|                              | CORRUPCIÓN / Balance al desempeño              del Gobierno en busca de la probidad: ¿En qué está la agenda pro transparencia?
 
 Bruno Ebner
 
 El              escándalo Chiledeportes originó un conjunto de propuestas              anticorrupción llamadas "agenda pro transparencia". Hoy, ya sin              ruido, aparentemente dicha batería pareciera dormir en el Congreso,              mientras los expertos critican que -pese a su importancia- su              tramitación ha sido muy lenta.
 Senador Larraín lamenta que el              Gobierno haya excluido fórmulas legales para terminar con los              operadores políticos.
 Rafael Blanco se va a fines de mes y aún no              está claro quién asumirá sus funciones.
 
 
 BRUNO EBNER
 
 El arsenal de propuestas              anticorrupción, impulsado por la Presidenta Bachelet luego del caso              Chiledeportes -conocido como la "agenda pro transparencia"-, si bien              fue lanzado con estridencia, hoy en la percepción ciudadana              pareciera estar dormido.
 
 Y es que diversos actores políticos              y sociales concuerdan en que luego de todo el ruido que el combate a              la corruptela demandaba, con el tiempo se fue diluyendo hasta el              letargo.
 
 Lo que hay
 
 Hoy, de todas las propuestas de la              agenda pro transparencia sólo hay una que ya es ley, y es la que              protege al denunciante de actos de corrupción al interior de una              repartición pública. Le sigue aún en comisión mixta del Congreso el              proyecto matriz de la agenda: la ley de acceso a la información              pública, y que crea un Consejo para la Transparencia al que se podrá              recurrir tras denegarse información por un servicio.
 
 Ésta ha              tenido algunos traspiés luego que la Contraloría hiciera alcances              respecto de una eventual superposición de funciones con el futuro              consejo, pero que se han ido morigerando.
 
 Despachada esta              ley, desde este martes la misma comisión subsanará las diferencias              entre Cámara y Senado para remitir el proyecto del lobby. Aparte, en              vigencia sólo están las medidas de transparencia activa de la              Presidenta para los servicios públicos y que los obligan a publicar              en sus páginas web la nómina de sus funcionarios de planta y a              honorarios, entre otras, y que han cumplido disparmente los              ministerios.
 
 La reforma constitucional sobre la calidad de la              política recién partió la semana pasada, y se verán las              declaraciones patrimoniales de los parlamentarios y el              financiamiento de campañas.
 
 Del resto, nada aún. Las medidas              para combatir el intervencionismo electoral están sólo aprobadas en              su parte general en las comisiones de Gobierno y Constitución de la              Cámara. Del proyecto de modernización de la Contraloría -en la mira              de Sebastián Piñera-, sólo un borrador. También está pendiente la              iniciativa que mejora y profesionaliza el sistema de Alta Dirección              Pública, al que hoy se le critica por deficitario.
 
 El              diputado DC Jorge Burgos -uno de los autores de la ley del lobby-              reconoce que podría haberse tenido más urgencia, y que "había agua              en la piscina para ello", pero cree que con los anuncios "pasa lo              que pasa siempre con las agendas: parten como caballo de carrera              pero se ralentizan", dice.
 
 No obstante, advierte que cargar              sólo al Ejecutivo no sería justo pues también habría culpa              parlamentaria. Ejemplifica con que el Senado rechazara completo el              informe de la Cámara sobre la ley de acceso a la información, lo que              obligó a revisar todo de nuevo.
 
 También atribuye a la Cámara              Alta el tener durmiendo la ley del lobby, que hoy divide a ambas              corporaciones. Mientras el Senado cree que se debe legislar sólo el              lobby profesional, los diputados quieren también reglamentar el de              pasillos. Hoy dicho proyecto está en comisión              mixta.
 
 Sacrificio político
 
 Por su parte, el ex              ministro y vicepresidente de Transparencia Chile, Edgardo Boeninger,              catalogado como uno de los actores más relevantes de la agenda,              observa que ésta compite con un conjunto de temas políticos que han              ido teniendo gran centralidad, concentrando la atención política en              otros frentes.
 
 "Los tiempos parlamentarios y políticos de la              agenda no han tenido el lugar que les corresponden, pero la agenda              anticorrupción no es sólo un problema ético, sino de Estado",              asevera.
 
 Como muestra de ello, Boeninger recuerda la baja de              Chile en los rankings de Transparencia Internacional y riesgo país.              Por ello -plantea el ex ministro- tanto la Alianza como Concertación              deberán abordar temas que íntimamente no les agraden.
 
 Entre              éstos, el del financiamiento de la política, "en correlato con el              intervencionismo del Estado. También los operadores políticos que              cuestiona la derecha, y el acceso de ésta a los fondos privados que              critica la Concertación", enumera. "Si ambos bloques quieren              progreso tendrán que ponerse de acuerdo y realizar un sacrificio              político por el bien del país", advierte Boeninger.
 
 A su vez,              el jefe de estudios de Transparencia Chile, Felipe del Solar, cree              que la tramitación de las propuestas se ha diluído en el Congreso, y              además percibe un desgaste en la voluntad política del Gobierno para              llevarlas a cabo.
 
 "Este Gobierno tiene una tremenda              oportunidad de marcar su sello en el impulsar iniciativas              fundamentales de transparencia, y que serán patrimonio del país.              Hoy, esa iniciativa y voluntad están debilitadas", asevera. Por              ello, cree fundamental mantener la agenda más allá de los vaivenes              de la contingencia, como el Transantiago.
 
 Otra voz cantante              en el monitoreo de la agenda ha sido la corporación Participa. Esta              ONG ha sido "pulga en la oreja" para el Ejecutivo en su afán de              terminar con la cultura del secreto.
 
 En voz de su directora              ejecutiva, Andrea Sanhueza, lo negativo en la ley de acceso a la              información es que se incrementaron las causales de reserva -las              razones por las que cierta información puede declararse secreta o              reservada-, lo que afectaría negativamente la calidad de la ley,              volviéndola restrictiva.
 
 "Las causales de reserva ya eran              amplias y ambiguas en su redacción, y ahora son aún más amplias",              critica Sanhueza. Además, la coordinadora de proyectos de Participa,              Silvana Lauzán, recuerda que la comisión mixta aún discute si el              futuro Consejo para la Transparencia estará facultado para              sancionar, o sólo hará recomendaciones.
 
 "Lo segundo implica              un recorte a sus facultades que va en contra del sentido de su              creación, y le quita capacidad de acción a una institución que en              países avanzados en la materia como México, tiene amplias              facultades", advierte.
 
 Otro fin de Participa ha sido              solicitar que la futura ley de acceso a la información se aplique              también a los poderes Legislativo y Judicial, pues cree que, si no,              nacería con una debilidad crítica. Y esta necesidad, al menos,              encontró consenso transversal entre los              consultados.
 
 
 >> Bandera de la campaña              aliancista
 
 Pese al letargo en la tramitación, el senador y              presidente de la UDI, Hernán Larraín, le ve un buen augurio a la              agenda de probidad y destaca el proyecto de ley de acceso a la              información pública, calificándolo como "la madre de todas las              batallas sobre transparencia".
 
 Sin embargo, para el senador              lo más importante -y que a su juicio ha sido excluido por el              Gobierno- es la necesidad de fórmulas legales que terminen con los              operadores políticos en la administración pública, quienes han hecho              de los favores a su respectivo caudillo su subsistencia en el              aparato estatal.
 
 Además, cree necesario disminuir              radicalmente el número de funcionarios de exclusiva confianza.              "Éstos redondean los tres mil, y se suman a los casi 13 mil que              trabajan a honorarios, sin ninguna protección, y que muchas veces no              tienen otra que hacer favores políticos para sobrevivir en el              aparataje", afirma.
 
 Larraín asegura que la Alianza hará de la              transparencia un verdadero compromiso de campaña, y que -de llegar              al poder- seguirán filtrando la administración pública hasta              transformarla en ciento por ciento profesional.
 
 
 El futuro              de la agenda sin su "gerente"
 
 Es valorada la labor del aún              secretario ejecutivo de la agenda de probidad, Rafael Blanco. A éste              se le destaca como un muy buen articulador de acuerdos entre la              Concertación y la Alianza, capaz de generar amplio consenso              político.
 
 Pero a fin de mes Blanco dejará su actual cargo              para integrarse como miembro del Consejo de Alta Dirección Pública.              Preocupa qué pasará con el ritmo de la agenda una vez que Blanco              cese y cierre las oficinas de la agenda.
 
 El principal temor              radica en que se descuide lo avanzado, y la pregunta es quién              asumirá las funciones de la entidad con su mismo celo.
 
 Aunque              hay voces que apuntan a que las tareas las tomará el auditor general              de Gobierno, Gonzalo Sánchez, otras creen que podría ser el propio              ministro Secretario General de la Presidencia, José Antonio              Viera-Gallo. Pero para Edgardo Boeninger este escenario no sería              idóneo, ya que estima que las altas responsabilidades del Segpres le              quitarían el tiempo necesario para la agenda.
 
 El propio              Rafael Blanco opina que la agenda debiera seguir bajo el alero de la              Segpres, ya que ha sido el ministerio más vinculado con el tema, y              porque Viera-Gallo "ha mostrado un compromiso personal. Aunque todo              eso va a requerir del apoyo técnico de un grupo que continúe el              trabajo", advierte.
 
 Para ello, Blanco revela que se estudia              crear un programa especial de probidad y transparencia dentro de la              misma Segpres, el que sería el responsable interno de monitorear la              evolución de las medidas adoptadas, y encargado de que la ley se              cumpla.En tanto, la evaluación de Blanco de la agenda es muy              positiva. Esto, "por los logros administrativos alcanzados, y porque              pese a la complejidad de los procesos legislativos, a fin de año              tendremos cuatro de los ocho proyectos aprobados", asegura. Su              satisfacción va, además, porque se incluyeron en el Presupuesto los              fondos para calificar a más de 150 mil funcionarios públicos en              probidad y transparencia.
 
 Respecto de las críticas a la              lentitud, Blanco cree que siempre se puede avanzar más, pero              recuerda que en el Parlamento "hay un conjunto de megarreformas -que              no recuerdo se hayan juntado antes-, como la previsional, la agenda              antidelincuencia y la agenda de probidad. Eso hace difícil el avance              simultáneo en las comisiones".
 
 
 >>              Opiniones
 
 RAFAEL BLANCO
 Secretario ejecutivo de la agenda              pro transparencia.
 
 "Hoy existe un conjunto de megarreformas              -que no recuerdo se hayan juntado antes-, y que hacen difícil el              avance simultáneo en las comisiones parlamentarias".
 
 JORGE              BURGOS
 Diputado DC.
 
 "Con los anuncios pasa lo que pasa              siempre con las agendas: parten como caballo de carrera, pero se              ralentizan".
 
 EDGARDO BOENINGER
 Vicepresidente              Transparencia Chile
 
 "Los tiempos parlamentarios y políticos              de la agenda no han tenido el lugar que les corresponden. La agenda              anticorrupción es un problema de Estado".
 
 |  |  | 
 | 
No hay comentarios.:
Publicar un comentario