ARTES MENORES DE PEDRO GANDOLFO RECOMENDADO POR JOSE MANUEL RIED
José Manuel Ried hace nun excelente trabajo con la obra de Pedro Gandolfo . Artes Menores y que publicara en Lasegunda.com - que comparto con Uds. Demás está decir que soy un seguidor de los artículos de Ried Undurraga. Veamos
Casi siempre es posible rescatar  algo de la frondosa variedad de libros que se me van abriendo día a día. Ideas,  inspiraciones o un buen rato de callada diversión. 
La mayoría de los libros que  pasan por mis manos están relacionados directa o indirectamente con el derecho.  Reconozco que muchos de ellos son insufriblemente tediosos, pomposos,  repetitivos e inútiles. Por lo mismo, qué placer encontrar un libro o un  artículo con una propuesta inteligente planteada en forma amena. 
   "Artes Menores es un conjunto de  ensayos muy breves sobre, precisamente, las artes menores. No hay batallas entre  elfos y enanos, no hay conjuras internacionales religiosas ni divagaciones sobre  el fin de la historia. Gandolfo, en su estilo de poética sencillez, nos entrega  impresiones sobre nuestros pequeños placeres, ocupaciones y afanes de cada día.  Por ejemplo, dedica dos ensayos, no más de dos páginas cada uno, sobre “callar”.  A continuación vienen otras artes menores, tales como enfermarse, no ser  pedante, dormir, ver dormir, decir adiós o sentir tibieza". 
   
 
Mi velador, sin embargo, es zona  prohibida para libros jurídicos. De entre los libros que lo pueblan suelo  picotear las materias más diversas: mitología, sicología, cómics, clásicos de la  literatura, libros para niños, dependiendo de lo que me vaya pidiendo el  espíritu. Y es que al igual que sucede con la música, hay libros para distintos  estados de ánimo, para ser leídos en distintos lugares y en diferentes épocas  del año.
Permítame recomendarle un libro  de invierno, Artes Menores de Pedro Gandolfo. Especial para un domingo  lluvioso.
Artes Menores es un conjunto de  ensayos muy breves sobre, precisamente, las artes menores. No hay batallas entre  elfos y enanos, no hay conjuras internacionales religiosas ni divagaciones sobre  el fin de la historia. Gandolfo, en su estilo de poética sencillez, nos entrega  impresiones sobre nuestros pequeños placeres, ocupaciones y afanes de cada día.  Por ejemplo, dedica dos ensayos, no más de dos páginas cada uno, sobre “callar”.  A continuación vienen otras artes menores, tales como enfermarse, no ser  pedante, dormir, ver dormir, decir adiós o sentir tibieza.
Para su disfrute, le transcribo  un trozo de “Sentir tibieza”
“La tibieza de la habitación de  mi infancia, aquella cautivante de las sábanas y de los cuerpos, o la tibieza  justa del vino tinto vienen a mi memoria como el anverso feliz del frío que me  hacía castañetear los dientes en las mañanas de invierno al marchar al colegio,  o de aquel otro del mar de Reñaca, que parecía triturar mis pobres huesos en los  veraneos , o de ése, infinitamente más terrible, posado sobre la mano del abuelo  muerto.
Acaso por esa íntima y temprana  asociación entre el frío y la muerte es que no escatimo recursos en invierno –  ni aun costa de incomodidades, transgresiones estéticas e impudicias – para  lograr un mínimo de tibieza. Considero un defecto imperdonable de la  hospitalidad chilena el descuido de este tema: cualquier choza tibia me parece  más agradable que ese lujoso departamento o casa donde paso la elegante velada a  punto de tiritones”.
No va a encontrar en este libro  las desopilantes reflexiones de Seinfeld sobre los detalles cotidianos, ni las  fascinantes instrucciones para darle cuerda a un reloj o para estornudar de los  Cronopios de Cortázar, sino que un relato, desde el fondo de un alma, de estas  pequeñas verdades fundamentales, sobre las que se construyen las otras más  ruidosas.
En resumen, un libro para leerse  un día frío, sin apuros, sin necesidad de seguir el orden de sus páginas, ojalá  mientras se disfruta la tibieza de una chimenea de invierno, como le gustaría a  su autor.
Un libro escrito en prosa  inteligente por un poeta de las cosas sencillas.
(*) Magíster en Derecho, Cornell  University
Abogado. Guerrero Olivos Novoa y  Errázuriz
Profesor Derecho UC  
Un excelente artículo de José  Manuel Ried, saludos , Rodrigo González Fernández,  Consultajuridica.blogspot.com
 
 
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