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lunes, octubre 30, 2017

El negociador efectivo

El negociador efectivo

Paula Benito

as negociaciones forman parte de nuestro día a día, sobre todo en el ámbito profesional. Mercedes Costa en su libro 'El negociador efectivo' (edita LID, 2017) ofrece una serie de claves destinadas a la gestión de negociaciones y mediaciones de manera correcta. La autora dirige el Centro de Negociación y Mediación del IE Business School y cuenta con una amplia experiencia en este campo.

Los negociadores suelen ocupar bastante tiempo en organizar la gestión porque se juegan mucho, pero no siempre se consigue lo esperado porque se cometen algunos errores. Para saber evitarlos a tiempo o solucionarlos, el negociador debe ser un comunicador experto que sepa qué hacer y cómo actuar en cada momento. Para esta autora, "la identidad del negociador es como un puzle en el que cada pieza contribuye a su forma final, surge de la combinación de un conjunto de factores que confluyen para dibujar ante nosotros la identidad del otro".

Lo primero que hay que tener en cuenta es que según como te sientas, así te verán los demás, sobre todo cuanto estás negociando, una situación en la que no siempre te sientes cómodo y seguro. Como añade Mercedes Costa, "dependiendo de nuestra experiencia previa, del conocimiento que tengamos de la materia y de nuestro interlocutor, así serán nuestras emociones ante la negociación". Es necesario contar con una inteligencia emocional que nos permita gestionar el estado de ánimo que tengamos durante la negociación para que influya lo menos posible en nuestra actuación. También es fundamental gestionar los gestos y la voz, el sentido de las palabras, la imagen que presento ante la otra persona y los recursos persuasivos que pongo en juego porque es información que de manera inconsciente le estamos dando a nuestro interlocutor.

Hay factores que nos ayudan a controlar nuestras emociones

La negociación hace que nos sintamos incómodos porque tratamos asuntos complicados, negociamos con una información limitada y cada proceso es único, y lo más importante, intentamos llegar a acuerdos con personas que no piensan como nosotros, algo que se puede tornar complicado.

Pero lejos de lo que se pueda pensar, podemos aprender a controlar nuestras emociones: conociéndonos bien, formándonos como negociadores y acondicionando la situación. La autora menciona, además, la técnica del mindfulness para conseguir que "los negociadores no actúen de manera reactiva a través del control de emociones y la consciencia de las situaciones vividas". Estas técnicas también se pueden orientar a la figura del mediador, que trabaja sobre los prejuicios, emociones y actitud negativa de las partes enfrentadas. Otra táctica que se puede adaptar a estos procesos es el Aikido, que consiste en alinearte sin imponer tu estilo, buscar puntos de coincidencia y buscar la solución sin atacar al receptor.

Nuestro interlocutor, de forma inconsciente, recibe información de nuestra identidad

Cuando dos personas se comunican se hacen una idea de la identidad de su interlocutor y van recibiendo distintos mensajes. Según Costa, hay cuatro elementos que influyen en la primera impresión: la postura y el uso del espacio, la sonrisa y otros gestos faciales, la mirada y, por último, la voz. Nuestro interlocutor, de forma inconsciente, se hace una idea de lo que somos.

Pero la comunicación va más allá, no sólo se trata de la imagen que tenemos y que tiene de nosotros nuestro receptor. Cuando nos relacionamos con alguien, nos situamos en un lugar específico. La autora clasifica tres escalones distintos:

-          Yo mando, tú te sometes: No suelen ser buenos negociadores porque solo tienen en cuenta su punto de vista.

-          Tú mandas, yo me someto: Son pésimos negociadores porque muestran una identidad titubeante y desdibujada.

-          Entre los dos negociamos: Es la postura más adecuada y la cooperación es el factor clave. Se trata de resolver los problemas de manera conjunta sin aplastar al otro.

Cuando se dan desequilibrios en el poder la negociación se puede ver afectada de manera considerable. Por ello, la autora da varias claves para paliar los efectos del desequilibrio: ejercer un control emocional eficiente, mantener un planteamiento de resolución de problemas, escuchar y autoafirmarse. Hay que tener siempre presente que el cambio que debemos provocar en la mesa de negociación no es que lleguen a pensar como nosotros, sino que acepten escuchar las propuestas que les planteamos.


Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
Diplomado en Gerencia en Administracion Publica ONU
Diplomado en Coaching Ejecutivo ONU( 
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CINCO CLAVES PARA VENDER MÁS EN EL PEQUEÑO COMERCIO

desde El Blog de Enrique Dans

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Innovación y pequeño comercio

Posted: 29 Oct 2017 01:02 AM PDT

Cinco claves para vender más en el pequeño comercio - Faro de Vigo

Constan Doval, de Faro de Vigo, me envió algunas preguntas sobre tecnología, innovación y pequeño comercio, para una entrevista que publicó ayer bajo el título "Cinco claves para vender más en el pequeño comercio".

El resultado, convenientemente extractado y resumido por Constan en esas cinco claves que menciona en el título, es bastante mejor que las respuestas originales sin editar que di a cada una de las preguntas que me hizo. En general, intenté centrarme en la necesidad de pragmatismo, de no quedarse atrás y modernizarse mientras se aplica el sentido común y se aplica la lógica a las inversiones tecnológicas, a la necesidad de entender la tecnología como una manera de aportar valor al cliente, y utilizar la empatía para tratar de entender en qué puntos se puede situar ese aporte de valor, en función de la experiencia de quienes realmente conocen su negocio. En el análisis hay también un pequeño intento de aplicar un modelo de difusión tecnológica, tratando de entender qué tecnologías están ya suficientemente ensayadas y probadas, y cuáles están aún en fases relativamente experimentales y resultarían más difíciles de justificar en un entorno en el que, por lo general, los recursos ociosos no suelen ser demasiados.

A continuación, las preguntas y respuestas que nos cruzamos:

P. ¿Qué errores suelen cometer los pequeños comercios en cuanto a estrategias comerciales?

R. El pequeño comercio suele optar por prácticas comerciales muy cortoplacistas, de efecto supuestamente muy inmediato, en lugar de buscar estrategias con enfoques sostenibles que busquen un verdadero aporte de valor al usuario o una verdadera construcción de relaciones que redunde en fidelización. Hacer un buzoneo de un folleto puede resultar sencillo, barato y rápido, pero en la práctica es recurrir a un canal obsoleto, con escasísimo impacto real, y para muchos hoy en día profundamente molesto. Frente a eso, cuestiones como recurrir a canales que de verdad aporten valor al usuario, algo tan sencillo como la posibilidad de hacer pedidos o consultas mediante WhatsApp u otros medios, son posibilidades que claramente intentan aportar una comodidad al cliente en un canal que le resulta familiar, y que puede encontrar muy conveniente en determinadas ocasiones.

P. ¿Cuáles son las estrategias comerciales más eficaces?

R. Lo más eficaz es la psicología inversa: ponerse en el lugar del cliente y plantearse qué tipo de cosas son susceptibles de aportarle valor y generarle una impresión positiva. El pequeño comercio debe plantearse cuál es su verdadera propuesta de valor: la conveniencia, la proximidad, la confianza, etc. y tratar de establecerse como referencia para determinadas cosas, de ayudar al usuario proporcionándole una atención que a otros canales más asimétricos y masivos puede costarles más proporcionar. A partir de esas ideas centrales, hay que hacerse fácilmente disponible a través de aquellos canales que nuestros usuarios puedan estar cómodos utilizando, que les permitan recurrir a nosotros de una manera más fácil, rápida o sencilla que a otras alternativas.

P. ¿Cómo deben aplicarse?

R. Toda estrategia comercial debe aplicarse de manera pragmática. Hace pocos días, mientras caminaba por una calle de Pamplona cuando iba a dar una conferencia, me encontré una carnicería que tenía en su escaparate un número de móvil e invitaba a sus usuarios a hacerle pedidos mediante WhatsApp. Potencialmente es una buena idea, pero necesita algo de ensayo: comprobar que podemos atenderlo debidamente, que no nos supondrá un colapso o unos costes adicionales que no podamos plantearnos, que no genera errores costosos, etc. Es bueno tener una mente abierta y querer probarlo todo, pero el timing, el sentido común y el pragmatismo también son importantes. La tecnología puede ofrecer cosas muy interesantes, pero aún no hace milagros, por mucho que nos lo diga quien nos la ofrece.

P. ¿Se puede prescindir de la tarjeta de crédito y exigir el pago en metálico o es un error que puede lastrar el éxito de un pequeño comercio?

R. Prescindir de la tarjeta de crédito es una barbaridad. En el entorno actual de los negocios, con infinidad de opciones disponibles para el cliente, la mentalidad del pequeño comercio debe ser hacer las cosas infinitamente fáciles, tanto como sea posible. Eliminar la opción de uno de los medios de pago más sencillo, más implantados y más cómodos para el cliente es absurdo, y más si estamos en, por ejemplo, una zona turística con afluencia de potenciales clientes extranjeros, que según de donde vengan, nos mirarán como si hubiésemos salido de una caverna si les decimos que no pueden utilizar una simple tarjeta de crédito. De hecho, debemos ir más allá de la simple tarjeta, y asegurarnos de que nuestros terminales de pago sirven también para aceptar pagos mediante smartphone, contactless, y todas las opciones posibles. Plantearse que no interesa ofrecer esas opciones por una simple cuestión de comisiones es puro cortoplacismo, genera mala imagen e incrementa el coste de adquisición de clientes.

P. ¿Las monedas virtuales como el bitcoin pueden ayudar al pequeño comercio? ¿Cómo pueden implementarlas?

R. El bitcoin o las monedas virtuales tienen aún un nivel de uso cotidiano muy escaso. Ofrecer la posibilidad de pago con bitcoin a nivel de pequeño comercio es bastante engorroso, complica la operativa, y aún es muy difícil que compense las molestias. Salvo en casos muy puntuales, a día de hoy es más una cuestión de imagen, pero sobre todo, de timing y conveniencia.

P. La presencia online o el uso de redes sociales también es fundamental no? En este sentido, cuáles son las mejores estrategias?

R. La presencia online empieza a ser necesaria porque los usuarios que buscan información en la red son cada vez más, y no estar puede plantear dudas e inconveniencias. Simplemente proporcionar algo de información sobre cuestiones como horarios o disponibilidad, o plantear una pequeña logística de proximidad puede, si se cuenta con los recursos suficientes para ello, convertir a un pequeño comercio en una opción mucho más cómoda para muchas cosas. No es necesario plantearse una página de comercio electrónico para estar en la red, basta con pensar qué elementos podrían, en caso de estar disponibles en la red, aportar valor a nuestros usuarios. Por otro lado, la red, sea una web, una página en Facebook u otra cosa, puede permitir poner en práctica algunas estrategias comerciales, apertura de canales de interacción, marketing basado en proximidad, etc.

P. ¿Cuáles son las mejores formas de fidelizar a los clientes?

R. La mejor herramienta de fidelización es el sentido común, entender al cliente y estar dispuesto a hacer cosas que sabemos que va a apreciar. Para algunas de esas cuestiones, la tecnología puede ofrecer posibilidades muy interesantes, que posibiliten una mayor conveniencia, más comodidad o simplemente que nos permitan que el cliente sienta que somos una opción cercana, adecuada y conveniente.

P. La mayoría de las veces el pequeño comercio no puede competir en precios con las grandes superficies ¿cómo pueden ser más competitivos?

R. La competitividad puede basarse en muchos conceptos: puede ser la proximidad geográfica, la percepción de calidad, el consejo y la referencia sobre el producto, la diferenciación en virtud de otros factores… en el caso del pequeño comercio, pocos esperan desarrollos apabullantes de tecnologías de última generación, pero muchos pueden valorar el esfuerzo que supone utilizar la tecnología para acercarse al cliente y hacerle la vida más cómoda. Los precios no lo son todo, ni lo han sido nunca, ni lo serán en el futuro.

P. ¿Qué ventajas ofrece el big data al pequeño comercio?

R. Lo que aporta no es el big data, sino la orientación de la compañía al dato, a la generación de todo tipo de datos sobre la operativa del negocio, los flujos de producto, los hábitos de los clientes… en general, cuanto más sepamos del cliente, mejor servicio podremos plantearnos darle, sin que por ello tengamos que pensar en espiarlo o en que tenga la impresión de que lo hacemos. El big data puede proporcionarnos herramientas analíticas que nos permitan entender muchas cosas de nuestro negocio, y eso puede terminar suponiendo un valor añadido considerable para nosotros o para el cliente, pero tenemos que aproximarnos a ello con pragmatismo y teniendo una cierta idea de lo que queremos obtener.

P. La unión de pequeños comercios o convertirse en franquicia, ¿que ventajas y desventajas tiene?

R. Lógicamente, unirse para desarrollar estrategias comunes permite disponer de mayores recursos, pero reduce los grados de libertad a la hora de ponerlas en práctica, y en ocasiones, el nivel de diferenciación obtenido. Las franquicias pueden ofrecer las ventajas de una marca consolidada, de procedimientos y metodologías probadas, de contratos de suministro ventajosos, etc., pero reducen otras posibilidades de gestión que pasan a no depender de nosotros mismos, sino a estar bajo el paraguas de la franquicia, y pueden obligarnos en ocasiones a compromisos complicados en términos de recursos.

P. El visual merchandising, el reparto a domicilio… ¿son otras estrategias eficaces?

R. Todo vale… cuando tiene sentido. Desarrollar una estrategia que maximice la exhibición de productos y posibilite la compra por impulso puede tener sentido en algunos casos, y dar lugar a un espantoso batiburrillo similar al de un mercado persa en otros. El servicio a domicilio puede ser muy interesante, fidelizar mucho al cliente, y pronto podremos llevarlo a cabo incluso mediante robots que se mueven por las aceras si ello nos interesa, pero para ponerlo en marcha tenemos que tener claro que los costes y los recursos adicionales de los que tendremos que disponer compensan ese esfuerzo. El pequeño comercio, en general, suele caracterizarse porque los recursos no suelen sobrar, y hay que hacer las cosas con sentido común.

Fuente:

Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
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