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Marcelo Bielsa es el hombre de moda en Chile. Ha alcanzado la categoría de héroe nacional. La selección chilena de futbol, que él dirige, se clasificó brillantemente para el Mundial que se celebrará el próximo año en Sudáfrica. Este no es un hecho que ocurra con la asiduidad que les gustaría a los aficionados chilenos (Chile ha participado en 7 de un total de 18 campeonatos celebrados). Por si fuese poco, en esta ocasión, logro tal hazaña sin tener que esperar al último partido lo que le permitió observar con tranquilidad como, por ejemplo, Maradona mostraba el verdadero patán que lleva dentro tratando de evitar que Argentina quedara fuera de la Copa del Mundo. Bielsa es, entre otras muchas cosas, argentino y dos años atrás, su fichaje no estuvo exento de polémica, ya que no solo resultaba un gasto astronómico para las arcas Federativas sino que existían grandes dudas de que fuera capaz de liderar al equipo hasta la meta propuesta. Hay que recordar que Chile se había clasificado en séptimo lugar en las eliminatorias anteriores y según coinciden muchos expertos, ni siquiera cuenta con los mejores jugadores del continente. Si observamos este fenómeno desde un punto de vista económico, a Bielsa se le contrató con un objetivo muy claro para el que se decidió realizar una apuesta millonaria. Dos años después y logrado dicho objetivo, habría que hacer balance de la situación: ¿Mereció la pena la inversión? A todas luces la respuesta es positiva ya que el impacto que ha tenido el éxito de la selección en diferentes ámbitos de la economía ha sido enorme. Veamos solo 2 ejemplos. Bielsa tiene contrato firmado con la Federación Chilena de Futbol hasta la celebración del Mundial del 2010. En estas semanas de euforia, se han levantado voces proponiendo ampliar la duración de dicho contrato e incluso, algunos políticos (cómo no) han aprovechado la circunstancia para solicitar la nacionalidad chilena para el seleccionador. En mi opinión, tras la disputa del Mundial, y con independencia del desempeño que tenga al frente del equipo chileno, Marcelo Bielsa declinará continuar en el cargo de seleccionador y se marchará. Tanto si mi pronóstico se cumple como si no se hace realidad, es interesante analizar dicho escenario desde el punto de vista del conocimiento:
¿Puedo yo hacer algo de eso? Ha quedado claro que no ya que no dispongo de ese conocimiento. Todo este acervo de conocimiento es público y no debiese ser difícil de plasmar en un best seller que perfectamente podría llevar por título "Los 10 mandamientos de la ley de Bielsa". Sin embargo, la gran incógnita a despejar es ¿Qué pasará cuando Bielsa se vaya? ¿Será capaz la Federación de gestionar todo este conocimiento por el que ya han pagado una suma millonaria? ¿Hay alguna constancia de que el seleccionador que suceda a Bielsa en el cargo heredará el legado dejado por el argentino? ¿Y hay alguna garantía de que clasificará a Chile al siguiente Mundial de Brasil? ¿Cuánto vale realmente el conocimiento que tiene Marcelo Bielsa? ¿Y cómo se podría transferir o al menos conservar para evitar que se pierda? Últimamente he impartido varias sesiones sobre storytelling (cómo usar las historias como elemento de comunicación y aprendizaje) y os incluyo algunas historias breves y muy recientes que ejemplifican esta realidad sobre la movilidad del conocimiento: Para atajar esta auténtica sangría, desde hace ya mucho tiempo existe la obsesión de tratar de incorporar el conocimiento de las personas a los procesos de trabajo de la empresa. Esto es lo que se intenta conseguir cuando se habla de automatización. Hace escasos días, mantuve una interesante reunión con un ingeniero que tiene ese objetivo metido entre ceja y ceja. Ya se sabe que los ingenieros son una tribu muy particular, yo digo que los ingenieros quieren tocar el conocimiento pero no pueden. El problema con el conocimiento es que se escurre, se te esconde y cuando se asusta, como tiene piernas, huye, se marcha. En definitiva, no se deja tocar ni gestionar. Los ingenieros son responsables de "construir" cosas tangibles y su output debe ser algo físico, visible, medible, con dimensiones conocidas. Para construir requieren "ladrillos" y hoy en día, todo el mundo se refiere al conocimiento como la materia prima esencial para cualquier organización. Sin embargo, cuando los ingenieros intentan trabajar con esa materia prima, empiezan los inconvenientes: ¿De dónde se extrae esa materia prima? ¿cómo se manipula? ¿con qué que herramienta se transforma para entregar algo de valor que previamente no existía? Es a partir de este punto donde los ingenieros se encuentran en una situación incómoda y desconocida porque tratan de actuar sobre un material sobre el que no tienen control. Con el conocimiento pasa como con el oxígeno, que no lo ves pero es imprescindible para vivir y te das cuenta de su importancia cuando no lo tienes. Al menos, el oxígeno es posible embotellarlo pero el conocimiento no resulta tan sencillo de operar. La automatización todavía es una realidad con mucho camino por recorrer. La principal inversión que cualquier empresa puede hacer en gestión del conocimiento ya la ha realizado. El conocimiento ya lo tienen, existe, está al interior de la organización y por esa razón precisamente pueden funcionar y obtener resultados. En el caso de Bielsa, es importante preguntarse qué se está haciendo para anticipar el momento de su marcha. ¿Qué se ha aprendido de todo este proceso? ¿Será útil plasmar hasta el más mínimo detalle de las actividades de Bielsa en un manual qué deje constancia de sus métodos? No parece que en el mundo de hoy falten los manuales
El conocimiento tiene una característica muy peculiar y es que nadie te lo puede quitar. Si tú que estás leyendo este artículo, mañana decidieses cambiarte de trabajo, te llevarías todo tu conocimiento contigo y si dicho conocimiento fuese estratégico para tu ya exempresa, el problema que le causarías sería muy grave. Una forma de resolver este dilema sería que cada persona escriba cómo hace su trabajo y con eso se soluciona el problema pero ¿serviría de algo? Hay estudios que indican, por ejemplo, que el valor de Apple caería hasta en un 30% si Steve Jobs decidiese dejar la empresa. Este poder del que gozan los trabajadores del conocimiento va a modificar sustancialmente las relaciones entre empresas y empleados de aquí en adelante. El 5 de noviembre participaremos en el seminario internacional "Innovación & Personas: La Empresa Basada en el Conocimiento" organizado por el Club de Gestión del Conocimiento en Santiago donde abordaremos tópicos como el Conocimiento Crítico, la relación entre Balance Scorecard y Gestión del Conocimiento y el diseño organizacional de una organización del conocimiento. |
CONSULTEN, ESCRIBAN OPINEN LIBREMENTE
Saludos
RODRIGO GONZALEZ FERNANDEZ
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
DIPLOMADO EN GESTION DEL CONOCIMIMIENTO DE ONU
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