Steve Jobs, el hombre que vivió todos sus días como si fuera el último
En el recordado discurso que dictó en la Universidad de Stanford se pueden encontrar los cimientos de su filosofía: Los peores momentos de su vida, fueron finalmente los más productivos.
SANTIAGO.- "Una vez escuché una frase que decía 'si vives todos los días como si fuera el último, algún día seguramente tendrás razón'". Así se podría resumir la historia de uno de los hombres más influyentes en la historia de la tecnología a nivel mundial.
Según las propias palabras de Steve Jobs —en un emotivo discurso dictado en una ceremonia de graduación de la Universidad de Stanford— el genio creador detrás de la magia de Apple vivió durante 33 años levantándose todas las mañanas y diciéndose a sí mismo: "Si hoy fuera mi último día ¿me gustaría hacer lo que voy a hacer?". Si la respuesta era negativa durante varios días consecutivos, sabía que algo tenía que cambiar.
Fue precisamente ese impulso de vivir tan apasionadamente su vida personal y profesional el que lo llevó a convertirse en un hombre ancla en el mundo de los avances tecnológicos.
En los momentos más adversos fue en los que sacó a relucir su personalidad y temple para enfrentar los problemas que a lo largo de su vida no fueron pocos: Lidiar con la presión de ingresar a estudiar a la universidad cuando sus padres adoptivos no tenían dinero para costear los estudios.
Otro momento complicado en la carrera de Steve Jobs fue cuando lo despidieron de Apple. Increíblemente, la mesa directiva decidió despedirlo momento en el cual se dio el gusto de crear NeXT y posteriormente Pixar.
Después de que Apple comprara NeXT, Jobs volvió a la compañía que fundó y comenzó una nueva revolución tecnológica. Se dice que detrás de cada producto, de cada lanzamiento, de cada idea y de cada proceso, no había otro hombre más que Jobs.
"El trabajo va a llenar gran parte de nuestras vida, y la única forma de estar realmente satisfecho es hacer lo que consideras un trabajo genial. Y la única forma de tener un trabajo genial es amar lo que haces. Si aún no lo han encontrado, hay que seguir buscándolo", comentó en el recordado discurso de Stanford.
Su vida sin duda no tuvo muchos momentos complicados en lo económicom, emocional y profesional, pero su forma de ver la vida, de "pensar diferente" y de levantarse tras cada caída lo llevó a transformarse en un referente en todo nivel.
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
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