Análisis de Dahr Jamail

WASHINGTON, 18 mar (IPS) - Al cumplirse cinco años de la invasión de Estados Unidos a Iraq, la tétrica realidad y la opinión pública iraquí desmienten al gobierno del país ocupante, según el cual la situación allí ha mejorado.
El vicepresidente estadounidense Dick Cheney declaró el lunes,  en visita sorpresiva a Iraq, que la invasión lanzada el 20 de marzo de 2003  había sido un "esfuerzo exitoso". 
Pero las cifras dejan en evidencia que  uno de cada tres iraquíes abandonó su hogar, depende de la asistencia de  emergencia para sobrevivir o murió a causa de la invasión y la ocupación. Eso es  lo que Cheney considera un "esfuerzo exitoso". 
La organización  humanitaria Just Foreign Policy calculó que más de un millón de iraquíes  murieron tras la invasión y ocupación de su país, que este jueves cumplirá cinco  años. 
La firma encuestadora británica ORB elevó esa cifra a más de 1,2  millones. 
El alto costo de la invasión y ocupación llevó al premio Nóbel  de Economía y ex economista jefe del Banco Mundial Joseph Stiglitz a publicar,  junto con Linda Bilmes, de la Universidad de Harvard, el libro "The Three  Trillion Dollar War" ("La Guerra de los tres billones de dólares"). 
Y la  estimación del título es considerada "conservadora". 
Los autores  sostienen que el gobierno de George W. Bush minimizó el costo de la guerra y  escondió algunos datos a la opinión pública estadounidense. 
Alrededor de  4.000 soldados estadounidenses y unos 175 británicos murieron en Iraq, según  estadísticas del Departamento (ministerio) de Defensa de Estados Unidos.  
"La guerra de Iraq fue una de las más desastrosas que haya librado Gran  Bretaña", escribió el periodista Patrick Cockburn en el periódico londinense  Independent Newspaper. 
"Junto a la guerra de Crimea y a las de los bóer,  la de Iraq figurará entre los conflictos que pudieron evitarse y que fueron una  demostración de incompetencia de principio a fin", aseguró. 
Más de  cuatro millones de iraquíes debieron abandonar sus hogares, y alrededor de la  mitad de ellos se vieron obligados a dirigirse a otros países, según el Alto  Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). 
Uno de  cada cuatro residentes de Bagdad, con seis millones de habitantes, debió dejar  su vivienda, indicó la Media Luna Roja iraquí. 
Millones de personas  siguen sin agua potable ni atención médica, informó el lunes el Comité  Internacional de la Cruz Roja. 
La infraestructura empeoró desde el  régimen de Saddam Hussein (1979-2003), que en sus últimos 12 años estuvo signado  por duras sanciones económicas dispuestas por la Organización de las Naciones  Unidas (ONU) a instancias de Estados Unidos. 
En esa época murieron más  de un millón de iraquíes a causa de la desnutrición y la falta de atención  médica. 
Unos cuatro millones de niños y niñas iraquíes necesitaban en  julio pasado asistencia de emergencia, según un informe divulgado en esa fecha  por la organización humanitaria Oxfam Internacional. Además, la desnutrición  infantil recrudeció y 70 por ciento de la población carece de acceso a agua  potable. 
Los hogares iraquíes tienen, en promedio, menos de cinco horas  de electricidad al día, incluso en Kurdistán, región septentrional del país que  goza de amplia autonomía y que es promocionada por el gobierno de Bush como un  ejemplo de éxito. 
Las exportaciones petroleras, de las que Iraq extraía  más de 80 por ciento de sus ingresos, no llegaron ni un solo día a la cantidad  registrada antes de la guerra. 
El desempleo, que ya se ubicaba en 32 por  ciento de la población económicamente activa, osciló durante la ocupación entre  40 y 70 por ciento, según el gobierno iraquí. 
Poco después de las  declaraciones de Cheney sobre el "éxito" estadounidense en Iraq, un atentado  suicida dejó al menos 32 personas muertas y 51 heridas cerca de una mezquita en  Kerbala, ciudad sagrada para los musulmanes de la mayoritaria comunidad chiita  ubicada 100 kilómetros al sudoeste de Bagdad. 
Otras cuatro personas  murieron y 13 quedaron heridas en un bombardeo poco después de la llegada de  Cheney a Iraq, cerca de la muy fortificada zona verde de la capital, donde  tienen su sede el gobierno nacional y las embajadas de Estados Unidos y Gran  Bretaña. 
Bagdad se convirtió en la ciudad más peligrosa del mundo, en  gran parte a causa de la política estadounidense de enfrentar a facciones  políticas y a grupos étnicos y religiosos entre sí. 
La capital de Iraq  es hoy una ciudad amurallada de guetos chiitas y sunitas, divididos por muros de  concreto erigidos por el ejército estadounidense. 
Esas zonas tienen sus  propias banderas. En las sunitas flamea el viejo pabellón iraquí, en las  chiitas, el nuevo. Los kurdos tienen uno propio. 
Las estrategias de  limpieza étnica y religiosa, respaldadas por las fuerzas ocupantes, eliminaron  virtualmente todas las áreas mixtas de la capital. 
El candidato a la  presidencia de Estados Unidos por el gobernante Partido Republicano, John  McCain, también en Iraq, se reunió con líderes locales en el marco de una misión  de investigación de la Comisión de Servicios Armados del Senado. 
Al  igual que Cheney, McCain prometió respaldar al gobierno iraquí y mantener una  prolongada presencia militar en el país. 
La estrategia de aumentar la  cantidad de tropas implementada por Washington a comienzos del año pasado  "funciona", declaró el senador republicano. 
Con las "perdurables" bases  militares de Estados Unidos en Iraq y una embajada en Bagdad del tamaño del  Vaticano, el fin de la ocupación no se vislumbra en el horizonte. *****  +Mercenarios de la UE con licencia para todo  (http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=87781) +Niños y niñas sin infancia  (http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=87747) (FIN/2008)
Saludos
Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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