| Cuidado con la igualdad | 
  | Lucas   Sierra (autor) 
 
 
  Sopla  en el viento un justo reclamo por igualdad . Las parejas del mismo sexo piden la  posibilidad de que el Estado formalice su voluntad de compartir su vida, tal  como formaliza la misma voluntad que manifiestan las parejas de distinto sexo.  Es justo corregir esta desigualdad. 
 Quienes se oponen a este reclamo  arguyen que la justificación básica, "natural", para reservar el matrimonio a  las parejas de distinto sexo es la procreación. Sin embargo, el Estado no les  pregunta a los novios si son estériles ni le importa que sean viejos o que,  siendo jóvenes y fértiles, hayan decidido no tener hijos. Los casa  igual.
 
 Si fueran consecuentes, quienes vinculan así matrimonio y  procreación deberían estar cuestionando el matrimonio de los estériles, de los  viejos o de los que no quieren hijos. Hasta donde sé, no se ha oído palabra en  tal sentido. Sólo se oponen a que las parejas del mismo sexo se casen por el  civil, no obstante estar, bajo esta perspectiva, en idéntica situación que una  pareja heterosexual estéril. ¿Por qué la desigualdad?
 
 El reclamo que  busca corregirla convive hoy con otro que opera en sentido inverso, pues lo que  trata de corregir es una igualdad incorrecta. Tiene que ver con la relación  entre el Estado y las universidades.
 
 La profunda reforma a la educación  universitaria a principios de los años 80 permitió la libre creación de  universidades. Sin embargo, la ley impuso una exigencia curiosa: "Podrán crearse  universidades, las que deberán constituirse como personas jurídicas de derecho  privado sin fines de lucro". Es curiosa, porque la prohibición del lucro en la  educación afecta sólo a las universidades. No se prohíbe en la educación  parvularia, básica ni media. Tampoco en la técnico-profesional. ¿Por qué sólo en  la universitaria?
 
 Como siempre pasa, una regulación con poco sentido  incentiva la forma de esquivarla. Y así ha ocurrido con varias universidades  que, mediante tinglados, lucran en torno a la educación que imparten.  Típicamente, tienen empresas relacionadas que le arriendan los terrenos en que  la universidad se instala y le prestan toda suerte de servicios. El tinglado  permite extraer los ingresos y suele rentar bien, apoyado en la seguridad que da  un flujo de matrículas y mensualidades pagadas con créditos avalados por el  Estado.
 
 ¿Ilicitud? No pareciera. Todo el tinglado está armado conforme a  la ley, y aunque las universidades no tributan los ingresos, las empresas  relacionadas sí lo hacen. Asimismo, pensar que en la educación no debe haber  lucro parece una beatería poco justificable. Históricamente lo ha habido, y hay  actividades y servicios tanto o más importantes que la educación -como los  alimentos, por ejemplo- en las que el lucro ni siquiera es cuestión. ¿Cuál es,  entonces, el problema?
 
 El problema es que la ley introduce una apariencia  de igualdad donde hay, y debe haber, desigualdad. La apariencia confunde al  público, al que se le hace más difícil evaluar la calidad y carácter de las  universidades.
 
 La experiencia enseña que la educación suele ser mejor  cuando no se organiza como negocio; es decir, cuando los ingresos se reinvierten  en el mismo proceso educativo y no se retiran como renta. Esto no significa que  necesariamente sea así ni que deba prohibirse la educación como negocio. Sólo  significa que la ley debe tratar que la desigualdad entre las distintas  universidades sea lo más evidente posible.
 
 De esa manera el público  tendrá la posibilidad de formarse un juicio más acabado, distinguiendo con mayor  claridad entre las que reinvierten sus ingresos y las que hoy los ordeñan desde  empresas relacionadas.
 
 Cuidado, entonces, con la igualdad. Bien para el  matrimonio, mal para la universidad.
 
 La ley debe tratar que la  desigualdad entre las distintas universidades sea lo más evidente  posible.
 
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Fuente:
 
CONSULTEN, OPINEN , ESCRIBAN .
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
 Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
 Diplomado en Gerencia en Administracion Publica ONU
  
      
   
 CEL: 93934521 
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