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Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en RSE de la ONU
Diplomado en Gestión del Conocimiento de la ONU
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Fono Cel. 93934521
SANTIAGO CHILE
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El arca de Noe de las plantas: la bóveda del fin del mundo.
El archipiélago noruego de Svalbard, conocido por muchos como "la Perla del Ártico", es un lugar remoto y extraño situado entre los 74º y los 80º Norte. Longyearbyen, su capital, es el sitio habitado más próximo al Polo Norte geográfico.
En este archipiélago se ubica también una construcción que nos remite a las películas de ciencia ficción sobre el fin del mundo. Estoy hablando de la Bóveda Global de Semillas de Svalbard (en inglés, Svalbard Global Seed Vault y en noruego, Svalbard globale frøkvelv), que ya ha sido apodado como la "bóveda del fin del mundo".
Un silo que se construyó a 130 metros de profundidad en una montaña de piedra arenisca en la isla de Spitsbergen, cerca de Longyearbyen, a 1.000 kilómetros de Noruega y a otros 1.000 del Polo Norte. Las obras se iniciaron en marzo de 2007 y el silo se inauguró oficialmente el 26 de febrero de 2008.
La fundación Iberdrola apuesta por la sostenibilidad, la cultura y la solidaridad |
jueves, 15 de octubre de 2009 | |
El Patronato de la Fundación Iberdrola, que cuenta con Ignacio Galán como Patrono de Honor y con Manuel Marín como Presidente, ha aprobado el Plan Director de la institución para el periodo 2010-2014. Con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas, la Fundación centrará su actividad en tres áreas de actuación: avance hacia un modelo energético sostenible, desarrollo cultural de los países en los que la Compañía desempeña su actividad y cooperación al desarrollo y solidaridad. Las iniciativas se implantarán especialmente en España, Reino Unido, Estados Unidos e Iberoamérica, regiones en las que el Grupo cuenta con una mayor presencia. |
Siemens se refuerza en el mercado solar con la compra de Solel |
viernes, 16 de octubre de 2009 | |
La multinacional Siemens entra directamente a una posición de liderazgo en el mercado de la energía solar termoeléctrica con la compra de la israelí Solel Solar Systems. La alemana ha invertido 418 millones de dólares (280 millones de euros) en la operación. Solel es uno de los dos fabricantes más importantes de tubos de vacío para las plantas termosolares y es suministrador para empresas como ACS en sus instalaciones de esta energía renovable en el complejo Andasol (Granada). En España, ha suministrado componentes a un total de 15 plantas termosolares con una potencia de unos 750 megavatios (MW). Cuenta también con una "interesante cuota de mercado" en EE UU, según dijeron ayer desde Siemens. La israelí tiene una plantilla de 500 personas. Obtuvo unos ingresos en el primer semestre de 2009 de 90 millones de dólares, según los datos facilitados por Siemens en su comunicado.
Fuente autor Cinco Días |
SANTIAGO.- El ministro de Obras Públicas, Sergio Bitar, encabezó el seminario internacional "Iniciativas de plantas desalinizadoras dentro del Sistema de Concesiones", el cual se desarrolló en hotel Crowne Plaza de Santiago y fue organizado por la Coordinación de Concesiones de Obras Públicas del MOP.
La instancia convocó por primera vez a los sectores público y privado, instancias que analizan durante dos días el diseño, construcción, operación, financiamiento de proyectos de desalinización de agua de mar, modelos de negocios, y la institucionalidad o coordinaciones requeridas en el ámbito regulatorio.
El seminario se enfoca principalmente en el análisis de los escenarios hídricos previstos para las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta, Atacama y Coquimbo.
En esa línea, el secretario de Estado explicó que "el norte de Chile tiene un gran potencial de crecimiento y demanda mucha agua. Las exportaciones de Chile consumen mucha agua. Chile exporta agua en la práctica. En el centro, la situación es distinta, pero también va a haber una escasez creciente por el cambio climático. En el sur estamos con temas de cuidado de las aguas, más en la zona austral con los glaciares, de manera que el agua se transforma en un tema esencial para Chile".
En el evento, el titular del MOP describió la situación y requerimientos de los recursos hídricos en las cuencas para las regiones del norte de nuestro país. Además, abordó la iniciativas de plantas desalinizadoras desde la perspectiva energética y medioambiental y desde el marco de la normativa jurídico- institucional y el sistema de Concesiones.
Al respecto, el ministro Bitar destacó que "quiero y vamos a empujar, a ayudar a las empresas nacionales e internacionales, que pongan más esfuerzo en estas iniciativas, que nos propongan modelos de negocios y nuevas tecnologías. Y creo que Chile tiene que formar también centros de investigación, de energías renovables y de agua de mayor nivel para seguir el paso de los cambios mundiales".
El trabajo de análisis de posibles iniciativas de desalinización, impulsado por el Ministerio de Obras Públicas, constituye una gran oportunidad para determinar si puede confluir el interés privado con la política pública en relación al consumo de agua de la población y el aumento en la productividad agrícola de alto valor, considerando que efectivamente, la zona norte de nuestro país, enfrenta restricciones de disponibilidad de agua para los diversos usos, restricción que se prevé, irá en aumento en el mediano plazo.
En este sentido, el desarrollo de la tecnología de desalinización ya no constituye una tecnología experimental; por el contrario, son cada vez más los países que con éxito recurren a estas plantas para el abastecimiento de agua, destacando los casos de Estados Unidos, España y México.
En el caso chileno, la industria minera ya se encuentra considerando esta tecnología en sus planes de expansión; sin embargo, la solución para los usos en consumo humano como en riego requiere de la implementación de una política pública que permita su desarrollo.
Ciudades de bajo carbono
Londres, Copenhague, Adelaida, Phoenix o Vancouver se han propuesto disminuir sus emisiones de dióxido de carbono (CO2). Para ello, estas "ciudades de bajo carbono", cada vez más numerosas en todo el mundo, asumirán medidas de apoyo a las energías renovables, las tecnologías ecológicas o el urbanismo sostenible. Los expertos explican que estas iniciativas, además de luchar contra el cambio climático, aumentarán los puestos de trabajo "verdes" y reducirán la dependencia de unos combustibles fósiles que se agotan.
- Imagen: Stephen -
Reino Unido quiere dar ejemplo como país pionero en la lucha contra el cambio climático. Su Plan de Transición al Bajo Carbono pretende reducir hasta 2020 las emisiones de gases de efecto invernadero un 34% por debajo de los niveles de 1990. Las medidas son muy diversas y en algunos casos pioneras: aumento de los coches eléctricos y de la eficiencia en los vehículos de combustible, instalación de contadores inteligentes en los hogares, aislamiento térmico de las viviendas, construcción de edificios de energía cero, etc.
Reino Unido quiere reducir hasta 2020 sus emisiones de gases de efecto invernadero un 34% por debajo de los niveles de 1990
La capital británica encabeza esta apuesta y uno de sus objetivos es transformarse en una ciudad de bajo carbono. Sus responsables consistoriales instauraron el año pasado una Zona de Bajas Emisiones para dejar fuera del centro urbano a los vehículos más contaminantes. Otra medida reciente convertirá a diez distritos en "zonas de bajo carbono". El ayuntamiento londinense invertirá al menos 220.000 euros en cada zona para que asuman diversas medidas de eficiencia energética y de reducción de las emisiones de CO2. Se calcula que unos 13.000 hogares, 1.000 tiendas y negocios, 20 escuelas, un hospital y varios lugares de culto y centros comunitarios se beneficiarán de esta iniciativa.
El proyecto incluye ayudas para familias de ingresos bajos que instalen sistemas de aislamiento térmico o paneles solares. Varios programas educativos explicarán a los vecinos cómo reducir el consumo energético o cómo utilizar contadores inteligentes.
Londres no es la única metrópoli del mundo que aspira a reducir sus emisiones de CO2. La carrera por transformarse en una ciudad de bajo carbono tiene a varios contendientes bien situados. Copenhague, que en diciembre acogerá la Cumbre Mundial sobre el Clima, sucesora de Kyoto, ha anunciado su objetivo de convertirse en la primera capital del planeta con "cero emisiones" de CO2 en 2025. El aumento de la energía eólica o la generalización de los coches eléctricos y de hidrógeno son algunas de sus bazas. Pero puede que en su propio país haya quien se adelante. La pequeña ciudad portuaria de Frederikshavn (25.000 habitantes) quiere ser en 2015 la primera urbe basada en energías renovables al 100%.
- Imagen: Martin P -
Suecia ha demostrado hace años su conciencia ecológica. Varias ciudades han asumido ambiciosos planes medioambientales, como Växjö. Esta localidad de 80.000 habitantes se ha propuesto, desde los años noventa, abandonar los combustibles fósiles para 2050. En la actualidad, gracias a la explotación de los bosques, el 57% de sus necesidades energéticas (84% de la calefacción y más de un tercio de la electricidad) proviene de fuentes renovables. La ciudad ha reducido sus emisiones de CO2 en un 25% en diez años.
En otros lugares del mundo no quieren quedarse a la zaga. La ciudad australiana de Adelaida aspira a lograr una "neutralidad de carbono" entre 2020 y 2025. La ciudad de Phoenix (Arizona) ha anunciado su intención de ser la primera villa estadounidense neutra de carbono. Sus responsables invertirán mil millones de dólares para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 70% en tres o cuatro años.
La ciudad canadiense de Vancouver y el estado norteamericano de California han llegado a un acuerdo de colaboración para desarrollar "zonas de desarrollo económico de bajo carbono". Sus responsables incentivarán el uso de tecnologías ecológicas para reducir las emisiones de CO2 y aumentar el número de trabajadores del sector "verde".
Copenhague ha anunciado su objetivo de convertirse en la primera capital del mundo con cero emisiones de CO2 en 2025
Varias ciudades mexicanas son candidatas para un estudio piloto denominado "Hacia Ciudades Competitivas Bajas en Carbono", que pretende mejorar el nivel de vida de sus ciudadanos. La población barcelonesa de Sant Cugat del Vallès estudia la posibilidad de crear la primera comunidad residencial de España con un balance de cero emisiones de CO2.
Asia también se quiere sumar a estas iniciativas. Japón anunció en 2007 su objetivo de reducir entre un 60% y un 80% las emisiones de CO2 para 2050 y convertirse en una "sociedad de bajo carbono". Para ello, impulsará diversas medidas que incluyen el apoyo a las tecnologías medioambientales, la asunción de un sistema de comercio de emisiones doméstico o impuestos de carbono. En China, varios responsables institucionales han reconocido su interés por gestionar de forma sostenible la gran velocidad de la urbanización en este país. La puesta en marcha de medidas de bajo carbono sería una de las iniciativas que se podrían llevar a cabo.
La construcción de nuevas ciudades con criterios futuristas y medioambientales es otro intento a largo plazo. Los responsables de Dongtan, en China, o Masdar, en Abu Dhabi (Emiratos Árabes Unidos) han asumido como prioridad la reducción de las emisiones de CO2. En Europa, los responsables de la Comisión seleccionarán a 30 urbes, dentro del Plan Estratégico de la Energía (SET), para lograr que en 2020 se conviertan en "ciudades inteligentes". Entre las medidas se contempla la creación de zonas de bajo carbono o la utilización de nuevas tecnologías ecológicas y energías renovables.
El tema de las ciudades de bajo carbono será objeto de debate en un Congreso internacional que se celebrará en Oporto (Portugal) durante este mes de octubre. Su responsable, la Asociación Internacional de Urbanistas (ISOCARP/AIU), señala la necesidad de una planificación urbanística que haga realidad este tipo de iniciativas.
Desafíos de las ciudades de bajo carbono
Algunos expertos reconocen las buenas intenciones de estas iniciativas, pero recuerdan que el concepto de "bajo carbono" es muy amplio. La neutralidad puede significar no eliminar todas las emisiones de CO2, sino compensarlas en un mercado de carbono. Por ello, recomiendan que los objetivos impuestos por estas ciudades se reflejen en inversiones y medidas ecológicas reales para los próximos años.
Según Daniel Lerch, autor del libro "Ciudades Post Carbono: Planeando la Incertidumbre sobre la Energía y el Clima", los retos del cambio climático y el fin de los combustibles fósiles sólo se podrán afrontar con medidas innovadoras, diferentes a las tomadas hasta ahora. Lerch recomienda transformar el sistema del transporte y el uso de la tierra, reducir el consumo de energía o emprender una estrategia de "relocalización" que devuelva el protagonismo a las comunidades locales.
MUY IMPORTANTE PARA CHILE....
Energía termal oceánica
Utilizar el océano como un gigantesco colector de energía solar térmica es el objetivo del sistema denominado "Conversión de la Energía Termal del Océano" (OTEC). Sus defensores aseguran que podría cubrir las necesidades energéticas de todo el mundo y ofrecer otras aplicaciones. El calor oceánico podría utilizarse para sistemas de aire acondicionado, desarrollar granjas agrícolas y piscifactorías, producir agua dulce desalada, extraer minerales o luchar contra el cambio climático. A pesar de su potencial, las instalaciones de OTEC se mueven a nivel experimental o en fase de proyecto. Pero los costos crecientes de los combustibles fósiles y el interés por las energías ecológicas han revivido hoy en día su interés.
Qué es y cómo funciona
- Imagen: Wikimedia -
El sistema de OTEC pretende aprovechar el calor oceánico como una fuente energética ecológica. Sus defensores aseguran que es constante y permanente, a diferencia de otras energías renovables, como la eólica o la fotovoltaica. Pero no vale cualquier zona: estas instalaciones se basan en la diferencia de temperatura, de al menos 20 grados, entre la superficie y el fondo de los océanos. Estas condiciones se producen en las áreas costeras tropicales. La eficiencia de este sistema es muy baja: se estima entre un 1% y un 7% como máximo.
Con el 1% de la energía generada por la OTEC se cubriría entre 100 y 1.000 veces el consumo eléctrico actual mundial
A pesar de estas limitaciones, su potencial es enorme. Según estimaciones del Laboratorio Nacional de Energía Renovable (NREL) de EE.UU., en un día medio, 60 millones de kilómetros cuadrados de los mares tropicales absorben una cantidad de radiación solar equivalente en energía a unos 250 millones de barriles de petróleo. Si el 0,1% de esa energía solar almacenada podría convertirse en energía eléctrica, podría abastecerse en más de 20 veces el consumo total de electricidad de EE.UU.
La Ocean Energy Council, una organización sin ánimo de lucro para el aprovechamiento de la energía oceánica, calcula que con el 1% de la energía generada por la OTEC se cubriría entre 100 y 1.000 veces el consumo eléctrico actual mundial.
Diferentes tecnologías
Los expertos distinguen tres tipos de sistemas de OTEC:
Aprovechar el calor de las fumarolas
El calor de los océanos podría utilizarse de otras formas. El Sistema de Recuperación Hidrotermal Marshall es una iniciativa para aprovechar el calor de las fumarolas oceánicas. Las elevadas temperaturas de estos volcanes submarinos calentarían un fluido que sería conducido por una tubería a la superficie. La energía térmica contenida en el líquido sería extraída para generar electricidad.
El calor de los océanos podría abastecer de energía a todo el mundo, producir agua dulce y alimentos o combatir el cambio climático
Otras posibles aplicaciones del sistema
- Imagen: ORPC -
Uno de los inconvenientes de estas instalaciones podría transformarse en una ventaja. La creación de plancton y la subida de agua fría podrían aprovecharse para refrigeración y para el desarrollo de granjas agrícolas y de acuicultura. La planta experimental de Hawai utiliza estos recursos en el aire acondicionado y para diversos cultivos. Los expertos de este laboratorio han demostrado que los salmones y las langostas crecen más rápido con estos nutrientes. En cuanto a las posibilidades agrícolas, los experimentos de esta planta hawaiana han permitido el cultivo de algas comestibles y de más de cien tipos diferentes de frutas y vegetales.
La electricidad generada en estas plantas se podría utilizar para producir otros combustibles y productos, como hidrógeno, amoniaco o metanol. Las instalaciones de OTEC de ciclo abierto o híbridas pueden producir grandes cantidades de agua dulce. En teoría, una instalación de 2 megavatios podría producir unos 4.300 metros cúbicos de agua desalada diarios.
Una instalación de 2 megavatios podría producir unos 4.300 metros cúbicos de agua desalada diarios
Otra posibilidad sería el aprovechamiento del potencial minero de los océanos. La idea consistiría en extraer los 57 elementos contenidos en sales y otras sustancias y disolverlos en una solución.
Algunos expertos hablan del potencial de estas instalaciones en la lucha contra el cambio climático. Un artículo de 2007 de la revista Nature sugería la idea de utilizar bombas para llevar el agua desde las profundidades y secuestrar el dióxido de carbono (CO2). Se estima que una planta de OTEC optimizada para este objetivo podría secuestrar 10.000 toneladas de CO2 por cada megavatio producido al año.
Proyectos de OTEC en el mundo
En la actualidad, la tecnología de OTEC se mueve de manera experimental o en fase de proyecto. La crisis del petróleo de la década de los setenta supuso su época dorada, con la creación de varias instalaciones. Superada la crisis, el apoyo a estas plantas desapareció. Los costos crecientes de los combustibles fósiles y la atracción por las energías ecológicas han revivido hoy en día su interés. El año pasado, por primera vez mucho tiempo, el Departamento de Energía de EE.UU. otorgó una subvención a proyectos de OTEC.
- Imagen: Tony Webster -
Una de las iniciativas más destacadas corresponde al Laboratorio de Energía Natural de Hawai, creado en 1974 por el Gobierno estadounidense con el fin de impulsar este sistema. En 1979, sus responsables, con el apoyo de varios socios privados, producían por primera vez energía eléctrica en red con un sistema de OTEC de ciclo cerrado en mar abierto. La instalación se ubicaba en un barco a dos kilómetros y medio de la costa de Hawai y generaba energía para cubrir la iluminación y los sistemas eléctricos del buque.
En 1984, el Instituto de Investigación de Energía Solar de EE.UU. (el NREL hoy día) desarrolló un evaporador vertical para convertir agua de mar tibia en vapor de baja presión para plantas de ciclo abierto. En 1993, la planta experimental de ciclo abierto de Keahole Point, en Hawai, produjo 50 kilovatios (kW) de electricidad. En 1999, el Laboratorio de Energía Natural lograba 250 kW con su central piloto de ciclo cerrado, la mayor instalación de este tipo puesta en funcionamiento hasta la fecha.
Una de las iniciativas más destacadas corresponde al Laboratorio de Energía Natural de Hawai
Tras una década de trabajo, la compañía Tokyo Electric Power culminó en 1981 una planta de ciclo cerrado en la isla de Nauru, en el Océano Pacífico central. La instalación generaba unos 120 kW, de los que 90 se utilizaban para consumo propio y el resto para suministrar electricidad a una escuela y otros lugares de la isla. En la India, el Instituto Nacional de Tecnología del Océano puso en marcha una planta piloto, pero se paralizó por falta de financiación.
En el ámbito académico, diversos países han demostrado un interés creciente. Japón, a pesar de carecer de áreas de potencial OTEC, ha trabajado en esta tecnología para exportarla a otras regiones. El Instituto de Energía Oceánica de la Universidad de Saga ha logrado varios premios por sus avances. En Filipinas, el Departamento de Energía ha trabajado con expertos japoneses para seleccionar 16 posibles sitios de OTEC. Taiwán y varios países europeos también han explorado este sistema como parte de su estrategia energética a largo plazo. En Puerto Rico, varios expertos han señalado las posibilidades de una zona a dos millas de las costas de Maunabo. Diversas empresas privadas estadounidenses también han planteado la idea de una planta de OTEC, pero por el momento se encuentra en fase de proyecto.
Antecedentes históricos
La idea de convertir el calor del océano en energía no es nueva. El primero en proponerla fue el físico francés Jacques-Arsene d'Arsonval en 1881. La primera instalación de OTEC fue construida en Cuba en 1930 por un estudiante de Arsonval, Georges Claude. La instalación produjo 22 kW de energía, suficiente para abastecer a dos hogares modernos de tipo medio. En 1935, Claude construyó otra planta a bordo de un buque de 10.000 toneladas de carga amarrada frente a las costas de Brasil. El mal tiempo y las olas la destruyeron antes de que pudiera generar energía. En 1956, científicos franceses diseñaron una instalación de OTEC para Abidján (Costa de Marfil), pero sus elevados costes im
Desafíos que se deben superar
La OTEC requiere grandes inversiones de dinero. Expertos del Pacific International Center for High Technology Research han estimado que una planta comercial de cinco megavatios podría costar entre 80 y 100 millones de dólares.
- Imagen: Modelo digital en 3d de los fondos marinos del mar de Alborán (Instituto Español de Oceanografía) -
Las tuberías tienen que ser amplias y llegar a varios miles de metros de profundidad para lograr la diferencia de temperatura necesaria. El mantenimiento de la instalación es delicado, ya que hay que luchar contra la corrosiva agua salada y la materia orgánica que deteriora los tubos y demás componentes. Las condiciones meteorológicas adversas de las zonas tropicales, como tormentas o huracanes, pueden acabar con estas instalaciones. Los defensores de la OTEC argumentan que la tecnología no sería un problema, sino, una vez más, el coste: la industria petrolera ha hecho frente a estos problemas durante décadas y sólo habría que invertir en soluciones similares.
El posible impacto ambiental de la OTEC es otro motivo de debate. Los nutrientes en el agua fría de las profundidades podrían ayudar a prosperar a las granjas de acuicultura, pero también a otros organismos no deseados. El bombeo de miles de millones de litros de agua de las profundidades podría alterar las condiciones de estas zonas, en las que también hay vida. Los posibles derrames del amoniaco o el freón utilizados en el sistema, o de la sal producto de la evaporación del agua, deberían ser tenidos en cuenta. Las plantas OTEC podrían también constituir una amenaza para la pesca o la explotación minera futura.
Algunos expertos señalan el riesgo de que estas instalaciones pudieran modificar las condiciones meteorológicas
Algunos expertos señalan el riesgo de que estas instalaciones pudieran modificar las condiciones meteorológicas, al igual que los sistemas de geoingeniería. Si la temperatura superficial del océano se altera, aunque sólo sean unas pocas décimas de grado, es posible que se desvíe el curso de las tormentas tropicales.
El aprovechamiento de la energía y del resto de posibles aplicaciones es otro desafío. La mayoría de las plantas de OTEC se instalarían en zonas tropicales de alta mar, lejos de los consumidores. Esta ubicación también podría dar pie a conflictos legales sobre su propiedad y explotación. Algunos expertos sugieren que sean consideradas islas artificiales.
Sus defensores argumentan que como todo sistema experimental, los comienzos son muy costosos. El desarrollo tecnológico y la subida de los precios de los combustibles fósiles, así como sus otras posibles aplicaciones, podrían hacerlo más competitivo y reducir su impacto ambiental.
LUN 19 OCT 2009 | 11:00
Thomas Huxley escribió que las ideas nuevas comienzan como herejías y terminan como superstición. Se refería al El origen de las especies, de Charles Darwin. Algo parecido podría decirse de las teorías actuales de gerenciamiento. En agosto pasado, en la reunión anual de la Academy of Management en Anaheim, California, Art Kleiner reunió a un grupo de distinguidos pensadores y profesionales del management para explorar la evolución de las ideas en esa materia.
Kleiner es editor en jefe de strategy+business (la publicación de la consultora internacional Booz & Co) y autor de The Age of Heretics: a History of the Radical Thinkers Who Reinvented Corporate Management, donde reseña algunas de las principales prácticas gerenciales de nuestro tiempo y las experiencias de quienes desafiaron las teorías imperantes en sus empresas. La versión completa apareció en la última edición de strategy+business. Ésta es una versión condensada.
Los integrantes de la mesa redonda, todos ampliamente conocidos en el campo de la teoría gerencial fueron los siguientes:
Edith Seashore, ex-presidenta del National Training Laboratory, donde predicó a favor de la diversidad.
Charles Seashore, profesor del doctorado en desarrollo humano y organizacional en la Fielding Graduate University.
Phil Rosenzweig, profesor del International Institute for Management Development en Lausanne, Suiza, autor de The Halo Effect... and the Eight Other Business Delusions That Deceive Managers, un análisis de las demostraciones, a menudo poco confiables, que se dan para sostener ideas gerenciales.
P.V. Kannan, CEO y cofundador de 24/7 Customer, un servicio de tercerización internacional que aplicó activamente la idea de equipos autogerenciados de trabajo.
Steven Wheeler, investigador en el Center for Effective Organizations de la Universidad de Southern California sobre los elementos que fomentan el desempeño en la organización.
Los panelistas debían opinar sobre tres temas. El primero, si las ideas valiosas de management tienen siempre un ciclo de vida, o sea, si fatalmente su destino es nacer, imponerse y finalmente morir.
El segundo tema les planteaba si es posible aprender a distinguir entre una idea muy valiosa y otra de poco valor.
Y finalmente, una pregunta: ¿Cómo hacen para reconocer cuando una idea anuncia una nueva era en pensamiento y práctica gerencial?
Charles Darwin
¿Las ideas valiosas tienen un ciclo de vida?
Rosenzweig: Con respecto a lo que dijo Thomas Huxley, no creo que sea tan simple. No todas las buenas ideas comienzan como herejías, y no todas las herejías se convierten en buenas ideas. En management, las ideas tienen valor en tanto instan a la gente o a las organizaciones a hacer cosas de manera diferente para conseguir más eficiencia y mejor desempeño. Y si nuestra unidad de análisis es la empresa, allí el desempeño suele ser más relativo que absoluto. Una compañía adopta una nueva idea, hace las cosas de otra forma y logra alguna ventaja. Pero en cuanto sus competidores comienzan a hacer las cosas de esa manera, desaparece la ventaja y la idea deja de ser valiosa y pasa a ser obsoleta.
E. Seashore: En mi experiencia, los herejes la gente que realmente se entusiasma con las ideas nuevas tienen cualidades especiales de liderazgo y un concepto diferente de autoridad. Quieren cambiar las organizaciones donde trabajan. Advierten que hay cosas que necesitan cambio y se animan a hacerlo.
Wheeler: No estoy muy seguro de que haya muchas nuevas ideas en management dando vuelta por allí. Lo que veo es mucha reconfiguración de ideas existentes. Esta reflexión la hice por primera vez cuando leí el libro de Peter Drucker The Effective Executive: the Definitive Guide to Getting the Right Things Done. En 1967, Drucker escribió que los ejecutivos más iluminados se complementan con personas que tienen habilidades complementarias. O sea, él hablaba de un liderazgo basado en el equipo como opuesto al típico modelo de una sola persona a cargo del liderazgo. Pero luego se perdió ese rumbo cuando llegó el apogeo del líder endiosado reinando solo en la cumbre. Creo que hace falta un poco de experiencia para distinguir las ideas con posibilidad de durar entre las que van a ser moda pasajera.
C. Seashore: Hay ciclos dentro de los ciclos. Siempre que se propone una buena idea, va a haber una gran ola histórica de progreso, pero esa ola va y viene.
He visto el concepto de equipos interdisciplinarios ponerse de moda y pasar de moda cuatro veces. En cada oportunidad que se impusieron surgían aquellos líderes que se ponen nerviosos cuando la autoridad se distribuye. En la actualidad, los equipos están bien vistos. Pero en cualquier momento, el tema de autoridad y control podría cambiar eso. Vimos esas idas y venidas muchas veces en nuestra política nacional y en nuestras organizaciones.
Aprender a reconocer una idea valiosa
Rosenzweig: Para advertir que una idea tiene valor, debemos tener alguna noción del impacto que estamos buscando en el desempeño, y de cómo medir ese impacto. Con los años, he descubierto que la mayoría de los ejecutivos son inteligentes y trabajadores. y quieren hacer lo correcto. Pero son fatales en pensamiento crítico y rigor. La idea fundamental en mi libro The Halo Effect es la importancia de asegurar la independencia de la información. Por lo general, cuando se piensa en el desempeño de una empresa se advierte una tendencia a hacer evaluaciones específicas basadas en impresiones generales. Cuando una empresa está creciendo y es rentable, inferimos que tiene una estrategia brillante, un CEO visionario, gente motivada y cultura vibrante. Cuando el desempeño tambalea, nos apresuramos a decir que la estrategia es equivocada, el CEO se volvió arrogante, el plantel demasiado tolerante y la cultura pesada.
Cuando los investigadores reúnen información que está contaminada con el efecto halo incluidas también entrevistas a gerentes sus resultados son sospechosos. Dicen que han identificado los elementos responsables del desempeño de la compañía, pero principalmente han demostrado la forma en que esos empresarios son descriptos.
Kannan: Aprendemos de la observación. Recientemente, uno de nuestros clientes más grandes nos mandó un consultor que dijo: "al final de cada llamada, deberíamos preguntar a nuestros clientes si hay algo más que podemos hacer por ellos, y luego finalizar la conversación con un "que tenga usted un buen día".
Puse en práctica esas reglas, junto con un complicado mecanismo de medición, y sancionábamos a los vendedores que no cumplían. Luego, en nuestra reunión de gerencia donde escuchábamos todas las llamadas, pronto advertimos que la política no estaba dando resultados. Hoy los clientes quieren terminar rápido la conversación. Los vendedores, como sabían que los estábamos midiendo, hacían la primera de las dos preguntas, pero antes de que pudieran hacer la segunda el cliente ya había colgado.
E. Seashore: Actualmente vemos que en la cima de una compañía surgen grandes ideas, pero necesitan tiempo para ir filtrándose hacia las capas de más abajo en la organización. Y antes de que eso ocurra, la persona que tuvo esas ideas deja la compañía. Detrás viene otra persona con ideas diferentes. Entonces, la gente de la empresa no entiende nada.
Yo puedo tener una idea magnífica para mi organización y puedo ser excelente entusiasmando al equipo de líderes. El verdadero desafío es implementarla antes de que el líder hereje que se interesó en ellas abandone la firma.
C. Seashore: Para desarrollar ideas realmente buenas, uno necesita comenzar con muchas ideas y descartar las malas. Y para eso se necesita una cultura que respete la diversidad. Cuando todos en la sala provienen del mismo entorno, es muy probable que tengan ideas semejantes. Más difícil es crear consenso en un grupo diverso, pero así es como se logran resultados positivos en el largo plazo.
La conformidad conduce al éxito sólo en el corto plazo. En esta cultura nuestra orientada a los resultados, estamos descubriendo que puede ser muy difícil respetar las diferencias y crear consenso simultáneamente. Pero son procesos paralelos; si no están en sintonía tenemos problemas. O sea, si usted crea conformidad y luego la descarta para honrar por un momento la diversidad, va a terminar con un producto muy desparejo.
Kleiner: Yo quiero proponer una perspectiva contradictoria, que comienza con una cita del teórico Elliot Jaques: "el management está en el mismo estado en que estaban las ciencias naturales en el siglo 17, antes del descubrimiento de la circulación de la sangre".
O sea, que hay barberos-cirujanos por todas partes, aplicando sanguijuelas y creando teorías con su limitada experiencia y diciendo: "Bien, la sanguijuela funcionó, la compañía mejoró. Éste debe ser el camino correcto." Y luego a la vez siguiente, la compañía fracasa, pero el barbero-cirujano argumenta que ése fue un caso especial, la sanguijuela todavía funciona.
Uno podría creer que este tipo de multiplicidad de pensamiento es la forma en que operan la naturaleza humana, las ciencias humanas y las ciencias sociales. O uno podría creer que todavía no hemos llegado a la circulación de la sangre. Todavía no tenemos una teoría unificada en cuanto a cómo funcionan las organizaciones. Y tal vez esté a la vuelta de la esquina, o tal vez no tengamos el microscopio que nos permite verla.
Rosenzweig: O tal vez ésa sea la pregunta equivocada. Yo creo que la analogía de la circulación de la sangre conduce a error, y les diré por qué. Se ha pensado mucho durante los dos últimos años sobre el management basado en la evidencia. Los profesores de management Jeffrey Pfeffer y Robert Sutton han escrito sobre esto en su excelente libro Hard Facts, Dangerous Half-Truths and Total Nonsense: Profiting from Evidence-Based Management. Sin embargo, el management basado en la evidencia proviene de la medicina basada en la evidencia, pero hay una gran diferencia entre medicina y management. Si usted tiene una sala de pacientes con la misma enfermedad, y encuentra una nueva molécula o tratamiento que cura a uno de ellos, podría curar a toda la sala. O si es ineficaz, tal vez ninguna de los pacientes se mejore. La recuperación de cada paciente es independiente. Eso es fundamentalmente diferente del desempeño de una compañía en un mercado competitivo, donde el desempeño de la organización es relativo y no absoluto.
Cuando preguntamos, "¿Qué funciona en todas las empresas?" estamos buscando una fórmula absoluta en un campo la competencia en un mercado, eso es intrínsecamente relativo. La respuesta es: "no hay una sola fórmula." Si todos en el negocio siguen la misma receta, no todos van a tener éxito. Si todos supieran cómo ser diferentes de sus rivales de la mejor manera y todos lo hicieran, ya no serían diferentes de sus rivales.
Por eso los comentarios de P.V. Kannan son tan ilustrativos. Él contó una gran historia sobre tener muy poca experiencia y sin embargo lograr gran éxito. Alguna gente podría mirar eso y decir: "Caramba, tal vez la forma de tener éxito sea contratar a un novato. Allí parece haber funcionado." Yo diría que la razón por la cual su compañía tuvo éxito no es por esas cosas. Probablemente él haya tomado varias decisiones muy inteligentes y las haya ejecutado muy bien también. Y eso se pierde en este lindo relato.
Por eso es que toda esta idea de herejía es importante, porque es un salto al vacío. No sabemos cuál va a ser el resultado de acciones herejes. Hay formas de hacer elecciones estratégicas en condiciones de incertidumbre, reconociendo clientes, economías y rivales que tienen una posibilidad de mejorar nuestra probabilidad de éxito. Y eso es lo que deberíamos estar enseñando.
La próxima "nueva verdad"
Kannan: Para mí, se trata de encontrar formas de hacer mejores predicciones. Las tecnologías Web 2.0 nos han permitido compatibilizar la información dentro de las empresas con lo que está disponible fuera de ellas. El modelo tradicional de formar una hipótesis y testearla está bastante muerto en nuestro mundo, porque las cosas cambian rápidamente. En cambio, nuestro foco está en usar información para mejorar la previsibilidad.
Wheeler: Yo creo que los cambios más interesantes vendrán cuando la gente comience a ser estratégica sobre crear las capacidades que necesitan para el éxito de largo plazo y evitar los ciclos de apogeo y caída que la mayoría de las empresas atraviesan.