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martes, junio 27, 2006

ESCRIBIR BLOG CORPORATIVO UN DILEMA QUE SE NOS CONSULTA FRECUENTEMENTE

Cómo escribir (o no) un blog corporativo

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En los últimos tiempos, algunos altos directivos han comenzado a preguntarse: ¿debería escribir un blog corporativo? La misma pregunta se la hacen, con distinto sujeto y formulación, los directores de comunicación y de marketing de muchas compañías (básicamente las de mayor tamaño): ¿debería recomendar a mi jefe que escriba un blog?

Este dilema es bastante similar al que surgió en la década de los noventa sobre la conveniencia o no de tener una página web. Según este razonamiento, todas las compañías deberían ir pensando en crear un blog, es decir, una especie de diario personal online que acepta y estimula el intercambio de impresiones con los lectores.

¿Todas? ¿Es realmente así? Quizás habría que matizar esa afirmación.

Muchas empresas pueden beneficiarse de una herramienta que proyecta valores tan importantes como comunicación, transparencia, honradez, credibilidad, innovación o contemporaneidad. Pero no todas las empresas deberían "blogear".

En primer lugar, no deberían tener un blog las compañías con pocos clientes (y/o con pocos miembros de cualquier otro público objetivo). Un blog corporativo es, básicamente, un formidable vehículo para comunicarse con los clientes, pero pierde su sentido cuando hay maneras más sencillas y eficaces de hacerlo. Un consultor de relaciones públicas comentaba recientemente su frustración cuando, tras proponer a una entidad de banca privada la creación de un blog, un directivo de la empresa le cortó en seco: "Si un cliente mío quiere dar su opinión, simplemente descuelga el teléfono y me llama". Tenía razón.

Por motivos obvios, pero que no siempre se recuerdan, tampoco deberían tener un blog las empresas cuyos clientes no usan nunca el ordenador.

Un tercer grupo genérico de empresas que no resultan apropiadas para lanzar un blog es el de aquellas cuyo negocio contiene información altamente sensible. Una firma de investigadores privados, un fabricante de tecnología armamentística o un despacho de abogados penalistas, por ejemplo, trabajan en asuntos que se prestan poco al comentario informal o personal.

Tampoco deberían hacer un blog las compañías que no saben qué decir en él. Antes de ponerse a ello, cada empresa debe tener una política sobre el contenido de su blog o sus blogs, y no recurrir al tan manido, genérico y peligroso "usemos el sentido común".

Finalmente, estarían desaconsejadas las empresas que no disponen de un buen escritor de blogs, es decir, de alguien con habilidades de comunicación, capaz de encajar las críticas, con una prosa fácil y atractiva, buen conocedor del conjunto de la compañía y con tiempo para mantener activo el blog.

Si excluimos a estos colectivos corporativos, ciertamente, todas las empresas deberían plantearse que alguno de sus directivos o profesionales escriba un blog. Y para hacerlo bien, habrían de tener en cuenta
algunas reglas básicas:

* Hay que escribir corto, "sexy" y muchas veces. Un blog es un especie de plaza pública para conversar, y por tanto los "posts", o entregas de textos, han de ser frecuentes, y las respuestas a los eventuales comentarios deben ser también rápidas. Si no hay agilidad y renovación de contenidos no hay diálogo. Ni lectores.

* Hay que escribir de lo que se sabe. Opinar al tun tun, como un tertuliano de radio cualquiera, es una receta segura para el fracaso. El blog de empresa debe estar escrito con fundamento. Y también con pasión.

* Debemos mantener, en lo posible, un tono neutral. Los blogs partisanos y ridículamente sesgados dañan la reputación corporativa. En un blog se trata de hablar, no de vender crudamente un producto o una empresa.

* El estilo debe ser cuidadosamente informal y fresco. Hay que huir del manual de estilo corporativo y de la jerga empresarial habitual, pero siempre dentro de un espacio expresivo razonable. Se trata, una vez más, de instar a una conversación, pero a ser posible sin ruidos ni exageraciones ni salidas de tono.

* Es conveniente aceptar las críticas con naturalidad y sin hacerse el ofendido. La temperatura del blog la marca el autor, tanto con sus opiniones como con sus respuestas a las opiniones de los demás. Tenemos que aprender de los comentarios inteligentes que lleguen. Una de las reglas básicas del blog es que muchos saben más que uno.

Para leer más ir a:

http://pacobarranco.blogspot.com/2006/06/cmo-escribir-o-no-un-blog-corporativo.html

Saludos Rodrigo González Fernández, consultajuridica.blogspot.com

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