Las mujeres y la desigualdad en el trabajo
Derechos, Experiencias, Igualdad, Oportunidades Añadir un comentarioEl mal llamado "sexo débil" se ha incorporado con  fuerza en diversos aspectos de la vida moderna, ya no es tan raro que un país  las elija para dirigir su destino, o que una prestigiosa universidad las nombre  en el cargo máximo de la jeraquía académica, o que cada vez sean más las  empresas que promueven la inclusión de mujeres en cargos ejecutivos.  Sin embargo, aún persisten serias diferencias en el mundo laboral. Algunas de  esas situaciones, por ejemplo, radican en que, pese a ocupar cargos y  responsabilidades similares, las mujeres continúan obteniendo sueldos  considerablemente más bajos que los hombres. La Presidenta de Chile, Michelle  Bachelet, su par de Argentina, la recientemente asumida Cristina Fernández, la  primera rectora de la Universidad de Harvard en 371 años de historia, Gilpin  Faust; la candidata presidencial estadounidense, Hilary Clinton, entre otras,  son ejemplos vivientes de la irrupción de la mujer en espacios que hasta  hace poco eran de exclusivo dominio de los hombre.
Por siglos, las mujeres tuvieron conciencia de sus cualidades para trabajar, pero jamás pudieron demostrarlas, ya que no tenían la posibilidad de desarrollar a sus capacidades intelectuales. En el último tiempo este escenario ha cambiado, el mayor acceso de ellas a la educación ha sido de vital importancia para cambiar la situación.
Además de destacarse en diferentes áreas del saber, ellas poseen cualidades  innatas tales como la capacidad de conformar equipo, liderazgo y de acoger a las  distintas personas. Expresar los sentimientos e integrar a todos. Valores que  vienen a interrogar algunos códigos masculinos, por ejemplo, que son más  autoritarios, competitivos y tienden a definir el éxito por las posiciones de  poder y no por el reconocimiento de las personas. Más información sobre esto en  el siguiente enlace: http://www.emol.com/especiales/voz_mujer/cueto.htm, realizado  por la directora de ComunidadMujer, Esperanza Cueto.
No obstante, la  inserción laboral de las mujeres no está exenta de problemas, debido a que la  discriminación realizada por los hombres aún es muy fuerte. Los sueldos  siguen siendo más bajos para el grupo femenino en cargos similares, al  mismo tiempo que se les critica el tiempo que toman de pre y post natal, su  mayor fragilidad. Aunque se acepte que escalen en la estructura de la  organización, soterradamente se cree que no están aptas para el difícil y  competitivo mundo del trabajo. Más antecedentes al respecto en el enlace: http://www.mujeresenred.net/news/article.php3?id_article=85.  
Este problema de discriminación lo vivió mi amiga Paulina,  quien es una persona llena de cualidades y siempre obtuvo el mejor promedio  durante el colegio, lo que la hizo merecedora de una beca para estudiar  Ingeniería Civil, en una Universidad de prestigio. El curso estaba conformado  por más de 90 hombres y sólo 10 mujeres, comenzando así las diferencias, pero  esto no le importó. Con los años, muchas desertaron, pero ella perseveró y  consiguió terminar su carrera.
Al comenzar sus primeros trabajos, postuló al igual que sus ex compañeros a una gran planta industrial ubicada en a las afueras de la ciudad. Paulina se sentía segura de sus conocimientos, creía que se podía enfrentar de igual a igual a sus pares, pero lamentablemente no fue así.
Un día recibió una llamada desde la planta y para felicidad de mi amiga, había quedado en el puesto, pero no esperaba, cuando preguntó el por qué la habían preferido, que su jefe le dijera que a ella podría pagarle un poco menos, por lo que le convenía a la empresa y que aquella era una práctica muy común en el mundo laboral. En ese momento sintió que tanto esfuerzo por demostrar sus capacidades había sido en vano, pero aceptó porque necesitaba el empleo.
Paulina lleva más de tres años en la planta, ha viajado y conocido mucha gente, pero aún sigue ganando menos que sus pares. De alguna manera es una espina que aún no se saca, ya que siempre se habla tanto de la igualdad entre hombre y mujer, que todo será diferente al estudiar y preparar, pero no es así.
Sin embargo tiene fe que, al igual como lo ha hecho el resto de su género, podrá superar las dificultades y demostrar que vale por sus méritos y que esa antigua frase de "sólo para hombres", cada día está más obsoleta.
Fuente de la foto: http://www.igooh.com.ar
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Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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