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miércoles, marzo 01, 2006

En el Diario La Segunda se publica este interesante artículo que comparto con ustedes.

Biotecnología, protagonista imprescindible del desarrollo y la competitividad
Manuel Krauskopf
Rector Universidad Andrés Bello.


Para proyectar el desarrollo económico que surge de la nueva concepción que nos ofrece la biotecnología, nos viene a la memoria la incertidumbre que hubo entre los siglos XVIII y XX en lo que concierne al efecto transformador que tendrían la irrupción del motor a vapor, la electricidad y finalmente los microchips.

Si bien Chile fue tan sólo espectador de estos hitos tecnológicos, con la biotecnología tenemos hoy una oportunidad insuperable para ser auténticos protagonistas de una de las corrientes principales del crecimiento económico, y apropiar a Chile de una herramienta fundamental de progreso social.

El avanzado capital humano que hay en Chile en ciencia y tecnología, aunque indiscutiblemente pequeño, con adecuada voluntad política, es sin duda la simiente para el despegue significativo de la Biotecnología como motor de desarrollo. En esta sociedad del conocimiento es impensable avanzar en lo económico prescindiendo de uno de los principales engranajes que lo nutren. Para apropiar conocimiento, es menester contar con una masa crítica para generarlo. No basta con importarlo o aprenderlo.

Todos los estudios confirman que la innovación de punta sólo existe cuando en su entorno se apropia adecuadamente el saber. Un país culto comprende que para sustentar su desarrollo en la biotecnología es necesario cultivar con rigurosidad la diversidad de disciplinas que fluyen por su torrente sanguíneo.

La biotecnología convoca para su adecuado avance conocimientos básicos y tecnológicos, jurídicos, económicos, administrativos y, por sobre todo, éticos. Conlleva, de seguro, el imperativo de la responsabilidad social y el compromiso de contribuir a un desarrollo sustentable.

Los núcleos serios de investigación en biotecnología ya nos están mostrando el efecto transformador que nos puede incorporar en pleno al contexto que configura el avance económico en los países más competitivos.

Chile como país minero y particularmente cuprífero requiere más en biohidrometalurgia. El precio del cobre no es eterno y se deben bajar los costos para su explotación.

El mar y aguas continentales reclaman un aprovechamiento sustentable incorporando conocimientos de avanzada tanto en la acuicultura como en el uso de productos químicos finos de noveles aplicaciones y elevado costo. La biotecnología forestal se catapulta con el nuevo conocimiento de la biología y genética molecular. La fruticultura en todos sus aspectos impone avances biotecnológicos. Lo mismo la vitivinicultura. Nuestras materias primas requieren de la biotecnología para mantener su competitividad y por cierto transformarlas y generar un claro valor agregado.

En lo personal percibo que, aunque en forma incipiente, se está empezando a comprender en Chile la relevancia de abordar la biotecnología en todas sus dimensiones, lo que implica un rol del Estado y, por cierto, del mundo privado y de los capitales de riesgo, sin los cuales hablar de innovación pasa a ser un mero discurso.

El ámbito de la salud, humana, animal y vegetal, componente indiscutible del bienestar y desarrollo económico, depende más que nunca de una apropiación biotecnológica que impone una investigación rigurosa, inter y transdisciplinaria.

Tenemos la semilla, sueño que sabremos sembrar para cosechar frutos relevantes al alcanzar el Bicentenario.

 

Un artículo de lasegunda.com enviado por rogofe47@hotmail.com


rogofe47@hotmail.com te ha enviado un mensaje como cortesía de lasegunda.com .
( http://www.lasegunda.com )

Davor Harasic hace bastante tiempo que viene hablando d



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La gazeta de Manfatta siempre nos trae muy buenos artículos y el que van a leer es interesantísimo y lo comparto con ustedes:

37 días

 

¿Qué harías si sólo te quedaran 37 días de vida? La pregunta puede ser traumática – u operativa.

 

Esta gazetta se inspira en una bitácora a la que he llegado hoy. Iba a decir por azar pero esto de la casualidad cada vez me parece menos serio. Iba rastreando mi lector de blogs cuando, a través de los comentarios de Evelyn Rodriguez, he llegado a Patti y a su reto.

 

La pregunta que Patti se/nos hace es muy fácil: ¿Qué harías si sólo te quedarán 37 días?  La autora se la formula partiendo de una experiencia  –el fallecimiento repentino de un familiar- que la marcó en su juventud. La respuesta que escoge es la de documentar por escrito su vida, con un sentido de urgencia, y formalizar así su legado.

 

Patti decide preguntárselo cada día. El ejercicio requiere una cierta valentía. Las reglas del juego del “acuerdo implícito” las conocemos todos y todos nos obstinamos en olvidarlas con alegría. Sin embargo, recordar la limitación del tiempo resulta un recurso muy útil para discernir si estamos yendo en la dirección en que realmente queremos ir.

 

Parece que me estoy poniendo macabra. Quizás esto se deba a que la sociedad en general quiere protegerse y protegernos a base de cantos de eterna juventud ¿Qué tienen en común sino la congelación del cordón umbilical de una infanta, los últimos lanzamientos en cremas antiarrugas, los paraísos artificiales? Yo los enmarco en una cierta necesidad de trascender el tiempo. Pero el tiempo se acaba.

 

Quoi faire?
No aspiro a dar consejos a nadie sobre cómo vivir la vida. Pero sí creo hablar con cierta propiedad –como mínimo la que me proporciona mi propia trayectoria- sobre algunas ideas sobre la fijación de los objetivos personales.

 

Hace tres años y de repente, mi ginecólogo me dio “un susto”. Había que operar de inmediato. Cuando nos vemos en las revisiones todavía me recuerda, entre irónico y sorprendido, que mis primeras palabras tras el diagnóstico fueron: “Necesito dos semanas para preparar mi empresa”. Dicho de otro modo, me estaban hablando de un riesgo mortal y yo reaccionaba pensando en el pago trimestral del IVA. Esa respuesta mía, sumada al susto en sí, me dio que pensar y desde entonces tengo una visión más inminente de la vida de la que tenía. Si llega otro susto, creo que responderé de otro modo.

 

Si te dicen que caí…
Los coaches emplean a veces la “técnica del epitafio” para hacer aflorar en sus entrevistas los deseos auténticos de sus pacientes: “Redacte su epitafio. Piense en como le gustaría ser recordado…“. Es decir, limite su tiempo disponible y visualice como le gustaría emplearlo. Defina sus objetivos. Después de todo y en la excelente definición de Jory des Jardins, ¿qué es un obituario sino una nota de prensa para un muerto?

Saludos Rodrigo González Fernández, consultajuridica.blogspot.com

 

Cuando lo realicé por primera vez, este ejercicio de autodescubrimiento me pareció un tanto insidioso. La clave está –creo- no en hacerlo una vez, sino en hacerlo a menudo. Y en no engañarse.

 

No defiendo aquí por fuerza los cambios profesionales radicales (del tipo dejo de ser un broker y me convierto en neorrural) como panacea universal. Frente a ellos, el inmovilismo es la opción contraria “no puedo cambiar: tengo que pagar la hipoteca, el coche, etc.”. En la esfera profesional, hoy ser competentes es necesario pero no suficiente: hay que ser auténticos. ¿Y cómo serlo si empezamos por autoengañarnos?

 

Así que amigo/a suscriptor/a, me vas a disculpar que en este número en vez de hablar de nuevos formatos de comunicación haya planteado un tema como este. Pero, al preguntarme sobre qué escribiría hoy si sólo me quedaran 37 días, ese fue el tema que salió. Ojalá te sirva.

 

Esta conversación continua en nuestro blog y si no hay cambio de planes :-) el próximo 15 hablamos de comunicación digital. Hasta entonces.

 

Neus

 

Neus es socia directora de Manfatta SL, productora de comunicación.