AC/DC lanza biblia en DVD del rock genital
2 de noviembre.- Nunca he comprendido muy bien la misoginia del polla-rock, pero hoy no es el día.
Un jovencísimo Angus Young, con el pelo corto, se planta delante del micro y grita como un poseso en mi momento favorito de 'Plug me in', la monumental caja de tres DVD en directo que acaba de sacar Sony para hacer un poquito de ídem.
La imagen es en un pleistocénico blanco y negro. El sonido es de cinta chunga. La banda acaba de tocar una deliciosamente pastosa 'TNT' cabalgando sobre el granítico riff y la cámara, casi hundida entre el público, ha pescado muy bien la emoción del momento, los gritos, los empujones, el sudor. Te sientes allí mismo, en St. Albans, Australia, el 3 de marzo de 1976.
La canción termina, queda suspendido en el aire un acople y, como decía, aparece Angus, jovencísimo, con una camiseta a rayas y un corte de pelo como garajero. Se coloca delante del micro y, con su habitual cara de poseído, empieza a pegar alaridos rítmicos hasta que consigue que la multitud le siga, mientras él se masturba por enésima vez, sobándose su parte favorita del cuerpo: el mástil de su guitarra, claro.
Con toda su adorable palurdez, más simples que el mecanismo de un chupete e inmovilistas como el pedernal, AC/DC son una de las indudables esencias del rock and roll. Puro riff, puro ritmo, puro grito. Y el momento, centenares de energúmenos melenudos gritando como uno solo, lo atestigua.
El triple DVD tiene su miga. Hay una versión trepidante de 'Baby, please dont go' en 1976, otra salvaje del 'School days' de Chuck Berry del mismo año, varias visiones de 'Highway to hell' separadas por tres décadas (cómo es de hijoputa el tiempo), algun prescindible playback en televisión de la época de Bon Scott y una serie increíble, arrasadora: cinco canciones grabadas por la televisión japonesa de un concierto en Tokio en 1981: 'Shot down in flames', 'What do you do for money honey', 'You shook me all night long' (¡no os perdais el video!), 'TNT' y 'Let there be rock' enlazadas salvajemente en plan ramoniano, con tal intensidad y violencia que parece que van a cámara rápida, es como si se fueran a salir de la pantalla ellos y los japos.
Se te pone verdaderamente dura, no digo más.
Los amantes del bizarrismo también son atendidos: Brian Johnson agarrándose a unas enormes campanas del infierno antes de arrancar 'Hell's bells' en París en 2001, parte de un concierto en la Rusia post perestroika en 1991 con Boris Yeltsin en el montaje, Angus subiéndose a las gradas mientras toca como un loco en un teatro allá por los 70...
Luego, porque los tres DVD están ya seguro en el emule, se aportan chucherías no 'emuleables': un poster de un concierto en 1979 con la imagen de portada del 'Highway to hell', varias acreditaciones de conciertos como de yo-estuve-allí, pegatinas y chorradas varias. Y también entrevistas, y curiosidades, y memorabilia que aún no he podido chequear: la caja es jugosa y extensa, mas los primeros años, los de Bon Scott, son sin duda los más interesantes.
La estoy disfrutando, y eso que, sinceramente, AC/DC me aburren en gran parte de su discografía. Tanto brutalismo genital me agota, quizás por déficit (mío) de testosterona. Igual es que no soy suficientemente hombre. Pero es innegable su poder, sobre todo los primeros años: cuando la coges con alguna veta de 'Highway to hell' y 'Back in black' y te sientes como un gorila gritón, hay que admitir que mola un puñao y la mano se te pone cornuda sola.
Y mejor dejando la cabeza en pause. Porque estoy viendo a mi chica observar a Brian Johnson con cara de y-este-conductor-de-camiones-qué-hace-ahí, y eso que ni sabe lo que dicen.
¿Cómo era aquel rollo de la bisexualidad latente del polla-rock?
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Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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