Sábado 30 de Junio de 2012
Intromisión irresponsable en Paraguay
La intromisión en los asuntos internos de Paraguay por Unasur y Mercosur es irresponsable, abusiva, atenta contra la soberanía y la paz en Paraguay y es contraria al derecho internacional. No aceptaríamos algo semejante.
El ex Presidente Lugo fue removido en un proceso constitucional por amplísima mayoría, y nunca se cuestionó la facultad del Congreso para ejercer el juicio político que lo destituyó; con normas análogas a todo régimen presidencial. Además, el Presidente Franco tiene la misma legitimidad que el Presidente depuesto: fue elegido popular y simultáneamente para el evento de reemplazarlo.
Lugo declaró respetar el procedimiento. Alentado por Chávez, Correa, Morales y Fernández, y por ambigüedades del resto de Sudamérica, incluidos Brasil y Chile, tomó después una actitud desafiante, exponiendo a su pueblo a enfrentamientos. No lo ha logrado: prevalece la calma y el ex obispo cuenta con total libertad y protección como ex Jefe de Estado. No hay denuncias de uso de la fuerza ni de transgresiones a los derechos humanos, los militares no han intervenido, y el nuevo gobierno se ha comprometido a respetar el derecho.
Patética y humillante fue la visita de los cancilleres sudamericanos a Asunción a apoyar al Presidente Lugo. Esa presión contraproducente condujo a la extrema rapidez del juicio político. Mal hizo el Gobierno de Chile y otros al enviar representantes y declarar que no se había respetado el debido proceso, un asunto interno, y que es contradictorio con haber privado al nuevo gobierno de defenderse en las cumbres del Mercosur y de Unasur. Bien ha hecho el Presidente Piñera al descartar sanciones económicas contra Paraguay; coherente con rechazar el embargo a Cuba y sensible a no perjudicar al pueblo paraguayo.
Detrás de la irresponsable reacción latinoamericana está el que Paraguay, después de Bolivia, es la nación más vulnerable del continente; que Lugo es de izquierda y cercano al eje del ALBA, que encabeza Chávez y que pretende heredar Correa. También concurren el corporativismo y la paranoia de presidentes como Cristina Fernández y Morales, que se creen amenazados por rebeliones o protestas internas. Ya dijo el canciller argentino: "No van a golpear a Cristina como lo hicieron con Lugo y Zelaya". Algo parecido han declarado Evo, Chávez y Correa. Dos de ellos derribaron gobiernos constitucionales y los cuatro han realizado golpes institucionales al controlar todos los poderes públicos. A ninguno le importa la suerte del pueblo paraguayo ni la de su democracia.
Brasil, Chile, Colombia, Perú y Uruguay debieron aportar sensatez, impidiendo un consenso latinoamericano en contra de Paraguay y reconociendo a su gobierno constitucional condicionado a la observancia de la democracia, de los derechos humanos y de sus obligaciones internacionales. Ésas serían buenas señales de seriedad de Latinoamérica y de que no somos rehenes de Cristina Fernández ni del ALBA.
Saludos
Rodrigo González Fernández
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Buen artículo. Trduce a l pe3rfección lo ocurrido en Paraguay. Lugo pretendía un cambio ideológico que los paraguayos rechazabamos. Los do partidos políticos mayoritarios en Paraguay apoyaron 3el Juicio Político que destituyó a Lugo. Espero que los buenos latinoamericanos recapaciten
ResponderBorrary enmienden los hecho.