 
  Larraín, Fernando
Director Magíster en Gerencia
y Políticas  Públicas
Universidad Adolfo  Ibañez
Martes 26 de Enero de 2010
¿Qué esperar del  Presidente electo?   
Luego de la fiesta democrática que  vivió Chile el 17 de enero han aparecido  nuevos referentes y figuras, y caído personajes emblemáticos de los partidos. Se  ha hablado de cambios, de continuismo y de creación de consensos. También se han  mantenido algunas indefiniciones que esperamos se aclaren en los próximos días.  Pero por sobre todo existen millones de chilenos y chilenas, incluidos los que  no votamos por el Presidente electo, que tienen esperanzas en lo que pueda hacer  este nuevo gobierno. 
 Todos  estamos de acuerdo que cuatro años se pasan rápido. Y en este período no se  pueden hacer cambios radicales en todos los sectores. Es cierto que hay  prioridades a nivel nacional, así como también es cierto que las agendas  políticas marcan pauta. Al ver las primeras intervenciones y salidas a terreno  del Presidente electo, uno podría anticipar que los temas prioritarios serán los  que tienen que ver con seguridad y empleo. Bien por Chile, bien por  los trabajadores. Algunos se preguntarán por la educación y los temas  culturales, mientras otros reclamarán sobre la importancia de la salud y el  transporte. Lo cierto es que en un período breve no se pueden hacer grandes  reformas en todos los sectores; sí mejoras. Sin embargo, no podemos quedarnos  sólo en el corto plazo. Chile necesita mirar hacia adelante.  Llegar al desarrollo no es cosa de crecer al 6% por un par de años. Queremos un  país con una política energética que nos entregue seguridad, pero a la vez  sustentabilidad; un chile integrado, con mayor innovación y mayor productividad;  ciudades menos contaminadas. Esto no se logra de la noche a la mañana. Hay que  construir una mirada país que trascienda a los ciclos políticos y que mire hacia  el 2030 o 2050. Para ello, la persona que conducirá Chile en los  próximos 4 años debe estar preocupada por la coyuntura, pero siempre con una  mirada hacia la visión de un país mejor. 
 Quizás la  construcción de un mejor Estado para Chile (como tituló el Consorcio de Reforma del Estado  a su libro) sea un paso importante para tener una mejor burocracia y, por  consiguiente, un país al servicio de la ciudadanía. Y en esto el nuevo gobierno,  al menos en el papel, ha mencionado que la gestión será parte importante en esta  construcción. En la actualidad, existe resistencia por parte de las élites a  desconcentrar y descentralizar el poder, además de una carencia de planes,  presupuestos y visiones de largo plazo por una falta de incentivo político. Lo  anterior ha llevado a un círculo vicioso, en donde hay una alta rotación y  clientelismo. Existe entonces un desafío político para poder avanzar hacia un  modelo de gestión menos centralizado, más articulado y mucho más efectivo. El  Presidente que asumirá en marzo tendrá que estar dispuesto a hacer cambios no  sólo de forma, sino también de fondo. 
 Uno de  los legados de la Concertación ha sido la creación de un marco regulatorio que  ha evitado una fuerte captura del Estado. En este sentido, los nombramientos que  se hagan en las superintendencias, así como las relaciones que se den entre lo público  y lo privado tendrán especial relevancia. Fortalecer e institucionalizar dicho  marco es crucial para vigorizar nuestra democracia.  
 Lograr consensos  y mantener las aguas calmadas tiene que ver con cumplir las expectativas. Los  chilenos y chilenas esperan buenas cosas del nuevo Presidente. Partiendo por la  señora Juanita, que se atrevió a caminar por la vereda del frente. El éxito de  Chile en el contexto internacional, entre otras cosas, se debe a la continuidad  de políticas exitosas. Es por ello que el nuevo gobierno tiene el desafío no  sólo de mantener, sino de fortalecer el sistema de protección social. Los  próximos años se avizoran positivos en términos económicos, pero está demostrado  que la ?teoría del chorreo? es sólo una teoría. Hay que asegurarse de que los  beneficios del crecimiento económico lleguen a todos los sectores, sobre todo a  los más vulnerables. El próximo Presidente debe tener especial cuidado con no  terminar en populismos y mero asistencialismo; los bonos se agradecen, pero los  cimientos de una sociedad justa e igualitaria se construyen creando  oportunidades que perduren en el mediano y largo  plazo.
 
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