¿Qué esperan las empresas de hoy de los nuevos profesionales?
¿Qué  esperan las empresas de hoy

Para la psicóloga Mónica García, si éste era en el pasado un  aserto rotundo, en el mundo de hoy su nivel de veracidad ha bajado en más del  50%, pues muchas cosas han cambiado drásticamente o han dejado de ser. Para  muestra un botón: antes podía esperarse una razonable estabilidad en la empresa,  circunstancia favorable para fomentar una relación pseudo-vitalicia entre el  empleador y el empleado. Los cargos, además, eran definidos. El trabajo se  realizaba en un área específica, el crecimiento era lineal, las carreras de  postgrado las manejaba la propia empresa, y los trabajadores, al sentirse  cómodos en sus puestos, tendían a ser -en determinado grado-  conformistas.
Actualmente, las constantes son diametralmente opuestas:  inestabilidad laboral, cambios continuos de trabajo, responsabilidades variadas  e imprevistas, trabajo en equipo, crecimiento integral, carreras de postgrado  manejadas por uno mismo, trabajadores que no quieren estar mucho tiempo en un  mismo lugar...
Estos cambios se deben a que los grandes paradigmas del  ayer han perdido progresiva vigencia con el paso del tiempo. Anteriormente se  pensaba, por ejemplo, que sólo las grandes corporaciones daban seguridad  laboral, y que sólo ellas tenían acceso al mejor material humano. También, que  el primer trabajo por lo general iba a ser el único, que la lealtad hacia la  empresa se recompensaría con estabilidad, y que la super especialización  rendiría análogos frutos.
En el resto del mundo, las compañías están  preocupadas por recuperar el aspecto formal del entorno laboral de antaño, pero  no el contenido. Esto, debido a que se han percatado de que el activo humano de  sus estructuras es, muchas veces, irreemplazable. Hoy en día, las empresas fuera  del país ofrecen estas condiciones de trabajo a sus futuros empleados:
1) Un  ambiente de trabajo agradable.
2) Situaciones de reto constante.
3)  Posibilidades de desarrollar una carrera profesional interesante -sin menoscabo  de la vida personal.
4) La opción de emplear a un trabajador cuando éste se  retire.
Recién se está tomando consciencia en el Perú de que es necesario  que las empresas sean atractivas para sus futuros trabajadores, ya que es un  aliciente más para que estas personas sean cooptadas y, lo más importante,  permanezcan en sus puestos. Era ésta la situación que se daba el siglo pasado,  con gente que se quedaba 15 o 20 años en la misma empresa, e incluso se jubilaba  en ella. No obstante, es necesario repetirlo: sólo se están recuperando las  formas, no el contenido.
En la hora actual, las empresas son más  pequeñas, y los trabajadores contratados son más exigidos. Cabe decir que,  consecuentemente, lo que se busca es gente que haga bien las cosas para ocupar  esas plazas. Atraer y retener profesionales competentes constituye ahora el  principal desafío empresarial. La consigna es, por consiguiente, buscar gente  con talento. Lo que toca hacer de parte de los futuros trabajadores es,  entonces, dar a conocer los talentos que los diferencian. ¿Y cómo se logra  eso?.
El primer paso es determinar con un altísimo grado de certeza qué  es lo que sabemos hacer mejor que otros. ¿Por qué? Porque eso nos hace únicos y,  en-cierta-medida, indispensables. Una vez identificado nuestro talento, debemos  pulirlo -es decir, obtener como mínimo un grado académico/profesional que  refrende nuestras habilidades. Hay que recordar que la competencia ya no es sólo  a nivel nacional, sino también en el ámbito internacional.
Evidentemente,  el talento implica competencia y compromiso. Competencia en lo que se sabe  hacer, tener los conocimientos necesarios para ello; y compromiso en cuanto el  grado de voluntad que se le ponga a la labor a realizarse. En esta fase de  preparación, dominar el inglés, acreditar conocimiento del mundo empresarial,  buscar empresas reconocidas para las prácticas, trabajar en equipo y mostrar  liderazgo; ayudará mucho a mejorar nuestro perfil. Pero ello no basta.
El  segundo paso, más complejo, consiste en administrar la carrera: trazar un  objetivo profesional e investigar las alternativas sobre una base real. Ello  implica tratar de "conciliar" lo que nos gusta hacer y lo que pide/demanda el  mercado laboral.
El tercer paso, el último previo a la entrevista de  trabajo, está signado por la elaboración de nuestro plan de marketing. Es  menester desarrollar una red de contactos, darse a conocer a través de ella.  Para tal fin, hay que crearse un equipo de ventas. No se trata de vender el  currículum a todo el mundo, sino de hacerse conocer. Transmitir ese mensaje  siempre: no sabemos con quién estamos hablando, no sabemos quién conoce a quién,  etc.
Es de vital importancia tener bien claro lo que queremos antes de  lanzarnos a una entrevista laboral. Así, es altamente recomendable organizar  nuestras metas para un apropiado desenvolvimiento llegada la hora de buscar  trabajo con el currículum vitæ ya en la mano.
Fuente: Universia Perú
Rodrigo González Fernández
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