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viernes, noviembre 02, 2018

Tecnología, medio ambiente y responsabilidad Por Enrique Dans

Tecnología, medio ambiente y responsabilidad

IMAGE: Nick Youngson CC BY-SA 3.0 Alpha Stock ImagesDesde Damm, que me
invitó hace algún tiempo a participar en uno de sus eventos de
formación interna, "Let's Damm Together", me pidieron un artículo
breve de temática libre para su newsletter corporativa, así que decidí
escribir sobre el futuro de la innovación y la tecnología en un
entorno cada vez más condicionado por la necesidad de desarrollar
estrategias para una preservación eficaz de la vida en el planeta que
vivimos.

Si te está pareciendo que últimamente dedico mucho espacio a este
tema, es porque efectivamente es así: es el resultado de una toma
progresiva de conciencia no sobre el problema, que lógicamente
conocemos desde hace mucho tiempo, sino sobre la importancia de
plantear soluciones para el mismo. Si el dieselgate de Volkswagen
funcionó como una eficaz llamada de alarma y me llevó a escribir
algunos de los artículos más duros que he escrito sobre una compañía y
una industria con la que, además, no tengo una mala relación y que
ahora veo necesitada de una reinvención radical y absoluta, el último
informe del IPCC se ha convertido en la auténtica sirena que suena a
todo volumen y que ya no puede ser ignorada de ninguna manera sin ser
un completo irresponsable o directamente un idiota. Consecuentemente,
he introducido este tipo de contenidos en la práctica totalidad de mis
canales: todo lo que pueda contribuir a crear conciencia sobre el
tema, aunque sea dentro de mis limitadas posibilidades, me parece un
recurso adecuadamente dedicado.

Lógicamente, mi perspectiva no pretende ser catastrofista, sino poner
de manifiesto que la tecnología y la innovación pueden convertirse en
las soluciones a muchos de los problemas más importantes que tenemos,
y que, además, se trata más de una cuestión de adopción que de
desarrollo tecnológico como tal: mucha de la tecnología y de la
innovación que necesitamos para solucionar nuestros problemas como
civilización está ya desarrollada y disponible, y lo único que limita
su capacidad para hacerlo es que sus procesos de adopción no están
teniendo lugar a la velocidad adecuada, en muchos derivado de un
isomorfismo marcado por la hoja de ruta de compañías que pretenden
crecer todo lo que puedan, aunque su estrategia sea insostenible. Es
el momento de que los innovadores se planteen, en cada uno de sus
ámbitos, cómo llevar a cabo cambios que permitan estrategias más
sostenibles, y que puedan convertirse, además, en ventajas
competitivas.

En los próximos años, estoy convencido de que vamos a ver establecerse
una auténtica carrera por adoptar esas tecnologías y lograr cumplir
los objetivos de reducción de emisiones necesarios, en parte debido a
una toma de conciencia de las compañías y de sus trabajadores, y en
parte por la presión que podamos ejercer sobre ellas y sobre los
gobiernos como sociedad y como usuarios. En ocasiones no sé si lo creo
por idealismo, por desesperación o por estupidez, pero todavía lo
creo.

A continuación, el texto de mi artículo:



El pasado día 8 de octubre se publicó un informe del Panel
Intergubernamental sobre el Cambio Climático que revela la desesperada
situación en la que se encuentra nuestro planeta, y hasta qué punto un
incremento de la temperatura de más de un grado y medio podría generar
una catástrofe medioambiental sin precedentes en la historia de
nuestro planeta. Resulta enormemente curioso pensar cómo podemos, como
especie humana, estar planteándonos cuestiones de todo tipo en nuestro
día a día, y no tener la madurez suficiente como para afrontar lo que
se nos viene encima, más allá de negarlo de manera persistente como
hemos hecho a lo largo de los años, o de esconder la cabeza para
pretender que no está ahí.

El cambio climático es, en gran medida, un problema económico y
tecnológico: la combinación de una economía que se empeña en seguir
creciendo de manera insostenible, y una tecnología que, aunque está a
la altura proponiendo soluciones, se encuentra con unos procesos de
adopción mucho más lentos de lo que sería necesario para ello.

¿Cómo puede ser posible que, teniendo tecnologías adecuadas como para
detener un proceso de calentamiento global susceptible de acabar con
la especie humana, renunciemos a utilizarlas porque, sencillamente,
nos resultan incómodas, nos parecen caras o implican un crecimiento
menor? ¿Cómo ajustar la mentalidad de toda una generación a la
necesidad de un cambio imprescindible si no queremos precipitarnos a
una catástrofe?

La responsabilidad no consiste ni en no hacer nada al respecto, ni en
protestar, escandalizarse o asustarse. Implica entender el proceso que
estamos viviendo como una enorme oportunidad para el cambio, para la
diferenciación y para la contribución significativa a las soluciones.
Implica ser creativo, trabajar en equipo, e introducir estos elementos
de sostenibilidad en lo más hondo de la cultura empresarial, hasta
afectar no solo como trabajamos, sino también como vivimos, como
consumimos o hasta como votamos.

A lo largo de los próximos pocos años, nos disponemos a vivir el mayor
proceso de concienciación medioambiental que hemos experimentado jamás
como sociedad. Las compañías y las personas que trabajan en ellas
tendrán que tomar una actitud inequívoca si quieren mantenerse entre
las opciones elegidas por los consumidores: las tecnologías que
permiten eliminar las emisiones, abastecerse de energías limpias y
optar por sistemas de producción o distribución que generen balances
de CO₂ negativos van a convertirse en fundamentales, y las empresas
más proactivas en este sentido sustituirán a las que no sepan serlo.
Estas opciones a menudo implicarán posibles pérdidas de competitividad
o resultados más discretos, pero da lo mismo: la batalla ya no es el
mercado, los accionistas o los beneficios… la batalla es la
supervivencia. O nos convertimos en enormemente proactivos a la hora
de adoptar y explotar las tecnologías adecuadas, o sencillamente, esto
no da más de sí.

Pensémoslo. Tenemos una enorme responsabilidad.







This post is also available in English in my Medium page, "Technology,
the environment and responsibility"


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*Fuente*: https://www.enriquedans.com/2018/11/tecnologia-medio-ambiente-y-responsabilidad.html?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+ElBlogDeEnriqueDans+%28El+Blog+de+Enrique+Dans%29



*SaludosRodrigo González Fernández*Diplomado en "Responsabilidad Social
Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
Diplomado en Gerencia en Administracion Publica ONU
Diplomado en Coaching Ejecutivo ONU(
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