ENTREVISTA  | MARIE MONIQUE ROBIN
'Si eres el propietario de las semillas, como  Monsanto, la alimentación del mundo está en tus  manos'
Según  la autora, muchos campesinos están a expensas de las prácticas de Monsanto.  FOTO: AP
Actualizado  viernes 21/11/2008 16:18 (CET)
CHARO  MORA
Acaba  de publicarse en España la traducción al castellano de 'El mundo según Monsanto'  (Ed. Península), el último trabajo de Marie Monique Robin, periodista  independiente de 48 años, con tres hijas que adora y 25 años de trayectoria en  el periodismo de investigación a sus espaldas. El libro se centra en la  actividad que desempeña la multinacional Monsanto en todo el  mundo.
El  volumen es el fruto del trabajo de tres años viajando por los cinco continentes,  en los que resulta casi imposible no toparse con dos de los elementos que  controla la multinacional: las semillas (tiene patentadas el 90% de las  existentes) y el Rondup, el insecticida más utilizado del mundo, cuyas  consecuencias tóxicas no se conocen.
§      Posee  una extensa carrera como periodista de investigación caracterizada por el  compromiso. ¿Siempre tuvo clara esta línea de trabajo?
MARIE  MONIQUE ROBIN Escogí  esta profesión porque con la información el público conoce y puede tomar  decisiones. Por otra parte, hay dos temas que me han preocupado siempre mucho  por mi origen familiar, ya que soy hija de campesinos y de una familia cristiana  muy comprometida con la cuestión de los derechos humanos. Por ello, he trabajado  sobre dos ejes: el de la agricultura, biodiversidad y medio ambiente, y los  derechos humanos. El caso de Monsanto cubre los dos temas.
§      ¿Cómo  surge la idea de hacer este documental y el libro?
Llegó  de manera casual. Hice tres documentales para la cadena francoalemana Arte sobre  la biodiversidad, amenazada por las prácticas agroindustriales y su uso de  fertilizantes, pesticidas y las plantas de alto rendimiento. Entonces, me topé  con el tema de las patentes. Viajaba por todo el mundo y me encontraba siempre  con Monsanto, que en aquellos años ya contaba con más de 600 patentes de  plantas. En el documental cuento la historia de un granjero americano que se fue  a México y conoció unos frijoles amarillos que no había visto nunca, compró un  paquete de semillas y los sembró en Colorado. Los patentó en Washington y los  campesinos mexicanos, que habían sembrado y cultivado este producto toda su  vida, no podían ya hacerlo sin pagar a ese hombre.
§      Pero  ¿se pueden pedir derechos sobre formas de cultivo tradicionales?
Hasta  principios de los años 80 no se podían patentar organismos vivos, y la ley de  1951 así lo dice. Pero a finales de esa década un ingeniero que trabajaba para  la General Electric manipuló una bacteria que se suponía que servía para  descontaminar terrenos y pidió una patente a la oficina de Washington, que se la  denegó. Acudió al Tribunal Supremo, que se la concedió bajo la famosa frase  'todo lo que esté bajo el sol y haya sido tocado por la mano del hombre puede  ser patentado'. Eso abrió la puerta a la privatización de lo vivo y los OGM  (organismos genéticamente manipulados).
§      ¿Las  consecuencias?
Si  se acepta que se patenten las semillas transgénicas, las consecuencias son  dramáticas, pues los agricultores no pueden conservar una parte de la cosecha  para sembrarla al año siguiente. Deben comprarlas cada año. Esto significa que  los transgénicos en las manos de Monsanto son un medio para apoderarse de la  semilla, que es el primer eslabón de la cadena alimenticia. Si eres el  propietario de las semillas, eres el propietario de la alimentación del mundo, y  esa es la meta de Monsanto.
§      ¿Se  trata pues de una neocolonización?
Es  más que eso, pues se hace propietaria de la vida en todos sus aspectos, de lo  que la gente come, de las medicinas que la curan y de todo lo que hace que el  hombre viva, es hacerse propietario de la vida. He conocidos casos en EEUU y  Canadá, donde muchos agricultores tienen juicios con Monsanto porque sus campos  han sido contaminados de transgénicos por polinización, y fueron condenados a  pagar a la multinacional.
§      ¿Nos  enfrentamos entonces a un sistema que prioriza la protección de la propiedad  privada por encima de los derechos humanos?
Monsanto  está comprando todas las empresas semilleras del mundo, imponen las transgénicas  patentadas y así van colonizando.
§      ¿Qué  hace tan peligrosos a los transgénicos?
El  70% está preparado para absorber Rondup, un poderoso insecticida también creado  por Monsanto, y nunca hubo estudios para comprobar cuáles eran las consecuencias  para la salud de las plantas fumigadas con ese insecticida. Cuando Monsanto se  lanza a los transgénicos desde el principio pretende hacer plantas resistentes a  él, no a la sequía u otras cosas. Sabía que en 2000 perdía la patente y, como es  el pesticida más vendido del mundo, quería seguir haciendo negocio. ¡No se trata  de hacer un transgénico para vencer el hambre en el mundo, eso es una  mentira!
Lo  sé pues he pasado años investigándolo. Esta idea se la da una agencia de  comunicación ubicada en Inglaterra, con el objetivo de que cambie la opinión  negativa que se tiene en Europa de los transgénicos. Por cierto, es la misma  agencia que llevó la imagen de la copa del Mundo de Argentina en el 78,  contratada por la junta militar.
§      ¿La  lucha del siglo XXI va a ser por los alimentos y el agua?
Sí,  por el control privado de los alimentos y el agua.
§      ¿Qué  es lo que más le impresionó al investigar para el libro?
Las  consecuencias de los cultivos transgénicos a gran escala, como lo que vi en  Paraguay, donde se fumiga desde el aire sobre los campos de pequeños campesinos  matando sus recursos. En el documental aparece un niño con las piernas  completamente quemadas por el pesticida, de caminar en los campos de soja. Los  campesinos tienen que dejar sus tierras e irse a la ciudad a vivir de la basura.  Este modelo es el del hambre organizado.
§      Dadas  las circunstancias ¿qué podríamos comer a día de hoy?
Tengo  previsto hacer otro documental y otro libro sobre el origen medioambiental de la  epidemia de cáncer y Parkinson que vamos a ver en los próximos años. El primero  se llamará 'El cáncer está en el plato'. Vegetales y frutas tienen residuos de  productos químicos tóxicos cuyos efectos no han sido analizados. Es evidente que  estamos en el inicio de una epidemia de cáncer, hay expertos que me han dicho  que ya se calcula que uno de cada dos europeos va a tener cáncer. Hay que  cambiar la manera de comer, es la única solución.
CONSULTEN, OPINEN , ESCRIBAN LIBREMENTE
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en RSE de la ONU
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