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miércoles, noviembre 14, 2018

LA REINA LETIZIA

Reina Letizia

© Gtresonline

Con motivo de su viaje oficial a Perú, doña Letizia nos sorprendió con
un estilismo de aire boho chic, y su peinado no podía sino estar a la
altura. Así, durante su visita a una exposición de arte en Lima, la
Reina apostó por el que es uno de los peinados más bohemios con los
que la hemos visto hasta el momento: una melena con raya al centro con
ondas abiertas marcadas con tenacilla de medios a puntas, pero con un
aire relajado y muy favorecedor, lejos de otros estilos más armados
que ha llevado en otras ocasiones en las que ha apostado por rizar su
melena. De hecho, mantiene la zona de la raíz lisa. Y de nuevo,
podemos entrever alguna cana, tal y como hemos podido comprobar en las
últimas apariciones de la esposa de Felipe VI.
Reina Letizia
© Gtresonline
Y nos sorprendió cómo el rizo, conseguido con un trabajo de
tenacillas, fue cayendo poco a poco, a medida que pasaba el tiempo,
como pudimos comprobar durante la recepción en la Embajada de España
en Perú, que se celebró a continuación y para la que la Reina no se
cambió de vestido. Pero lo cierto es que el resultado es también muy
favorecedor, con una onda relajada, apenas retocada, que le sienta
fenomenal. Tras ver su último look, hemos querido repasar algunos
peinados de doña Letizia con ondas para comprobar los estilos tan
dispares que ha llevado cuando renuncia a la melena lisa.
Reina Letizia
© Gtresonline
Cierto es que, aunque la Reina prefiere apostar por la melena lisa o
los recogidos, en ocasiones también riza su cabello, como pudimos ver
el pasado 22 de octubre, con motivo de la entrega del premio Francisco
Cerecedo de periodismo, cuando combinó su comentado vestido negro con
marcado escote en V con una melena rizada con mucho volumen.

Reina Letizia
© Getty Images
También en una audiencia con los ganadores de los recientes Premios
Princesa de Asturias, el pasado mes de octubre, la Reina optó por las
ondas, pero en esta ocasión más con un guiño al estilo Hollywood, con
raya lateral y ondas abiertas muy marcadas.
Reina Letizia
© Getty Images
Y fue en otra entrega de premios, los Mariano de Cavia, Luca de Tena y
Mingote en octubre de 2017 cuando también tuvimos la ocasión de ver a
doña Letizia con la melena ondulada de medios a puntas, con raya en
medio. Pero su estilo distaba de su última aparición, pues optó por un
estilo más sobrio y regio, sin ese punto boho con el que nos ha
sorprendido en esta ocasión.
Reina Letizia
© Getty Images
Con motivo del viaje de Estado de los Reyes a Gran Bretaña, nos dejó
un buen número de imágenes para el recuerdo. En su visita a la Abadía
de Westminster, el 13 de julio de 2017, optó por llevar la melena
suelta, con bucles de medios a puntas.
--
*Fuente*:https://www.hola.com/belleza/actualidad/galeria/20181114132906/reina-letizia-peinado-ondas-bohemias-peru/6/



*Saludos

Rodrigo González Fernández

*Diplomado en "Responsabilidad Social
Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
Diplomado en Gerencia en Administracion Publica ONU
Diplomado en Coaching Ejecutivo ONU(
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miércoles, noviembre 07, 2018

De oveja a tigre: las cinco claves del éxito del rey del coaching

Motivación - Equipos más eficientes: El especialista Fred Kofman
destaca la importancia de encontrar un propósito empresarial para
incentivar a los empleados
Motivación - Equipos más eficientes: El especialista Fred Kofman
destaca la importancia de encontrar un propósito empresarial para
incentivar a los empleados Crédito: Daniel Jayo
Sofía Terrile


noviembre de 2018
Para Fred Kofman, el mundo se divide entre ovejas y tigres. Esa es su
manera "risueña", aclara, de hablar de las filosofías de las víctimas
y de los protagonistas. "La oveja es un animal de rebaño que sigue a
fuerzas externas. El tigre es la persona que decide por sí misma. Vos
podés elegir contar la historia como alguien afectado por fuerzas que
están fuera de su control o como alguien que elige qué hace con lo que
se enfrenta", resume el coach y asesor de desarrollo de liderazgo en
Google.

Kofman es de Buenos Aires, pero vive en Estados Unidos desde hace
años. Allí da cursos de coaching y liderazgo para todas las
generaciones en las oficinas. De visita por su ciudad natal para
presentar su libro La revolución del sentido, dialogó con LA NACION
sobre la diferencia entre un puesto de trabajo y un rol, la necesidad
de encontrar un propósito empresarial para motivar a los empleados y
la importancia de generar las condiciones para que en las compañías se
incentive el bien común y no las individualidades.

Comenzó por la diferencia entre "puesto" y "rol". Lo explicó de este
modo: "Cuando te preguntan cuál es tu trabajo, hay una ambigüedad,
porque te están preguntando por tu objetivo y tu rol. Y tu objetivo
individual puede ir en contra del verdadero objetivo, el grupal,
porque ese es el del equipo".

Para dar más detalles, dijo, utiliza la metáfora de un equipo de
fútbol. "El rol de los defensores no es parar goles, es conseguir la
victoria del equipo. Si vos le preguntás a cualquier persona en una
empresa, te va a poder decir su rol, pero el trabajo de ese empleado
tiene que subordinarse al objetivo de la empresa", detalló.

Para ahondar más en este concepto, Kofman se inspira en teorías
matemáticas. "Para optimizar todo el sistema, es necesario
suboptimizar los subsistemas", aclaró. Pero en los casos en los que la
compensación salarial está atada a objetivos, es probable que aquel
empleado intente optimizar al máximo su propio subsistema y que no
tenga una mirada más general. "Supongamos que hay una persona que
trabaja en ventas. Si hay un colega que podría vender mejor que él o
ella, lo más probable es que no le pase sus operaciones, porque no se
llevará su comisión", resumió.

¿Y qué sucede cuando no hay suficiente conocimiento entre el equipo
como para que ese espíritu de colaboración y de un objetivo mayor
florezca? En esos casos, Kofman habla de una "guerra psicológica", en
la que los trabajadores de otras áreas son deshumanizados para poder
hablar de ellos como si fueran un enemigo. "Cuando das un espacio de
diálogo y de conocimiento mutuo, se forma la mística del equipo. Es la
química que se da cuando la gente se tiene la confianza suficiente
como para que haya un bien común", indicó.

Ese bien común es el centro de su nuevo libro, La revolución del
sentido. El coach asegura que las nuevas generaciones lo tienen claro:
las empresas deben producir un cambio para dejar de poner el dinero en
el centro y el sentido en la periferia e invertir la ecuación. "El
sentido no es la sal para condimentar la carne, es lo central",
aseguró, y añadió: "Tratar de manejar la empresa basado en el dinero
no tiene solución".

Para poner el sentido en el centro, las empresas primero deben
encontrarlo. "Hay que ver cuál es la necesidad humana que está
satisfaciendo el producto o servicio y ver qué historia noble se puede
contar a partir de ahí para inspirar a la gente y que sepa que está
haciendo algo bueno", resaltó.

De ese modo, se llega a tocar una fibra más íntima del ser humano: la
de la ética. "El ser humano es ético por naturaleza, a menos que sea
un sociópata. Desde el principio queremos ser buenos: es por eso que
cuando un chico le pega a su hermano enseguida dice: 'Él empezó'. Si
se quiere incentivar a la gente a que se comprometa con un propósito
superior, hay que ser ético", aclaró. En este punto, hizo un llamado
para las empresas de la "vieja economía", es decir, las que tuvieron
que migrar a lo digital. "No pueden darse el lujo de perder el
liderazgo ético frente a las nuevas compañías, porque desde este punto
de vista, lo virtual o lo físico da igual: lo que importa es el modelo
de comportamiento y el impacto que puedo tener", dijo.

Y para afilar el liderazgo ético de las "viejas" firmas, añadió, es
necesario hacer hincapié en la profundidad, sobre todo si se trata de
una empresa que produce bienes. Explicó: "Estas organizaciones no
pueden tentarte con cambiar el mundo, porque sus recursos llegan hasta
un punto. Sin embargo, sí pueden cambiar la vida de la gente que toque
si lo hace con amor y con cuidado. La propuesta de valor sigue siendo
ética, pero se centra más en la profundidad que en la amplitud".

Para terminar, retomó su idea de "ovejas y tigres" para hablar de la
coyuntura argentina. "En este momento hay una crisis. Hay algunos que
pueden elegir contar el malestar que sienten por eso, que es cierto.
El problema es saber cuándo parar, porque la crisis no depende de uno.
El tigre se pregunta: '¿y ahora qué puedo hacer?'. La preocupación es
natural, pero la historia no debe terminar ahí. En la película actuás
vos, no estás en la audiencia", concluyó.

Por: Sofía Terrile
--
*Fuente*:https://www.lanacion.com.ar/2188836-de-oveja-a-tigre-las-cinco-claves-del-exito-del-rey-del-coaching



*Saludos

Rodrigo González Fernández*

Diplomado en "Responsabilidad Social
Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
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REGALOS CORPORATIVOS

LAS CLAVES DEL SECTOR DE LOS REGALOS DE EMPRESA EN LA ERA DIGITAL

eCommerce by Lidia Baños - noviembre 6, 2018
claves-sector-regalos-de-empresa-era-digital
En la actualidad, la alta competencia existente en el mercado obliga a
las empresas a tomar medidas extra para conectar con sus clientes. Una
de las más valiosas es apostar por los regalos de empresa. Pero… ¿en
qué consisten y cómo pueden mejorar la relación de las compañías con
los clientes? Y, sobre todo, ¿cómo está siendo la adaptación de este
sector en plena era digital?

¿POR QUÉ SON IMPORTANTES LOS REGALOS DE EMPRESA?

Para lograr ser una empresa exitosa, es crucial ser conscientes de la
importancia de cuidar y reforzar nuestra relación con el cliente. En
este sentido, los regalos de empresa son una buena herramienta que
contribuye a ello. Estos son algunos de los beneficios que puede
reportarnos su uso:

– MÁS VENTAS
Independientemente del producto o servicio que ofrezca una empresa,
uno de sus objetivos es incrementar sus ventas. Las reglas no escritas
del marketing establecen numerosos factores que entran en juego en la
venta, algunos tan vitales como el precio o la calidad del producto.

No obstante, brindar ciertas ventajas al consumidor o tener algún
detalle con él, pueden también motivar la compra. Recibir un obsequio
es algo que el cliente valorará considerablemente, influyendo en su
decisión de compra.

– MÁS FIDELIZACIÓN
Por otro lado, los regalos de empresa resultan muy útiles también en
relaciones a largo plazo con los consumidores. Es decir, además de
motivar la compra, son una buena forma de premiar la fidelidad de
nuestros clientes más duraderos y leales.

A su vez, contribuyen a reforzar esta relación y a que el cliente se
sienta valorado y actúe como un embajador de la marca.

– MÁS DIFERENCIACIÓN
No obstante, para ver crecer las ventas y para establecer relaciones
duraderas con los clientes antes hay que llegar a ellos. O, dicho en
otras palabras, aumentar la visibilidad de nuestra empresa a través de
canales adicionales como la distribución de regalos corporativos.

Además, también es una buena forma de diferenciación del resto de
competidores y, en definitiva, de posicionamiento en el sector.

LA TRANSFORMACIÓN DIGITAL EN EL SECTOR DE LOS REGALOS DE EMPRESA

Sin duda, Internet ha transformado radicalmente la compra y la venta
de productos y servicios. Cada vez más clientes no conciben su
realidad sin el e-commerce o comercio online, lo que incide en la
mayoría de ámbitos, incluido el de los regalos de empresa.

Los distribuidores tradicionales van quedando atrás, dejando paso a
aquellas organizaciones que sí se adaptan a los nuevos hábitos de
compra. Un buen ejemplo es Gift Campaign, compañía española dedicada a
la distribución de este tipo de artículos personalizados para
empresas.

Esta tendencia nos alerta sobre la importancia de facilitar a los
clientes la adquisición de nuestros productos en la Red. Es decir, de
cuidar al máximo nuestra 'presencia' digital. Pero… ¿cuál es la mejor
forma de lograrlo?

– MEJORAR LA EXPERIENCIA DE USUARIO
Son muchas las cosas que los clientes valoran a la hora de comprar
online, pero una de las más importantes es que el proceso les resulte
sencillo. Por ello, la mejora de la experiencia de usuario debe
situarse entre nuestros primeros objetivos. ¿Cómo? Habilitando una web
intuitiva y de diseño atractivo.

– SER TRANSPARENTES
La información es poder, y los clientes son muy conscientes de ello.
Precisamente por eso valoran mucho que sus empresas de confianza les
faciliten toda la información posible: características de los
productos, particularidades del método de pago, estado de la entrega
del producto, etc. Y si pueden consultar esta información en tiempo
real, mucho mejor.

– OFRECER ASESORAMIENTO
Otra de las bases del comercio electrónico es prestar un buen servicio
de atención al cliente. Es importante mostrarse disponible para
resolver las dudas de los clientes, así como para recibir sus
sugerencias y, en definitiva, para dotarles de un asesoramiento
personalizado y ajustado a sus necesidades.

Hay numerosos canales digitales que aprovechar para ello, desde el
correo electrónico y los formularios virtuales hasta la incorporación
de un chatbot en la web.

– OTORGAR RECURSOS EXTRA
Pero si realmente deseamos alcanzar el éxito en terreno 2.0, hay que
ser conscientes de la importancia de aportar recursos adicionales.
Esto es, no ceñirnos únicamente a facilitar el acceso y la compra de
nuestros productos.

Por ejemplo, es vital planificar una buena estrategia digital que
incluya la creación de contenidos que resulten de utilidad al usuario
y que podamos publicar en nuestra web o blog corporativo.

De la misma forma, estar en las redes sociales y aportar buen
contenido a través de ellas también es una buena forma de mejorar
nuestra relación con los clientes y aportarles valor, así como de
conseguir más visibilidad y notoriedad.

ESFUERZO, CONSTANCIA E INNOVACIÓN

En definitiva, la transformación digital es un reto para las
distribuidoras de regalos de empresas, pero también una oportunidad de
estar más cerca de los clientes y de crecer.

La clave está en planificar bien nuestras acciones digitales para
lograr que nuestro servicio online sea óptimo. Pero además de ello,
hay que dedicar esfuerzos de forma diaria y estar al día tanto de las
tendencias digitales como de las fechas relevantes para todo
e-commerce (por ejemplo, el Black Friday).

Aprovechando estos momentos clave para lanzar ofertas especiales, así
como facilitando un buen servicio durante todo el año, será mucho más
sencillo posicionarse como referente entre los que más importan:
nuestros clientes.


--
*Fuente*:https://www.sophiadigital.es/claves-regalos-de-empresa/



*Saludos
Rodrigo González Fernández
*Diplomado en "Responsabilidad Social
Empresarial" de la ONU
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lunes, noviembre 05, 2018

#RSE Fin económico y apariencia social

Fin económico y apariencia social

04 de Noviembre de 2018

Por Santiago García Álvarez*



La responsabilidad social corporativa es una práctica orientada a
ampliar el interés de las empresas hacia su entorno. La empresa con
fines de lucro, tradicionalmente volcada en sus propios intereses
económicos, dedica ahora esfuerzos importantes a lograr el desarrollo
de la sociedad que le rodea. Se trata de una tendencia que se ha
mantenido por años y que ha logrado generar círculos virtuosos en la
sociedad, con efectos positivos en lo social, económico, ambiental y
educativo.

A pesar de los innegables logros de esta tendencia social corporativa,
hay algunos cuestionamientos. ¿No será únicamente una forma de "lavar
conciencia" de las empresas? ¿Las empresas lo hacen con un compromiso
profundo de ayudar o simplemente les gusta colgar en sus oficinas el
sello de empresa socialmente responsable? ¿No resultará que varias
organizaciones emplean estos métodos simplemente para pagar menos
impuestos? ¿Hay verdaderamente coherencia entre el "ser económico" y
el "parecer social" de éstas?

No olvidamos que la economía moderna parte de la teoría de Adam Smith,
de que los individuos tienden a defender su propio interés. A pesar de
ello, los impulsores de esta corriente pensaban que habría una
extensión mayor de la riqueza global, y que ésta terminaría repartida
de alguna manera entre la gran masa poblacional. Pese a una raíz
individualista, el efecto sería verdaderamente social.

Los sistemas estadunidense y británico —así como sus principales
empresas— adoptaron con mayor fidelidad esta postura económica.
Tratándose de dos de las economías más grandes del mundo, se les
cuestiona la desigualdad. "Existen terribles injusticias sociales y
excesos de unos cuantos multimillonarios", argumentarían los críticos
con visión más socialista. "Adoptar un sistema distinto únicamente
conseguiría hacer más pobres a todos", se defenderían los
capitalistas.

Ante las interrogantes, preocupan algunos elementos. ¿Verdaderamente
la teoría del self interest responde a la naturaleza del ser humano,
eminentemente social? Los pilares del mundo capitalista descansan en
la centralidad de la economía y en el aumento de la riqueza, pero
entonces, ¿el centro de la sociedad debe ser el crecimiento económico
o existen bienes mayores sobre los que habría que replantear la
realidad? ¿Por qué si la mayoría piensa que lo económico es sólo un
medio, en realidad la sociedad funciona como si fuera un fin?

Este modelo de organización empresarial, más allá de su protagonismo
anglosajón, prevalece en occidente. En Latinoamérica, el contraste
entre empresas millonarias exitosas y la pobreza de mucha gente es
alarmante.

La empresa moderna, establecida en muchos países de este mundo
globalizado, ha seguido la lógica de la economía clásica, en algunos
casos hasta sus últimas consecuencias. La maximización de utilidades,
el resultado como lo más importante, la tarea por encima de las
personas y la lógica del rendimiento son algunos de sus basamentos.
Actualmente, no es posible en las empresas cuestionarse sobre la
pertinencia de moderar el crecimiento para mirar a fines distintos. En
la empresa moderna, estancarse es retroceder. Por más que un
empresario quisiera hoy hacerse estos cuestionamientos, es
prácticamente imposible tomar caminos alternativos, pues la estructura
social y la cultura organizacional han asumido estas premisas de
funcionamiento. Salir de ellas sería, posiblemente, morir. Así son las
reglas del juego y así se ha jugado por años.

Más allá de los cuestionamientos relacionados con la responsabilidad
social corporativa, sin duda los beneficios son palpables.
Independientemente de las rectas intenciones o no de sus
colaboradores, es un hecho que se destinan mayores recursos a
proyectos sociales, que los empleados dedican horas al trabajo
comunitario y que existe hoy mucha mayor preocupación ecológica por el
planeta.

Por ello, quizás hoy la mayor aspiración social posible de una empresa
se ha limitado a la lógica de la empresa socialmente responsable. A
falta de soluciones de fondo, no es una mala alternativa. Pero hay que
ser conscientes de que no es la solución de fondo y que tenemos que
llegar a la raíz de los problemas para plantear soluciones
definitivas. Por lo pronto, es importante que las organizaciones
tengan cada vez más una visión socialmente responsable. Ojalá sus
directivos y empleados la tengan de fondo y no sólo por tener una
placa. Si la convicción es profunda y se basa en la preocupación de
corazón por los más necesitados, si se plantean fines mayores a los
meramente económicos, si verdaderamente logramos permear a los demás
un ambiente de ayuda al prójimo, los resultados a largo plazo serán
mejores.



*Rector del campus México de la Universidad Panamericana
--
*Fuente*:



*SaludosRodrigo González Fernández*Diplomado en "Responsabilidad Social
Empresarial" de la ONU
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viernes, noviembre 02, 2018

Tecnología, medio ambiente y responsabilidad Por Enrique Dans

Tecnología, medio ambiente y responsabilidad

IMAGE: Nick Youngson CC BY-SA 3.0 Alpha Stock ImagesDesde Damm, que me
invitó hace algún tiempo a participar en uno de sus eventos de
formación interna, "Let's Damm Together", me pidieron un artículo
breve de temática libre para su newsletter corporativa, así que decidí
escribir sobre el futuro de la innovación y la tecnología en un
entorno cada vez más condicionado por la necesidad de desarrollar
estrategias para una preservación eficaz de la vida en el planeta que
vivimos.

Si te está pareciendo que últimamente dedico mucho espacio a este
tema, es porque efectivamente es así: es el resultado de una toma
progresiva de conciencia no sobre el problema, que lógicamente
conocemos desde hace mucho tiempo, sino sobre la importancia de
plantear soluciones para el mismo. Si el dieselgate de Volkswagen
funcionó como una eficaz llamada de alarma y me llevó a escribir
algunos de los artículos más duros que he escrito sobre una compañía y
una industria con la que, además, no tengo una mala relación y que
ahora veo necesitada de una reinvención radical y absoluta, el último
informe del IPCC se ha convertido en la auténtica sirena que suena a
todo volumen y que ya no puede ser ignorada de ninguna manera sin ser
un completo irresponsable o directamente un idiota. Consecuentemente,
he introducido este tipo de contenidos en la práctica totalidad de mis
canales: todo lo que pueda contribuir a crear conciencia sobre el
tema, aunque sea dentro de mis limitadas posibilidades, me parece un
recurso adecuadamente dedicado.

Lógicamente, mi perspectiva no pretende ser catastrofista, sino poner
de manifiesto que la tecnología y la innovación pueden convertirse en
las soluciones a muchos de los problemas más importantes que tenemos,
y que, además, se trata más de una cuestión de adopción que de
desarrollo tecnológico como tal: mucha de la tecnología y de la
innovación que necesitamos para solucionar nuestros problemas como
civilización está ya desarrollada y disponible, y lo único que limita
su capacidad para hacerlo es que sus procesos de adopción no están
teniendo lugar a la velocidad adecuada, en muchos derivado de un
isomorfismo marcado por la hoja de ruta de compañías que pretenden
crecer todo lo que puedan, aunque su estrategia sea insostenible. Es
el momento de que los innovadores se planteen, en cada uno de sus
ámbitos, cómo llevar a cabo cambios que permitan estrategias más
sostenibles, y que puedan convertirse, además, en ventajas
competitivas.

En los próximos años, estoy convencido de que vamos a ver establecerse
una auténtica carrera por adoptar esas tecnologías y lograr cumplir
los objetivos de reducción de emisiones necesarios, en parte debido a
una toma de conciencia de las compañías y de sus trabajadores, y en
parte por la presión que podamos ejercer sobre ellas y sobre los
gobiernos como sociedad y como usuarios. En ocasiones no sé si lo creo
por idealismo, por desesperación o por estupidez, pero todavía lo
creo.

A continuación, el texto de mi artículo:



El pasado día 8 de octubre se publicó un informe del Panel
Intergubernamental sobre el Cambio Climático que revela la desesperada
situación en la que se encuentra nuestro planeta, y hasta qué punto un
incremento de la temperatura de más de un grado y medio podría generar
una catástrofe medioambiental sin precedentes en la historia de
nuestro planeta. Resulta enormemente curioso pensar cómo podemos, como
especie humana, estar planteándonos cuestiones de todo tipo en nuestro
día a día, y no tener la madurez suficiente como para afrontar lo que
se nos viene encima, más allá de negarlo de manera persistente como
hemos hecho a lo largo de los años, o de esconder la cabeza para
pretender que no está ahí.

El cambio climático es, en gran medida, un problema económico y
tecnológico: la combinación de una economía que se empeña en seguir
creciendo de manera insostenible, y una tecnología que, aunque está a
la altura proponiendo soluciones, se encuentra con unos procesos de
adopción mucho más lentos de lo que sería necesario para ello.

¿Cómo puede ser posible que, teniendo tecnologías adecuadas como para
detener un proceso de calentamiento global susceptible de acabar con
la especie humana, renunciemos a utilizarlas porque, sencillamente,
nos resultan incómodas, nos parecen caras o implican un crecimiento
menor? ¿Cómo ajustar la mentalidad de toda una generación a la
necesidad de un cambio imprescindible si no queremos precipitarnos a
una catástrofe?

La responsabilidad no consiste ni en no hacer nada al respecto, ni en
protestar, escandalizarse o asustarse. Implica entender el proceso que
estamos viviendo como una enorme oportunidad para el cambio, para la
diferenciación y para la contribución significativa a las soluciones.
Implica ser creativo, trabajar en equipo, e introducir estos elementos
de sostenibilidad en lo más hondo de la cultura empresarial, hasta
afectar no solo como trabajamos, sino también como vivimos, como
consumimos o hasta como votamos.

A lo largo de los próximos pocos años, nos disponemos a vivir el mayor
proceso de concienciación medioambiental que hemos experimentado jamás
como sociedad. Las compañías y las personas que trabajan en ellas
tendrán que tomar una actitud inequívoca si quieren mantenerse entre
las opciones elegidas por los consumidores: las tecnologías que
permiten eliminar las emisiones, abastecerse de energías limpias y
optar por sistemas de producción o distribución que generen balances
de CO₂ negativos van a convertirse en fundamentales, y las empresas
más proactivas en este sentido sustituirán a las que no sepan serlo.
Estas opciones a menudo implicarán posibles pérdidas de competitividad
o resultados más discretos, pero da lo mismo: la batalla ya no es el
mercado, los accionistas o los beneficios… la batalla es la
supervivencia. O nos convertimos en enormemente proactivos a la hora
de adoptar y explotar las tecnologías adecuadas, o sencillamente, esto
no da más de sí.

Pensémoslo. Tenemos una enorme responsabilidad.







This post is also available in English in my Medium page, "Technology,
the environment and responsibility"


--
*Fuente*: https://www.enriquedans.com/2018/11/tecnologia-medio-ambiente-y-responsabilidad.html?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+ElBlogDeEnriqueDans+%28El+Blog+de+Enrique+Dans%29



*SaludosRodrigo González Fernández*Diplomado en "Responsabilidad Social
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