriles al día. El consumo interno ha aumentado a 800.000 barriles  diarios, se incrementó con la importación masiva de coches. En sólo dos años han  entrado medio millón de coches nuevos. Y este año se importarán otros 200.000.  El gobierno regala 100.000 barriles diarios a Cuba. ¿Qué nos queda para  exportar? Unos 1.700.000 barriles diarios. A 70 dólares serían 43.400 millones  de dólares al año. En 2007 nos gastamos en importaciones 44.000 millones de  dólares. Y en importaciones indirectas otros 6.000 millones. Este año no bajarán  de los 50.000 millones. Si añadimos el servicio de la deuda externa, con el  petróleo a 70 dólares no se podrían afrontar los pagos. ¿De dónde saldría lo  restante? De las reservas de divisas, que ascienden a 33.000 millones de  dólares. Las reservas operativas para el pago día a día al exterior no llegan a  25.000 millones, alcanzan para seis meses de importaciones. La deuda es de unos  67.000 millones de dólares (el diario "Reporte Económico" informaba el pasado  jueves que la deuda externa ascendía ya a 76.000 millones de dólares). Cuando  Chávez llegó al poder la deuda externa era de 20.000 millones. Si se suma la  deuda directa de la República a la deuda de PDVSA, que es parte del Estado, se  llega a esa cifra. Eso sin tener en cuenta la cuantiosa deuda interna que es  internacional, porque emite títulos en deuda extranjera.
-¿Por qué el  empresario no invierte si hay demanda insatisfecha?
-Porque no hay  confianza. Las oportunidades de inversión son magníficas por la alta demanda.  Pero el empresario no se arriesga por las amenazas, controles y coacciones del  Gobierno. Como no hay producción y aumenta la demanda sube la inflación. Los  costos aumentan, los rendimientos disminuyen, los precios van al alza. No se  realizan inversiones para aumentar la producción y atender la demanda. Las  transacciones financieras, el crédito, el manejo del dinero, los valores, son  indispensables en una economía de mercado como la nuestra. Pese a lo que diga el  presidente Chávez, Venezuela sigue teniendo una economía de mercado, aunque con  una alta participación del Estado. 
-¿La empresa privada podrá  sobrevivir?
-La participación privada en la economía venezolana  continúa siendo determinante. El 70 % del PIB del país procede del sector  privado. Los impuestos al sector privado aportan al Estado más ingresos que el  petróleo. Y la ocupación que proporciona el sector privado es aún más importante  que los empleados del Estado. Lo más difícil de cambiar en una sociedad es la  mentalidad. La mentalidad del venezolano sigue siendo individualista, busca su  propio bienestar. Como todo el mundo, aspira a su casita, a su coche, a un buen  empleo
 Eso no es socialismo. Aquí no es posible implantar un régimen como el  cubano. El régimen castrista no encaja en la mentalidad del venezolano. La gente  aspira a ascender, a mejorar su vida.
-¿Qué transformaciones ha  realizado el presidente Chávez en los nueve años que lleva en el  poder?
-Las transformaciones no se ven. En Venezuela hay necesidad de  cambios profundos, son necesarios en la vida económica, política, institucional,  social y cultural. La gran crisis que este país arrastra por años sigue  persistiendo con diferentes tonalidades. Por ejemplo, los partidos políticos  convencionales continúan postrados, apenas dan señales de vida. Han surgido  movimientos no partidistas, como el estudiantil, que tienen gran vigor. Hay  necesidad de una reforma profunda de las organizaciones políticas existentes,  con una nueva concepción de la vida pública, con una democracia abierta, social,  participativa.
-¿La llamada revolución bolivariana ha hecho algo  positivo?
-En primer lugar el término revolución no es aplicable. Lo  que ha hecho el presidente Hugo Chávez en Venezuela no es una revolución. Una  revolución significa un cambio profundo en las estructuras económicas, en los  valores, en las instituciones, en el comportamiento y en la mentalidad de la  gente. Eso no ha ocurrido. La estructura económica sigue siendo la misma.  Tenemos una economía de mercado mixta, en la que el Estado tiene preponderancia  porque maneja el negocio petrolero, base de la economía nacional. Y ahora más  que ayer, porque dependemos más que nunca del petróleo. La economía es menos  diversificada. 
-¿Chávez habría mantenido su popularidad sin el alto  precio del petróleo?
-El petróleo es el que determina los actos del  gobierno. Sin el auge de los precios del petróleo la situación sería otra. ¿Qué  hubiera hecho el presidente Chávez sin los recursos petroleros que le han  permitido subsidiar a los sectores populares? Gracias al incremento en la  cotización del crudo hubo un aumento del ingreso social, que no se ha  correspondido con un crecimiento real de la producción. Esto plantea una brecha  entre la capacidad de consumo y de producción. Brecha que toma la forma de  escasez aguda de artículos esenciales de consumo, en especial alimentos. Y todo  ello con alta inflación. Ese aumento del ingreso es transitorio, sin base,  porque no se sustenta en una contribución real de los subsidiados al producto  nacional.
-¿Qué pasaría si baja el precio del  petróleo?
-Los pobres serían más pobres que antes. Su subsistencia  queda en el aire. Esa forma de repartir los ingresos petroleros, sin  organización, sin un plan para aprovechar la bonanza transitoria, no convierte a  los subsidiados en productores, trabajadores, consumidores. Al contrario, tanta  dádiva ha traído cierta descomposición moral. La gente espera recibir ingresos  gratuitos sin esfuerzo. Personas que antes trabajaban han dejado de hacerlo. Ya  no quieren trabajar porque reciben un subsidio gratis.
-No trabajan  pero tampoco emigran al exterior, como en los demás países del continente hace  la gente de pocos recursos.
-Es una mentalidad popular de poco  esfuerzo que han contribuido a crear economistas y políticos importantes. A la  gente le han metido en la cabeza la creencia de que Venezuela es un país rico y  que el venezolano debe recibir una paga sin trabajar. Por ejemplo, Alfredo  Machado Gómez, que fue presidente del Banco Central de Venezuela en los años 60,  economista muy competente, sostenía la tesis de que como el petróleo es un bien  común del país, hasta cierto punto los venezolanos estaban emancipados del pago  fiscal porque ya contribuían con la cuota que les correspondía de la riqueza  petrolera. Esa mentalidad es lo que la gente capta.
-¿El venezolano  sigue creyendo que puede vivir sin trabajar?
-Al venezolano le han  dicho: "Yo soy copropietario de los recursos petroleros, por consiguiente no  estoy obligado a una contribución, al sostenimiento del Estado. Más bien el  Estado debe sostenerme a mí como copropietario de los recursos que maneja". Esto  permitiría explicar la no contribución al impuesto sobre la renta pero no  justifica que no paguen otros impuestos. Aquí se ha planteado la tesis de que el  Estado es independiente del contribuyente, a diferencia de otros países en los  que el Estado depende de ellos y, por lo tanto, debe rendir cuentas. En  Venezuela se ha pretendido que el Estado sea independiente del contribuyente,  para no estar obligado a dar explicaciones efectivas sobre el manejo de los  recursos. No es así. Esos ingresos petroleros que maneja el Estado son de  propiedad común de los venezolanos, el Estado tiene que rendir cuentas, sólo es  un administrador de esos bienes. Pero nunca ha rendido cuentas. Perdone esta  larga digresión, necesaria para que el lector de "La Vanguardia" entienda lo que  ocurre en este país. Seguimos subsidiados por el petróleo. Y nos consideramos  emancipados del esfuerzo de contribuir a la riqueza social. He escuchado decir  "para qué vamos a trabajar los venezolanos si tenemos la riqueza petrolera, que  trabajen los extranjeros. Ellos sí que tiene que trabajar, los extranjeros  vienen acá a trabajar. Y nosotros vamos a disfrutar de la riqueza petrolera".  Una mentalidad poco edificante desde el punto de vista moral.
-¿Chávez  ha reducido la pobreza?
-No. Ahora hay más pobres que antes. Los  subsidios de Chávez mantienen en la pobreza al venezolano pobre. No lo sacan de  la pobreza. Chávez da dádivas pero no proporciona puestos de trabajo, vivienda  digna, buena educación, Si aumenta o no la pobreza depende del concepto que  tengamos y del baremo que apliquemos. La pobreza no significa únicamente que la  gente tenga más dinero para gastar sino que también pueda sostenerse con sus  propios medios con un puesto de trabajo, con una vivienda estable, con servicios  de salud y educación. El ser subsidiado de manera transitoria y aleatoria no lo  emancipa de la pobreza. Por eso digo que con Chávez hay más pobres que antes. Se  ha multiplicado la gente que vive del Estado sin contribuir a la riqueza social.  Simplemente es un beneficiado de los subsidios. 
-Venezuela lleva años  con alto crecimiento económico.
-Alto crecimiento, pero sin sustento  real. Ese crecimiento está basado en el aumento de la capacidad de compra  gracias a los subsidios, y no en un aumento de la producción. La capacidad real  de la economía se ha deteriorado sensiblemente en los últimos años, sobre todo  la base agrícola e industrial. El valor de la moneda está expuesto a un  deterioro frecuente. Cuando en mayo de 1994 asumí la dirección del BCV, el tipo  de cambio estaba fijado en 170 bolívares por un dólar. Ahora estamos  oficialmente en 2.150 bolívares por dólar. Sin control de cambio estaría muy por  encima. Está prohibido referirse al mercado paralelo del dólar, no se puede  hablar en la prensa de su alta cotización en el llamado mercado negro, pero  tiene una influencia decisiva en el cálculo económico. Los precios, los valores,  las inversiones se calculan en función de la cotización del dólar en el mercado  paralelo. La especulación está desbordada por la escasez. Hay anarquía de  precios. El control de precios no considera la realidad del mercado, se fijan  precios inferiores al costo.
-Cuando Chávez llegó al poder tenía como  principal objetivo erradicar la corrupción. ¿Se ha avanzado en ese campo?  -La corrupción se ha extendido, no se ha avanzado nada. La corrupción con Chávez  es de nuevo tipo, de nuevos actores, de nuevos beneficiarios. En la dictadura de  Marcos Pérez Jiménez la corrupción funcionaba con una especie de normativa.  Todos los contratos eran castigados con una mordida del 10 %. Estaba asumido y  todos lo tenían calculado. La corrupción beneficiaba a una cúpula. El sector  medio del Estado no podía participar. Había corrupción pero se hacía mucha obra  pública. Las dictaduras en eso son eficaces. En los ocho años y pico que Pérez  Jiménez estuvo en el poder, el máximo presupuesto que administró fue de 3.000  millones de bolívares. Con ese dinero, cambió las infraestructuras del país,  infraestructuras que aún funcionan. Pérez Jiménez dejó en caja 2.700 millones de  bolívares y las reservas del BCV ascendían a 1.400 millones de dólares.  
-Chávez no para de repetir que hubo mucha corrupción durante la IV  República. 
-Con la restauración de la democracia en 1958 la  corrupción se generalizó, se democratizó. Aumentó la gente que se beneficiaba,  no era sólo la cúpula. Aquella corrupción también fue compatible con avances en  el campo social, económico, cultural, político. Y era discreta. No había  exhibición ni ostentación de los bienes mal habidos.
-¿Cómo afronta  Chávez la corrupción? Ya lleva más tiempo en el poder que Pérez  Jiménez.
-La corrupción con Chávez tiene otras características. Son  nuevos corruptos, los viejos corruptos han tenido opción de seguir robando si se  pliegan al régimen. Los nuevos corruptos son adictos al gobierno de Chávez. En  ellos incluyo a empresarios, militares, funcionarios, políticos, que reciben  contratos, prebendas y beneficios en proporciones mucho mayores que en el  pasado. Con la circunstancia de que no hacen nada por el país, no traducen en  obras el dinero que se les entrega de los ingresos petroleros, ni siquiera  parcialmente. Y, encima, son ostentosos. Hacen una ostentación escandalosa de  bienes ilícitos. Escandaloso. El propio presidente Chávez lo ha dicho muchas  veces. En ese sector son usuales esas grandes camionetas que cuestan 200.000  dólares, tienen tres o cuatro a la vez. Un ex agregado militar en Argentina se  compró un coche deportivo de 300.000 dólares. Esa es la corrupción actual.  Primero, corrupción sin eficacia en obras. Segundo, corrupción de nuevos  corruptos, e roban rápido. Tercero, la ostentan, no la ocultan. Más bien tienden  a mostrar su riqueza. Es una corrupción sin control. La contraloría general de  la República (fiscal de cuentas) no funciona, es inexistente. La Asamblea  Nacional aún controla menos.
-Con Hugo Chávez en el poder usted estuvo  más de siete años al frente del Banco Central de Venezuela. ¿El presidente  respetaba su autonomía?
-Con Chávez el BCV ha perdido autonomía por  la vía de los hechos y legalmente. Antes de la reforma de la ley del BCV de  2005, el banco tenía plena autoridad sobre las reservas monetarias  internacionales. Era el receptor único de las divisas petroleras. Tenía la  prohibición legal de darle crédito al gobierno. Después de la reforma, esas  reservas internacionales ya no son del dominio único del BCV sino que están  sometidos a una restricción. Cuando se llega a cierta cantidad, llamado nivel  adecuado de reservas, lo que se considera dinero excedente debe ir a una  institución del gobierno llamada FONDEN (Fondo Desarrollo Nacional). Ese nivel  de reservas se ha fijado en 29.000 millones de dólares, lo cual me parece  inapropiado. Seis meses de importaciones equivalen a 25.000 millones de dólares,  el servicio de la deuda externa es de 8.000 millones. Aunque las reservas  internacionales no tienen encaje en la circulación monetaria, en la práctica es  así. El valor del bolívar no ha caído más porque se considera que las reservas  están ahí para respaldarlo. Y si esas reservas caen la confianza se debilita. La  moneda está respaldada por las reserva y por la capacidad productiva del  país.