Sexo y género no son lo mismo |
Uno implica diferencias biológicas y otro las ideas sobre éstas
Por Guadalupe Cruz Jaimes | Nueva Identidad
Es importante diferenciar dos conceptos que con frecuencia son utilizados como equivalentes: el sexo y el género. El sexo está determinado por las características genéticas, hormonales, fisiológicas y funcionales que a los seres humanos nos diferencian biológicamente; mientras que el género es el conjunto de características sociales y culturales asignadas a las personas en función de su sexo.
El sexo comprende las características físicas, biológicas y anatómicas de los seres humanos, que los definen como mujeres y hombres. Es una construcción natural, con la que se nace.
Mientras que el género es el conjunto de características sociales, culturales, políticas, psicológicas, jurídicas y económicas asignadas a las personas en forma diferenciada de acuerdo al sexo.
Asimismo comprende las diferencias y desigualdades entre hombres y mujeres por razones sociales y culturales. Dichas diferencias se manifiestan por los roles (reproductivo, productivo y funciones comunitarias), que cada uno desempeña en la sociedad, además de las responsabilidades, conocimiento local, necesidades y prioridades relacionadas con el acceso y control de los recursos.
Los aspectos de género cambian y son diferentes de un lugar a otro, de un grupo étnico a otro y en el tiempo.
Las características de género se modifican a través de la historia y se refieren a los rasgos psicológicos y culturales que la sociedad atribuye, a mujeres y hombres, desde lo que se considera femenino y masculino.
Por tanto, el género es una categoría construida social y culturalmente, se aprende y puede ser transformada.
Según la antropóloga Marta Lamas, el género es el conjunto de ideas sobre la diferencia sexual que atribuye características femeninas y masculinas a cada sexo, a sus actividades y conductas, y a las esferas de la vida; mientras que el sexo se refiere a las diferencias biológicas y naturales que las personas tenemos al nacer.
Producto de dicha diferencia, establecida socialmente, entre mujeres y hombres, se generan condiciones de marginación y discriminación, las cuales afectan de manera diferente a mujeres y hombres.
Desde la infancia, niñas y niños reciben valores y creencias que desde entonces delimitan atributos y aspiraciones sociales que según el sexo deben tener; son educados para comportarse de cierta manera a partir de la diferencia sexual sin que esto se relacione con las capacidades reales de los individuos.
A través de la cultura se trasmiten normas y valores de una sociedad, y su permanencia se logra mediante el proceso de socialización y aprendizaje en las instituciones como son la familia, la escuela, la iglesia, el Estado y los medios de comunicación.
Hasta hace poco más de 10 años, las diferencias entre mujeres y hombres eran referidas como desigualdad o diferencias entre los sexos; sin embargo a partir de 1995, en Pekín, mujeres de todo el mundo acordaron cambiarlo por el concepto de género, debido a que el término sexo se reduce a las diferencias biológicas y el segundo abarca las condiciones sociales que afectan las relaciones entre mujeres y hombres. 07/GCJ/CV
Rodrigo González Fernández
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