Los hábitos saludables están calando, poco a poco, en la población, que cada vez está más concienciada sobre la necesidad de cuidar su alimentación y hacer ejercicio físico. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer para impulsar costumbres que mejoren la calidad de vida. No sólo los ciudadanos deben ser conscientes de esto, sino que las empresas y, sobre todo, el sector público deben empezar a apostar por iniciativas en este ámbito. Desde Mi Empresa es Saludable, hemos entrevistado a Alejandro Ruiz, uno de los impulsores de la iniciativa 'Cambiando el Vending', un proyecto que lucha contra los malos hábitos en materia de alimentación.
P: ¿Cómo nace el proyecto 'Cambiando el Vending'?
Desde hace varios años muchos de nosotros, que somos estudiantes del Grado de Nutrición Humana y Dietética de la Universidad Pablo de Olavide, en Sevilla, observamos la mala oferta alimentaria de las máquinas de vending de nuestra universidad, representada casi exclusivamente con productos ultraprocesados. Pensamos que sería muy buena idea el intentar actuar contra ella hablando con los responsables directos. Apenas hace 7 meses, y con la intención de llevar a cabo nuestro plan, se nos ocurrió que para nos escucharan con más atención, sería genial que nos ganásemos un nombre, no sólo pidiendo el cambio en nuestro entorno cercano, sino a una escala más amplia. Así, con mucha motivación y muchas ideas en mente, creamos 'Cambiando El Vending' y sus respectivas cuentas en Twitter e Instagram.
P: ¿Cuáles son los principales objetivos de este proyecto?
Nuestro objetivo esencial es luchar contra el malvending, especialmente el ofertado en centros públicos como universidades, hospitales o centros de salud. Si bien defendemos con ímpetu las acciones orientadas a la oferta de buenvending, la imposibilidad o dificultad de que este exista no justifica la existencia de malvending. Es decir, que si la única opción viable económica o logísticamente es el malvending, pues que deje de existir. Este objetivo lo intentamos llevar a cabo actualmente mediante tres acciones en redes sociales:
- Concienciar sobre la necesidad del cambio y los motivos de nuestras acciones.
- Denunciar, mediante fotos individuales o infografías de localizaciones específicas en las que analizamos la proporción de buenvending/malvending.
- Visibilizar la necesidad que ya tiene gran parte de la población de encontrar opciones saludables, compartiendo imágenes y opiniones de nuestros seguidores.
P: La asociación ADINU Sevilla tiene una estrecha relación con esta iniciativa…
ADINU Sevilla es la Asociación de DIestistas-Nutricionistas Universitarios de Sevilla. La estrecha relación entre ADINU Sevilla y 'Cambiando El Vending' es que gran parte de los miembros que hemos arrancado este proyecto somos los que actualmente trabajamos detrás ADINU Sevilla. En este sentido, nuestro proyecto ha nacido por parte de unos pocos, pero pertenece a toda la asociación, puesto que cualquier miembro puede prestarse a unirse al proyecto y aportar.
P: Estáis muy presentes en varias redes sociales, ¿pero contáis con otro tipo de medidas o acciones?
Por supuesto. Consideramos que es un pilar fundamental en la lucha contra el malvending el colaborar con empresas e instituciones para promover y promocionar la oferta y demanda de productos saludables. De hecho, ya desde nuestro comienzo empezamos por contactar con los responsables de nuestra universidad. Delikia es la empresa distribuidora en nuestro campus, con los cuales hemos avanzado bastante en el entendimiento de sus problemas y en ideas para mejorar. Esta relación está siendo fructífera, pues recientemente hemos visto una apuesta de esta empresa en nuestra universidad a favor del buenvending.
Nuestra idea en un futuro próximo es seguir contactando, no sólo con nuestro entorno más cercano, sino con otras instituciones como hospitales, tanto de Sevilla como de otros puntos de la geografía española. Estaremos orgullosos de compartir con todos nuestros seguidores los logros que consigamos conjuntamente.
P: Estas máquinas no sólo está presentes en empresas, sino también en lugares en los que se debería impulsar los productos saludables, como en los hospitales o los centros educativos y deportivos…
De hecho, es a donde van dirigidos todos nuestros esfuerzos. Podemos entender que en lugares privados, la libertad de dicha institución es total para ofertar malvending, pero no así en lugares públicos. Los centros sanitarios, educativos y deportivos deben priorizar, sin duda alguna, la salud de sus ciudadanosfrente a tales ganancias económicas.
Una analogía que nos gusta utilizar es la del tabaco. Actualmente es ilegal ofertarlo en estos lugares porque sabemos el perjuicio real que supone. Con los alimentos insanos debería pasar lo mismo. La ciencia nos aporta cada día más pruebas del grandísimo impacto que tienen estos productos ultraprocesados sobre nuestra salud, aumentando el riesgo de multitud de enfermedades como obesidad, diabetes, cáncer, infarto, osteoporosis… Por ello, al igual que nos escandalizaría ver máquinas de tabaco en las plantas de los hospitales, es una obligación moral que los responsables públicos de nuestra salud tomen cartas en el asunto y restrinjan enormemente la oferta de estos productos.
P: ¿Cómo funciona vuestra manera de trabajar? El primer paso es analizar la oferta de estas máquinas… ¿y después?
Actualmente el grupo realiza distintos tipos de acciones. Dirigir nuestras redes sociales, crear contenido (infografías principalmente) y contactar con instituciones y medios. Cada red social funciona de una manera distinta, así que intentamos adaptar nuestro trabajo al formato. En Twitter solemos compartir opiniones más fundamentadas y compartir noticias, mientras que en Instagram se pide un aspecto mucho más simple y cómico. En cuanto a la generación de contenido, tenemos nuestras infografías analíticas y las divulgativas:
- Las infografías analíticas son las más famosas, en las que analizamos con datos cómo es la oferta de establecimiento específicos. Primero, procedemos a una recogida de material fotográfico de calidad de todas las máquinas disponibles habitualmente. Segundo, insertamos este material en una base de datos y extraemos toda la información que podamos. En base a esta información generamos, mediante una herramienta estadística, dos datos que nos dicen la nota (sobre 10) que tienen las máquinas del recinto en cuanto a comida y bebidas, por separado. Por último, procedemos a plasmar esta información en una infografía, en la cual también solemos incluir comentarios aclaratorios. Actualmente la función de recogida de fotografías también la hemos ampliado a nuestros seguidores. Solo les explicamos los requerimientos para hacer una recogida rigurosa y una vez realizada, nos las mandan por correo. Con esa información seguimos el procedimiento.
- Las infografías divulgativas son las que estamos desarrollando desde hace poco para explicar a nuestros seguidores aspectos clave de nuestro trabajo, como nuestro criterio para analizar o en qué nos basamos para considerar a ciertos productos como malvending o buenvending.
En cuanto al contacto con medios de comunicación e instituciones, digamos que es una actividad más pasiva, puesto que normalmente contactan con nosotros para darnos voz o pedirnos opinión. Aun así, tenemos en mente tomar una posición más activa y buscar el contacto con otras instituciones públicas para mejorar la oferta, como hicimos con Delikia en nuestra universidad.
P: ¿Creéis que este plan puede ser útil y generar grandes cambios en las conductas alimenticias?
Sin duda. Nosotros pensamos que, si bien el vending no es el mayor agente de promoción y venta de estos productos malsanos y se podría actuar en un sector más amplio, nadie puede negar que tiene su parte de responsabilidad, y esto lo vemos cada día en las respuestas de nuestros seguidores y en el gran crecimiento que está teniendo el sector de los expendedores automáticos ahora mismo. Y es esta acción tan bien definida la que creemos que nos está dando esta oportunidad para conseguir cambios tangibles.
P: Según vuestra visión y experiencia, ¿qué alimentos tendrían que estar disponibles en estas máquinas para que fueran saludables? ¿Consideráis que la gente los consumiría?
Bajo nuestro criterio, la cantidad de alimentos ultraprocesados debería estar muy limitada. Para criticar este tipo de productos nos basamos en un criterio científico que prioriza el grado de procesamiento de los alimentos por encima del contenido en determinados nutrientes. Es decir, entendemos como saludables los alimentos frescos o mínimamente procesados, como serían las frutas, verduras, ensaladas, frutos secos crudos, agua…, y los alimentos procesados saludables, como chocolate con alto porcentaje de cacao, bocadillos o sándwiches con ingredientes de calidad, frutos secos tostados, yogures o platos preparados. En contra, los productos ultraprocesados serían aquellos que resultan de una matriz alimentaria artificial conseguida en base a la mezcla de ingredientes refinados como azúcar refinado, harinas refinadas, aceites refinados, almidones, proteínas aisladas, edulcorantes, etc. En este grupo entrarían el resto de alimentos, como galletas, bollería, aperitivos fritos, batidos, refrescos, chicles, chocolates poco cacao, sándwiches de mala calidad, frutos secos fritos…
Bajo nuestro punto de vista, sabemos que estos alimentos ultraprocesados son mucho más susceptibles a ser consumidos, puesto que en su mayoría están diseñados para romper nuestro sistema de saciedad y promover un consumo desmesurado. Entonces, los alimentos saludables sí que pueden consumirse menos. No obstante, lo que observamos en la mayoría de ocasiones es que ni se le da la oportunidad a los alimentos sanos para ser consumidos, siendo su representación en la máquina ínfima o nula. Muchas veces no se consumen porque no hay.
Nosotros tenemos una anécdota curiosa, y es que antes de comenzar nuestro proyecto, en nuestra universidad había tres máquinas solo de fruta, pero nosotros solo conocíamos la existencia de una, puesto a que no estaban en zonas lo suficientemente accesibles. Es decir, que además de que la oferta de alimentos sanos es reducida, muchas veces no se explota lo suficientemente bien esta presencia de buenvending. Nosotros pensamos que con una acción de marketing mejor orientada, y en vista al creciente interés de la población por el cuidado de la salud, el consumo de estos alimentos sería considerable.
P: ¿Creéis que en unos años este tipo de máquinas podrán ser sustituidas por otro tipo de medidas más saludables? ¿Las empresas van a poner de su parte para fomentar el cambio?
Bajo nuestra experiencia, las empresas no son las mayores responsables de la oferta alimentaria en lugares públicos. Esto es así porque en muchas ocasiones son las instituciones públicas las que, cuando se abren los conciertos, establecen unos cánones de ganancias muy altos y pocos definidos, limitando la capacidad de acción a las empresas y "obligándolas" a vender este tipo de productos. Aun así, sí es cierto muy pocas empresas están apostando fervientemente por la oferta de buenvending, y consideramos que en general deberían hacer un esfuerzo para ofrecer más productos saludables.
Con todo esto, ya hemos dicho que los responsables principales de todo el malvending que observamos en colegios, hospitales y universidades son las instituciones públicas. Y bien, ahora mismo nosotros nos sentimos realmente optimistas, porque vemos una avalancha de propuestas desde la Administración para promover la alimentación saludable, como ha sido recientemente los casos de Andalucía, Murcia o Islas Baleares, en cuyas propuestas el vending está considerado como un factor a tener en cuenta para crear este entorno saludable que tanto necesitamos.
En resumen, que si bien las empresas tienen mucho por hacer y tienen parte de la responsabilidad de nuestro entorno, creemos que el cambio vendrá en un futuro no muy lejano, y lo hará motivado principalmente por la acción de políticas públicas que limiten las normas del mercado.