Según Ban  Ki-moon, secretario general de las Naciones Unidas, "no se puede separar el  poder de la responsabilidad. Para  ampliar los mercados hay que ofrecer oportunidades a los excluidos. Y hay que  dar confianza y credibilidad a los mercados".
 
A pesar de  que la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) todavía no goza de mucha  visibilidad en la prensa económica, es cada vez más difícil negar su importancia  en las estrategias de crecimiento y competitividad de las organizaciones. En  efecto, el factor competitivo y la ventaja diferenciadora que otorga una  correcta gestión de la RSC están cada vez más percibidos por los consumidores  como elementos que determinan su elección a la hora de comprar o usar los  servicios ofertados por las empresas. La RSC es la parte visible de la contribución  empresarial al desarrollo sostenible que conlleva tres aspectos  imprescindibles en la sociedad actual: el económico, social y medioambiental.  
A través del Marketing Social, las compañías buscan desarrollar, y sobre  todo comunicar sus políticas empresariales responsables para poder consolidar el  valor intangible que la RSC otorga a la reputación corporativa de las compañías.  Una buena estrategia de RSC consiste, en un primer momento, en integrar a la  cultura empresarial los conceptos principales que la determinan de forma  transversal en toda la compañía para, posteriormente, empezar a comunicarlos a  todos los grupos de interés (stakeholders) a través de los canales afines. El  tema de la comunicación de la RSC, siempre ha sido controvertido. ¿Cómo  trasmitir mensajes de confianza y transparencia a nuestros públicos sin dar la  sensación de regodearnos en "lo responsables y sostenibles que somos"? En este  sentido los canales y los medios a través de los cuales la empresa transmite su  mensaje "responsable" es un elemento fundamental de las estrategias de RSC.  
Según un informe europeo elaborado por profesores de IE University  (España) en colaboración con Cambridge University (Reino Unido) e IULM (Italia), y  publicado con Global  Alliance, organización mundial que agrupa asociaciones de  relaciones públicas de más de 60 países, el 12% de las empresas españolas  utiliza las redes sociales para comunicar su compromiso social. Sin embargo, el  estudio revela que el 29% de las compañías publica enlaces a líderes de opinión  e instituciones reconocidas como ONG. En materia de RSC, uno de los mejores  prescriptores para las empresas son las ONG, pero al fin y al cabo el  prescriptor más valioso es el consumidor. 
En este sentido, en mi  opinión, las redes sociales son unos medios particularmente interesantes  para la comunicación de la RSC. En efecto, a la hora de transmitir  transparencia y confianza, estas herramientas provistas por la web 2.0 son  seguramente las más adaptadas para transmitir este tipo de mensajes,  principalmente por la democratización de las interacciones realizadas en estas  comunidades virtuales. 
Sin embargo, la mencionada democratización puede  convertirse en un arma de doble filo. La interactividad de la que disfrutan los  grupos de interés frente a las publicaciones realizadas por las empresas puede  derivar en crisis de reputación e imagen de la compañía. 
La solución  pasa por minimizar los riesgos a través de una buena estrategia de comunicación  en redes sociales. Temer los peligros de los social media es comprensible, pero  identificándoles y estando preparados para los mismos, nuestra reputación  corporativa se puede beneficiar del mejor prescriptor para nuestra empresa; el  cliente. 
Todo el mundo recuerda la campaña de Greenpeace que puso a  Nestlé, y más particularmente a su producto Kit-Kat, en entredicho y sobre todo  la reacción de la multinacional suiza en su página Facebook. En efecto, además  de la censura y el control de la información que intento la empresa, el problema  se incrementó desde el momento en el que los administradores de la página  contestaron a los internautas con modales muy discutibles. Esta reacción por  parte de una empresa como Nestlé es criticable y un fallo obvio en su  comunicación de crisis. No tomó la distancia necesaria y reaccionó de manera  impulsiva ante ataques que se podían percibir como legítimos por una parte de  los grupos de intereses, provocando un impacto negativo directo en la reputación  de la multinacional, no sólo en Facebook sino en todos los medios digitales y  tradicionales. 
Las redes sociales son herramientas de comunicación que  se caracterizan por su inmediatez y su viralidad, particularidades que hay que  tener en cuenta con rigor a la hora de plantearse una estrategia de comunicación  en social media. En el caso concreto de la RSC, el seguimiento de pautas  concretas en la difusión de este valor permite hacer pública la cultura  responsable de la empresa sin transmitir una imagen arrogante, acercándose de  forma sencilla a sus públicos objetivos. 
L.Olivier Scalvinoni es  consultor de Social Media en IOMarketing  Si te ha gustado este  artículo de  L.Olivier Scalvinoni?  Mira otros de este mismo  autor/a
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