La clave está en el tacto
Tras años de investigación, el prototipo Surface, desarrollado por Microsoft, vuelve a demostrar que las fantasías de la ciencia ficción - Minority report,sin ir más lejos- pueden conducir a la realidad. Lo que ahora se plantea es cómo convertirlo en un producto al alcance de una minoría de consumidores
La presentación por Microsoft de su prototipo de ordenador Surface, montado horizontalmente y con una pantalla táctil, ha tenido repercusión mediática gracias a sus imágenes resultonas y las promesas de innovación que suscita. Hacia finales de año, fecha prevista para la aparición de los primeros ejemplares comerciales, nadie podrá asegurar que el artefacto inaugura una nueva categoría en el mercado. Desde su invención, circa 1975, los ordenadores personales no han cambiado mucho, formalmente. Han multiplicado su potencia, almacenamiento y prestaciones; han nacido los portátiles, e internet ha alterado sus usos sociales. Mientras eso ocurría, los precios caían vertiginosamente (en 1983, los primeros PC de IBM llegados a España se vendían a 1,2 millones de pesetas). Al mismo tiempo, poco o nada ha cambiado su modo de relacionarse con el usuario, el llamado interfaz, que depende del teclado y el ratón. Las tecnologías sensoriales que trae el Surface modifican esas condiciones.
Bill Gates ha dicho muchas veces que la industria del hardware ha constreñido el desarrollo del PC debido a su incomprensión del "interfaz natural".
Por su parte, Microsoft ha investigado durante años otras formas de relación entre usuario y máquina. Ahora, por fin, parece pensar que tiene entre manos un producto con potencial de mercado. Partiendo del precio inicial de 7.000 euros, el ordenador táctil queda por ahora confinado a unas pocas aplicaciones de gama muy alta, demasiado alta. A diferencia de las pantallas táctiles que llevan, por ejemplo, los cajeros automáticos, en las que el dedo activa una trama de diodos, la pantalla del Surface no es realmente sensible al tacto: una serie de cámaras y sensores reconoce lo que toca la superficie.
Puede resumirse diciendo que la clave es el interfaz: a partir del contacto se produce la interacción, equivalente a lo que en un PC convencional se consigue introduciendo instrucciones con el teclado o el ratón. El Surface reconoce los movimientos de los dedos o el de accesorios con forma de pincel o lápiz, sobre su pantalla horizontal de 76 cm en diagonal. Un grupo de personas puede situarse alrededor e interactuar colectivamente.
El sistema identifica los objetos físicos que llevan una etiqueta electrónica, un código de barras sofisticado. Según se puede apreciar en el vídeo de demostración [ www. microsoft. com/ surface], cuando se apoya una copa sobre la superficie horizontal, el ordenador interpreta que el usuario quiere consultar la carta de vinos: ésta aparecerá en la pantalla, clasificada y con recomendaciones de expertos. El sumiller electrónico no es más que una curiosidad pueril, comparada con la posibilidad de descargar fotos desde una cámara digital o un teléfono móvil, para clasificarlas, manipularlas y luego almacenarlas o transmitirlas.
Se han anunciado para este año tres aplicaciones: 1) en los casinos de Harrah´s, en Las Vegas, los clientes podrán reservar mesa y entradas para espectáculos; con el tiempo, podría ARCHIVO funcionar como mesa de juego electrónico; 2) ciertos hoteles de la cadena Sheraton experimentarán con la automatización de funciones rutinarias del conserje, y 3) las tiendas del operador T-Mobile en Estados Unidos lo usarán a modo de expositor virtual de teléfonos móviles. Microsoft podría licenciar la tecnología para aplicaciones en hospitales.
Jackie Fenn, analista de Gartner, piensa que se trata de un "cambio de paradigma", algo que la industria ha buscado durante décadas y que resulta posible gracias a las características del sistema operativo Vista. Michael Gartenberg, de Jupiter Research, encuentra relaciones con Star Trek antes de predicar que Surface indica por dónde evolucionarán los ordenadores. Bill Buxton, investigador de Microsoft, reconoce en su blog la deuda del equipo con los trabajos seminales de Philips y Toshiba, entre otros, en torno al concepto de tacto múltiple. Por otra parte, HP comercializa un ordenador táctil (Touchsmart IQ770), de formato convencional y pantalla vertical; el año pasado mostró su prototipo Misto, llamativamente parecido al de Microsoft. Apple, que dentro de unas semanas lanzará su móvil iPhone, con pantalla táctil, adquirió las patentes de Fingerworks, y no se puede excluir que la misma tecnología aparezca pronto en algún miembro de la familia Mac.
Rodrigo González Fernández
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