De nuestro boletín Universia Knowledge@Wharton destacamos este interesante artículo sobre el impacto que genera este tema en nuestro país.
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Tras el protocolo de integración gasífero  suscrito con Argentina en 1995, Chile apostó fuertemente por el gas natural  trasandino. El país se lanzó a la construcción masiva de gasoductos y a la  conversión de plantas generadoras de electricidad, mientras que la industria  chilena -alentada por el suministro del hidrocarburo que prometía ser más barato  y menos contaminante-, también invirtió elevadas cifras en infraestructura para  producir con gas natural. 
Según datos de la Comisión Nacional de Energía  (CNE) de Chile, en 2003 más del 50% de la energía eléctrica que se consumía en  el país llegó a generarse a través de centrales eléctricas alimentadas por gas  natural. Pero esta situación no hizo más que aumentar la dependencia entre Chile  y Argentina al consolidar a la nación trasandina como la única y principal  proveedora del hidrocarburo; un escenario que se complicó en forma irreversible  a partir de 2004. 
Ese año la Secretaría de Energía de Argentina promulgó  la Resolución N° 659/2004 que facultaba a la autoridad de privilegiar el  abastecimiento de gas natural para el consumo interno frente a las  exportaciones, iniciando así una serie de restricciones que afectarían los  envíos a Chile. Entre las más severas destaca la del 5 de agosto de 2005, cuando  el gobierno trasandino dispuso un racionamiento que equivalió al 59% del total  de los envíos a Chile. El 17 de mayo de 2007, las restricciones llegaron a su  punto más crítico alcanzando al 64% del total de los envíos. Esto supuso una  merma de 14,1 millones de metros cúbicos de gas natural, cuando las  importaciones diarias de Chile son 22 millones de metros cúbicos, de acuerdo a  cifras de la CNE. ¿El resultado? actualmente las centrales termoeléctricas  chilenas están obligadas a operar con diesel a fin de contrarrestar los efectos  de la reducida oferta de gas. 
Sin duda, el sector de la generación  eléctrica ha sido uno de los más perjudicados con el racionamiento, asevera  Roberto Román, decano de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile. "De hecho, más del 70% de  la demanda nominal de gas natural en Chile es para la generación eléctrica en el  Norte y en la zona Central. Con la falta de gas, las plantas de generación de  ciclo combinado han tenido que utilizar diesel, que es mucho más caro en  comparación con el gas natural. Además, está el alto coste que todos debemos  pagar producto de la mayor contaminación que emana del diesel", sentencia.  
El impacto en la economía, la industria y el sector residencial  
Más categórica es la visión de Adolfo Vera, Profesor de la  Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos (ANEPE) de Chile, que  alude a las negativas consecuencias macroeconómicas para el país a causa de las  restricciones. "Éstas han redundado en una caída del potencial del PIB, se ha  incrementado el IPC (Índice de Precios al Consumidor), se ha elevado el riesgo  país y se ha desincentivado la inversión extranjera". Además, el académico  recalca que "varios proyectos que estaban en carpeta y que guardaban directa  relación con sistemas de producción a base de gas natural argentino, han tenido  que ser abortados". 
Eduardo Cordero, Presidente de la AIE (Asociación de  la Industria Eléctrica-Electrónica) de Chile señala que "el impacto del  racionamiento ha implicado que el valor del combustible se cuadriplique, debido  a que ahora estamos utilizando mayor cantidad de diesel". Cordero es también  Gerente General de Kolff -empresa proveedora de soluciones de respaldo de  energía y sistemas de iluminación de emergencia-. Otro aspecto importante,  indica, "es que si no se contaban con los equipos para producir con diesel ahora  hay que hacer una nueva inversión que antes no estaba contemplada, lo que ha  supuesto un gasto aún mayor para el país", indica. 
De igual forma, el  ejecutivo destaca las repercusiones que todo esto ha tenido para la  productividad de la industria local, afirmando que si bien todos los segmentos  han resultado perjudicados, "los más afectados, además de las centrales  eléctricas, ha sido la industria de la transformación de metales, todas las  empresas que requieren de refrigeración de alimentos y aquellas compañías que  incluyen procesos térmicos en su cadena productiva". 
Por otra parte,  Verónica Kunze, decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad  de Chile, enfatiza que el sector residencial también es otro actor que se ha  visto muy afectado con el racionamiento. "En forma general, a todos los chilenos  nos ha impactado la escasez de gas natural argentino", refiriéndose al mayor  coste de producir energía eléctrica con diesel, lo que se ha traducido en  considerables alzas de las cuentas de luz, las cuales ya han subido en torno al  20%. 
Abastecimiento energético en jaque 
Sin  embargo, las reiteradas restricciones a los envíos de gas natural son sólo una  señal, advierte Roberto Román. "Es altamente improbable que volvamos a tener el  abastecimiento de gas natural argentino que teníamos en 2003. La producción  argentina se mantendrá estable en el mejor de los casos, y probablemente  comenzará a descender. Esto, porque los yacimientos de gas natural ya están  cerca de su máximo de producción y pronto comenzarán a decaer. Ya está  ocurriendo con los yacimientos locales de petróleo y el gas lo seguirá muy de  cerca", señala. 
Durante la grave crisis económica que afectó a Argentina  en 2001, las empresas locales dejaron de invertir en proyectos de exploración y  producción de hidrocarburos (petróleo y gas), lo que significó una menor oferta  energética respecto de la demanda del país, situación que se arrastra hasta el  día de hoy. A esto hay que añadir que, según explica Roberto Román, "la  reactivación económica por la que actualmente atraviesa Argentina, ha producido  un aumento en la demanda interna de gas natural, por lo que el gobierno  trasandino ya no tendrá, y de hecho ya no tiene, excedentes exportables".  
En consecuencia, el panorama energético para Chile en 2008 es, a juicio  de Eduardo Cordero, poco esperanzador. "Vamos a seguir con mínimas cuotas de  importación de gas natural argentino y vamos a seguir produciendo sobre la base  de diesel, ya que los sistemas a gas licuado -una de las iniciativas que se han  estado materializando a nivel de país- no van a estar listos para el próximo  año. Argentina sigue creciendo, lo mismo que su consumo energético. No veo que  nuestro escenario mejore". 
"Hay que olvidarse del gas natural  argentino", destaca Raúl Cobo, Gerente General de Fabelec -integrador de  plataformas automatizadas y sistemas programables para el control eléctrico-,  quien opina que el abastecimiento energético de Chile está en jaque. "De seguir  con el actual ritmo de crecimiento en el país y si no se toman las medidas  pertinentes, sólo tendremos energía asegurada hasta unos cuantos años más,"  advierte. 
Energía solar, eólica y geotérmica  
Ante esta situación, Chile ha centrado su atención en proyectos  de investigación y exploración de energías basados en recursos renovables, cuyo  plazo de implementación no debiera exceder los cuatro años, según adelanta  Verónica Kunze. "Existen varios estudios de exploración de energías alternativas  y renovables como la solar, eólica y geotérmica -que se obtiene del calor  interno de la Tierra y se extrae a partir del agua, gases y vapores calientes-,  y se están evaluando sus posibilidades técnicas y económicas, como así también  la sustentabilidad futura de tales recursos", detalla. 
Un impulso para  la materialización de estas iniciativas, recuerda Roberto Román, ha sido la Ley  de Incentivos Fiscales para el Fomento de las Energías Renovables en la  Generación Eléctrica, promulgada por el gobierno chileno y que asegura que "al  menos el 5% de los nuevos proyectos eléctricos estén basados en energías  renovables". El académico también menciona otras medidas gubernamentales, como  las de CORFO (Corporación de Fomento de la Producción) y Chile Innova,  destinadas a ofrecer líneas de financiamiento para estos proyectos.  
Roberto Román especifica que algunos de los principales proyectos de  investigación y exploración a nivel de gobierno, apuntan a la energía solar como  el estudio que actualmente lleva a cabo la CNE, cuyo objetivo es la utilización  masiva de este recurso. "Mientras que en el ámbito privado, la mayor parte de  las proyectos se centran en la energía eólica e hidráulica", señala. 
Lo  anterior es posible gracias a que, tal y como afirma Eduardo Cordero, Chile  dispone de valiosas fuentes para la generación de energías renovables, señalando  que "a lo largo de nuestro territorio hay muchos sectores con vientos lo cual  facilita el montaje de equipos para producir energía eólica. Por el hecho de ser  un país montañoso, también es posible implementar sistemas motrices para  producir energía geotérmica. Asimismo, están las condiciones geográficas dadas  para montar equipos solares o fotovoltaicos". 
Si bien son contados los  proyectos basados en energía solar, eólica y geotérmica que actualmente están en  curso, explica Roberto Román, éstos representan una serie de beneficios para el  país. "Nos ayudan a hacernos menos dependientes desde el punto de vista  energético y todas estas actividades implican tecnologías nuevas, por lo tanto,  nuevas oportunidades de negocios y empleos. Además, al producir sobre la base de  energías renovables, nuestras emisiones de todo tipo, incluyendo monóxido de  carbono, disminuyen contribuyendo a la descontaminación", subraya.  
Barreras para las energías renovables 
No  obstante y en opinión de Eduardo Cordero, las energías renovables contaminan  incluso en mayor proporción que las convencionales como el diesel o el carbón,  señalando que "hay estudios que indican que en términos medioambientales y  después de todo el ciclo, producir con energía solar y/o eólica, contamina más  que producir con sistemas a gas natural. Ello, debido a que hay que fabricar los  equipos, comercializarlos, montarlos y consolidar toda una industria en la cual  también interviene el transporte terrestre, marítimo y aéreo. Todo esto se  traduce en la emanación de mayor monóxido de carbono. Es más, algunos expertos  han alzado la voz para advertir que, en términos medioambientales, fabricar  equipos solares o fotovoltaicos genera igual o mayor cantidad de desechos en  comparación con la producción a base de gas natural". 
Otra de las  barreras en torno a las energías renovables es que su coste de exploración es  muy elevado, según afirma Raúl Cobo. El ejecutivo detalla que "en el caso de la  energía geotérmica, se trata de un recurso que aún no ha sido explorado y el  coste de empezar a hacerlo es altísimo. La energía solar también representa un  coste 30 veces superior en comparación con la producción de energía a base de  carbón o agua. El carbón hoy es un recurso muy atractivo porque es barato, pero  contamina mucho, y a igual que en el caso del diesel, se va a ir agotando poco a  poco". 
Por su parte, Roberto Román reconoce otras dificultades en torno  a los recursos renovables, indicando que "recién ahora existe un esfuerzo  significativo y concreto por evaluar proyectos sustentados en energías  renovables, pero tales esfuerzos son aún muy escasos y poco focalizados. En  particular, el estudio de la energía geotérmica está muy atrasado en nuestro  país, y ésta puede llegar a convertirse en el pilar del desarrollo de Chile en  el siglo XXI. Lamentablemente, en el área de la geotermia los verdaderos  expertos en el país son menos de cinco y así acontece en los demás campos de las  energías renovables". 
"Por ejemplo, si se llegara a implementar un  programa masivo basado en energía solar térmica en viviendas, serían un proyecto  inviable porque no existe ni la industria, ni los instaladores, ni el personal  adecuado para realizar la debida manutención a una realidad tan masiva",  describe Roberto Román, concluyendo que "falta una enorme masa de profesionales  capacitados en el tema de los recursos renovables". 
Es importante  destacar que al listado de todos los recursos energéticos hasta aquí descritos,  también hay que sumar la energía nuclear: Si bien la presidenta Michelle  Bachelet ha rechazado de plano evaluar criterios para la puesta en marcha de  proyectos nucleares en el país, comprometiendo su apoyo a entidades  ambientalistas locales, las opiniones provenientes del mundo empresarial y  académico de Chile están dando origen a un debate que cada día cobra mayor  relevancia. 
El debate de la energía nuclear 
A  juicio de Eduardo Cordero, la producción de energía nuclear en Chile es una  alternativa totalmente viable, aludiendo a la experiencia japonesa en el sector.  "Japón es un país sísmico al igual que Chile y aquí existe la tecnología para  implementar sistemas que permiten la producción a base de energía nuclear. Los  eventos caóticos en este ámbito -aludiendo al desastre de Chernobyl- son eventos  predecibles y evitables, y éstos no pueden ser un motivo para descartar el uso  de la energía nuclear. Los proyectos de este tipo deberían abordarse y  explorarse a partir de ahora, ya que implementar una central nuclear tarda entre  15 y 20 años. Entonces, hay que tomar una decisión al respecto, dado que la  energía nuclear solucionaría mucho nuestro escenario energético", asegura.  
De igual forma, el ejecutivo señala que la implementación de sistemas  nucleares no contaminaría el entorno, "ya que cuando éstas se instalen, las  tecnologías para tratar los desechos nucleares van a estar mucho más  desarrolladas. Creo que en el largo plazo la energía nuclear va a ser incluso  más barata que los hidrocarburos". 
Totalmente opuesta es la opinión de  Roberto Román, quien subraya que la energía nuclear hoy es una muy mala opción  para Chile, debido a que "es probadamente mucho más cara y sólo se ha  implementado en países en los cuales se han destinado enormes subsidios del  gobierno, ya sean directos o indirectos". El académico destaca que "la  tecnología que hoy se utiliza (reactores de agua presurizada, PWR) es poco  eficiente, incluso menos que cualquier central a carbón, además está fuertemente  sujeta al problema del suministro del combustible y exige grandes unidades  generadoras que operen cerca de su máxima potencia todo el tiempo".  
Asimismo, Roberto Román añade que "la nuevas tecnologías que prometen  "breeding" de combustible en el propio reactor, mayor eficiencia termodinámica y  unidades más flexibles y resistentes a la proliferación nuclear, no existen, ni  siquiera a escala de laboratorio avanzado". Otros de los pormenores a  considerar, señala, "es que el combustible nuclear está mucho más concentrado en  unas cuantas fuentes en comparación con el petróleo. Por tanto, la gran demanda  de energía en el planeta potenciará una pugna por dominar dichas fuentes  nucleares, y en pocos años más este conflicto de intereses será mucho más  fuerte. Probablemente, países como Estados Unidos, Rusia, China e India  encabezarán esta pugna y naciones más pequeñas como la nuestra, quedarán fuera".  
Raúl Cobo, por su parte, adelanta que en el tema de la energía nuclear  el gobierno chileno tendría además que regular, debido a que involucra aspectos  de seguridad y de desechos que necesariamente hay que delimitar a través de un  marco legal. "Yo creo que en 30 años más podríamos llegar a contar con energía  nuclear, pero sólo es factible si se produce a grandes escalas. Si el proceso se  regula bien, no tendría por qué haber problemas", declara.
Mientras la  cuenta atrás para que Chile cuente con una malla energética segura, eficiente y  renovable ya ha comenzado, el gobierno trabaja en el Programa País de Eficiencia  Energética que busca potenciar el ahorro global de energía, para lograr que el  incremento en el consumo energético sea menor que el crecimiento del PIB. De  igual modo, Roberto Román recoge el esfuerzo del INN (Instituto Nacional de  Normalización) por crear una normativa relacionada con la eficiencia energética  y las energías renovables. 
También es importante destacar "los acuerdos  de colaboración con países de la Unión Europea como por ejemplo Francia,  Alemania y Finlandia, para la concreción de proyectos basados en energías  renovables", concluye el académico. 
Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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