|   (El Mercurio). Los viñateros están preocupados. La sensación de              que las políticas y las decisiones que toma el Estado en el tema del              dólar y de imagen país, por ejemplo, se reducen al corto plazo, les              complica. "A la labor de Velasco le tiramos flores, tiene buena              fama, pero si se le mide por performance , está dejando un país              bastante mal parado para lo que viene", dice uno de los asistentes.              Y a sus palabras se une otro viñatero: "Chile es de los pocos países              donde el ministro de Hacienda habla de estabilidad más que de              crecimiento. Andrés Velasco se ha hecho famoso por la estabilidad,              pero lo relevante aquí es el crecimiento". Y para buscar soluciones y opciones en el largo plazo es que se              quieren reunir con el ministro de Hacienda. Pero aunque ya tienen el              compromiso de la Presidenta Michelle Bachelet de que tendrán una              cita, aún no pasa nada. Ante la pregunta de por qué los líderes empresariales como los de              la CPC sólo tienen "flores" para el Gobierno, dicen que no tienen              otra opción, pues si se enfrentan con La Moneda ya no los              reciben. Mientras esperan reunirse con Velasco, siguen concentrados en sus              nuevos proyectos y desafíos. La crisis y la caída del consumo de los              vinos más caros llegaron a complicarles el panorama. La recuperación Pese a todo, aseguran que el momento del repunte pareciera estar              cerca. Los viñateros están de acuerdo con que en mayo o junio la              caída que estaban viendo desde 2008 comenzó a frenarse. Comentan que              de a poco se ha ido reactivando el mercado en Estados Unidos y Asia              y que eso los beneficia, pero que todavía falta que la curva              comience a subir. "Hubo una disminución de inventario fuerte.              Además, nos hemos puestos ingeniosos y hemos aumentado los puntos de              distribución", cuenta Recaredo Ossa. Están a la espera del repunte que algunos creen que podría venir              en el segundo semestre. Pero tienen claro que perdieron cuatro o              cinco años de valor agregado y que la recuperación será              lenta."Muchas viñas estamos con ingresos de menos 30%. Como              industria estamos en valor un 14% abajo y en volumen un 7% abajo",              cuenta Eduardo Chadwick. Eso sí, si se mira a las bodegas que              exportan vinos de más de US$ 40, cuenta, hay algunas en que las              caídas incluso llegan al 50%.
 El gran proyecto Para poder recuperarse de la mejor manera y seguir creciendo es              que decidieron crear un plan conjunto. Eduardo Chadwick está              a cargo de diseñar para Vinos de Chile -la asociación que              reúne a más de 80 viñas chilenas- un programa estratégico para              definir los pilares fundamentales y los elementos sobre los cuales              quieren trabajar como industria. En esta misma estrategia se inserta la promoción en el exterior.              Hace algunos años abrieron una oficina en Inglaterra que les ha dado              buenos resultados, y en septiembre quedará completamente habilitada              otra en Nueva Cork; tienen claro que necesitan más de dos oficinas              para crecer. Para los viñateros, el hecho de no ser conocidos por una sola              cepa es lo que les permite estar más sólidos a mediano y largo plazo              que competidores como Argentina, Australia o Nueva Zelandia. Además,              cuentan que hay una ventaja en relación con los costos: "Somos              proveedores de vinos de buena calidad a todo nivel de precios". Eso sí, el desafío que hoy se les plantea es lograr capturar al              consumidor que antes compraba caro y que probó, por ejemplo, un vino              chileno de US$ 6 durante la crisis. "Tenemos que lograr que ese              consumidor se mantenga dentro de la categoría de vinos chilenos",              explica Andrés Turner. Nuevas oportunidades Hoy las viñas trabajan en estrategias para ganar mercado              y mejorar cada vez más sus productos. Capacitación a sus              trabajadores e investigaciones en tecnología para ir mejorando la              calidad de los viñedos, de las variedades y de los productos que              ofrecen forman parte de esta búsqueda.Y están              dispuestos a innovar. No hay valle que no esté bajo su mirada. Y las              apuestas están al norte, al sur y a la costa. "Nos falta la              cordillera", bromean. "Limarí y Elqui son zonas interesantes. Están              todas las nuevas zonas costeras; los nuevos Leyda y Casablanca.              Además, está toda la zona de Biobío, Mulchén y hasta Traiguén",              cuenta Andrés Turner.
 El dólar debe flotar "dentro de ciertos              rangos" Es casi una respuesta a coro. La crisis los ha golpeado, pero el              tipo de cambio ha llegado a complicar las cosas. Los asistentes a la              reunión organizada por "El Mercurio" dicen que a muchos esto les va              a sonar como un discurso aprendido de memoria, pero se defienden.              "Nosotros somos una industria que mueve a miles de pymes y son todos              ellos los que están sufriendo", asegura Aníbal Ariztía. No entienden por qué el Estado no se da cuenta de la importancia              de entregar estabilidad en este sentido. E incluso bromean con que              la solución sería que se le pagara en dólares al presidente del              Banco Central. Pero más allá de las bromas, el tema les preocupa porque casi el              70% de lo que producen se exporta. "El Gobierno no ha hecho un              esfuerzo serio por darle estabilidad al tipo de cambio. Ha permitido              que sea una variable que por definición tenga una variación libre,              cuando no es libre, porque está totalmente influenciada por las              expectativas de lo que hace el Banco Central", asegura Eduardo              Chadwick. Para algunos, la respuesta a este problema está en definir que si              el tipo de cambio va a flotar libre, así sea. Pero que no se le eche              mano al valor de la divisa cada vez que se necesite. Pero hay otros que preferirían que hubiera un piso y un techo              entre los cuales pudiera fluctuar. "El dólar debe flotar dentro de              ciertos rangos... yo estoy de acuerdo con intervenir cuando el              precio del dólar compromete la economía. Y eso pasa cuando está muy              alto (más de $700) o muy bajo (menos de $550)", explica René Merino,              quien es presidente del directorio de Vinos de Chile. Y agrega: "Si              vamos a dejar que flote (tipo de cambio), tenemos que dejar que              flote y no podemos estar interviniendo. Esa es nuestra postura. Si              eso significa una banda... llámenlo cómo quieran". Aunque algunos tienen una postura más radical que otros, lo que              tienen claro es que bajo ciertos precios de dólar la economía              funciona mejor (algunos comentan que $600 es un buen valor), y por              lo tanto son partidarios de que las autoridades tomen definiciones              que permitan tener certezas en el largo plazo. La estrategia de largo plazo: el desafío de crear una imagen país              valiosa y fuerte para competir en el extranjero. El precio promedio              de una caja de vino chileno en el mercado internacional es de US$ 26              y antes de la crisis se había cruzado la "barrera" de los US$ 30.              "La baja no sólo refleja un problema de demanda mundial, sino que              también un problema estructural de la industria, que es la falta de              presencia internacional y de una estrategia de país para defender el              producto", cuenta René Araneda. Para ser capaces de afrontar los problemas sin perder en precio,              los viñateros aseguran que parte de la respuesta está en la              necesidad de invertir en imagen país. Cuentan que Argentina, por              ejemplo, hace rato de decidió apostar en esto y hoy es una categoría              potente en Estados Unidos. Han basado su imagen en el tango, el              fútbol y Buenos Aires, y les ha dado buenos resultados. Tanto que              hoy, y pese a la crisis, el valor promedio de la caja de vino llega              a los US$ 28. La falta de una estrategia de largo plazo que vaya más allá del              gobierno de turno es lo que más les preocupa. Pero además que no se              le de la importancia necesaria al tema, que además de abrir puertas              para sus vinos, lo hará para el turismo y otros productos de              exportación. Es que mientras en Australia o Nueva Zelandia los empresarios y              el Estado aportan el mismo monto para la promoción, o en Argentina              es mayor el aporte estatal que el privado, en Chile la torta es              menos equitativa. Cuentan que mientras los empresarios aportan con              el 72%, el Estado entrega el otro 28%. "Chile estaba mejorando su imagen con la estrategia que se estaba              usando, pero la crisis impacta fuerte", asegura Recaredo Ossa. Bajo las premisas de que el vino es el único producto que llega              directamente a la mesa de los consumidores, en donde se ve              claramente la marca y el nombre de Chile y que necesitan la ayuda              del Estado, decidieron crear una fundación público-privada capaz de              tener una visión de largo plazo. La idea es que no dependa del              gobierno de turno y que piense en una estrategia que vaya más allá              de campañas específicas como la que hace algún tiempo se diseñó con              el lema "Chile, All Ways Surprising".   Fuente: El  Mercurio | 
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