Retos ecológicos: cómo pasar de las declaraciones a la acción
La estrategia del avestruz (hablar mucho y mirar para otro lado) debe quedar atrás

Estos años son decisivos: según cómo  se resuelvan (o no) las principales dimensiones ecológicas (calentamiento global  del planeta, deforestación, erosión y desertización del suelo, extinción de  especies animales y vegetales, escacez de agua dulce), dependerá la calidad de  vida de las futuras generaciones. Hay países que ya se han puesto a hacer los  deberes. Pero otros, como Estados Unidos,  Australia y España persisten en la táctica  del avestruz, o, lo que es lo mismo, escondiéndose tras mera  retórica.
(Desde  Barcelona) EN LOS  TEMAS ECOLÓGICOS, los  gobiernos han pasado por varias etapas. Hace solo pocos años, muchos de ellos  negaban que hubiera problemas ecológicos a escala global. Posteriormente, ya se  vieron impelidos a reconocer que algo no iba bien, pero adoptaban la táctica del  avestruz, derivando la atención pública hacia cualquier otro lado.  
"Últimamente  se tiende a asimilar los problemas medioambientales con el calentamiento  global; siendo ésta una de sus dimensiones principales, no es la  única" En la actualidad ello ya no es posible. El avestruz se ha  levantado y mira la realidad. Lo que pasa es que habla mucho, pero actúa poco. Y  es que los temas ecológicos son, de momento, mucho más propicios a la retórica  que a la toma de decisiones de calado.
Cabe señalar cuatro aspectos que  pueden ayudar a pasar de las declaraciones a la acción. En primer lugar, las  principales dimensiones implicadas en el tema ecológico. El segundo aspecto pasa  por las variables e índices de medida de estas dimensiones. A éstas le siguen  ciertos equívocos del aparente discurso verde de algunas empresas y  organizaciones. Por último, es necesario abordar los posibles caminos de  solución. 
LAS DIMENSIONES  
 Últimamente se tiende a asimilar los  problemas medioambientales con el calentamiento global del planeta  (aumento del efecto invernadero relacionado por de las emisiones humanas). Sin  embargo, siendo ésta una de sus dimensiones principales, no es la única (y  quizás no la más grave). "La salud medioambiental  de un país no se mide simplemente por el grado de sus emisiones de gases de  efecto invernadero"
A su lado cabe incluir la  deforestación, erosión y desertización del suelo; la extinción de especies  animales y vegetales a gran escala (pérdida de biodiversidad); la creciente  escasez de agua dulce; el aumento de la demanda de energía y de consumo  asociados al mundo occidental y a los países en vías de desarrollo, así como al  aumento previsible de la población global del planeta (de 6600 millones a unos  9000 millones previstos a mediados del siglo XXI). 
Estas dimensiones del tema ecológico  se encuentran muchas veces interrelacionadas, pero deben distinguirse para  entenderlas mejor y para poder plantear más eficazmente el modo de combatirlas.  
LAS VARIABLES Y LOS ÍNDICES DE  MEDIDA
 "A veces se  detectan argumentos equívocos, casi demagógicos, en la búsqueda de posiciones de  nuevos productos en el mercado. Es el caso, por ejemplo, de los coches  verdes" La salud medioambiental de un país no se mide  simplemente por el grado de sus emisiones de gases de efecto invernadero. Se  necesitan índices que midan las principales variables que intervienen en el  tema. 
Un índice reciente que integra hasta  21 indicadores diferentes es el índice ISA (Índice  de Sostenibilidad Ambiental) establecido por investigadores de la  Universidad de Yale y de Columbia en 2005. Permite establecer un ránking más  informativo de países, regiones
 que cuando sólo se miden aspectos  parciales.
Según este índice, los países mejor  situados ese año fueron los nórdicos y Uruguay; los peores algunas ex repúblicas  soviéticas, Irak, Taiwan y Corea del Norte. España, por su parte, ocupa el lugar  76 entre 146 países, ¡por detrás de 17 países africanos y 21  europeos!
EQUÍVOCOS 
 A veces se detectan argumentos  equívocos, casi demagógicos, en la búsqueda de posiciones de nuevos productos en  el mercado. Es el caso, por ejemplo, de los coches verdes o de ciertos  biocombustibles pretendidamente menos contaminantes.  
A pesar de que estos productos  contaminan efectivamente menos que los tradicionales, el proceso energético y  medioambiental debe ser analizado en su conjunto, y no sólo a partir del  producto final. "En general, suelen mencionarse tres  erres ecológicas como vías de solución: reducir, reutilizar y  recicla" Es decir, deben tenerse en cuenta la energía empleada y los  costes ecológicos de fabricar los nuevos coches o de producir biocombustibles.  
Se trata de procesos que además de  energía necesitan grandes cantidades de agua, de materiales, etc, y que generan  residuos. El balance final es a veces contraproducente. Especialmente cuando el  mercado incentiva el consumo de productos tras períodos cortos del uso de los  anteriores. 
TRES VÍAS DE  SOLUCIÓN
 En general, suelen mencionarse tres  erres ecológicas como vías de solución: reducir, reutilizar y reciclar.  El objetivo general es llegar a una sostenibilidad energética compatible con la  competitividad. No es fácil, pero resulta imprescindible apostar por ello. En  las dos primeras vías, los actores que pueden propiciar un cambio son,  principalmente, los gobiernos y las empresas. 
"Es oportuno  recordar que un gobierno progresista, hoy, tiene que ver con implementar, entre  otras, medidas ecológicas prácticas que no sean un mero adorno"El  objetivo de reducir es alcanzar un balance energético mucho más  satisfactorio: que se utilice mucha menos energía y menos materiales en la  fabricación de productos, y que se generen muchos menos residuos en los procesos  de producción. Por su parte, reutilizar significa fabricar y utilizar  productos con una mayor vida media. Todo ello es hoy técnicamente posible.  Comprar menos productos y de una mayor calidad es una vía de futuro.  
Finalmente, el reciclaje es donde  más podemos influir los ciudadanos. Y tiene su mejor sentido en el caso de  materiales no renovables (derivados del petróleo como plásticos, fertilizantes,  pinturas, etc). Pero reciclar no es la vía de mayor impacto medioambiental, ya  que la tarea de separar, recuperar y transformar los materiales usados en otros  nuevos implica un consumo de energía relativamente alto. Pero no hacerlo es  peor, especialmente por la mayor generación de residuos cuando no se hace  (además de la importancia de introducir progresivamente una mayor cultura  ecológica en la ciudadanía). 
MÁS QUE UN MERO  ADORNO
 Las próximas décadas son decisivas.  Según cómo se resuelvan (o no) las principales dimensiones ecológicas, dependerá  la calidad de vida de las próximas generaciones. 
Hay países que ya se han puesto a  hacer los deberes. Pero otros, como Estados Unidos, Australia y España persisten  en la táctica del avestruz o escondiéndose tras mera retórica.  
Es oportuno recordar que un gobierno progresista, hoy, tiene que ver con implementar, entre otras, medidas ecológicas prácticas que no sean un mero adorno.
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Saludos
Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RESPONSABILIDAD
SOCIAL EMPRESARIAL DE LA ONU
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