Por Fabiana Frayssinet
RÍO DE JANEIRO, nov (IPS) - Con un mayor acceso de la población más pobre a los bienes de consumo y veranos anticipados por los cambios climáticos, Brasil afronta el desafío de mejorar su red energética para evitar más apagones como el que el martes 10 dejó a oscuras a casi medio país.
La palabra  vulnerabilidad era la que expresaban los pocos transeúntes que  se atrevían a circular en la oscuridad casi total por las calles en la jornada  en que Brasil quedó sin energía eléctrica. 
Vulnerabilidad por "cómo es  que se apaga la luz de la mitad de Brasil y por tanto tiempo", según la  profesora Janette Lenine. 
Vulnerabilidad porque un simple vendaval deje  a oscuras a las principales economías del país, según el testimonio del empleado  Felipe Medici. 
Vulnerabilidad al fin, según los  especialistas de energía, dejada al descubierto por el mayor apagón de los  últimos 10 años, que causó numerosos trastornos urbanos como la falta de  transporte, el congestionamiento de tránsito, problemas de comunicación,  accidentes y el desabastecimiento de otros servicios esenciales como el agua.  
La caída de las generadoras interrumpió 45  por ciento del abastecimiento energético, afectando a unos 60  millones de los casi 190 millones de brasileños por más de tres horas en 18  estados (provincias). 
Los argumentos del  gobierno del izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva no dejaron satisfechos a  muchos. Según su ministro de Energía y Minas, Edison Lobao, la causa del  "accidente" fue un fenómeno meteorológico fuera de lo normal  
Una conjunción de rayos, lluvias y vientos muy fuertes  provocó un cortocircuito en tres líneas de transmisión que unen el complejo  hidroeléctrico de Itaipú, compartido con Paraguay, en el sureño estado de  Paraná, con la subestación de Itaberá, en el estado de Sao Paulo, y la  consecuente desconexión total de la planta, por primera vez en su historia.  
Itaipú produce cerca de 20 por ciento de la  energía eléctrica que usa Brasil y casi 90 de la de su vecino Paraguay.  
En Brasil es fundamental para abastecer una de las  regiones más ricas del país, como es la del sudeste, con estados económicamente  importantes como Río de Janeiro y Sao Paulo. 
"Hubo un cortocircuito en  los tres circuitos que vienen de Itaipú", explicó al ministro tras aclarar que  se desconectaron las otras dos líneas de transmisión restantes para evitar que  el problema no se propagase. 
"El sistema (de interconexión) eléctrica es  bueno", dijo, y lo comparó con un avión, que es "una de las máquinas más  perfectas que la humanidad creó, y también se cae". Luego subrayó Lobao que el  de Brasil no fue el único apagón en el mundo causado por fenómenos climáticos.  
Pero el avión, según Luiz Pinguelli, director del Centro de Postgrado de  Ingeniería de la Universidad Federal de Río de Janeiro, puede hasta caer por un  rayo, pero no arrastrar consigo a toda una flota. 
"Hay tres líneas de  Itaipú hacia el centro-sur del país. Si cae una línea, las otras dos tendrían  que tener una forma de asegurar parte importante del sistema", declaró a IPS  Pinguelli, ex presidente de la empresa estatal Electrobrás. 
Para el  experto, es necesario una mejor administración del sistema de energía eléctrica  para evitar la propagación de un problema en "una dimensión tan grande".  
"El sistema tiene que ser más inteligente. Es normal  que caiga una línea, no hay como evitarlo. Pero esta vez fue demasiado. El  apagón fue demasiado grande", acotó. 
El  accidente tuvo lugar apenas tres días después de otro que afectó varios barrios  de Río de Janeiro el fin de semana, y que la empresa distribuidora Ligth  atribuyó a la sobrecarga del sistema. 
"No pueden alegar  que las personas compran heladeras. Tienen que hacer una previsión porque como  concesionaria está obligada a ofrecer energía. La firma no puede decir que el  consumidor no puede comprar aparatos de aire acondicionado", cuestionó  Pinguelli. 
Como parte de una política de estímulo al consumo para  combatir los efectos de la crisis financiera internacional en curso, el gobierno  de Lula redujo este año impuestos de los aparatos electrodomésticos causando así  un récord de ventas. 
El fin de semana, ante temperaturas más altas de lo  habitual para esta época del año y que llegaron a los 40 grados, el aumento de  las compras de estos productos llevó al desabastecimiento en muchas tiendas de  Río de Janeiro. 
Adriano Pires, director del Centro Brasileño de  Infraestructura, tampoco, como Pinguelli, cree en rayos y centellas como causa  del accidente, aunque sí en el encendido simultáneo de heladeras y aparatos de  aire acondicionado, que habrían llevado al derrumbe del sistema por sobrecarga.  En entrevista con IPS, el experto en energía lo atribuye a causas estructurales.  
"Yo creo que lo que ocurrió en Itaipú  muestra que es necesario hacer inversiones para la ampliación de las líneas de  transmisión y para una gestión más moderna", sostuvo, al conjeturar que lo que  probablemente ocurrió fue una sobrecarga del sistema en una época inusual de  calor. 
"La población tiene hoy un acceso mucho mayor a  electrodomésticos como aires acondicionados y heladeras y se registró entontes  una sobrecarga y el sistema no esta preparado para eso y derrumba redes",  analizó. 
Pires añadió que el apagón debe servir para que el gobierno  retome las inversiones en infraestructura para acompañar el crecimiento  económico. 
"Cuando el mundo tuvo un alto crecimiento económico y había  gran liquidez financiera en el mercado internacional, se debió haber aprovechado  esa fase para modernizar nuestra infraestructura que es muy precaria", agregó.  
El gobierno de Lula lo desmiente y atribuye a razones electorales las  críticas sobre falta de inversiones, entre otras las del candidato a la  presidencia de Brasil, el oposición y hoy gobernador de Sao Paulo, José Serra.  
La candidata oficialista para las elecciones de octubre de 2010, la jefa  de la Casa Civil (especie de primer ministra), Dilma Rousseff, fue hasta 2005  precisamente ministra de Energía. 
En la época del antecesor de Lula, su  rival Fernando Henrique Cardoso (1995-2003), hubo una serie de apagones que  culminaron en un gran racionamiento energético en 2001. 
Pero Lula  asegura que su gobierno superó esos problemas y que las causas del reciente  apagón no tienen nada ver con las del pasado. 
"Lo que ocurrió en 2001 es  que no se producía energía suficiente. Y además no teníamos líneas de  transmisión para inter-ligar todo el sistema eléctrico brasileño. Hoy tenemos el  sistema totalmente inter-ligado", se defendió Lula, mientras su ministro da como  cifra un 98 por ciento. 
Según Lula, en los últimos siete años se  invirtió en concepto de líneas de transmisión 30 por ciento de lo que se había  hecho en 123 años. 
Jean Paul Prates, secretario de Energía del gobierno  de Río Grande do Norte, coincide con algunos argumentos oficiales, por ejemplo  los que atribuyen a un fenómeno meteorológico anormal el perjuicio en las líneas  de transmisión. 
En ese sentido, llama la atención inclusive en la  rapidez en que reaccionó el sistema para volver a al normalidad, comparándolo a  otros eventos similares en Estados Unidos y Europa. 
Pero Prates, quien  fomenta en su estado la producción de una energía limpia, como es la eólica,  cuestiona también la deficiencia en el sistema de transmisión.  
Deficiencia que no se corrige pese a las licitaciones de transmisión  impulsadas por el gobierno federal, pero mucho menos rápidas que las necesidades  de satisfacción de la demanda energética creciente. 
"Para diciembre  tenemos en Río Grande do Norte una oferta de más de 4.000 megavatios de energía  eólica, pero no tenemos líneas de transmisión para llevar esa energía", ilustró  al referirse a la primera licitación nacional para producir energía eólica, que  tendrá lugar el 14 de diciembre. 
Con el mayor potencial de oferta  energética eólica del país, que llegan a unos 22.000 megavatios equivalentes a  "dos Itaipús", Rio Grande do Norte también quiere "exportar" electricidad a  otros estados vecinos. 
Su estado, que es el último en la red de  transmisión, tuvo 28 municipios afectados por el apagón durante 22 minutos.  Según Prates, si cada estado pudiera aumentar su potencial de producir energía,  se evitaría la necesidad de transportarla con sus consecuentes riesgos de  transmisión y costos. 
"Tenemos nota 10 en potencial eólico, pero apenas  cuatro en líneas de transmisión", calificó al reforzar la necesidad de impulsar  otros tipos de energía. El 80 por ciento de la energía brasileña proviene de  represas hidroeléctricas. 
El secretario dice que otras energías  alternativas limpias como la eólica, podrían aliviar el sistema del sur y evitar  problemas como el reciente apagón. 
Pero para ello reclama una  mayor atención del gobierno de Lula a efectos de una planificación energética  nacional. Pide que además de escuchar a las distribuidoras de energía consulte  también a las secretarias de Energía de los gobiernos  provinciales.(FIN/2009)
CONSULTEN, ESCRIBAN OPINEN LIBREMENTE
Saludos
RODRIGO GONZALEZ FERNANDEZ
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
DIPLOMADO EN GESTION DEL CONOCIMIMIENTO DE ONU
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